Capítulo 7: ¡Sorpresa!
"Mi Suk"
—¿Aceptarías trabajar conmigo?
Volví a hacer contacto visual y un escalofrió recorrió toda mi columna vertebral. Mi mano se levantó cuidadosamente hasta llegar al objeto y sin pensarlo dos veces, acepté su ofrecimiento. Los hombros del contrario se relajaron y regresó a la posición anterior.
Recogí todo el material que se encontraba a mi costado y busqué la última hoja del contrato original, bajo la línea que me interesaba alcancé a leer "Firma o sello del interesado", por otro lado, estaba ilustrada la firma de Young Soo. Se trataba de una marca sencilla, pero refinado.
Apreté el bolígrafo a la vez que dirigía la punta hacia la parte superior de la línea negra, quizás, eran los nervios del momento porque cada vez que me convencía en escribir mi mano no paraba de temblar frenéticamente. Intenté ocultar las emociones del momento, pero algo dentro de mi decía que el señor Won ya estaba enterado desde hace mucho tiempo.
Volví a ponerme recta sobre mi asiento y mientras respiraba hondo dejé que mi mano se deslizara delicadamente sobre la hoja, dejando al final, un trazo inestable debido al soporte que decidí optar. Tragué duro y cerré la carpeta al decirme internamente que ya no había vuelta atrás, a pesar de que me hiciera la mujer independiente que me ha caracterizado en los últimos años, al final permití que un hombre cautivara mis ojos por medio de un gran número.
—Espero que nuestro ambiente laboral sea gratificante —habló segundos después. Parpadeé tras regresar al presente y rápidamente me dirigí hacia él. —Antes de irme necesito que también firmes la copia. En caso de que tengas alguna duda puedes volver a leer el contrato o llamarme.
Busqué los papeles que me había mencionado y con más confianza volví a firmar. Tras eso, le entregué todo lo que le perteneciera y guardé silencio en espera de que dijera algo importante.
—Necesito que estés disponible mañana en la mañana, mi chofer pasará por ti a las nueve para algunas pruebas de imagen. Sinceramente no sé cuánto tarden los expertos, pero les avisaré que terminen temprano para que alcances a ir a tu trabajo.
—¿Tan pronto empezaremos? —pregunté sorprendida. Cuando vi que el contrario se puso de pie, copié su acción.
—En alguno de estos días cenaremos con mi abuela, así que necesito que todo esté preparado con anticipación. No sé si lo sabías, pero esteremos lanzando una nueva colección junto a la edición más reciente de nuestra revista, supongo que te imaginaras la carga de trabajo que tenemos. El punto es que, el evento de esa noche es muy importante para mí porque te anunciaré como mi novia frente a los invitados. Si les sobra un poco de tiempo, quizás avancen a las pruebas del lanzamiento.
—Entiendo, me aseguraré de estar aquí antes de las nueve. Mañana tengo que entregar mi renuncia.
—Está bien, te llamaré en caso de que suceda algo.
Y sin más se dirigió hacia la salida, como niña pequeña lo seguí hasta la puerta y antes de cerrarla, se aseguré de que haya entrado a su vehículo. A estas alturas tenía que observar cada uno de sus movimientos dado que, no sabía en qué momento sería capaz de aparecer repentinamente. En completo silencio volví a dirigirme a la sala y me lancé al sillón más grande, el día de hoy había experimentado tantas emociones que mi cerebro solo suplicaba por un estado de tranquilidad, ante el intenso dolor de cabeza cerré los ojos y me concentré en mis respiraciones.
—Oh, ¿y el señor Won? —escuché de pronto. Abrí los ojos sorprendida y me percaté que desde la base de su cuello colgaba un delantal color celeste. Sus manos tenían unos guantes transparentes en donde quedaban restos de comida.
—Ya se fue, me dijo que ya era algo tarde y que mañana tenía que ir temprano a la oficina. Se disculpó por no quedarse.
Mentí, sabía que a estas alturas lo que menos le interesaba era cenar junto a mi madre luego de recibir mi firma. Decidí mencionarle lo anterior porque no quería que se sintiera mal por su solidaridad.
—Es una lástima, tenía el presentimiento de que le iba a gustar la cena. Me esforcé mucho en hacerla. —Añadió bajo un tono de melancolía.
Por mi parte me le acerqué y la abracé por los hombros para darle ánimo. —¿Qué tal si pruebo su cena? Todo el día trabaje y tengo mucha hambre.
—¡Tú, niña! —Golpeó mi frente, rápidamente me separé de ella y acaricié la zona afectada. Mi expresión había cambiado rápidamente tras recibir una acción inesperada. —¿Acaso no te dan una hora para comer? ¿Qué clase de jefe tienes como para llegar a casa con hambre?
—¡Mamá! —Elevé la voz. —¿Cuantas veces le he dicho que no me asuste de esta manera? Además, no pude comer nada porque estaba nerviosa de que Young Soo llegara a mi trabajo, sentía el estómago revuelto y pensé que en cualquier momento vomitaría en frente de los clientes, imagínese como estaba mi jefa cuando mis compañeras empezaron a quejarse de mi bajo rendimiento laboral. Todo el día me gritó.
—¿Y por qué no me dijiste que el señor Won iba a venir? Nunca en la vida imaginé que un hombre como él llegaría a nuestro hogar a beber un vaso con agua. ¿Sabes la vergüenza que pase con él cuando vio que la casa era un desastre? Y ni hablar de mi apariencia, ¡parezco una indigente! —esto último lo gritó, provocando que, mis manos fueran directamente a proteger mis oídos.
—Le estoy diciendo que tengo hambre y solo piensa en como se ve. Esto me confirma una vez más el poco interés que tiene sobre mí.
—¿Poco interés? —Rió sin ganas. —Cuando ayer llegaste con Sun Hee te pregunté porque tenías todos esos golpes y solo me dijiste que te habías caído de la bicicleta, pero nunca me mencionaste que fue porque casi fuiste atropellada por el chofer el señor Won.
La miré sorprendida y un par de palabras intentaron salir de mi boca, parecía estar tartamudeado en ese momento. —¿Se lo dijo Young Soo?
—¡Por supuesto que sí! —Volvió a elevar la voz. —¿O quién más lo haría?
No podía culpar al señor Won, quizás, él pensó que mi madre lo sabía al haberse enterado de nuestra "unión familiar"
—¿Estas tomando tu medicamento?
Asentí despacio.
—La próxima vez que te pase algo así tienes que decírmelo todo, no me gusto que me hayas ocultado las cosas, ¿entiendes?
Volví a asentir.
—Vamos a cenar, preparé tu comida favorita.
—¿En serio? —respondí emocionada. —¡Gracias, gracias! —Sin pensarlo la abracé sin dejar de saltar de alegría. Por parte de mi madre, solo empezó a quejarse ante los bruscos movimientos que la rodeaban. —Después de mucho tiempo, probaré una comida que ha preparado. Eso me hace sentir muy feliz.
Y ella sonrió.
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La mañana del día siguiente me había levantado temprano como de costumbre, tomé un baño, desayuné, me vestí y antes de salir eché la carta (que había escrito después de haber cenado con mi madre) en mi bolso junto con el uniforme limpio y bien planchado. Minutos después emprendí mi camino hacia la tienda de calzado.
Esta vez fui cuidadosa por donde iba y sin medir el tiempo de traslado por fin había llegado a mi destino, me aseguré que mi medio de transporte estuviera en un sitio seguro y me adentré al local en donde mis compañeras de trabajo me observaron un tanto confundidas por mi llegada inesperada. Me ponía en sus zapatos porque llegar a una hora que no está estipulada en el contrato y, sobre todo, presentarme sin el uniforme, se llegaba a entender una situación completamente diferente.
—Vaya, a pesar que el día de ayer no tenías muy buen rendimiento llegas aquí sin estar presentable y todavía tarde. —Se burló la mujer. —Tienes suerte de que la jefa no esté, pero cuando te vea, no saldrás viva de esto. Ya le notifiqué que no llegaste a la hora indicada.
Con una sonrisa forzosa me giré sobre mis talonese e hice contacto visual con la persona que menos deseaba ver.
—He Yi, que alegría verte por aquí. —Ella rió al saber que estaba usando el sarcasmo. —Temo decirte que será una lástima que no podrás ser espectadora de mi trágica muerte. Debido a las circunstancias, estoy más adelantada a dicho acto.
—Es mejor que te vayas a cambiar, hoy tenemos muchas cosas que hacer y por lo que has observado, estamos cortas de personal.
—Creo que eso no será posible. —Sonreí sincera. Por su parte, me regaló una expresión de molestia.
—¿Qué estás diciendo? Sabes perfectamente que si la jefa no se encuentra yo estoy de encargada, ¿quién te crees que eres para dirigirte de esa manera? Soy tu superior y estoy cansada que por tu bajo rendimiento yo sea la que salga más afectada, por tu culpa, la jefa está considerando que baje de puesto.
—Lo siento por traer problemas, pero, no creo que solo haya sido mi culpa para que la jefa lo estuviera pensando, quizás, desde hace mucho tiempo lo ha estado reflexionado. En ese caso, la situación ya no tiene que ver conmigo.
—Mi Suk.
—Yo... —La interrumpí de inmediato. —También estoy cansada de todo esto, nunca tuve las agallas de renunciar porque necesitaba el trabajo, aguanté los regaños y maltratos por parte de mis compañeras y en muchas ocasiones tenía que quedarme horas extras aun cuando llegaría tarde a mi otro empleo. Aunque mis sueños fueran pisoteados por personas como ustedes, hoy tengo la oportunidad de ser libre y estoy tan feliz de ser capaz de aprovecharla. —En eso, busqué en mi bolso lo que por fin terminaría con todo. Extendí el sobre en dirección a He Yi y sonreí. —Voy a renunciar, así que espero que se lo haga saber a su superior.
La mujer solo me miró en silencio mientras que, algunas de las empleadas miraban un tanto curiosas. Diría que la suerte estaba de mi lado porque debido a la hora no había clientes que estuvieran merodeando en la tienda, por lo cual, el hecho de pasar un mal rato no era tan duro como me lo imaginaba, por lo menos tenía más libertad de decir todo lo que tenía guardado desde hace meses.
Luego de algunos segundos en silencio y sin intención de que mi superior hiciera algo para aceptar mi renuncia, me dirigí a una de las empleadas más cercanas y le entregué el sobre blanco, sorprendida, lo aceptó e inmediatamente miró a He Yi en busca de alguna opinión aprobatoria, pero ella siguió sin decir alguna palabra.
Sonreí aliviada y me dirigí a la salida en completo silencio. Tan pronto como salí los gritos de la persona que más le tenía rencor comenzaron a sonar e ignoré cada una de sus maldiciones para dirigirme a mi bicicleta sin algún cargo de conciencia. Entre pedalear y tomar pequeños descansos en cualquier banco que me encontraba por el camino, luego de unos veinte minutos de viaje por fin había regresado.
No me importaba qué clase de cosas decían sobre mí en el trabajo, el hecho de haberme liberado de un empleo en donde practicaban la explotación laboral y aparte, el maltrato hacia los empleados había provocado que la carga que llevaba sobre los hombros se sintiera mucho más liviana, era como si hubiera transcendido a un cuerpo completamente diferente, a pesar que aún tenía cosas por hacer en otros sitios de la ciudad, el trabajo en la tienda de calzado no se comparaba con lo anterior.
A veces, con el simple hecho de recordar que al día siguiente tendría que volver a trabajar en dicho lugar provocaba que las ganas de vomitar se intensificaran con el paso del tiempo, era evidente que necesitaba el dinero, pero el pensamiento de abandonarlo siempre me perseguía cada noche antes de irme a dormir. Básicamente, hacían sentirme inferior e insignificante para burlarse a escondidas.
Tan siquiera entendía que al terminar el contrato con el señor Won por lo menos tendría el dinero suficiente como para mantenerme por mi cuenta (por un determinado tiempo), así que, los primeros meses me encargaría de averiguar en que lugares podría pedir empleo sin que afecte a mi rutina ya establecida. Era un alivio que no experimentaría la desesperación al no ser contratada inmediatamente.
Un poco más calmada, dejé mi medio de transporte en su respectivo lugar y con la bolsa en la mano me dirigí a la entrada, me quité el calzado y entré descalza. Mis ojos viajaron por el pasillo con las esperanzas de ver a la única persona que vivía conmigo, sin mucho éxito avancé hasta llegar al marco de la cocina en donde la vi.
Se encontraba sobre una de las sillas del comedor mientras que, sus manos se movían ágilmente entre los pequeños granos de arroz, parecía estarlo limpiando. Cuando notó mi presencia, rápidamente levantó la mirada y dejó de trabajar.
—¿Mi Suk? —Preguntó sorprendida. —¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en tu trabajo?
—Renuncié.
—¡¿Qué?! —Exclamó sorprendida. Debido a las emociones del momento, su cuerpo se levantó de golpe. —¿Por qué? ¿Ahora qué vas a hacer? Tú... no puedes renunciar. —Aún seguía anonadada. Vi cómo me apuntó un tanto temerosa. —No sé qué te llevo a que tomaras esta decisión, pero lo mejor es que vayas con tu jefa y te disculpes, dile que... enfermé de pronto y que ahora necesitamos mucho dinero, solo... menciónale que fue un error.
—No, mamá. —dije de inmediato. —Desde hace mucho tiempo ya estaba pensando en renunciar.
—No estoy entendiendo.
—En esa tienda todas son unas abusivas, se aprovechaban de mi porque sabían perfectamente que no me convenía renunciar. Por ellas, mi dignidad estaba arruinada y tras falsos testimonios hacia mi jefa sobre mi calidad de trabajo, era la única del grupo que recibía regaños injustos.
Luego de esto, dejé mi bolso sobre una de las sillas para después dirigirme al refrigerador y sacar algo rápido de comer, pero al no ver algo que fuera de mi apetito, cerré la puerta un tanto desilusionada. A pesar de que había desayunado, ya empezaba a tener hambre.
—¿Y qué vamos a hacer? ¿En dónde vas a buscar otro trabajo? Tú misma me has dicho que es difícil encontrar empleo en estos días.
—Conseguí algo mucho mejor.
—¿En serio? —Su tono de voz cambió, estando más interesada sobre el tema. —¿De qué se trata?
—Bueno, ayer firmé un con... —de pronto me detuve y medité. ¿Qué se supone que estaba haciendo? ¿Cómo es que de un momento a otro olvidé ocultar la verdad sobre el señor Won?
—¿Firmaste un qué? —preguntó con mucha más curiosidad. Sus ojos estaban tan abiertos que sentía que en cualquier momento se le iban a salir. Inmediatamente quise eliminar la terrible imagen de mi cabeza.
—Bueno, yo...
Y como si la suerte siguiera de mi lado, la puerta fue golpeada en el momento preciso. Guardamos silencio cuando escuchamos ruidos desde el otro lado de la pared, al saber de quien se trataba rodeé la mesa y corrí para atender. El chofer de Young Soo hizo una reverencia en cuanto hicimos contacto visual. También copié la acción.
—Buenos días señorita Kim, ¿está lista para salir?
—Si, claro, solo deje voy por mi bolso.
Dicho esto, me regresé a la cocina y tomé el bolso rápidamente, mi madre miró con curiosidad a la persona que me estaba esperando y en un intento de captar mi atención, empezó a preguntar bajo susurros. Sin dejar que terminara me disculpé y le mencioné que después le explicaría todo, sin más, regresé con el hombre.
Ambos nos dirigimos al vehículo y amablemente (o porque era su trabajo) abrió una de las puertas traseras e hizo una pequeña seña para que entrara. En ese momento me sentía un poco extraña, pero no quería ser maleducada y le agradecí por el gesto. Cuando él entró a la parte del piloto inmediatamente emprendió el viaje, permitiendo que nuestros oídos fueran deleitados por una ligera canción del género POP.
Mientras íbamos avanzando por la calle transitada me di a la necesidad de observar el interior del automóvil, percatándome que adquiría las comodidades que una persona debería recibir en el transcurso de un largo y cansado viaje. Al encontrarme en esta posición, me sentía tan fascinada, más porque nunca en la vida imaginé que algo como esto iba a pasar. También, mientras esperábamos algunos semáforos los temas entre el chofer y yo salieron a flote, a veces con la intención de conocer al contrario, brindar opiniones o identificar gustos sobre algo en específico.
A este paso, el viaje fue corto y cuando menos lo esperé, el vehículo se detuvo frente a un edificio del centro. Impresionada sobre la arquitectura del lugar e incluso de los edificios vecinos, bajé del automóvil en cuanto la puerta se abrió. Ambos caminamos hacia la entrada, yo detrás del hombre.
—¡Wow! es muy bonito —exclamé sorprendida. Admirando todo lo que se encontrara a mi alrededor. Parecía que el diseño había sido detalladamente calculado.
—Es bueno escuchar eso —mencionó el chofer con una sonrisa. —Por aquí, el asistente del señor Won la está esperando.
Luego de haber hecho una seña para que siguiera avanzando por el ancho pasillo, asentí y me dirigí a donde él indicaba. Una gran puerta de cristal se encontraba frente a nosotros y sin detenerse, abrió la puerta y permitió que entrara primero.
Dentro de la sala se encontraba un pequeño equipo de trabajo (alrededor de 8 personas) conversando entre sí o más bien, esperando a que yo llegara. Se notaba que estaban cómodos debido a las risas del momento.
—Señorita.
Una voz masculina llamó mi atención cuando quise dar el primer paso, rápidamente presté atención e hice una reverencia.
—Mi nombre es Tae Sung y soy el asistente del señor Won, me imagino que ya le han hablado sobre mí.
—Solo un poco. —Sonreí penosa. Se veía que era un poco más joven que su jefe, pero aun así, no le quitaba la elegancia. —Young S... Digo, el señor Won me dijo que las pruebas de imagen terminarían temprano, eso... ¿es cierto? Es que saliendo de aquí tengo que ir a mi trabajo.
—Por supuesto, él mismo me comentó que fuéramos cuidadosos con el tiempo. No tiene porque preocuparse, deje que yo me ocupe.
Volví a sonreír y lo seguí en cuanto me dio la indicación. Mientras más nos acercábamos a los profesionales más era la atención que se disparaba hacia nosotros, algunos de ellos optaban por sonreír mientras que la otra parte se basaba en dar un pequeño análisis de mi aspecto, tal vez, para saber con quién empezarían a trabajar. Todos nos presentamos y hablamos por un rato sobre el trabajo que se haría durante el día y los meses consecutivos.
Por ambas partes tocamos ciertos temas y nadie pareció quejarse u oponerse ante la palabra de otro. Antes de iniciar recibí un pequeño recorrido por el lugar, el asistente del señor Won me mostró amablemente las diversas áreas de trabajo por los que tendría que pasar para obtener un resultado satisfactorio. Al tener esto en consideración empezamos a trabajar de inmediato.
Entre largos pasillos de prendas, aparadores con joyería, estantes de calzado y un gran salón de belleza fue como pase toda la mañana al lado de los profesionales. Algunas de mis fotografías comenzaban a rodear los departamentos por los que ya había explorado, con algunos bocetos sobre mi cuerpo, palabras alrededor de mi rostro y conversaciones entre el grupo de trabajo fue como las ideas empezaron a surgir.
Luego de una mañana de trabajo, agradecí por el arduo trabajo y me despedí de todos cuando ya era momento de marcharme. Ya en la calle, empecé a buscar una parada de autobús, no obstante, cuando el chofer del señor Won se enteró inmediatamente desaprobó la idea de irme por mi propia cuenta. Según él, su jefe le había indicado que en ningún momento me dejara sola.
No sabía si lo anterior era una mentira, pero aun así volví a agradecer. Ya en el restaurante de pollo frito me despedí del hombre.
—¡Mi Suk! —Escuché de pronto. Mi vista se dirigió al chico y le sonreí. —Pero... ¿qué te sucedió en el cabello?
—Oh, ¿esto? —dije mientras señalaba lo mencionado. Se sentía tan suave que no podía dejar de tocarlo. —Solo, quise consentirme un poco.
—¡Wow! De verdad te vez muy bien, ese peinado va bien con tus facciones. A estas alturas no sabía que eras tan bonita.
—¡Oye! ¿te estas burlando de mí?
—Deja que la jefa te vea, te aseguro que también se sorprenderá por tu cambio de look. Es más, le diré que te aumente el sueldo porque esta vez pensaste en ti y no en todos los pendientes que tienes en casa.
—¿Aumentar qué?
La voz del mayor se escuchó detrás de nosotros. Por inercia nos dirigimos hacia ella, parecía que venía del área de cocina.
—¿Mi Suk? —Me miró con confusión. —¿Eres tú?
Ante su reacción, volví a reír. Ese tipo de reacciones provocaba que sintiera mucha vergüenza y más porque nunca en mi vida me habían elogiado tanto. Siendo sincera, luego de ver el resultado final quedé impresionada con el cambio, a pesar de que era una pequeña prueba, no podía creer que los pequeños detalles como este lograran crear una armonía visual.
—Le decía a Mi Suk que debería darle un aumento, desde que trabajo aquí nunca en mi vida la he visto tan arreglada. Ya sabe a lo que me refiero, todo su sueldo se va en los gastos de su casa y en complacer los gustos de su madre, pero nunca piensa en ella misma. Con ese aspecto, llamaras mucho más la atención de los clientes y no daremos abasto con tantas personas.
Todos reímos, Jae Soon afirmó lo linda que me veía y agradecí por todos los halagos. Después de conversar un poco más iniciamos con el trabajo al notar que los comensales estaban llegando. Entre tomar las ordenes, llevar los paquetes de pollo frito a las mesas y sin que faltase el alcohol, fue de esta manera que el tiempo paso volando, llegando así, la hora de cerrar.
—A pesar de que sea martes la tarde ha estado muy pesada, quizás, debería dejar la carrera y dedicarme a abrir mi propio restaurante de pollo frito. Un negocio como este me traería mucho más dinero que ser un hombre que trabaje toda su vida en una pequeña oficina de gobierno.
La risa de Jae Soon sonó. —No creas que es fácil mantener un negocio como este, tienes que invertir mucho dinero y dedicación, al principio es muy difícil mantenerlo abierto, pero si eres amable con los clientes y ofreces productos de buena calidad ellos se sentirán como si estuvieran en casa. Hay que tener paciencia para llegar a gente confiable y que estos te recomienden a otras personas.
—Estudiar y trabajar al mismo tiempo es muy difícil, todas las noches cuando llego del trabajo lo único que quiero hacer es irme a dormir, pero no puedo porque tengo que hacer tarea y encima, estudiar para los exámenes. A veces, quisiera ser como Mi Suk, ella no tiene que pasar por esto.
—Estoy igual que tú o incluso peor, aunque no estudie tengo que trabajar todo el día para mantener la casa—mencioné mientras limpiaba una de las mesas. Cuando terminé, tomé la bolsa negra de basura y la arrastré hasta llegar al mostrador.
—Todos los días se esfuerzan en sus tareas, no cualquiera puede estudiar y trabajar al mismo tiempo o incluso, mantener dos empleos. Ustedes pertenecen a ese grupo de jóvenes que son de admirar, los tiempos han cambiado y con el paso de los años la situación en el país se pone cada vez más difícil, pero no olviden que personas como ustedes son los que forman y le dan valor a nuestra nación.
Bon Hwa y yo nos sonreímos con sinceridad. Nos sentíamos bendecidos al tener una jefa como ella. No todos se preocupaban por el bienestar de sus empleados.
—A pesar de las adversidades, no dejen que nada de eso los detengan en conseguir sus sueños. Nadie más les dará lo que más quieren, ustedes son los únicos responsables sobre qué tipo de decisiones deben de tomar para llegar a ser lo que más anhelan. No es fácil tener una vida, pero por lo menos hay que trabajar para pasarla bien.
El ambiente laboral no se comparaba con el de la tienda de calzado y a estas alturas estaba muy feliz de haber tomado una buena decisión, a pesar de que ya no contaba con mi puesto como vendedora, por lo menos podía pasar una agradable tarde al lado de personas que con el tiempo les había guardado un enorme cariño. Sin importar que al finalizar el turno nos sintiéramos agotados, entre todos nos recitábamos palabras de ánimo y como si fueran una especie de curita en el corazón, toda la pesadez lograba desaparecer.
El sonido de la puerta abriéndose irrumpió en nuestro glorioso momento, rápidamente Bon Hwa hizo una reverencia mientras deseaba buena noche, por mi parte, me giré sobre mis talones con la intención de copiar la acción, sin embargo, mis ojos se abrieron por la sorpresa al enterarme de quien se trataba.
—¿Aún tienen servicio?
Era Young Soo, y su sonrisa me confirmaba que no estaba aquí por casualidad.
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Luego de este capítulo se retomará el transcurso de la historia original. Intenté acomodar los hechos para que no se perdiera la secuencia porque literalmente, los eventos ocurrían sin una base fundamental.
SPOILER: En el próximo capítulo se darán cuenta (si es que leyeron el primer libro) que Mi Suk y Young Soo dormiran por primera vez juntos. Solo dormir, no vayan a pensar en otra cosa.
HyunJack.
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