DÍA 1: Rumores escolares de terror
- Esta noche nos tenemos que quedar todos en la escuela – Inosuke habló serio a sus compañeros, lo cual, era raro en él.
- ¿Quedarnos? ¿Para qué? – Genya la preguntó sin interés.
- ¡Para investigar los rumores de la escuela!
Genya, Tanjiro y Zenitsu pusieron mala cara.
- No me gustan mucho las historias de fantasmas... - Tanjiro dijo un poco incómodo.
- Vaya tontería – Zenitsu murmuró.
- ¿Qué dices Monitsu?
- ¡Qué vaya tontería! Para empezar, los fantasmas no existen y además, vienes cinco días a la semana a esta escuela. Si pasaran cosas raras las habrías visto ya ¿no crees?
- Cobarde, ¡eres un cobarde Monitsu! No tienes lo que hay que tener – Inosuke sonrió con burla – A ti lo que te pasa es que te dan miedo estas cosas. ¡Cobarde! ¡No tienes pito! ¡Monitsu no tiene pito!
- ¡Sí que tengo pito, así que cállate! – el rostro de Zenitsu se puso serio, Genya y Tanjiro ya dieron por hecho que el rubio había caído en la trampa de Inosuke – Me apunto.
Cuando la noche llegó, Zenitsu se arrepintió en seguida de haber caído en las provocaciones del chico jabalí.
- ¿Por qué habré venido? – Zenitsu agarraba con miedo su linterna, era viernes por la noche y él junto a Inosuke, Genya y Tanjiro se habían colado en la escuela por la noche para investigar sus tan famosos rumores de terror – Acabemos pronto por favor.
- Ya, ya, cállate. Los fantasmas se comen primero a los llorones.
- No le hagas caso – Tanjiro intentó tranquilizar a su amigo rubio.
- El primero es este – Inosuke se paró delante de las escaleras que llevaban al segundo piso – Esta escalera tiene un total de 26 escalones pero dicen que si los cuentas podrás contar 27, cuando cuentes el último y levantes la cabeza aparecerá la antigua directora que murió en misteriosas circunstancias y te cortará el cuello. Bueno ¿quién va?
Genya, Tanjiro y Zenitsu se miraron entre ellos, era obvio que nadie quería ir.
- Genta, ve tú.
- ¿Yo? – Genya se señaló - ¿Por qué no vas tú?
- Sencillo – Inosuke le empujó hacia las escaleras – Porque vas a ir tú.
Sin estar muy convencido todavía, Genya empezó a subir las escaleras y a contar los escalones. Todos le miraban muy atentos.
- ¿Eh? – Zenitsu se alarmó al oír un ruido por los pasillos - ¿Lo habéis oído?
- ¿El qué? – Tanjiro miró en la misma dirección por la que miraba su amigo.
- No te inventes cosas – Inosuke apuntó con la linterna la dirección en la que Zenitsu creía haber oído algo - ¿Lo ves? No hay nada.
- S-sí, es verdad. Me lo habré imaginado... - Zenitsu volvió a mirar hacia las escaleras, Genya no estaba - ¿Genya...?
- ¡Genya! – Tanjiro intentó subir las escaleras pero Inosuke le detuvo - ¿Qué haces?
- Nos está tomando el pelo, es obvio. Pues que sepa que tiene la gracia en el culo, nosotros seguimos – Inosuke ignoró la desaparición de su amigo y siguió su camino por los pasillos de la escuela.
- Vamos – Zenitsu agarró la mano del pelirrojo y empezaron a andar detrás del chico jabalí.
- ¿Cuál es el siguiente rumor?
- Aquí – Inosuke sonrió al llegar delante del aula de música – El piano que se toca solo. Los rumores dicen que hace 5 años la escuela tenía un profesor loco por la música, tocaba día y noche, era lo único que hacía. La música molestaba a los demás profesores que daban clase pero él se negó a dejar de tocar. Intentaron retirar el piano pero el profesor amenazó de muerte a toda la escuela. Un día falleció en extrañas circunstancias y la gente creyó que el piano no volvería a ser tocado sin embargo dicen que el piano suena todas las noches y que quien lo toca es el espíritu del profesor muerto.
- Pero... - Tanjiro se agarró con fuerza a Zenitsu – No está sonando.
- El fantasma necesita público, entra Monjiro.
- ¡¿Qué?! – Tanjiro se alarmó.
- Venga, entra y dinos si el fantasma existe – Inosuke agarró a Tanjiro y le metió en el aula de música - ¡No te mueras!
Tanjiro dio un suspiró profundo, estaba asustado. Los fantasmas son fantasmas, están muertos, no pueden hacerte daño ¿no? Con las piernas temblando se acercó al piano del aula. Ninguna tecla se movía, eso era bueno.
- No hay fantasma... - Tanjiro acarició las teclas del piano, sin darse cuenta, una mano pálida se posó encima de la suya - ¡...! – se dio rápidamente la vuelta para encontrarse con el intruso.
Fuera del aula, Inosuke y Zenitsu esperaban. Inosuke se veía tranquilo pero Zenitsu tenía miedo por su amigo.
- No suena el piano, deberíamos... ¡ah! – Zenitsu volvió a mirar por los pasillos - ¡Lo he oído! ¡Definitivamente he oído algo!
- ¿Pero qué dices? No hay nada – Inosuke se alejó del aula y recorrió los pasillos con la linterna - ¿Lo ves? Nada.
- Pe-pero...
- Si vas a estar todo el rato así te deberías haber quedado en casa – se dirigió hacia el aula y abrió la puerta – Oye, Monjiro... ¿eh? No está.
- ¡¿Qué?! – Zenitsu entró angustiado al aula - ¿Y ahora qué hacemos? Primero Genya y ahora Tanjiro.
- Una broma – dijo tranquilo – No pueden desaparecer así como así, es obvio que es una broma.
- ¿Y dónde se están metiendo entonces?
- En algún armario, déjalo, no vale la pena – salió del aula de música seguido de Zenitsu.
- Inosuke, esto ya no es gracioso, vámonos.
- ¿Por qué? Si nos vamos conseguimos que Genta y Monjiro se rían de nosotros y por ahí no paso.
- ¡Inosuke!
Sin más remedio, Zenitsu tuvo que seguir a Inosuke otra vez por los pasillos. Inosuke quería seguir investigando los rumores.
- El siguiente es aquí – apuntó con su linterna a un cártel que ponía aula de biología – Estamos buscando un esqueleto, es el que usamos en clase, supuestamente es de plástico pero los rumores dicen que en realidad es el esqueleto de uno de los alumnos.
- ¡¿Qué?! U-u-un... alumno.
- Sí, dicen que era un alumno problemático y que los profesores, hartos de él, le mataron y dejaron su esqueleto en la clase. ¡Esto es emocionante! – abrió la puerta del aula y entró.
- ¿Y... qué se supone que hace?
- Te estrangula, todavía tiene vida así que como es solo huesos está buscando un cuerpo con carne. Bueno, veamos que hace – se puso delante del esqueleto – Hola alumno muerto ¿vas a estrangularme?
- Inosuke, esto de verdad que no... - un sonido volvió a llegar a los oídos de Zenitsu, no se lo estaba imaginando, allí había más gente eso seguro – Inosuke, hay más gente.
- ¿Dónde?
- Fuera – salió del aula y apuntó con la linterna a todos lados – Tenemos que irnos ya. Inosuke vámonos – volvió a meterse dentro, no había nadie - ¿Inosuke?
El chico jabalí había desaparecido mientras el esqueleto del aula se balanceaba un poco. Sin otro remedio, Zenitsu continuó avanzando por los pasillos. ¿Ahora qué? Ni Genya, ni Tanjiro, ni Inosuke. No quedaba nadie. ¿Qué se supone que hay que hacer ahora? ¿Era una broma grupal o de verdad habían desaparecido?
- Me quiero ir – arto de esta excursión, dejó de andar y su linterna dejó de apuntar hacia el pasillo. Entonces el ruido volvió - ¿Eh? – levantó su cabeza hacia la dirección del ruido - ¿Quién... quién hay ahí?
No recibió ninguna respuesta, el mismo ruido volvió a sonar. ¿Era un fantasma? ¿Se había llevado él a sus amigos?
- ¡N-no te tengo miedo! Lo-los fantasmas están muertos después de todo. Ja, es verdad ¿qué puede hacerme un muerto? ¡No das miedo! Jajajaja.
- Bu.
- ¡AHHHHHHHH! – Zenitsu saltó por el susto, alguien se había pegado a su oreja - ¡No me mates! ¡Quiero vivir! ¡Te tengo miedo!
- Vaya y pensar que hace un momento eras todo un valiente.
- ¿Eh? – se tranquilizó al reconocer una voz conocida - ¡U-uzui-sensei!
Delante del asustado chico rubio estaba su extravagante profesor de arte.
- Hola pichoncito, ¿te he asustado?
- Tú... - frunció el ceño mientras las lágrimas se acumulaban en sus ojos - ¿Todo esto ha sido cosa tuya? ¡Idiota! Me... me has asustado, creía que iba a morir – secó unas lágrimas traicioneras con la manga de su camisa.
- Hey, lo siento – Uzui acarició la mejilla del menor – Oímos como decíais que os ibais a quedar para investigar los rumores de la escuela y quisimos asustaros un poco.
- ¿Oímos? ¿Quiénes?
- Tomioka, Rengoku y Shinazugawa, han sido ellos quienes se han llevado a tus amigos. Tranquilo, no ha sido ningún fantasma – despeinó con cariño los cabellos dorados.
- Entonces, ¿todo ha sido cosa vuestra?
- Sí.
- A pesar del miedo que he pasado...
- Lo siento, creo que ha estado mal.
- Tú eres el adulto, tú deberías ser mejor con tus alumnos no matarles de infartos.
- Por eso mismo he aparecido, ya no me hacía gracia verte tan asustado. Creo que todo tiene un límite.
- Tampoco estaba tan asustado...
- Pero si has admitido que tenías miedo.
Zenitsu se sonrojó mientras hacia un puchero, eso había sido vergonzoso.
- Si ha sido una broma ¿nos podemos ir ya?
- Claro, ven, todos están fuera.
Uzui empezó a andar y Zenitsu fue detrás de él, otra vez sonó ese extraño sonido y Zenitsu volvió a asustarse.
- ¡Uzui-sensei! – se adelantó un poco y se enganchó del brazo de su profesor – No te separes de mí por favor.
- Claro que no – Uzui le sonrió – No puedo dejar que te lleve ningún monstruo.
- Tonto... - murmuró mientras miraba hacia atrás, si según Uzui todos estaba fuera ¿quién hacía ese ruido?
Cuando salieron de la escuela se encontraron con los profesores y con sus amigos, Zenitsu se sintió aliviado al verlos a todos bien aunque tenían un chichón, seguramente cortesía del profesor de matemáticas.
- ¿Ha sido divertida la excursión? – Sanemi preguntó con burla.
- No... - Zenitsu se pegó más al brazo de su profesor.
- No está bien colarse en la escuela por la noche, no hay fantasmas pero no se puede entrar – Rengoku dijo de buen humor.
- ¡Pero vosotros os habéis colado también! – Inosuke frunció el ceño.
- ¡Para daros una lección! Somos vuestros profesores y tenemos ese derecho.
Ante la respuesta del profesor de matemáticas, Inosuke gruñó.
- Yo me llevé un susto tremendo – Tanjiro suspiró – Tomioka-sensei puso su mano sobre la mía, no esperaba que él estuviera allí.
- Pues recordad el miedo que habéis sentido hoy, así no volveréis a hacer algo así – Giyuu dijo tranquilo.
- ¿Y por qué hacíais ese ruido? Sonaba por todo el pasillo – Zenitsu preguntó mientras todavía agarraba con fuerza el brazo de su profesor.
- ¿Ruido? – Uzui, Sanemi, Rengoku y Giyuu se miraron entre ellos.
- Pichoncito, nosotros no hicimos ningún ruido.
- Pe-pero, yo lo oí.
- Yo también sentí algo raro – Tanjiro habló preocupado – Cuando Tomioka-sensei me sacó del aula de música y me llevó por los pasillos sentí como si alguien me pellizcara el trasero. ¿Habrá sido un fantasma?
- No creo que... - le respuesta de Genya fue cortada.
- Puede que sí que haya fantasmas, nunca lo sabremos – Giyuu se cruzó de brazos.
- Monjiro, ha sido este, él te ha tocado el...
- Vámonos – Giyuu empezó a andar y todos fueron detrás de él.
Uzui siguió a los demás, sonrió al ver como Zenitsu seguía sin soltarse de él.
- ¿Qué pasa pichoncito? ¿Sigues con el miedo en el cuerpo?
Zenitsu solo asintió en silencio, él de verdad había escuchado ruidos extraños.
- Oye, de verdad que siento haberte asustado, no era mi intención. ¿Puedo hacer algo que te tranquilice?
- No lo sé.
El mayor dejó de andar y dejó que los demás siguieran caminando. Con una de sus manos levantó el rostro de Zenitsu y se agachó para depositar un beso en su frente.
- ¿Mejor?
- No... - se puso de puntillas y juntó sus labios durante un segundo en un simple roce de labios – Puede que ahora sí.
Los dos compartieron una sonrisa cómplice y volvieron a caminar.
- Uzui-sensei ¿me puedes acompañar a casa?
- Claro, ya te he dicho que no iba a dejar que ningún monstruo te secuestrara.
Zenitsu apretó todavía más su agarre al brazo del mayor y siguió caminando a su lado.
Había aprendido la lección, nada de colarse en la escuela por la noche. No sabía si después de esa noche podría volver a la escuela como si nada pero sabía que si le llegaba a entrar miedo en algún momento buscaría la tranquilidad en los labios de su profesor.
Hola!!! Primer día acabado, sé que en algunos lugares todavía es sábado pero como en España ya es domingo pues ya puede empezar la week.
El primer día ha sido un poco fluff pero espero que os haya gustado.
Historia de mañana: Tarde de películas.
Gracias por leer, os quiero y nos vemos mañana con la siguiente historia.
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