2. Su nombre es Taehyung.
— ¿Estáis mejor? — el joven acariciaba su espalda mientras Jungkook se recomponía.
No entendía nada. Estaba, claramente, alterado y asustado, ¡aterrado! Todo le parecía tan surrealista producto de una terrible pesadilla de la que no podía despertar, pero, por alguna razón, no podía exteriorizar sus sentimientos. Sus emociones quedaron neutralizadas y sabía que todo era obra de aquel sujeto con los superpoderes mentales.
— No siento nada... — respondió sin mirarlo, estaba tan concentrado en, por lo menos, soltar una lágrima, pero la sensación que sentía estando cerca del sujeto albino era de una inexplicable y cálida calma que le provocaba repulsión de lo extraño que le resultaba — No puedo sentir nada; ni rabia, ni miedo, ni frustración... ¡Nada!
— Es debido al vínculo que hay entre nosotros — respondió el omega, Jungkook le miró a los ojos nuevamente, pero se sentía bastante intimidado por su mirada —. Alguien lo creó, pero no recuerdo cómo o... por qué. El único ser en este mundo que puede hacer algo así, soy yo.
— ¿Qué? A ver... — sonrió nervioso — Explícate mejor, Gojo Satoru.
— ¿Qué me habéis llamado? — le miró perplejo, pero decidió ignorar las tonterías tan extrañas que salían de su boca — Los seres crean vínculos siempre. Unen sus lazos del destino cuando se conocen y no se rompen hasta llegada la muerte. Cada ser vivo de este universo tiene un lazo y existen dos; el delgado, que significa que estáis destinado a conocer a alguien, no necesariamente debe haber una relación estrecha; puede ser cualquier persona que vea a vuestro alrededor, y luego está el lazo grueso; ese lazo es inquebrantable y significa que vuestro destino es establecer una conexión profunda e íntima con alguien más.
— ¿Y...?
— Vos y yo estamos enlazados por el destino. Normalmente, cuando alguien conoce a quien comparte su lazo grueso, no lo sabe en el momento. El lazo se grueso debe forjarse y... el nuestro ya está forjado.
Jungkook se cubrió la boca completamente impactado, aunque no había entendido una puñetera mierda de lo que le había dicho ese ser mitológico que le hablaba con aquel acento medieval tan extraño.
El omega relajó la mirada y frunció los labios.
— No habéis entendido, ¿verdad?
— ¿Cómo lo has sabido?
— Os lo explicaré en breve — se acomodó sobre el pasto y Jungkook puso atención como si hubiera vuelto a la primaria; cuando solía ir a la escuela, odiaba las clases de gramática y solamente ponía una expresión de suma atención para que la maestra no le hiciera preguntas y le dejara en evidencia —; yo soy un omega diferente a vos. Tengo habilidades especiales que ningún otro omega posee, y una de esas habilidades es crear vínculos empáticos que me permiten sentir todo lo que mi vinculado siente. Puedo leer sus emociones, su corazón y su mente. Eso me permite absorber sus sentimientos y su dolor... Por eso no tiene sentido que tengamos un vínculo empático si ni siquiera sé vuestro nombre.
— Soy Jungkook, un gusto — le tendió la mano con una sonrisa, cortando completamente el ambiente tenso e intrigante que se había formado.
El omega miró la mano del joven, después su rostro y su sonrisa incómoda. Le miraba tan fijamente que tuvo la sensación de que comenzaba a dolerle las mejillas de tanto sonreír y de que sus pupilas se perdían en el horizonte.
— ¿Por qué me dais la mano? ¿Qué clase de saludo es ese?
— Ah, es verdad... Estoy quinientos años en el pasado; los occidentales todavía no han impuesto sus costumbres sobre las nuestras asesinando nuestra cultura deliberadamente.
— ¿Los occidentales...?
— Ignórame — hizo un gesto con las manos —, no tienes que preocuparte de eso. No estarás vivo para entonces; menos estrés al que enfrentarte... — después se dio cuenta de lo que había dicho y se echó para atrás — Ay, no... ¡La he cagado!
— ¿Que os habéis cagado?
— ¡No! Quiero decir... — se cubrió el rostro por la vergüenza y se dejó caer al suelo como un costal de patatas — Esto es tan surrealista. No puedo creer que sea real... ¡Los viajes en el tiempo no existen! ¡Son paradojas! ¿Esto es por el estrés? Estaré soñando... Sí, eso debe ser... He hecho un turno de setenta y dos horas seguidas y he perdido a una paciente a la que le prometí que salvaría... Sí, sí, sí... Estoy delirando.
— ¿Habéis terminado?
Se descubrió el rostro rápidamente y le miró con atención. Al incorporarse, fingió que pensaba y después de chasquear los dedos, le dijo: — En realidad eres bastante hermoso.
El omega abrió los ojos con sorpresa mientras se ruborizaba, pero no estaba seguro de si había sido por las palabras del híbrido o porque estaban demasiado cerca; tan cerca que podía sentir su respiración sobre sus labios.
Se sintió tan nervioso. Tragó saliva un par de veces y desvió su mirada hacia cualquier lado, y cuando ya no pudo soportar la tensión, le dio un golpe en la frente con sus dedos para que se apartara.
— ¡¡Ay!! — se quejó Jungkook y se lanzó hacia atrás de nuevo. En el suelo se retorció de dolor.
— Dejad de exagerar, lucís ridículo.
— Jamás lo entenderías, nunca has viajado en el tiempo — suspiró mirando el cielo, parecía que llovería de nuevo. Entonces, se dio cuenta de algo aterrador —. No puede ser... ¡Todos los omegas mueren en el futuro! ¡Y yo...!
— ¿Qué?
— ¡Y la gente de aquí piensa que soy un omega! — se arrodilló y pidió al cielo clemencia o algo así, realmente nunca había practicado una religión, pero en los dramas de época, los personajes se arrodillaban y gritaban al cielo para que lloviera o el rey resucitara — ¡¿Qué se supone que deba hacer, huh?! ¡Dios! ¡¿Por qué me has hecho esto?! ¡Si he sido un chico bueno toda mi vida...!
— ¿Qué habéis dicho sobre el futuro? — le preguntó el omega con preocupación.
— ¡Soy muy joven para morir! ¡Ni siquiera he hecho una apendicectomía o cualquier otra cirugía en solitario! Sabía que debería haberle robado aquella paciente a Hyein... ¡Maldita sea, me tocó una paciente de cáncer terminal en vez de aquella aburrida craneotomía!
Su compañero volvió a relajar la cara y esperó pacientemente hasta que terminara de lloriquear. Pensaba que estaba loco. Vestía raro, hablaba raro y decía palabras que ni siquiera existían... ¿Craneotomía? ¿Y eso qué diablos era?
— Un minuto... ¡Esto es terrible! ¡Es demasiado terrible! ¡En esta época no existe el ácido hialurónico, ni la niacinamida o el protector solar! — gateó hacia el omega, lo tomó por los hombros y lo zarandeó mientras le explicaba lo terrible que eso le parecía — Dios mío... ¡Se me van a notar los poros en la cara! — chilló como si fuera un globo desinflándose y volvió a dejarse caer al suelo como si fuera un costal de patatas. Pataleó un par de veces, hasta que el omega se puso de pie y caminó lejos de él — ¡¿A dónde vas?!
— A cualquier sitio donde no os oiga.
— ¡No puedes dejarme aquí! — le apuntó con el dedo — ¡Has salvado mi vida! Deberías hacerte cargo, que ahora estoy muy rayado.
— ¿Rayado? ¿Qué? — arrugó el entrecejo y le miró con preocupación, ¿o quizás era lástima o una sincera sensación de vergüenza ajena? — ¿Pero por qué decís cosas tan extrañas?
— Escucha, colega, estoy viviendo una crisis existencial — rápidamente se puso de pie y trotó hasta alcanzarlo — No todos los días viajas quinientos años al pasado y descubre que eres inmortal y que un elfo del bosque salido de El señor de los anillos con complejo de Carrie White te salva la vida... — se detuvo de repente y chilló de nuevo — ¡Estoy en una simulación!
— Agh... Creo que me duele la cabeza... — murmuró masajeándose las sienes.
— Como en Matrix, ¡nada de esto es real!
— Todo esto es muy real.
— Me secuestraron y me pusieron como sujeto de prueba en un videojuego de fantasía, ¡eso debe ser! — dio un chasquido con los dedos — Ah, hablando de videojuegos de fantasía... Dentro de dos días debería estar disponible la plantilla de mi esposo del gachagame... ¡Y yo todavía no tengo a Zhang Hao! ¡Dios mío, es peor de lo que imaginaba!
— ¡Por favor, callaos de una vez! — hizo un ademán con sus manos y Jungkook cerró la boca. Batalló por despegar sus labios, pero no pudo; era como si tuviera la boca sellada, así que comenzó a balbucear como si gritara estando amordazado — Mucho... mejor...
Jungkook y su acompañante omega caminaron durante varios minutos por el bosque. El joven del futuro todavía balbuceaba con la boca cerrada, hasta parecía que se había acostumbrado y había inventado su propio idioma. Tenía vastas conversaciones consigo mismo sin pronunciar palabras reales. Le explicaba al omega lo que sentía, cómo todo aquello le parecía una locura surrealista y también habló de su familia; le contó su vida y cómo descubrió que era adoptado. Por supuesto, su acompañante no entendía absolutamente nada de lo que estaba contándole.
Cuando comenzó a parecerle un fastidio oír sus balbuceos, decidió dejar que hablara.
— ¡Muchas gracias! — exclamó Jungkook — Creí que me quedaría así toda la vida...
— Debería haberos dejado así toda la vida.
— ¿Sabes? No importa que haya un panel de Zhang Hao muy pronto porque hace mucho que he dejado de jugar porque no tenía tiempo — suspiró —. Bueno, ahora lo tengo, pero estoy atrapado en el pasado.
— Me cuesta creer lo que decís, más bien parecéis un loco que alguien cuerdo — el joven se detuvo y se giró para verlo, a Jungkook le sorprendió —. Vestís raro también y decís cosas que no tienen sentido.
— Vaya, creía que me dirían brujo o hereje, no loco — sonrió y se apresuró para estar al lado del omega — ¡Tú sí que haces brujería! ¿Cómo has podido hacer todo eso? ¿Cómo lo has hecho? Si esto es real, no me sorprendería, después de todo, he viajado en el tiempo... Ay...
— ¿Y ahora qué os pasa?
— Me pregunto si el tiempo transcurrirá igual en este tiempo que en el futuro, no quiero que mis padres se preocupen... Fui malo con ellos antes de venir aquí, si tan solo les hubiera escuchado... — se cubrió el rostro con la mano, se sentía bastante culpable y triste. El omega percibió sus emociones — Pero perdí a mi paciente y me enteré de que era adoptado... Lo único que quería era estar solo — cuando los sentimientos se agravaron en su interior y estuvo a punto de llorar, dijo algo que le rompió el corazón — Y ahora estoy verdaderamente solo y perdido.
El chico omega le tocó el hombro. Todas las penas de Jungkook desaparecieron al instante, le pareció reconfortante.
— Nunca había conocido a un omega como yo. Soy el sacerdote especial de Uzumaki, por eso puedo hacer todo lo que hago. Quizás él os haya bendecido de alguna forma diferente; si tomamos el libro, quizás encontremos una manera de que todo esto se pueda solucionar.
— ¿El libro? ¿Qué libro?
— Venid conmigo — le tendió la mano. Jungkook se dio cuenta de que habían llegado a un asentamiento abandonado —. En nuestro pueblo y religión, existen dos libros; el primero, Shinzō, fue escrito por nuestros creadores; los primeros omegas que llegaron al planeta. El segundo, Shippūden, es un libro que fue escrito por el propio Uzumaki, en algún punto del tiempo o quizás en todos.
— No estoy entendiendo nada.
El joven le pidió a Jungkook que tomara asiento dentro de una carpa que, si bien no estaba equipada ni acomodada para dormir, los protegería de la lluvia que había comenzado a caer.
— El Shinzō cuenta la creación del mundo, los secretos del universo; hablan sobre las profecías, sobre el elegido, los dioses y el destino.
— Vamos, La Biblia de los elfos — dijo Jungkook con mofa.
— No os burléis de mí.
— Perdón.
— Y el Shippūden es como una especie de guía para saber sobre las artes místicas del cosmos.
— ¿Es decir?
— Los encantamientos para manipular el tiempo y el espacio.
— ¡Entonces...! ¡Allí debe haber algún truco para volver al pasado!
— Sí.
— ¡¿Y dónde está ese condenado libro?!
El omega le dio un golpe en la mejilla.
— Más respeto.
— Lo siento — se acarició la piel — ¿Sabes? Siento que te conozco de algún lado. Creo que he oído tu voz alguna vez, pero... Eso es imposible, ¿no?
— Decís que habéis venido desde el futuro, ¿verdad? — le tendió ambas manos para que las tomara — Necesito ver lo que ocurrió. Si queréis, utilizaré ese vínculo que tenemos y descubriré qué ha pasado y también cuándo hemos hecho este vínculo.
Jungkook tomó una de sus manos cuando las primeras gotas de lluvia se estrellaron sobre la carpa, después, tomó la otra. — Vale, pero, ¡hey! Cuidadito con ver demasiado.
— ¿Ver dema...? — comprendió a lo que se refería y se sonrojó — ¡No seáis asqueroso!
— ¡¿Asqueroso?! — exageró sus expresiones — Vale, si no quieres saber por qué estamos unidos, pues no veas.
— ¡No, no, no! — rápidamente, tomó sus manos de nuevo — Como queráis, tendré cuidado, ¿contento?
— Bueno... — se encogió de hombros — No me importa que mires, me he dado cuenta de que eres mi tipo — el chico no contestó, su rostro era del mismo color que un tomate —. Por cierto, todavía no sé cómo te llamas...
El omega entrelazó sus dedos con los de Jungkook antes de responderle, parecía dudar de su respuesta.
— Podéis llamarme Taehyung.
Espero que hayan disfrutado de este capítulo, muchísimas gracias por leer.
Estoy contenta de poder escribir a este Jungkook, la personalidad que tengo en mente para él será muy divertida y espero que también les guste. ❤️ Cualquier pregunta, déjenmela en los comentarios.
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