3. El hilo a través de las memorias.
— Me adentraré en vuestra mente ahora... Oiré los latidos de vuestro corazón, sentiré la tensión de nuestro lazo y también vuestras emociones; las pasadas, las presentes y las futuras... A partir de este momento, seremos uno. Y ninguna fuerza en el universo, salvo mi propia muerte o la vuestra, podrá romper nuestro vínculo — le dijo Taehyung con mucha calma mientras tomaba las manos de Jungkook —... Felicidad, tristeza, ira... Amor... Todo lo que sintáis, lo sentiré yo en mi corazón. Ese es el precio que habremos de pagar para que podáis volver a casa.
— Estoy listo.
— Cerrad los ojos y... relajaos — susurró.
Jungkook lo hizo. Suspiró suavemente y se relajó, cuando Taehyung imitó su gesto, se teletransportó a un lugar oscuro como la noche; era el subconsciente de Jungkook.
— Llevadme hacia los instantes que llevaron a cabo ese momento... — dijo con calma, de pronto, comenzaron a brotar pequeños puntos luminiscentes que parecían estrellas cada vez más cerca de él.
Taehyung se sintió como flotando de un momento a otro. El ambiente era ligero, suave, calmado... Le sorprendió debido a la personalidad tan inquieta del chico que había presenciado. Entonces, una de esas estrellas llegó hasta él y Taehyung la tomó enseguida; era cálida y le hizo sonreír. Hacía tanto tiempo que no sentía algo tan caliente como aquel recuerdo.
El joven tomó el recuerdo y lo introdujo en su cuerpo. La luz se absorbió en su pecho y el escenario cambió de un momento a otro. Cuando Taehyung abrió los ojos, se encontró en un sitio caótico y muy diferente; con artefactos extraños y gente angustiada. Trató de buscar a Jungkook entre toda esa gente que vestía igual que él, pero no lo halló.
Taehyung paseó por el lugar. Había muchas camas y muchas personas que iban de un lugar a otro con expresiones desesperadas en sus rostros. Algunos de los humanos que estaban en las camas tenían heridas en sus extremidades, otros se quejaban de dolor de estómago, de cabeza y otros vomitaban en el suelo o escupían sangre al toser. Entre toda aquella gente enferma, quienes iban vestidos como Jungkook cosían las heridas, ayudaban a estabilizar a los pacientes y les suministraban analgésicos a través de las vías intravenosas, pero, por supuesto, Taehyung no entendía nada de lo que estaba viendo. No era consciente de que se encontraba en la sala de urgencias de un hospital.
Mientras buscaba a Jungkook en medio de todo ese caos, se asomó a una pequeña sala. Dentro se encontraba una mujer sobre una extraña cama y a su alrededor habían personas que trataban de reanimar su cuerpo. A su lado, fuera de la habitación, se encontraba un hombre que lloraba inconsolablemente. Tenía un anillo de plata en el dedo de la mano izquierda y estaba unido a la mujer que luchaba por su vida mediante un lazo rojo y grueso.
— Amantes... — susurró Taehyung. Algo le hizo sentir inquieto; quizás angustiado. El humano que lloraba no era consciente de que su lazo estaba desapareciendo. Cuando un pitido muy largo que provenía de aquella máquina sonó, las personas de la habitación se detuvieron; en ese momento, el lazo que los unía se rompió.
Una mujer mayor dijo: — Hora de la muerte, once y veintiuna de la mañana.
Taehyung se apartó de la ventana y caminó hacia un pasillo tras atravesar unas puertas. A diferencia de aquella habitación tan caótica y ruidosa, el pasillo estaba vacío y había menos ruido.
— ¿Dónde estáis? — preguntó al aire. Buscaba a Jungkook, pero no le había visto todavía.
Cerró los ojos y aisló cualquier sonido o emoción exterior que le rodeaba. Cuando se encontró en calma y sintió la tensión del lazo que les unía, abrió los ojos. Oyó la voz del muchacho a lo lejos, pero sabía que no estaba tan cerca como imaginaba. Visualizó el lazo grueso que los unía y lo siguió.
Había mucha gente en aquel lugar. Llegó a un vestíbulo que tenía una gran escalera y una recepción. Oía el sonido del teléfono y voces calmadas, por supuesto, era un forastero que seguía sin comprender sobre el futuro.
Taehyung se comportaba como un fantasma que, viendo desde diferentes perspectivas, o bien pertenecía al pasado, o bien al futuro.
Continuó su camino siguiendo el lazo rojo que le unía a Jungkook. Los humanos lucían tan diferentes, ni siquiera había punto de comparación con los que él conocía. Taehyung se preguntaba si en ese mundo futurista, también lo odiarían y tratarían de asesinarlo; pero fuese como fuera, no importaba en ese momento.
A lo lejos, cuando una mujer traspasó su cuerpo astral como si fuera de aire, vio a Jungkook. Tenía una especie de libro extraño de color violeta y una pluma todavía más rara que no necesitaba tinta para que escribiera. Parecía muy concentrado, caminaba lento y calmado. Taehyung frunció el ceño al encontrar varias diferencias con su actitud actual.
Una joven que tenía casi la misma prenda que él pero de un color diferente, se le acercó y hablaron durante un momento; Jungkook se reía con ella y la muchacha parecía no controlar el rubor de sus mejillas. Taehyung los observó durante unos minutos; se dio cuenta de que aquel sujeto era muy diferente del que había conocido; tenía una sonrisa agradable, un tono de voz más calmado y hablaba de manera pausada; lo justo y necesario.
Taehyung no comprendía la conversación. Pudo entender que hablaban de una persona, pero usaban palabras que ni siquiera sabía que existían; aunque también se le había ocurrido la posibilidad de que todavía no existían.
— ¿Metástasis? — preguntó en voz alta, no comprendía el significado — ¿Qué puede ser eso? Hum... ¿Será un tipo de enfermedad?
— ¿Has ido a ver a la paciente? — le preguntó la muchacha mientras observaba el informe que sostenía Jungkook.
— ¿A Wony? No, aún no. De hecho, iba a hacerlo ahora... — se quedó en silencio observando a la muchacha, que tenía una expresión molesta en el rostro — ¿Qué?
— ¿Wony? ¿En serio? ¿Qué hemos dicho sobre ponerle apodos a los pacientes?
— Es algo inofensivo — dijo Jungkook sin comprender la gravedad del asunto.
— Ponerle apodos es otra forma de involucrarse personalmente en la vida de los pacientes. Sabes lo delicado que resulta, ¿verdad? Ella es una paciente terminal, Jungkook, ¿qué sucederá el día en que fallezca?
Taehyung observaba la expresión del chico. Su rostro se había enseriado y parecía molesto. Cerró su carpeta y guardó el bolígrafo en el bolsillo de su camisa.
— Soy consciente de que ella morirá en unos días, semanas o puede que dentro de dos meses, sin embargo, haberle puesto un apodo la hace sonreír — parecía un chico maduro que se preocupaba por los demás. A Taehyung le había impresionado verle actuar de esa manera, por eso, ni siquiera se había percatado de que su mirada volvía a brillar —. Ahora, si me disculpas, iré a ver a mi paciente.
— Por eso os quedasteis a ayudar a ese humano que trataba de mataros, ¿verdad? — suspiró — Sois un buen hombre, Jungkook...
El joven se detuvo al oír su nombre y se giró a ver a la enfermera.
— ¿Me has llamado? — preguntó, la muchacha negó — Escuché que alguien me había llamado... — murmuró, aunque después, observó en dirección a Taehyung y el omega se sobresaltó.
"No es posible, ¿me ha oído?" Se preguntó. Por un momento, creyó, incluso, que le había visto "¿Acaso puede verme?"
Jungkook se disculpó nuevamente con la mujer y continuó su camino. Taehyung suspiró aliviado, aunque sabía que era imposible que le hubiera visto.
— Es imposible que haya oído, después de todo, estos son sus recuerdos y mi presencia no los está alterando — observó sus manos —. En este futuro... No existo.
En ese momento, Taehyung escuchó el sonido de un cascabel.
Se giró, rápidamente, y buscó por todas partes el origen del sonido, pero no lo halló; sin embargo, lo más extraño era que el cascabel había sonado dentro de su cabeza y eso... Eso no debería ocurrir, porque él no era parte de ese plano de la existencia; no era parte de ese presente ni de ese futuro, entonces, ¿por qué había un sujeto observándole desde el extremo del pasillo contiguo?
— Debería tranquilizarme... — murmuró, pero la mirada de ese sujeto era demasiado intensa, y por alguna razón, no podía reconocer su rostro — Nadie está viéndome porque yo no existo aquí; este no es mi ahora... ¿O sí?
Se sentía intranquilo. Algo muy pesado reposaba sobre sus hombros y le afligía el corazón. Era como si sintiera una presencia más poderosa que la suya en ese lugar, pero era imposible, pues esa era la mente de Jungkook; un omega híbrido que había llegado en extrañas circunstancias a su época. Además, nadie más que él tenía ese poder de entrar en la mente de alguien y observar sus recuerdos, por lo tanto, porque se trataba de memorias, no podía haber otra presencia al mismo tiempo que él.
Jungkook no podía ser tan poderoso para ser consciente dentro en su mente. Nadie lo era, ni siquiera un omega puro era capaz de hacerle sentir de esa manera tan abrumadora.
— Tengo que calmarme... — murmuró llevándose la mano hacia el pecho. El ambiente era pesado; se volvía oscuro y desafiaba su propio poder — Tranquilo, tranquilo, tranquilo... Todo está bien. Todo... — Entonces, una figura extraña se posó delante de él; era la figura de un hombre cuyo rostro no pudo reconocer, pero el sonido del cascabel le había indicado que se trataba del mismo sujeto que le miraba desde la esquina.
Taehyung levantó la mirada sintiendo terror. Su cuerpo se quedó paralizado y era como si su presencia se hubiera vuelto más pequeña delante del sujeto misterioso.
— Indícale el camino — le dijo ese hombre. Su voz le resultaba familiar, pero Taehyung no se detuvo a pensar de dónde lo conocía, pues le había puesto una mano sobre el hombro al decirle aquello.
— ¡¿Quién sois?! — exclamó consternado, pues era imposible que alguien más pudiera hacerlo en la mente de otra persona. Nadie, hasta ese momento, fue capaz de sentir la presencia de Taehyung dentro de las memorias.
La presencia desapareció repentinamente. Tras tocarle el hombro y decirle que "indicara el camino"; se esfumó como si nunca hubiera estado allí y con él, la sensación de ahogamiento que Taehyung sintió en ese momento. Había sido tanta presión, que se olvidó de su propósito, si no fuera porque el "hilo del amante" que le unía a Jungkook le recordó su misión, se habría perdido a sí mismo.
Taehyung continuó siguiendo el hilo que le llevaría hasta el paradero de Jungkook. Allí, tras la puerta cerrada de una habitación numerada, atravesó la puerta y vio a una muchacha recostada en una cama y al joven proveniente del futuro sentado cerca de ella.
El omega presionó los labios. Ni siquiera era necesario preguntar para saber que la vida de aquella muchacha estaba a punto de acabarse. Su piel lucía pálida como la de un cadáver, tenía los ojos hundidos y sus labios habían perdido el color. Se veía sumamente frágil, ni siquiera tenía cabello, cosa que le pareció confusa, no obstante, no le parecía que fuese lo más importante.
Taehyung observó sus ojos; eran azules como el mar y como el cielo. Tardó un par de segundos en darse cuenta de que ella también era una omega porque ya había visto ojos tan preciosos como los de ella en los seres amados que había perdido.
— Wonyoung — mencionó su nombre con calma. Jungkook se veía y se oía diferente. Con la chica era un hombre calmado, que no hablaba fuerte y tampoco decía disparates — ¿Cómo estás hoy?
— Buenos días, doctor Jeon — respondió con una sonrisa. Parecía tan cansada. Taehyung sintió las emociones de Jungkook en ese instante; se sentía triste, afligido y desesperanzado, sin embargo, todavía era capaz de fingir una sonrisa para aquella chica —. Hoy he tenido un sueño... Uno muy, muy... bonito.
— ¿Sí? ¿Me hablas de ello? — le preguntó y mientras la muchacha le contaba su sueño, Jungkook procedió a comprobar su estado. Lo hacía con paciencia y delicadeza porque no quería causarle sufrimiento ni dolor a un paciente terminal como ella.
— Soñé que volvía a casa... A casa de mis padres — le contaba a Jungkook y Taehyung oía atentamente con sus propios sentimientos de tristeza —. Mi casa solía ser una granja muy grande y hermosa. Teníamos ovejas, cabras, vacas... Y mi padre cultivaba en sus tierras fértiles.
— ¿Sí? Cuéntame más.
— Mi madre... también vi a mi madre. Bueno... No es que la haya visto, pero la sentí... Estaba detrás de mí, peinándome, y estábamos en paz... — Wonyoung sonrió con nostalgia — Es como si hubiera sido hace mucho tiempo. Jamás creí que volvería a verlos, pero... me alegro de que hayan venido a visitarme en mis sueños.
— Eso suena a un sueño precioso, Wony — Jungkook tomó su mano. La delicadeza y la paciencia con la que la trataba había conmovido a Taehyung, que los observaba en silencio.
Jungkook, en ese momento, le recordó al hombre que le había encontrado cuando nació y con quien recorrió el mundo hasta llegar a la aldea donde fue criado por los demás omegas. Su trato, su voz, su apariencia... Todo le recordaba a él y eso le resultaba extraño, pues, sus recuerdos sobre ese hombre eran borrosos. Antes, ni siquiera habría podido ponerle un rostro, pero la calidez de Jungkook le resultaba familiar.
Después de estar con Wonyoung, Jungkook la dejó descansar. Taehyung lo siguió en todo momento y aprendió varias cosas del futuro. Por supuesto, también vio cosas desagradables en las salas de trauma, durante las intervenciones de urgencias y hasta vio una cirugía de corazón abierto. Para él, algo como eso era insólito y fascinante porque los omegas nunca solían lesionarse.
Los humanos terratenientes acostumbraban a tener omegas esclavizados. Las omegas hembras se convertían en objetos sexuales de los señores y los omegas machos, eran torturados y mutilados con el propósito de extraerles la sangre que era curativa para los humanos.
Si a un omega le cortaban el brazo, este volvía a crecer; lo mismo con una pierna e incluso si se les arrancaba el corazón, podían seguir viviendo, aunque, si eran decapitados, era el final para ellos. ¿Por qué razón la cabeza era la única debilidad física que tenían? Nadie lo sabía, ni siquiera las sacerdotisas.
El tiempo que Taehyung pasó al lado de Jungkook en sus recuerdos fueron setenta y dos horas continuas. A pesar del largo tiempo en sus memorias, en el mundo real el tiempo no transcurría de la misma forma. Para el Jungkook que sostenía sus manos mientras le leía la mente, probablemente, solo habían pasado uno o dos minutos.
— Así que este es el futuro de la medicina — murmuró. Se encontraba sentado al lado de Jungkook, aunque él no podía verle. Según entendía, su turno había concluido y ya podía regresar a casa.
Antes, había conversado con una persona mediante un extraño aparato rectangular que brillaba. Taehyung creía que se trataba de magia, pero nunca antes había visto algo así. Desde el aparato se oía una voz masculina que le decía que iba a llegar dentro de diez minutos, sin embargo, el joven médico había agotado todas sus energías y se había quedado dormido en un banco, frente al hospital.
La gente que pasaba hablaba sobre él y aunque no era a Taehyung a quien observaban, se sentía juzgado y avergonzado. Si tan solo pudiera decirle a Jungkook que despertara, la vergüenza acabaría.
— Jungkook — la voz que pronunció el nombre del viajero a través del tiempo era similar a la que había salido del aparato mágico. Taehyung levantó la vista y vio a otro hombre; un joven de piel pálida, cabello negro y ojos oscuros. Su semblante era serio, pero amigable y miraba al chico, que apenas podía mantener sus ojos abiertos, con ternura — ¿Otra vez durmiendo en la calle?
— Qué chico tan hermoso... — murmuró Taehyung. Por supuesto, nadie podía oírle, por eso, se sorprendió de sus propias palabras al comprender lo que había dicho.
Taehyung sintió algo muy extraño cuando lo vio. A diferencia de la sensación de familiaridad que tuvo al ver a Jungkook, con ese chico había sido diferente. Por supuesto, el pensamiento de Taehyung había sido que ese muchacho era, probablemente, el humano más hermoso que había conocido en su vida y le invadió un sentimiento demasiado puro parecido al cariño; al amor, pero... No sabría explicar por qué. Lo comparó con el amor fraternal que tenía con sus hermanos omegas, pero se había dado cuenta de que el afecto iba más allá... Un poco más allá.
Era como si su deber fuera protegerlo. Sí, eso fue lo que había sentido cuando conoció al hermano mayor de Jeon Jungkook; sintió que quería proteger su vida con la suya si fuera posible, sin embargo, eso le resultaba perturbador e inexplicable.
— ¿Quiénes sois vosotros dos? — murmuró observando cómo nacía un hilo rojo de él y se conectaba con el hermano de Jungkook.
— Toma, Jungkook, te he traído café — le dijo el joven al sentarse a su lado.
Jungkook gimoteó un poco, pero no abrió los ojos. El chico tomó su rostro con delicadeza y lo apartó de Taehyung para recostarlo sobre su hombro.
— Ay... ¡Qué hermoso aroma! — dijo Jungkook tras abrir los ojos finalmente y tomar el vaso de cartón caliente. Bebió un poco el contenido. Taehyung se preguntaba qué tipo de bebida era el café. Le pareció que era medicina porque el rostro de Jungkook se iluminó minutos después de probarlo.
— ¿Has recuperado la energía? — le preguntó el chico. Su voz era amable y él era tan elegante; era tan hermoso como una piedra de obsidiana brillante — Mira lo que te he traído.
— ¿Uhm? — le dio una bolsa de papel, dentro, había un paquete. Taehyung no podía adivinar de lo que se trataba, pero a juzgar por la reacción de Jungkook, debería ser algo bueno — ¡No puede ser! ¡¿Yoongi?! ¡Esto...! — chilló — ¡Me muero! ¡Muchísimas gracias, hermano! ¡Maldita sea! ¡De verdad lo has conseguido!
— Me alegro de que te guste.
— ¡Me había olvidado de que hoy era el lanzamiento! — abrazó a Yoongi — ¡Soy tan feliz! ¿Quién fue el estúpido que dijo que el dinero no compra la felicidad? ¡Oh, Yoongi! ¡Esto es genial! — estaba contento, tan contento que se había olvidado de que apenas había dormido y su única motivación era poder llegar a su casa y jugar el videojuego — Pero... ¿Cuánto tiempo estuviste esperando para poder comprarlo? Yoongi... Te has sacrificado tanto por mí...
— Bueno — el joven sonrió al ver el rostro de su hermano. Le brillaban los ojos como si fuera a llorar —, no puedo llevarme el mérito. No fui yo quien se sacrificó tantas horas en la cola.
— ¿Eh?
— ¿Recuerdas a la chica de la que te hablé? — a Taehyung le parecía una charla de hermanos. Ese tal Yoongi tenía una personalidad completamente diferente de Jungkook, sin embargo, ambos parecían complementarse fácilmente. Taehyung se dedicó a escuchar su plática; tampoco es que pudiera hacer otra cosa — Me dijo que ella podía hacerlo. No quise dejarle una responsabilidad tan grande, pero no podía quedarme tanto tiempo esperando y sabía que si me retrasaba, perdería la oportunidad. Quería complacerte, después de todo, mañana es tu cumpleaños.
Jungkook abrazó el videojuego que le había regalado e hizo un puchero con los labios para demostrarle lo agradecido que estaba con él.
— Cuando vea a tu novia, le daré las gracias personalmente.
Yoongi se sonrojó rápidamente.
— No es... mi novia — susurró.
— ¿Y lo será algún día? Vamos, te gusta muchísimo esa chica, ¡debes dar el paso, no seas cobarde! — le dio un golpe en la espalda — ¿Acaso esa chica es real? Es demasiado sospechosa, nunca la he visto.
— ¿Por qué mentiría sobre algo así?
— Toda tu vida has tenido la cara metida en los libros. Dudo mucho que sepas hablar con una mujer.
— Lo dice el que se ha enamorado de un personaje de un videojuego.
— ¡Insolente! — Jungkook se levantó del banco dando un brinco — ¡Para que lo sepas, Zhang Hao es el hombre perfecto y más hermoso de todo el universo!
— No es real.
— ¿Cómo te atreves? — le dio la espalda, Yoongi sonrió pensando que era adorable cuando se enfadaba — Si no hubiera tenido un turno tan largo, tendría las fuerzas suficiente para hacer que te arrepientas de lo que acabas de decir.
Taehyung se llevó los dedos a la barbilla, como si pensara o reflexionara sobre algo complejo, pero en lo que pensaba era «¿Se ha enamorado de alguien que no existe? ¿Cómo es eso posible? ¿Puede que ese tal Zhang Hao también sea un viajero...?»
— No seas infantil — dijo Yoongi —. Te acompañaré a casa. Mañana pienso llevarla a comer por tu cumpleaños, entonces sabrás que es real.
— ¿Vendrá? — se le iluminó la mirada — ¡Genial, estoy emocionado! ¿Sabes? Tengo el día libre mañana; así que, ayudaré a mamá con la comida, ¿qué le gusta a tu chica? ¿Hum?
— La tarta de manzana. Es su postre favorito.
— ¡Tarta de manzana! — chasqueó los dedos — ¡Perfecto!
Al ver que se alejaban, Taehyung decidió seguirles. Como había mencionado la tarta de manzana, se le hizo agua en la boca. No es que tuviera hambre, pero se le había antojado comer en ese momento.
Yoongi había ido a buscar a Jungkook en una motocicleta negra. Era un último modelo, bastante precioso y grande. Al llegar a ella, Jungkook se colocó el casco, al igual que Yoongi. Sin embargo, Taehyung se quedó observando el vehículo con la boca abierta; si fuese posible, su mandíbula habría llegado hasta el suelo.
— ¡¿Qué clase de caballo es ese?! — chilló. Aunque él no se había percatado, Jungkook había oído su voz y miró hacia su dirección, pero, al no ver a nadie, decidió olvidarlo dando por sentado que se trataba del cansancio — ¿Acaso eso es siquiera un caballo? No tiene patas ni cabeza, ¿qué diantres son esas cosas? ¿Ruedas?
Taehyung se había fascinado tanto por el avance tecnológico del futuro que se acercó a la motocicleta y la observó, detenidamente, desde todos los ángulos posibles, hasta que Yoongi arrancó y el ruido le provocó un susto de muerte.
— ¡¿Qué ha sido eso?! — preguntó en voz alta, todavía aterrado y con la mano en el pecho — ¡Ha rugido!... Esperad... ¡Se mueve! ¡No, no, no! ¡Esperadme!
Allí, sin saber qué hacer, Taehyung se quedó observando cómo Jungkook se alejaba de él montado sobre ese extraño caballo que rugía como un monstruo.
— ¿Eh? — fue lo único que sus labios pudieron pronunciar mientras mantenía una sonrisa incrédula que le funcionaba como un tapón para no perder los nervios — ¿Qué acaba... de pasar?
Muchísimas gracias por darle tanto apoyo al regreso de esta historia. 😭 De verdad, muchísimas, pero muchísimas gracias. 💖 Prometo que los cambios van para mejor; el drama, el romance, el misterio y la comedia siempre serán el fuerte de este fic.
Sin embargo, conversando sobre el capítulo: Taehyung ha podido ver el futuro a través de los recuerdos de Jungkook y, al parecer, reconoció a otra omega que tiene... ¿una enfermedad terminal? 😲 Y menos mal que el que viajó en el tiempo fue Jungkook y no Taehyung, porque le daría un infarto tras conocer la electricidad. ✋🏻🙂↕️
* Una aclaración antes de continuar con el siguiente capítulo:
Entre muchos de los otros poderes de Taehyung, la conexión empática es una de ella, ¿qué significa y cómo funciona?:
Taehyung crea un vínculo con una persona y es capaz de sentir todas sus emociones mientras el vínculo exista. A menos que la otra persona muera o Taehyung decida cortar el lazo o muera, seguirá existiendo esta conexión.
Sirve para dos cosas ✌🏻: para leer las memorias y para controlar las emociones.
NO es lo mismo que la telepatía. Taehyung también es un telépata, pero ya veremos en el transcurso de la historia por qué no ha utilizado esta habilidad desde el principio.
¡Nos leemos en el siguiente capítulo! 😘
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