Capítulo 11: Bajo sospecha.
"Mi Suk"
El día por fin había llegado, aquella mañana me había despertado más temprano de lo usual ya que, debido a los nervios de la noche mis horas de descanso se habían alterado por completo. Cuando no fui capaz de conciliar el sueño a las siete de la mañana, simplemente decidí comenzar con mi labor doméstica, preparando el desayuno, limpiando la casa y lavando la ropa sucia con el propósito de eliminar cualquier manifestación de ansiedad.
Uno de los motivos por el cual no fui capaz de pegar un ojo durante toda la noche fue por la infinidad de escenarios que mi cabeza llegó a crear ante la posibilidad de que algo así ocurriese en la cena. Me preguntaba, en medio de una habitación oscura, cuál sería la reacción de la mujer cuando me conozca por primera vez. ¿Qué pensará de mi cuando me vea al lado de su nieto, ¿Le agradaré? ¿Se burlará de mi cuando haga algo incorrecto? ¿Se creerá nuestra mentira? ¿Qué sucederá realmente?
Alrededor de las diez de la mañana había recibido una llamada de Young Soo, avisándome que a medio día su chófer vendría por mi para llevarme nuevamente a aquel edificio, sin embargo, mi curiosidad incremento cuando me comentó que también recibiría una información exclusiva e incluso, una especie de clases particulares referente a cómo compórtame frente a la clase alta.
No sabía en qué consistían esas clases, pero llegué a imaginar que solo se trataba de cosas básicas que manejan las personas de la alta sociedad, como, por ejemplo, usar los cubiertos, saber cómo agarrar una copa, hablar sin utilizar algún modismo, conocer sobre el patrimonio familiar, entre otros.
Después de haber cumplido con mi labor en casa, me preparé de inmediato al observar que en el reloj de la cocina marcaba una hora mucho más cercana a la acordada. Tomé un baño, elegí algunas prendas del armario, supervisé que mi bolso llevara todos mis objetos personales y finalmente, recogí mi cabello en una coleta alta. Como hoy iba a ser un día de prueba antes de que la esperada noche llegase, decidí a último momento que el maquillaje no me acompañaría en esta salida.
Ya en el sitio, empezamos con algunas pruebas de peinado, maquillaje, vestimenta y calzado, no tan diferente a lo que se había realizado la vez pasada. No obstante, al saber que esto consistía en un proceso largo y tortuoso, puse toda mi paciencia en cada indicación que me daban los expertos.
Las horas siguieron transcurriendo y cuando por fin se optó por los componentes más adecuados hacia mí persona, es que pasamos a la siguiente etapa.
Se me había indicado ingresar a una de las salas que actualmente no se estaba ocupando por parte del personal, cuando examiné el sitio identifiqué una gran mesa con sus respectivas sillas, dándome a entender que me encontraba en una sala de juntas. Luego de esperar algunos minutos el asistente de Young Soo llego con dos carpetas color azul marino, nos saludamos y tan pronto tomó asiento me explicó sobre la dinámica que se iba a impartir.
Ya con una de las carpetas en la mano me pase rápidamente a la primera hoja, dándome cuenta que su contenido me indicaba el relato de una vida totalmente ficticia, tal vez, de una vida que debería ajustar para la nueva personalidad que debería crear.
Al adentrarme a la información y escuchando cuidadosamente cada una de las palabras del hombre fue cuando entendí que la información estaba tan bien elaborada ya que, al relacionar varios puntos es que todo resultaba ser congruente. Sospechaba que al presentar algo como esto, no solo se había creado bajo una lluvia de ideas un tanto desorganizada o tal vez, siendo redactado de la noche a la mañana, sino más bien, que su comienzo se debía a varios días de anticipación.
Debido a que una de las indicaciones era convencer a la mujer de mi veracidad, intenté memorizar la mayor información posible y en caso de que la anciana quisiera atacar, tendría las armas disponibles para defenderme. Posteriormente, pasamos a una de las tareas más complicadas del día, aprender a cómo actuar como una persona de la alta sociedad.
Bajo la mirada del sujeto, con aciertos y errores fue que pasamos alrededor de cuatro horas ensayando. Sentía como mi garganta se secaba con cada palabra que emitía, intentando que mi voz se escuchará mucho más aguda y, sobre todo, siendo cortes y amable al responder ante las posibles preguntas que haría la mujer. Sin embargo, a la hora de seguir practicando con los tacones sentía como las plantas de mis pies ardían con cada paso que daba, estaba muy cansada físicamente y al no manejar apropiadamente este tipo de calzado la desesperación empezaba a salir.
Con el paso de las horas y ante un rotundo agotamiento en todos los aspectos, finalmente estaba preparada para la noche. Faltando media hora para las ocho fue que Young Soo apareció por la puerta principal, suponiendo que era el tiempo suficiente como para llegar a tiempo.
El traje que aportaba era diferente a lo que usualmente estaba acostumbrada a ver, a pesar de que a simple vista todos parecían ser iguales (hablando del tipo de bordado y el color oscuro), sabía que este tipo de vestidura estaba enfocada para ocasiones un tanto especiales y hoy, no sería la excepción.
La camisa negra hacia juego con su traje y corbata gris, también aportaba un par de zapatos negros que estos lograban brillar con cada movimiento que realizaba. Su cabello oscuro caía a sus lados, en su rostro aportaba sus habituales anteojos y por supuesto, no podía ignorar el reloj que su muñeca izquierda adquiría. En conclusión, su belleza resaltaba aún más con un atuendo bien planeado.
—Buenas tardes a todos.
Los empleados saludaron con mucho ánimo, a pesar que cada uno de ellos se encontraba en su área de trabajo ninguno se acercó para tener un poco más de contacto con el hombre. El sujeto se acercó hacia donde estaba, examinando cada centímetro de mi cuerpo, logrando que de inmediato me cuestionara sobre su acción.
—Mi Suk, ¿Cómo estás? —Sonrió.
Y antes de responder, mi cuerpo se congeló al recordar nuestro beso. Gracias al nerviosismo que el señor Won me había provocado cuando su llamada me hizo entender que al día siguiente tendríamos la cena con su abuela, había provocado que todo recuerdo relacionado con esa noche fuera borrado de mi memoria y ahora, no podía creer que cada vez que lo tuviera en frente de mí sería capaz de regresar al pasado.
—B-bien.
Young Soo frunció el ceño al no estar muy convencido.
—¿Segura? Te nota un poco extraña.
—Es que, estoy nerviosa. Tengo miedo de que no vaya a hacer bien mi trabajo y que tú abuela nos descubra.
Bueno, era cierto lo que acababa de decir, pero siendo sincera, el recuerdo del beso me ponía más nerviosa.
—Me lo imagino, pero si Tae Sung te asesoró durante este proceso te prometo que todo saldrá bien. Él conoce a mi abuela tanto como yo, así que todo se ha preparado de acuerdo a lo que ella esperaría. Además, no estás sola en este proceso, recuerda que siempre estaré a tu lado.
Me sentía un poco extraña al escuchar aquellas palabras puesto que, llegué a imaginar que el contrato nunca existió y lo que estuviera ocurriendo en este momento solo era producto de un sincero amor. Quizás, el posible beso de aquella noche empezaba a afectar mi congruencia, no quería ilusionarme ante un simple acto como ese y mucho menos con una persona totalmente diferente a mí.
Y no quiero decir que fue mi primer beso, porque claramente no lo fue, pero el hecho de haberlo recibido de parte de Young Soo, un hombre millonario y atractivo para cualquier mujer en este mundo, hacía que mis hormonas revolotearan alrededor de mi cabeza como si fuera una adolescente de quince años.
Comenzaba a dudar si lo correcto era continuar con toda esa falsedad, a parte se sentir como mis miembros inferiores aclamaban un descanso la preocupación crecía dentro de mi al saber que si algo como esto (el beso) me seguiría perjudicando los días posteriores la probabilidad de llegar a enamorar estaría a la vuelta de la esquina. Dentro de los años que he vivido nunca he tenido como propósito enamorarme y mucho menos tener una pareja, ante la terrible idea de que algo así me distraería en mis actividades.
Por otro lado, no quería echarme para atrás cuando el recuerdo de mi firma ya estaba sobre ese papel, al comprometerme en esto no era nada profesional que mi palabra fuera totalmente cambiada como si se tratara de un simple juego para niños. Simplemente no podía anular el contrato y ahora, me tocaba soportar toda esta clase de anécdotas y sentimientos que en un futuro tendré que travesar.
Además, no había renunciado a mi antiguo empleo como para no recibir una jugosa paga.
Ambos nos dirigimos a la salida y cuando el chófer nos detectó, rápidamente detuvo su tarea de mirar el celular y se dirigió hacia una de las puertas traseras, abriéndola cuando Young Soo me permitió ingresar primero. Su mano en el aire me tomó por sorpresa cuando me di cuenta que lo había hecho con el propósito de tomarla.
Sinceramente, pensé que esté tipo de acciones se harían una vez que estuviéramos bajo el campo de visión de la mujer, pero algo como esto, nunca llegué a imaginar que ocurriría por un simple gesto de amabilidad. Un poco dudosa de aceptar al fin me decidí y con mucha vergüenza, deje caer mi mano sobre la de Young Soo, sintiendo de inmediato un pequeño apretón.
Sin siquiera mirarlo ingresé al vehículo y tan pronto me había acomodado, la puerta se cerró a un lado de mí. En menos de un minuto los demás ya habían subido y todo lo que se encontraba a nuestro alrededor fue reemplazado por nuevos paisajes. El ambiente era tranquilo y acogedor, mis piernas ahora eran cubiertas por una pequeña manta que fue puesta por parte de Young Soo sin siquiera avisarme.
Agradecí por el delicado gesto con un poco de pena, sin embargo, desde el interior de mi cabeza sentía como mis emociones estallaban a la vez, por alguna razón me sentía feliz al saber que Young Soo había pensado en la incomodidad que tal vez podría haber pasado al encontrarme en un lugar pequeño juntos a dos hombres que aún no conocía bien.
El viaje transcurrió con total normalidad, inundados en el abismo del silencio, pero por más que buscara algún tema de conversación mis pensamientos solo recorrían una y otra vez aquellas líneas que debía de aprenderme para la anciana. Hasta sentía como mi cabeza dolía al intentar recordar más información que me serviría, pero el cansancio físico y mental comenzaba a cobrarme factura.
Cuando parecía que cada vez nos acercábamos más a nuestro destino intenté dejar a un lado cualquier pensamiento que provocara alguna distracción para admirar de una buena vez todo lo que estuviera a nuestro paso. Al observar cómo los edificios, negocios o incluso mansiones fue que me di cuenta que un ambiente como este me resultaba un tanto familiar y no por haberlo visto por televisión o porque en mis tiempos libres que encantaba pasear por estos rumbos sino más bien, al haber recordado que mis pasos me habían llevado a uno de estos lugares lujosos con el fin de entregar uno de los pedidos del restaurante.
Y aunque se escuchara un tanto gracioso, ya seria de muy mala suerte que la abuela de Young Soo se tratara de nada más que aquella anciana quejumbrosa.
El vehículo siguió avanzando y cuando parecía que nos encontrábamos frente a un gran barandal fue cuando mis ojos se abrieron como platos al haber reconocido perfectamente la fachada de lugar. Un hombre que parecía estar en la principal casilla salió con el fin de saludar al chofer e inmediatamente volvió a su puesto de trabajo para que lo que nos estuviera deteniendo por fin nos cediera el paso.
El automóvil avanzó hasta lo que parecía ser la entrada, mi cuerpo no paraba de temblar al saber que todo el plan que había creado el señor Won se iría a la borda una vez que la mujer me vea y se entere que soy aquella chiquilla que le dijo gorda. Mis piernas empezaron a temblar cuando el cuerpo de Young Soo ya no estaba a un lado de mí, sino más bien, su rápido movimiento hizo que la puerta más cercana se abriera con facilidad y que su mano se mantuviera una vez más sobre el aire.
No sabía cómo reaccionar, estaba en shock, el pánico me consumía por completo y esto, lo había notado Young Soo. Su cuerpo bajo hasta permanecer en cunclillas, cerca de mi cuerpo.
—Mi Suk, ¿Segura que estas bien?
—Yo... —contesté con dificultad. Me giré un poco hacia él, pero sin lograr hacer contacto visual. —Lo siento, pero no sé si pueda hacer esto.
—No puedes echarte para atrás, hicimos un trato, si realmente no te sentías capaz de hacer algo como entonces por qué aceptaste. Claramente nos hubiéramos guardado todo este trabajo y tal vez ninguno de tus empleos se vería afectado. Sabes lo importante que es para mí que permanezcas a mi lado porque en este preciso momento mi futuro depende de ti, así que por favor no me falles. No ahora.
Sentía como el aire se me escapaba de los pulmones de manera que, no era capaz de respirar con normalidad. Cuando sentí que no podía más salí del vehículo y me posicioné en la parte trasera, con el fin de recuperarme antes de poner en marcha todo esté teatro.
Él tenía razón, habíamos hecho un trato, no podía fallarle, no permitiría que el apellido de mi familia fuera ensuciado ante el poco compromiso que tenía hacía los negocios. No solo mi sueldo estaba en juego, sino que la vida de Young Soo se podría ver afectada.
Cuando comenzaba a calmarme frente a la situación, el contrario me tomó de la mano como si quisiera decirme que él estaba para protegerme. En el momento en que su tacto rozó con mi piel miles de descargas eléctricas recorrieron desde la punta de mis dedos hacia mi pecho, justo en donde mi corazón comenzó a bombear mucho rápido.
Y como si fuera alguna película romántica, todo rastro de ansiedad desapareció al instante y mis pies se movieron a su misma velocidad, llevándome hacia la entrada del lugar. Su otra mano se enfocó a cedernos el paso brindando como primera imagen, una gran escenografía.
Las enormes escaleras fue lo que nos dio la bienvenida, seguido por una admirable decoración que consistían en muebles, pinturas, alfombras, iluminación y pequeñas estatuillas que posaban encima de cada repisa, brindando en conjunto una armoniosa imagen visual.
—Señor Won, bienvenido. —Una voz de hombre rápidamente me saco de mis casillas, provocando que mirara al dueño de tan poderosa voz.
—Buenas noches señor Lee, le presento a Kim Mi Suk, como se lo imaginara, la invitada más esperada por mi abuela.
—Señorita Kim, un gusto en conocerla. —El mayor sonrió mientras hacia una reverencia, ante la sorpresa de su acción, inmediatamente me incliné hacía el frente al no lograr creer que alguien mucho mayor que yo estuviera saludando con tanta cortesía cuando la persona que debería actuar de aquel modo era nada más que yo.
De pronto, sentí unos pequeños toquecitos en mi espalda, dándome a entender que una mujer como "su novia" no debería de ser tan descuidada con sus actos, ya que seguramente mi actitud resultaba un tanto peculiar.
—El gusto es mío, gracias por recibirnos de esta manera —mencioné bajo un tono sutil. El hombre volvió a sonreír.
—La señora los está esperando en el salón, por favor, síganme.
Cuando nuestro calzado por fin había sido reemplazado por una elegante comodidad, inmediatamente seguimos al empleado hacia donde anteriormente nos había mencionado, por supuesto, sin que Young Soo me soltara de la mano.
Una gran habitación nos recibió, no podía describir lo hermosa y lo bien cuidada que estaba respecto a la decoración. Parecía que ni siquiera me encontraba en el hogar de alguien más, sino más bien, como si todo lo que estuviera a mi alrededor se tratara de alguna escenografía de cualquier película histórica, con un ligero aporte moderno.
Tan pronto como mis ojos se apartaron del gran ventanal, la voz de una mujer acaparó toda mi atención. Mi boca se cerró y dirigí mi mirada a dónde creía que el mayor se encontraba y sin equivocarme, ahí estaba. A pesar de que la mujer seguramente tenía entre unos setenta u ochenta años de edad su físico no lo aparentaba, fácilmente se podía hacer pasar por una mujer de cincuenta y nadie lo notaría.
De pronto la mano de Young Soo me había soltado para dirigirse a su familiar y saludarla con un abrazo y un beso en la frente. Un acto que por más extraño que fuera para cualquier persona a mí me había causado un efecto contrario.
—Y bien, ¿No me vas a presentar a tu invitada?
El recuerdo de que efectivamente la mujer era nada más que aquella clienta grosera del otro día había desaparecido en el momento de que mis ojos hicieron contacto visual con ella. Aunque sonara extraño, desde está otra perspectiva no se veían tan mala persona. Sin embargo, me quedaba claro que al tener contacto con cualquier persona de mi clase social solo la convertía en una clasista.
—Abuela, ella es Kim Mi Suk, mi novia.
¿Mi novia? ¿Qué debería hacer en ese momento? ¿Sonreír? ¿Quedarme callada? ¿Correr? ¿Fingir que me desmayaba? Eran las preguntas que me hacían cuando veía como la mujer cada vez se acercaba más a mí.
Sus cálidas manos tomaron las mías y agregó un pequeño apretón. Sentía la suavidad entre sus dedos y, sobre todo, el amor de una madre. Sus ojos brillaban al examinar mi rostro, una sonrisa se comenzaba a escapar a través de sus labios y algo dentro de ella, anhelaba tanto que este momento llegará.
—No sé cómo describir esto, pero... Siento que en algún momento de mi vida ya te he visto. Tu rostro me resulta familiar.
Y fue en ese momento en el que mis piernas comenzaron a temblar ante el pánico de saber que tal vez ya había sido descubierta.
HyunJack.
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