Noche de brujas y por lo tanto el cumpleaños del hombre más extravagante que pisó la tierra, pero, hace semanas su mujer no ha hablado con él ni le ha dicho nada, solo le dijo que tenían una cita el día de hoy y debía estar preparado para la sorpresa, que por suerte, era de las que le gustaban, pues lo cito en un hotel

Fue a la habitación y entró dándole un beso, la chica estaba roja y en una bata, eso le gustaba, se sentó en la cama y sonrió contento y expectante

-Y? Que es?

-Cierra tus ojitos~

-Bien, es algo~ que justifica el por qué no hemos estado juntos por semanas, esto debía sanar y tomarse su tiempo

-Eh? Que cosa dime!

Con un poco de vergüenza y totalmente roja abrió su bata, mostrando que se había hecho un piercing Christina, con una pequeña joyita igual a las de su novio, este en cuanto la miró sus ojos se abrieron como nunca y su quijada estaba en el piso, totalmente rojo mientras comenzaba a respirar algo agitado

-Q-Que!? Espera.... Te hiciste un-

-Dijiste cuando nos conocimos que eso te gustaba mucho, y bueno~ quería consentirte!~ feliz cumpleaños corazón~

Dijo mientras se le sentaba en las piernas, este parecía un niño chiquito mientras la miraba, ese piercing se le veía tan extravagante y antojable, su erección obviamente estaba levantada, no dudó y comenzó a besarla de inmediato, apegandola en un abrazo

-Jamas pensé~ que una niña tan buena como tú haría algo como esto~

-Sigo siendo una niña buena~

-Veamos hasta que punto~

Con eso comenzó a besarla y a soltarse para él, ambos sonreían, ese pequeñito piercing era un regalo ninja, uno que ambos disfrutaban y era la idea, el no la dejo bajar de la cama por todas esas semanas en la que lo tuvo en abstinencia, pero maldita sea, por eso, valía totalmente la pena