Capítulo 8
Mire bien la lista en mis manos mientras esperaba a Skye. Ahora iríamos a Ciudad Comercio para comprar las cosas que necesitaba para la decoración de la Agencia, El yate y El tiburón.
Me encontraba esperando sentada en unos de los sillones de la sala de espera, ni bien entras a la recepción de La Agencia. Era tranquilo y fresco, lástima por las miradas culminantes que me mandaba la secretaria.
No sabía que tenía conmigo.
- Todavía no llegó, ¿No?- escuche una voz gruesa, me sobresalte y levanté la mirada mirando al pelinegro quien me miro con una sonrisa.
- No, me dijo que iría a buscar su sombrero y volvía- dije tranquila- me lo dijo hace una hora. Soltó una leve carcajada haciendo que yo sintiera de lado.
Pero mi sonrisa no duro mucho cuando volví a sentir aquella mirada, era como si me clavara cuchillas, demasiado desagradable.
- Le gustó- dijo Midas sacándole de mis pensamientos. Lo mire con duda para luego entender cuando me señaló con sus ojos a la secretaria.
- Vaya, crei que era la única que lo pensaba- dije tratando de aguantar una carcajada irónica. Lo vi sonreír de lado y luego me ofreció una de sus doradas manos.
- Ven- dijo tranquilo. Con algo de duda la tome y me levanté. No dije nada cuando empezó a caminar saliendo de la Agencia.
- Como haces para aguantar su mirada sabiendo que tiene otras intenciones- le pregunté curiosa. Lo escuche reírse un poco.
- Uso el que yo le guste a mi favor- contestó con tranquilidad- hoy en día es difícil conseguir una secretario eficiente, además de siempre quiere impresionarme, por lo que hace siempre su trabajo impecable.
- Vaya- dije yo- no sabía que tenías complejo de Rompe corazones- dije con ironía y diversión. Me sonrió y me miro parando muestro andar.
- ¿Complejo de que corriste que tenía?- pregunto con duda hacercandos un poco a mi haciendo que yo por los nervios retrocediera.
Por más nervios que tenía y mi corazón el cual comenzó a acelerarse rápidamente, trate de regular mi respiración para hablar tranquila y con normalidad.
- Tienes más complejo de ser un Sugar Daddy- dije con burla, abrió un poco sus ojos y sonrió mostrando sus dientes.
Lo vi cono miro hacia sus costados como asegurándose que nadie lo viera, y me empujo haciendo que chicas contra la firme y dura pared de la Agencia. Solté un leve gemido de dolor mientras me ponía más nerviosa.
Acercó más su cuerpo al mío y escondió su cabeza en mi cuello, me estremeció al sentir su respiración lenta golpear contra mi mejilla.
- Si quieres puedo serlo para ti- susurro en mi oido, al separarse me miro divertido y como si estuviera esperando una respuesta ante aquello.
- ¿Estas coquetenadome?- pregunté con duda.
- Tal vez- respondió simple. Iba a decir algo pero los pasos apresurados de una niña nos hizo separarnos. A los minutos Skye llegó y se seco el sudor de la frente.
- Perdón, me distraje con Miauscules- se disculpo. Atrás de ella llegó uno de los secuaces el cual se inclinó un poco al ver a Midas en señal de respeto.
- Señor, su vehículo ya está del otro lado- dijo para luego retirarse. Midas nos miro, primero a Skye y luego a mi sonriendo.
- Bien, vayamos a alguno de los yates para cruzar- dijo con tranquilidad. Asentimos y nos dirigimos a uno en el que un decías conducio cruzando el lago hasta llegar al otro lado, donde se encontraba un vehículo negro estacionado.
- ¡Yo voy de co-piloto!- grito Skye corriendo, haciendo que sonriera. Nos subimos al vehículo y Midas comenzó a conducir.
El transcurso fue entre risas, ya que Skye había colocado la radio y cantaba la mayoría de canciones que pasaban.
Llegamos a Ciudad Comercio, había una notable cantidad de personas comprando allí, eso sin duda.
- Ustedes bajen, buscaré donde estacionar- dijo Midas, ambas asentimos y bajamos del vehículo y comenzamos a caminar buscando las cosas necesarias.
Mientras buscábamos las cosas, bueno yo lo hacia ya que Skye sólo se concentró en buscar un buen dizfras para ella y Miauscules.
- Perdón por tardar- dijo Midas apareciendo por un costado, yo sólo sonreí y negué- déjame ayudarte- hablo tomando uno de los carritos que llevaba- ¿Qué más falta?- pregunto.
- Los disfraces- dije luego de mirar la lista- e ir mañana a Finca Frenesí, ya que ordene las calabazas, así buscarlas- terminé de hablar.
- Bien, a buscar los disfraces entonces- dijo Yendo hacia donde estaba Skye.
Comenzamos a buscar los disfraces para cada uno, sinceramente no elegí nada ya que Skye dijo que ya había elegido para mi uno, no me opuso y fuimos a pagar. No me había dado cuenta de que era de noche, ya casi las tiendas estaban vacías.
Salimos de la tienda solo con las bolsas de los disfraces ya que Midas nos dijo que vendrían algunos secuaces con una camioneta para buscarlas. Íbamos caminando hacia donde estaba el auto cuando a Skye le agarro hambre.
-Ya son las nueve- dijo Midas mirando su reloj- ¿Quieren comer? -pregunto, obviamente Skye salto de la emoción gritando de felicidad que sí. Nos acercamos a uno de esos puestos de comida rápida donde pedimos unas hamburguesas con papas.
- Miren!!- grito alegre Skye señalando un cartel, lo miré y leí pudiendo leer que se trataba de un festival de fuegos artificiales- ¿podemos verlos? -pregunto mirando al pelinegro, este suspiro y asintió-Yeeei, se lo diré a Tina cuando lleguemos, y a Miauscules, le va a encantar esto!!
- La estas malcriando- le recrimine, este me sonrió y tomo la orden cuando estuvo lista, nos fuimos a sentar a una mesita y nos dispusimos a comer, mientras Skye cada tanta venia para tomar unas papas y dirigirse a jugar en unos juegos de plaza cercanos a nosotros.
- Si quieres también puedo malcriarte.
Lo mire poniendo los ojos en blanco mirando como el mordía una papa frita y se acomodaba en su silla mientras me sonreía. Negué con la cabeza.
-Te agradezco la oferta, pero no, yo no soy de esas que caen fácil- conteste. Lo vi como sonrió, pero esta era más nostálgica y triste- ¿Qué te hace gracia? - pregunté como si no me hubiera dado cuenta.
-Eres la segunda mujer que en toda mi vida me rechaza de esta forma- contesto aun sonriendo. La duda me entro.
- ¿Quién fue la primera? - pregunte.
- ¿Sabías que la curiosidad mato al gato? - pregunto con diversión, le sonreí de lado y me acerqué un poco sin borrar mi sonrisa.
-Pero murió sabiendo- conteste.
- Algún día te diré quien era ella.
-------"Señor, Ya esta todo listo-------
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