Capítulo 12: Libertinaje.
"Mi Suk"
—No sé cómo describir esto, pero... Siento que en algún momento de mi vida ya te he visto. Tu rostro me resulta familiar.
Sin saber que hacer reí ante el nerviosismo del momento, primero, siendo delicada con mis cuerdas vocales y posteriormente, sacando lo peor que tenía guardado.
—En mi caso, he tenido la oportunidad de verla a través de otros medios, pero siendo sincera... Nunca hemos tenido la oportunidad de tener un encuentro mucho más cercano como este, tal vez, me está confundiendo con otra persona.
—Oh, quizás sea eso —mencionó no muy convencida. —Eres una mujer muy bonita, de casualidad, ¿Eres una actriz? Claro...
Una sonrisa apareció en su rostro, luego miró a su nieto un poco ansiosa. Ambos no estábamos entendiendo.
—Debes de ser una actriz que recién está despegando su carrera y tal vez, en algún momento te vi en televisión, pero no recuerdo los detalles. Me siento tan apenada de decir esto, me imagino que pensaras de mí en estos momentos.
—¿En serio me considera tan bonita como para ser una actriz? —Sonreí. —Creo que nadie me ha dicho algo tan bonito.
—¿No? —Preguntó, confundida. —¿Y qué hay de mi nieto?
Ambas, miramos al mencionado. Su expresión de sorpresa me causaba un poco de gracia, sin embargo, mi serenidad regresó al imaginar a Young Soo diciéndome bonita, algo que jamás sucedería en nuestra vida.
—Ya sabe cómo es él... —Mi risa se escuchó al no saber que decir. —Es un poco serio.
—Pero es un hombre con un gran corazón, yo sé lo que te digo hija. Él, no solo ama con la palabra, sino también con sus acciones.
Entendí que, al no ser la mujer indicada para Young Soo, desde el fondo de mi corazón esperaba que el contrato culminará lo más pronto posible para que por fin él fuera capaz de descubrir el verdadero amor. Estaba en su derecho, el merecía enamorarse y sé que será muy feliz con la persona que él decida quedarse.
—Y bien, ¿Pasamos al comedor?
La voz de Young Soo me saco de mis pensamientos. La mano de la mujer se deslizó por arriba de mi codo, sujetándome con delicadeza.
—Me parece una buena idea, podemos continuar con nuestra conversación una vez en la mesa —contestó la mujer. —Y supongo que todos ya tienen hambre, ¿O me equivoco?
—Por mí no hay problema —añadí con nervios al imaginar que muy pronto pondría en práctica todo lo que había aprendido.
El mayor no dijo nada más y todos nos dirigimos al famoso sitio, ambas tomamos la iniciativa de atravesar cada una de las salas, siendo que la voz de la mujer se lograba escuchar por todo el primer piso ni siquiera era capaz de concentrarme en cada una de sus palabras al estar pendiente de Young Soo. Al mirar sobre mi hombro derecho confirmé que él venía detrás de nosotras, en completo silencio.
Ya en el lugar, el hombre que nos había recibido en la puerta se tomó la molestia de ayudar a la mayor de la casa para que tomara asiento, acercando la silla una vez que la mujer ya se estaba preparada para recibir la cena.
Por parte de Young Soo, también había copiado la acción del Señor Lee, pero está vez, hacia mi persona. Sin decir ninguna palabra simplemente acepté su amabilidad tal como lo había ensayado con su asistente.
Tal vez, dentro de la cabeza de cualquier persona se escuchará tonto que algo así lo haya tenido que practicar, pero conociéndome, sé que necesitaba estar segura de mis movimientos para no arruinar el momento.
Algunos de los empleados se movieron alrededor nuestro una vez que el hombre realizó una pequeña seña sobre el aire. Al permanecer todos en sus respectivos asientos, veíamos como los demás hacían la labor de servirnos, siendo amables y totalmente profesionales en lo que estaban haciendo.
Al estar sorprendida de todo el trabajo y al notar la calidad del alimento que se encontraba frente a mí, algunos toquecitos sobre mi mano hicieron que saliera de mi propio mundo. Miré a Young Soo en espera de que dijera algo, pero su silencio solo me confundía más al no captar lo que me intentaba decir.
—Y bien, Mi Suk. —La voz de la mujer irrumpió el ambiente tranquilizador. —¿Por qué no me hablas sobre ti? ¿A qué te dedicas? ¿Quiénes son tus padres? ¿Qué pasatiempos tienes? ¿Estás interesada en los negocios o...?
—Abuela, no creo que sea capaz de recordar todas sus preguntas, ¿Por qué no vamos poco a poco?
—Lo siento. —Rió un poco avergonzada. —Es la emoción del momento, ¿Sabes? —Volvimos a hacer contacto visual. —Eres la primera chica que pisa el suelo de esta casa, cuando Young Soo entró a la universidad uno como su cuidadora pensará que lo primero que traerá es a una de sus compañeras, por supuesto, un chico a esa edad piensa en otras necesidades.
—¡Abuela, creo que no es el momento de hablar sobre cosas como estas!
Apreté los labios para impedir que una carcajada saliera de mi boca. Una situación como está me recordaba tanto a mi madre.
—Deja que está pobre anciana termine de hablar, a parte, si no te gusta por dónde va está conversación lo mejor es que te vayas. Ahora mismo estoy atendiendo a nuestra queridísima invitada.
Sin embargo, el hombre ni siquiera movió un músculo, dejándonos en claro que por nada del mundo abandonaría está mesa.
—Como decía... Cuando los años pasaron y por fin mi nieto se había graduado la preocupación empezó a crecer dentro de mí. A pesar de que siempre ha sido un hombre tan talentoso dentro de su área de estudios me preocupaba que él nunca haya sido capaz de presentarme a ninguna mujer. Está bien que haya deseado ser el mejor de la clase, pero ahora con sus veintiocho años debe de salir de la oficina y conocer lo que esté allá afuera. A su edad, se ha perdido de muchos eventos importantes, ¿O me equivoco?
—Young Soo, es muy dedicado a la empresa, me imaginó todo lo que él sacrificio cuando era más joven.
Sabía que él se preocupaba por la empresa, pero nunca llegué a imaginar que toda su vida dependiera de un patrimonio familiar tan inmenso. Está bien, es entendible que su compañía entre en la lista de una de las mejores marcas del país, pero todos sus recuerdos no podían ajustarse a un mismo lugar. En su caso, él tiene permitido divertirse con todo el dinero que ganaba en la empresa, no obstante, si comparábamos a una chica como yo, el sueldo solo va dirigido a pagar las cuentas de la casa y comprar el alimento del mes, además, no contaba con el tiempo suficiente como Young Soo lo tendría para dedicarse a sí mismo.
Ahora entendía que la imagen del típico hombre ricachón y mujeriego era totalmente ajeno a la imagen que realmente demostraba Young Soo. Un hombre introvertido, disciplinado y solitario.
—El tiempo ha transcurrido demasiado rápido, uno es vieja y está claro que no voy a durar toda la vida. Es por eso, que uno de mis mayores sueños era ver a mi nieto junto al amor de su vida y que mejor que una boda a lo inmenso.
¿Boda? Eso no estaba en el contrato.
—Abuela, te estás adelantando muchos años. A penas nos estamos conociendo, permítanos crear más recuerdos juntos.
—Creo que me emocione un poco —Rió avergonzada. Por mi parte también empecé a reír, pero ante la incomodidad parecía ser como un robot que se le estaba acabando la batería.
Por parte de Young Soo, solo me miró confundido.
—Espero que tú seas la persona indicada para sacarlo de su zona de confort, confío mucho en ti.
Esta vez su mirada era diferente, ella me veía como si fuera una esperanza para su nieto cuando yo no he venido a darle la vida que la mujer desee. Puede que en este momento este actuando como una especie de escudo protector para Young Soo, pero las personas que están detrás de todo esto saben que mi presencia nunca perdurará y que tal vez, algún día toda la verdad saldrá a la luz.
Y aunque sonara estúpido, tenía miedo de que ese día por fin llegase.
💸
—Muchas gracias por acompañarnos hija, fue un gusto que hayas venido y por supuesto, que nos hayas permitido conocerte —dijo la mujer mientras sonreía, al parecer había quedado muy satisfecha con mi historia de vida ficticia. Sin duda, Young Soo y su asistente habían dado en el blanco.
—Gracias a usted por invitarme, estuvo deliciosa la comida y bueno, la convivencia hizo que me sintiera como en casa.
—Espero verte pronto por aquí y te encargo a mi nieto, sé que puede ser un poco testarudo, pero tiene sus mañas. —Antes esto, ambas reímos. Volví a hacer una pequeña reverencia para después ver cómo la mujer ingresaba nuevamente al lugar y cerraba la puerta frente a nosotros.
Por mi parte deje escapar un suspiro de cansancio y me tambalee al intentar quitar aquel calzado que me estaba matando. A pesar de que mis pies habían descansado un buen rato de ellos las heridas volvieron a molestar una vez que volví a colocármelos.
Al sentir las plantas de mis pies sobre el suelo era como si estuviera en el mismísimo paraíso y esa satisfacción lo había notado Young Soo.
—Te puedes enfermar si haces eso.
—No me importa, siento que voy a morir por culpa de estás porquerías y usted solo piensa en el futuro.
Sin más, bajé el primer escalón y con mucho cuidado me senté sobre él para mirar con más detenimiento las pequeñas heridas que tenía. En algunos sitios no se alcanzaba a ver alguna abrasión, pero con el simple hecho de que la zona se encontraba un poco enrojecida era un punto más de molestia.
Sin siquiera notar las intenciones de Young Soo por estar mirando mis extremidades inferiores, mi rostro se transformó a una de sorpresa cuando mi campo de visión fue totalmente acaparado por la presencia del contrario.
Él se encontraba frente a mí, de cuclillas y tomando una de mis piernas para también mirar en donde más me dolía. Una caja de zapatos se encontraba en seguida de él y sobre está, algunos artículos de botiquín básico llamo totalmente mi atención al no entender cómo todo eso había llegado ahí.
Y lo que menos llegué a imaginar que sucedería, el hombre que todos catalogaban como un ser humano invencible dentro del campo económico se encontraba en una posición para nada cómoda con la intención de curar mis heridas. Mi corazón latía a una gran velocidad debido a la emoción del momento.
El tacto de su mano sobre mi piel hacía que cada vello de mi cuerpo se erizara con los delicados movimientos que realizaba, bajo el cuidado de no lastimarme.
Nadie decía nada, él se encontraba tan concentrado en lo que estaba haciendo mientras que yo solo me disponía a mirarlo, sin ser capaz de desviar la mirada en ningún momento.
Cuando había terminado con su labor, guardó todo el material en una pequeña bolsa y prosiguió a abrir la caja, mostrando lo que parecía ser un calzado totalmente cómodo para la situación en la que me encontraba.
Prosiguió a colocar lo último que faltaba, siendo que estás quedarán perfectamente a mi medida. Mis pies se movieron ante la felicidad de sentir la calidez y la comodidad.
—¿Cómo sabías que me había lastimado? —Pregunté sin vergüenza.
—Cuando ibas al comedor con mi abuela, pude notar que te habías herido durante tus prácticas. Así que antes de acomodarnos le dije a mi chófer que comprara el material y un nuevo calzado para ti.
—Gracias por esto, pero no se hubiera molestado.
—Es mi trabajo, además, mi abuela puede que nos esté mirando en este momento.
Si claro, su abuela, abuela y abuela. Todo lo hacía para dar a conocer que entrábamos como la típica pareja de enamorados que se cuidan y se protegen a toda costa. Me sentía tan estúpida al pensar que él lo había hecho porque le nacía, no para aparentar algo que ni siquiera llegaríamos a alcanzar.
Frustrada, me levanté de mi sitio y me dirigí con rapidez hacia el coche, sin siquiera comprobar que Young Soo me estuviera siguiendo. Quería que la Tierra me tragaste.
💸
—¡Ya llegué!
—¡Estoy en la cocina!
Luego de haber reemplazado mi calzado por unas cómodas y viejas pantuflas me escabullí por el pasillo hasta llegar a mi habitación para deshacerme de cualquier rastro de mi nueva vida como pareja de un empresario multimillonario. Cuando me aseguré que todo mi aspecto estuviera en orden, guardé lo que había usado en un pequeño maletín (incluyendo el calzado y la joyería) y lo escondí detrás del pequeño armario.
Conforme a mi decisión salí de mi pequeña cueva y caminé tranquilamente hacia la cocina, en donde mi madre permanecía sentada frente a la mesa mientras devoraba el arroz que contenía el pequeño tazón de porcelana. Sin mucho apetito, tomé asiento frente a ella, observando que también había servido mi ración correspondiente.
—¿Por qué solo arroz? —cuestioné ante la inconformidad. No tanto por mí, sino más bien porque mi madre se miraba un tanto cansada de probar un ingrediente que podía ser bien acompañado por otro tipo de raciones.
—No me has dado dinero para ir al supermercado. Además, tengo que pagar algunas facturas —mencionó sin apartar la vista de su cena.
—La semana pasada le di algo de dinero para que comprara comida. Sé que no fue mucho, pero fue suficiente para comprar más que un costal de arroz.
—Eso fue la semana antepasada, si de verdad me hubieras dado algo de dinero ahora mismo no estaríamos comiendo solo arroz. —Esta vez, levantó la mirada un tanto molesta. Al pensar una respuesta clara sin tener la necesidad de levantar la voz, mi expresión se relajó cuando observé que mi madre me miraba con curiosidad.
—¿Qué te sucedió en el cabello? Se te ve diferente.
Y fue cuando caí en cuenta que el look al que mi madre estaba acostumbrado a ver por fin había desaparecido. Me podía deshacer de la joyería costosa o el maquillaje un poco elaborado, pero el trabajo sobre mi cabello era algo que no podía eliminar de la noche a la mañana.
Y tomando en cuenta que la noche anterior mi madre no se había percatado de aquello debido a su borrachera, no entendía como mi cerebro había aceptado que el tema de mi cabello pasaría por desapercibido.
—Todo fue idea de Sun Hee. —Reí nerviosa. Intentando ocultar mi nueva cabellera. —Me convenció para hacerme un pequeño arreglo, así que ella me ayudó con el tinte.
—Se te ve lindo.
Mis mejillas ardieron ante su comentario. Debía reconocer que mi madre en muy pocas ocasiones me decía algo bonito hacia mi persona y hoy, percibía que sus palabras eran sinceras.
—Por cierto... Anoche tuve un terrible sueño.
—Ah, ¿sí? ¿Qué fue lo que soñó?
—Que el señor Won venía a dormir.
De pronto, una tos acaparó el silencio del lugar. La mujer me miró preocupada y algunos golpes sobre mi espalda no se hicieron esperar.
—¿Qué? ¿Por qué soñaría algo como eso? —Pregunté al recuperarme. No sabía que tan bien estaba haciendo las cosas, pero algo dentro de mi cabeza me indicaba que debería aprovechar esta oportunidad.
—No recuerdo mucho, solo sé que te había pedido que le entregaras unas de las pijamas de tu papá y que se fuera a dormir a tu habitación. ¿Tú crees? —Soltó una carcajada. —Estamos de acuerdo que ese hombre es muy apuesto, pero cómo sería capaz de decirle que duerma bajo el mismo techo que mi hija, por dios.
Por mi parte, reí ante el sufrimiento de las palabras que estaban captando mis oídos. No me cabía en la cabeza como ella se reía de su supuesto sueño cuando en carne propia estuve sufriendo al tener la presencia de Young Soo tan cercana a mí.
Mientras mi madre seguía riendo, el sonido de mi teléfono llamó totalmente mi atención. Sin pensarlo dos veces miré la pantalla y me levanté de la silla para dirigirme a un lugar un poco apartado de los oídos de mi madre.
—¿Hola?
—Por fin contestas, estuve toda la mañana marcando, ¿Cómo te fue? ¿Le agradaste a esa mujer? ¿Los descubrió? ¿Qué sucedió?
—Tenemos que hablar, hay muchos detalles que necesito analizar contigo, pero siento que por teléfono no sería lo más correcto.
—Mira, este sábado un compañero de clases hará una fiesta en un club por ser día de su cumpleaños, ¿Qué tal si nos vemos por allá y me platicas todo?
—¿Fiesta? Sun Hee, lo siento, pero yo no estoy en condiciones para ir a un lugar como esos, ya sabes que no me gustan esa clase de ambientes.
—Pero te la pasas todo el tiempo trabajando, deberías salir a divertirte un poco, conocer a más personas y olvidarte de los problemas que cargas día con día. ¿No te da curiosidad saber qué es lo que sucede en sitios como estos?
—Te aseguro que las series estadounidenses me lo han dejado muy en claro. No necesito imaginar que es lo que pasa realmente.
—Por favor, Mi Suk. Hace mucho tiempo no nos divertimos juntas. Sabes que somos como uña y mugre, no quiero ir sin ti.
—Tengo que ir al trabajar.
—Podemos ir en cuanto salgas. Un ratito, ¿Sí?
Cuando estaba a punto de convencerme, volví a recordar uno de los párrafos del contrato.
"Queda totalmente prohibido asistir a cualquier evento social en el que se vea comprometida la imagen de los implicados."
—No puedo ir, el contrato me lo prohíbe.
—Ah, ¿enserio? No me querrás decir que un simple papel te prohíbe divertirte.
—No, no es eso. —Acaricié la parte posterior de mi cabeza al no saber cómo explicarle. —Solo me prohíbe ir a este tipo de eventos, ya sabes, me pueden reconocer como la novia de Young Soo y mi reputación de puede ir a la mierda. Los medios del país a veces son una basura así que no quiero que la imagen de la familia Won de vea afectada por el libertinaje de una chica irresponsable.
—Pero nadie sabe que eres la pareja de Young Soo. —Ella rió. —Preocúpate cuando te presente ante todos y el internet comience a publicar tu rostro por cualquier sitio. Una noche como está te aseguro que nadie será capaz de recordar tu rostro bajo los efectos del alcohol.
Y por un momento llegué a pensar que un evento como este no me traería problemas, algo que, por mucho, me haría cambiar de opinión.
HyunJack.
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