DÍA 7: Cumpleaños de Uzui
- Y entonces Giyuu-san se deprimió cuando ese niño le dijo que todos le odiaban pero después de dormir un rato en mi regazo se sintió mejor.
Uzui suspiró cansado mientras escuchaba las historias que el pelirrojo le contaba. No sabía que hacían todavía en la casa de Giyuu y Tanjiro, hoy era un día especial, hoy era 31 de octubre. El día más extravagante del año, Halloween y el cumpleaños del dios de las festividades, es decir, él.
- Oye Tanjiro ¿nos podemos ir ya? Es obvio que me estáis preparando una fiesta sorpresa.
- Haz el favor de no fastidiarlo – el novio de Tanjiro apareció en el salón.
- Es que es obvio Tomioka, estáis haciendo tiempo para entretenerme pero tranquilos, fingiré sorpresa. ¿Qué tal esto? "Oh, una fiesta, no me la esperaba". Espero que sea la fiesta más extravagante del barrio. Es mi cumpleaños después de todo.
- Pues cámbiate cumpleañero – Giyuu le tiró una bolsa que tenía dentro un disfraz de pirata – Tanjiro y yo subimos arriba para cambiarnos, si tardamos un poco no subas, es porque tenemos problemas con las cremalleras.
Uzui aguantó la risa y dejó que Tanjiro se fuera con su novio al piso de arriba. ¿"Tener problemas con las cremalleras" es ahora como se llama a revolcarse un rato entre las sábanas con tu novio? Eso le recordó una cosa, no solo tenía ganas de ver su fiesta de cumpleaños, quería ver a su lindo novio rubio cantándole cumpleaños feliz. Todos irían disfrazados ¿de qué iría disfrazado su rubio?
- Giyuu-san, espera.
Unos gemidos pertenecientes a Tanjiro le dieron a entender a Uzui que la pareja ya estaba teniendo problemas con las cremalleras.
A Uzui le dio tiempo a cambiarse y de paso a verse una película entera en el sillón. ¿Cuánto duraba Giyuu en el sexo? Le había dado tiempo a verse la película entera.
- ¡Tomioka! ¡¿Le abrochas ya la cremallera a Tanjiro o solamente se la estás bajando?!
- ¡Ya estamos, ya estamos! – un Tanjiro un poco agitado bajó las escaleras vestido de hombre lobo – Vámonos ya. Giyuu-san, las llaves del coche.
- Las tengo yo – Giyuu bajó tranquilo las escaleras, iba vestido de la muerte.
- ¿Están todas las cremalleras abrochadas? – preguntó con burla.
- Cállate – Giyuu pasó de él aunque Tanjiro si se sonrojó un poco.
Los tres subieron al coche de Giyuu. Giyuu conducía, Tanjiro iba de copiloto y Uzui iba detrás.
- Tanjiro ¿sabes de que irá disfrazado Zenitsu?
- No lo sé Uzui-san, no me ha dicho nada.
- ¿Me estás mintiendo? Venga, dame una pista.
- Ya le he dicho que no lo sé pero... sí que sé algo sobre su regalo de cumpleaños.
- ¿El qué?
- Es algo que le tiene que dar en privado.
- ¿En privado? – Uzui se emocionó – Eso suena bien.
- Suena a sexo de cumpleaños – Giyuu comentó mientras conducía.
- Sí, puede que nos liemos un poco con las cremalleras. Vosotros ya sabéis.
Tanjiro apartó la mirada sonrojado mientras Giyuu miraba mal a Uzui por el espejo retrovisor.
Cuando llegaron a la casa de Uzui, nada más aparcar, el pirata salió impaciente del coche y se dirigió hacia la puerta.
- ¡Uzui-san, espere! – Tanjiro le alcanzó corriendo – Le tenemos que vendar los ojos.
- No es...
- Deja que Tanjiro te vende los ojos.
Uzui rodó los ojos y dejó que el tierno hombre lobo tapara su vista con una cinta de color negra.
- Vamos allá – Tanjiro abrió la puerta y guió a Uzui en la oscuridad de la casa.
El pelirrojo guío al hombre disfrazado de pirata hacia el salón, una vez allí contó hasta tres y le quitó la venda de los ojos. Un sonoro "sorpresa" llegó a sus oídos de parte de todos los presentes en el salón de su casa. Sí que le habían organizado una fiesta sorpresa, había globos, comida, bebida y una mesa llena de regalos. Todos estaban disfrazados porque además del cumpleaños de Uzui era Halloween y eso había que celebrarlo como se merecía. Aunque a Uzui le hubiera gustado algo más extravagante, la fiesta estaba bien. Con la mirada buscó cierta cabellera rubia pero no la encontró por ningún lado y eso le desanimó un poco.
- Vamos Uzui-san – Tanjiro le empujó para que hablara con las personas de la fiesta.
Sus amigos se acercaron a él para felicitar su cumpleaños, el pirata habló animado con todos pero seguía buscando a alguien en específico. Tomioka le dio una lata de cerveza y Tanjiro le incitó a mezclarse más con todos pero su mente seguía en una sola cosa. ¿Dónde estaba Zenitsu?
- ¿No te gusta tu fiesta? – Giyuu le preguntó con un Tanjiro sentado en su regazo – La gente de aquí se ha pasado la tarde inflando globos.
- Sí que me gusta pero... ¿dónde está mi rubio?
- No lo sé, Zenitsu tendría que estar aquí – Tanjiro hizo un puchero.
- Pues no está. Mierda ¿y si le ha pasado algo? Puede estar en un accidente de tráfico y yo aquí bebiendo cerveza en mi cumpleaños. ¿Cómo me dejáis ser tan mala persona?
- No está en un accidente de tráfico, exagerado.
- No se preocupe, Uzui-san. Zenitsu vendrá.
- Si tú lo dices...
La fiesta siguió y el rubio gritón seguía sin aparecer. Preocupado por su novio, Uzui ignoró el consejo de no preocuparse de Tanjiro y llamó a Zenitsu al móvil.
- ¿Tengen?
- Menos mal – respiró tranquilo al oír la dulce voz de Zenitsu - ¿Estás bien? Mi fiesta de cumpleaños ya está en desarrollo.
- Sí, lo sé.
- ¿Lo sabes? ¿Y dónde estás? No es un buen cumpleaños si no estás a mi lado.
- Estaba haciendo unos preparativos.
- ¿De qué?
- Preparativos relacionados con tu cumpleaños, mi disfraz y tu regalo.
- ¿Y te queda mucho para venir?
- Pues... no. De hecho... creo que he llegado a la fiesta mucho antes que cualquiera.
- ¿Qué? – Uzui definitivamente no entendía nada, Zenitsu había llegado antes que nadie pero ahí no estaba – Entonces ¿estás ya aquí?
- Sí, sube... sube a tu habitación. Ven solo ¿vale? Como alguien más me vea así no te lo voy a perdonar.
- Ze... - no le dio tiempo a replicar, el chico había colgado y le había dejado confuso. Si Zenitsu había estado ahí desde el principio ¿por qué no bajaba?
La explicación solo la podría obtener de la boca de Zenitsu así que sin que nadie lo notara se alejó de la fiesta que se desarrollaba en el salón y subió las escaleras hacia su habitación. Como el piso de arriba no había estado pensado para albergar la fiesta, allí no había ni globos ni adornos de Halloween.
Cuando llegó delante de la puerta de su habitación, la abrió despacio y asomó su rostro dentro.
- ¿Zenitsu?
- Ve-venga, e-entra.
Uzui entró a su habitación y cerró la puerta detrás de él, todo estaba a oscuras.
- Zenitsu, no veo nada, voy a encender la luz.
- ¡N-no! No enciendas nada, ya encenderé yo una vela.
- ¿Una vela?
En medio de la oscuridad de la habitación se pudo ver como un mechero se encendía y como con él se encendía una vela que iluminó un poco la habitación. No fue una vela grande lo que se encendió, fue una vela de cumpleaños encima de un pastel pequeño. Ese pastel era sujetado por un chico rubio que estaba en su cama, no se podía ver mucho de él debido a la baja iluminación.
- Hey, ¿puedo encender la luz de la mesilla de noche? No puedo ver bien tu precioso rostro ni tu extravagante disfraz.
- Va-vale – poco convencido aceptó.
Uzui se acercó a la mesilla a pesar de la oscuridad y consiguió encender la luz de la lamparita. Más luz llegó a la habitación y pudo ver la imagen completa encima de su cama, era una imagen que se aseguraría de guardar en sus retinas para siempre.
En la cama del hombre disfrazado de pirata estaba su hermoso novio rubio sosteniendo un pequeño pastel con una vela, eso ya lo sabía de cuando Zenitsu encendió la vela, lo que no sabía era la ropa que estaba llevando. Su novio llevaba unos shorts verdes y una camiseta de hombreras bien ajustada, en la camiseta había un rostro dibujado, un rostro similar al de las calabazas de Halloween. Sus piernas no estaban al descubierto totalmente ya que llevaba unos calcetines largos con rayas naranjas y verdes que le llegaban por encima de la rodilla. Para completar su disfraz, encima de su cabeza había una especie de adorno para el pelo que asimilaba ser la parte de arriba de una calabaza.
- ¿Te gusta? La ropa es muy ajustada y reveladora por eso... me daba vergüenza bajar.
- Estás precioso – se subió a la cama delante de Zenitsu – Eres precioso, tu cuerpo es precioso, no te avergüences de él. Nadie te va a mirar con segundas intenciones en mi cumpleaños.
- Ya lo sé pero... digamos que también quería desearte en privado un feliz cumpleaños. Por eso – le acercó el pastel con una sonrisa – Feliz cumpleaños Tengen, pide un deseo.
- ¿Un deseo? – negó con la cabeza – Pero si estás en mi cama con un disfraz revelador ¿qué más podría pedir?
- Pues otra cosa, vamos, que la vela se va a apagar en cualquier momento.
Uzui miró la vela. La verdad es que no sabía que desear, ya lo tenía todo. Buen trabajo, buenos amigos, a Zenitsu. No necesitaba nada más, era feliz. Se acercó al pastel en manos de Zenitsu y sopló la vela.
- ¿Qué has pedido?
- Es un secreto.
- ¿Te lo quieres comer ahora?
- Sí, te puedo asegurar que te voy a comer ahora.
- Yo no, tonto. El pastel.
- Luego – cogió el pastel y lo dejó en la mesilla de noche - ¿Mi regalo? – preguntó mientras una de sus manos empezaba a acariciar los muslos del rubio.
- Aquí – sacó de detrás de él una pequeña caja – Ábrelo.
Uzui miró un poco confuso la caja.
- No me digas más – Zenitsu le miró divertido – Creías que mi regalo iba a ser sexo, a veces eres muy simple.
- No, bueno sí. Es que... no me lo esperaba.
- Pero ábrelo, vamos.
Cogió la pequeña caja y la abrió, dentro había dos anillos de plata. Con cuidado sacó uno y leyó lo que ponía en la parte interior del anillo. Eran sus nombres y la fecha del día en que se conocieron.
- ¿Te gusta?
- Se supone que soy yo quien debería darte algún día un anillo.
- No es ese tipo de anillo – cogió el otro anillo de la caja – Es un accesorio de pareja, es nada más que un regalo. Si algún día quieres darme otra clase de anillo, quiero que sepas que lo aceptaré encantado.
Los dos se pusieron los anillos en sus dedos y Uzui se lanzó hacia el chico para darle un abrazo.
- ¿Sabes que te quiero?
- Claro que sí. ¿Y tú sabes que aunque mi regalo no era sexo podemos hacerlo sin ningún problema?
- Pero hay gente abajo, me gustan tus gemidos pero vas a tener que controlarte.
- Tonto – pegó en broma una de los brazos de Uzui.
La boca de Uzui chocó con la de Zenitsu en un beso lleno de amor y deseo. Mientras continuaba el beso, empezó a tumbar con cuidado al rubio en la cama para ponerse encima de él. Una vez tumbado, Uzui bajó sus manos hacia los shorts del chico y empezó a bajarlos pero alguien llamó a la puerta.
- ¿Uzui-san? – la dulce voz de Tanjiro sonó al otro lado - ¿Por qué no está abajo con todos?
- Mierda – Zenitsu intentó ponerse bien la ropa pero Uzui le detuvo - ¿Qué haces? Nos va a ver.
- Tú tranquilo – le dio un beso corto y miró hacia la puerta cerrada – Estoy bien Tanjiro, estoy aquí con Zenitsu. Estamos teniendo un problema con las cremalleras así que... tú ya sabes ¿no?
Zenitsu miró a su novio sin entender bien de lo que estaba hablando pero parece que Tanjiro entendió enseguida la situación.
- ¿Cremalleras? Ah, ya, vale. No molesto más.
Los pasos de Tanjiro sonaron alejándose, habían vuelto a quedarse solos.
- ¿Qué ha sido eso?
- Algo así... como un código secreto. Mañana te daré más detalles.
- Ah... ¡Ahhh! – arqueó su espalda a sentir como Uzui atacaba su cuello – Suave... ah... hazlo suave ¡ahhh!
Después de dejar alguna que otra marca roja en el cuello del adorable rubio, bajo dando besos desde su cuello hasta llegar al ombligo. Zenitsu le agarró por los hombros y Uzui le miró a los ojos.
- ¿Ocurre algo?
- ¿Qué deseo has pedido? Es solo por curiosidad.
- Lo siento – beso con cariño la tripa de Zenitsu – No puedes decir un deseo de cumpleaños en alto.
- ¿Ni siquiera una pista?
- Nada de nada. Me gusta dejarte intrigado, te pones sexy.
- Tonto – bajo una de sus manos para acariciar el rostro de Uzui – Te quiero.
- Yo también te quiero cariño. Eres lo mejor que tengo.
La pareja siguió dándose cariños en el piso de arriba mientras abajo seguía la fiesta de cumpleaños. Zenitsu se quedó con las ganas de saber que había pedido Uzui. El cumpleañero no tenía la necesidad de pedir ningún deseo pero ya que se le brindaba la oportunidad...
"Deseo estar para siempre con Zenitsu"
Hola!! Séptimo y último día acabado.
Con esto se acaba la Uzen Week, espero que os haya gustado. Es la primera vez que participo en una week y me hacía ilusión ya que la Giyuutan week me la perdí por despistada. Esta week me ha gustado, sobre todo por las temáticas propuestas.
Si se me presenta la oportunidad y si tengo tiempo, esto último lo más difícil, me gustaría participar en otra week de alguna otra pareja yaoi que me guste.
Nos despedimos de la week con el cumpleaños de Uzui.
Las ilustraciones de cumpleaños de ufotable, como siempre, son preciosas.
Muchas gracias por leer, os quiero 💙💙💙.
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