Hyo Ri

Mi nombre es Choi Hyo Ri y tengo 20 años.

Vivo con mis padres, en una pequeña casa en Seúl, la capital de Corea. Ellos trabajan arduamente para pagarme una Universidad, pues ambos quieren que sea doctora y solo lo conseguiré si me gradúo de una buena.

Pero nunca han pensado en lo que yo quiero.

Yo los ayudo con los gastos de la casa mediante mi trabajo a medio tiempo, en una cafetería no muy conocida. Ellos me dicen que el dinero no es problema, lo cual es una completa mentira, y que me centre en estudiar. Cosa que supuestamente hago, al menos a sus ojos.

Realmente lo que más disfruto hacer en el mundo es cantar. Pero eso ellos no lo entienden, ni lo van a entender. No creo en esa frase que dice: “los sueños se hacen realidad”, porque la vida no ha sido justa conmigo en ese aspecto. Lo único que deseo es demostrarle al mundo el amor que tengo por la música, pero mi familia siempre lo ha prohibido. Aún cuando desde niña he sido buena, incluso cantaba en el coro escolar, mis padres se enteraron y fueron a hablar con la profesora, la cual les dijo que yo tenía el talento necesario y que debía desarrollarlo, pero ellos solo me sacaron de ahí, y me metieron ideas en la cabeza de que no era buena y que debía acabar con la idea de ser cantante en un futuro.

El verdadero motivo por el que trabajo en esta cafeteria, única que me aceptó sin terminar mis estudios, es para pagar la inscripción a la Academia Wings, pues escuché mientras hacía las compras que enseña a futuros artistas a instruirse, ofreciendo clases de canto, baile, expresión, actuación, entre otras. Es lo más cercano a una agencia de entretenimiento que estaré jamás.

Pero un día descubrí que Utopía Entertaiment estaba haciendo audiciones porque corría el rumor de que querían encontrar a una solista femenina pronto, pues no tenían aún ninguna, solo masculinos y uno que otro grupo. Amaba esa empresa. No pensé lograrlo, eso ni siquiera se me pasó por la cabeza, pero... no quería dejar pasar esta oportunidad porque algo me decía que debía intentarlo.  Me vestí presentable y me arreglé un poco, escondiéndome de mis padres en un cobertizo que me prestó una señora mayor de mi barrio, a la cual le conté acerca de mi sueño y el nieto de la misma me ofreció su micrófono. Al menos ellos creían en mí.

Allí suspiré y me senté frente a mi ordenador para grabar el video y después enviarlo. Estaba increíblemente nerviosa, porque nunca había hecho algo como esto. Pero no debía ilusionarme. Me faltaba poco para pagar la entrada a la Academia Wings, así que esto solo se trataba de cumplir uno de mis tantos sueños frustrados.

************************************

Mientras trabajaba habitualmente, limpiando las últimas mesas del lugar antes de cerrar, recibí una llamada de un número desconocido.

—¿Sí? -Dije dudosa, pues pensaba que se trataba de una posible estafa o un número equivocado-.

—¿Es usted la señorita Choi Hyo Ri ? -Me preguntó la voz del otro lado, proveniente de un señor-.

—Es la que habla. ¿Sucedió algo?

Lo primero que se me pasó por la mente era que le había pasado algo a mis padres.

—¿Aún no ha recibido el correo que le enviamos?

—¿Qué correo? Disculpe, pero, ¿podría esperar un momento si es tan amable?

—De acuerdo.

Hace tiempo no revisaba mi bandeja de entrada. No tengo amigos ni pareja, así que no espero mensajes de nadie. Me acerqué al mostrador, dónde se encontraba el ordenador de mi jefe, y abrí mi cuenta de GMail.

Era un mensaje de Utopía Entertaiment. Supongo que para darme las condolencias por no haber pasado la audición. Todo mal con esas cosas que te hacen sentirte peor de lo que ya estás.

Abrí el correo, aún con la otra persona en espera, y me llevé una sorpresa, por lo que emití un grito de felicidad.

—Felicitaciones por haber pasado la audición. Empieza a partir de mañana como aprendiz de Utopía Entertaiment, señorita Choi Hyo Ri.