Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 3



Harry: No me culpes, culpa a García Márquez. (8:35 p.m.)

Louis: Es tu culpa por darme el libro. Jamás me había absorbido tanto en algo desde que tenía como 8 años. (8:36 p.m.)

Harry: ¿8 años? ¿Con qué te obsesionaste a esa edad? (8:37 p.m.)

Louis: Pokémon. :) (8:37 p.m.)

Harry: ¿Qué es eso? (8:37 p.m.)

Louis: Me da algo. ¿No sabes que es Pokémon? ¿Nunca has visto Anime? *Se muere*. (8:38 p.m.)

Harry: ¿Es una película o algo? (8:38 p.m.)

Louis: *Sigue muerto*. (8:39 p.m.)

Harry: Vamos, Will. Realmente no sé qué es eso. (8:39 p.m.)

Louis: *Aún muerto*. (8:40 p.m.)

Harry: Bien, cadáver. Tendré que averiguarlo por mi mismo. (8: 40 p.m.)

Harry: ¡Ya sé qué es! (8:46 p.m.)

Louis: *Revive*. Cuéntame. (8:48 p.m.)

Harry: Pokémon, es un anime metaserial creado por Satoshi Tajiri, Junichi Masuda y Ken Sugimori, que narra la historia de Ash Ketchum, un joven entrenador Pokémon de Pueblo Paleta que comienza un viaje para alcanzar su sueño, ser un Maestro Pokémon. (8:48 p.m.)

Louis: Harry....¿Copiaste eso de Wikipedia? (8:49 p.m.)

Harry: No....(8:49 p.m.)

Louis: Harry... (8:50 p.m.)

Harry: Bien. Sí, pero me quedé aún más confundido. ¿El anime es como las caricaturas? (8:50 p.m.)

Louis: Ay no. *Se vuelve a morir*. (8:51 p.m.)

Harry: *Le sacude *. Ya deja de morirte, y explícame. (8:53 p.m.)

Sonrió a la pantalla de su celular. Sin poder creer que Harry le siguiera el juego.

Louis: El anime es un estilo de animación japonés. (8:54 p.m.)

Harry: Ah....no entendí. (8:54 p.m.)

Louis: Ay, No sé qué más decir. :'v (8:55 p.m)

Harry: ¿Y si veo alguno? (pd: Aún no entiendo el significado de esa carita.) Envía el link de alguno que estés viendo ahora. (8:55 p.m.)

Louis: Ah...no lo sé. Últimamente he estado viendo demasiado Shonen-ai. (8:56 p.m.)

Harry: *Asiente sin entender de que habla *.(8:56 p.m.)

—¿Se puede saber con quién hablas qué es más importante que la cena?—Johannah, mamá de Louis le veía severa. Tanto ella, como su padrastro, y sus 5 hermanos le veían fijamente.

—Zayn.—Respondió seco.

—Dile que estás cenando. Y guarda ese aparato antes de que te lo quite.

Johannah detestaba, con todo su ser, que alguien se concentrara más en su teléfono que en su exterior. Cosa que al ser madre de cuatro adolescentes y dos pre púberes resultaba bastante agotador.

—Tranquila.—Dijo sin más. Bloqueando la pantalla de su teléfono y dejándolo sobre la mesa.—Listo.

—Bien, Louis. ¿Qué tal tu día?—Intervino su padrastro, para aligerar el ambiente. William veía a Louis.

—Nada nuevo.—Siguió comiendo.

—Okey....¿Y el tuyo, Will?

—Horrible.—Dijo sincero.

Ahora interesadas.—¿Qué pasó?—Las chicas voltearon a ver a uno de sus hermanos mayores.

—Pregúntale a Homero Simpson.—Soltó molesto.

—Solo fue una broma, perdón.—Louis rió de forma estruendosa.

—¿¡Quién en su sano juicio creería que "La Ilíada" fue escrita por Homero Simpson!?

—Oye, no te tomes todo tan literal. Solo estaba jugando, además le causó gracia a toda la clase.

—Estaban riéndose de ti.

—Estaban riéndose conmigo. 

—¡No! Y no sólo de ti. Comenzaron a molestarme por eso también.

—¿Están en el mismo salón?—Preguntó Johannah.

—Desgraciadamente.—Declaró William. Su tono de voz era alzado y Denotaba su total inconformidad.

—¿Desde cuándo?—Mencionó Daniel, su actual padrastro, mientras se atragantaba con la salsa de carne.—¿Qué William no estaba con los nerds?—Tanto Johannah, como los dos chicos le vieron ofendidos.—Bien, me callo.—Dijo fingiendo colocar un candado en su boca. Luego volvió a abrirla, para comer de nuevo.

—¿Por qué estás en su clase?—Preguntó la madre a Louis.

—Me trasladaron.—Cortante. Sin querer tocar el tema.

—¿Por qué?—La mujer indagaba, pues me parecía poco creíble. William se mostró atento, esperando su respuesta.

—Es un requisito, para un proyecto que tengo. Nada importante.

—¿Qué clase de proyecto?—El castaño definitivamente no quería hablar de eso, no quería que las personas tuvieran expectativa alguna de él.

Harry: ¿Moriste en realidad? (9:01 p.m.)

El teléfono de Louis vibró sobre la mesa.

Desviando la mirada, mientras jugaba con su tenedor.—Ya sabes del tipo de proyectos que son proyectos....

Irritada.—Ya basta, Habla ahora.—La mujer solía ser bastante dura con él específicamente.

—Dije que no es nada importante.—Estiró su mano para tomar su celular, sin lograrlo.—Mi prueba de aptitud fue muy....uhm...¿Positiva? Y pues...yo...—Hablaba despacio, dudado.—Apliqué para una beca, en una Universidad fuera de la ciudad, pero como requisito debo tomar clases avanzadas. 

Todos le vieron atónitos. Tanto, que Daniel se ahogó con el trozo de pan que estaba comiendo.

Will abrió exageradamente los ojos. No. No podía estar pasándole, no a él. Trataba de tranquilizarse mentalmente, era muy probable que Louis se refiriera a otra universidad.

—¿Y en dónde se supone que esta ese lugar?—Ahora Charlotte, incrédula.

—...Mánchester.

Harry: Oye. :c (9:09 p.m.)

—¿¡Qué!?—El otro se puso de pie.—¿Tú aplicaste?

—Sí.—Restándole importancia.

—No juegues con esas cosas, Hijo.—Vivió a hablar Johannah.

—Debe ser un error. No podrías, Por favor .—William hablaba sin pensar, sumido en su propia vanidad y ego que estaban siendo golpeados, sin intención de herir a nadie, claro.

Ofendido.—¿Por qué es tan difícil de cree que yo apliqué?

—Porque tú eres...—Dijo Daisy, quien se divertía con la situación.

—...Tú.—Añadió Phoehbe.

—¿Ustedes también?—Vociferó Louis a sus hermanas.—¿Acaso nadie en ésta familia tiene fe en mí?

—Raro.—Las gemelas reían al unísono.

—No es que no tengamos fe en ti. Simplemente ese tipo de cosas no son lo tuyo.—Felicite, que a menudo era la más cuerda de sus hermanas, y quien le apoyaba frecuentemente , no estaba de su lado.

—Ciegto.—Daniel hablaba con la boca llena.—Es como si le pidiéramos a Will que jugara soccer, el chico terminaría con la cara enterrada en el suelo.

—¡Eso no es verdad!...—Dijo la madre.

—Gracias, Mamá.—Agradeció el susodicho.

—Will ni siquiera entraría al campo por miedo a despeinarse.—Terminó de decir la mujer.

Todos rieron con fuerza, excepto los dos muchachos.

  —Pienso que no deberían darle falsas esperanzas a los payasos.— Murmuró el hermano de Louis.

Jay, como le decían de cariño a su madre, continuó hablando.—Nuestro punto es, Louis, que no todos tienen la misma capacidad para hacer ciertas cosas. Tu hermano siempre ha sido mej...

Interrumpiéndole.—Bien. Ya tuve suficiente de esto.

Molesto, el castaño tomó su teléfono y se levantó de su lugar. El resto de los integrantes de la mesa se sorprendieron, aún más cuando le vieron salir por la puerta principal de la casa.

Louis no acostumbraba a hacer ese tipo de desplantes, propios de sus hermanas menores o de su clon mismo. Porque él, genuinamente odiaba ese tipo de berrinches, y ni siquiera entendía por qué se había molestado tanto.

Siempre tomaba todo con humor, tenía la capacidad de tornar una situación incómoda en una relajada con un par de palabras. No le gustaba discutir, al menos no en su casa. Le gustaba tener la mente abierta; pero el caer en cuenta de que todos en su familia lo consideraban como un completo bufón desubicado, le había dolido, un poco. Y Tal vez, no estaba dispuesto a seguir de esa forma.

No entendía por qué todos le creían eso de él. ¿Acaso no era lo suficientemente inteligente para ellos?

Agitó la cabeza. ¿Por qué estaba pensando en eso justo ahora? Nunca se había preocupado por lo que los demás dijesen sobre él. Tal vez era porque jamás había estado consiente de su individualidad inexistente o quizás porque a sus casi 18 años de vida no tenía ninguna expectativa de vida propia.

Hacía frío, probablemente salir de su casa a escasos minutos para las 10:00 p.m. No había sido buena idea.

Pero tampoco quería estar allí, escuchando los constantes parloteos de sus hermanas a su alrededor, o las comparaciones de sus padres. Mucho menos, estar encerrado en su habitación escuchando un enorme discurso por parte de su doble.

Maldita sea, ¿Por qué tenía que ser tan susceptible al frío?

Las hojas de los árboles se removían a causa del viento, dando a conocer la posibilidad de que comenzara a llover pronto.

Sacó su teléfono, No quería regresar a casa.

Se sentó en la acera, estuvo a punto de llamar a Zayn para que le dejase pasar la noche con él; más se detuvo al recordar que la madre de su amigo le odiaba, y que le echaría en cuanto le viera en la puerta. Suspiró con fuerza, otra persona más que pensaba que era un idiota.

Además, el loft de Zayn y sus padres estaba lejos de su casa. Tardaría demasiado a pie.

La vida de su amigo era un caso especial. Sus padres habían trabajado juntos desde lo más bajo hasta alcanzar todas sus metas. Estudiando por las noches y trabajando con fuerza durante el día. Los tres eran un verdadero ejemplo de amor filial y superación personal.

Ahora su padre era un médico reconocido, con múltiples títulos. Y su madre una importante abogada. Así que por consiguiente, el conjunto económico de ambos era bastante considerable. No eran millonarios, ni acaudalados. Simplemente eran demasiado organizados.

Tenían el dinero necesario para su hijo estudiara lo que quisiera, en donde él quisiera, incluso esa carrera de actor que tanto anhelaba. Aunque por el momento, Zayn se negara a abandonar la escuela Pública, en algún momento iba a aprovechar las comodidades que le brindaban sus padres.

Y Louis pensaba, pensaba que sería agradable tener una familia como esa. No por el dinero, sino por la comprensión que sabía, Zayn recibía de ellos. Porque el moreno era todo para sus papás, no tenía que compartir nada o a nadie.

El primer relámpago se hizo presente en el cielo.

Basta, Louis. Deja de pensar estupideces. Dijo a sí mismo. Se puso de pie para llegar hasta el edificio donde vivía su amigo, y comenzó a caminar de prisa. Sí, Trisha Malik no iba a dejarle entrar a su residencia. Pero dormir en el pasillo de su piso no sonaba tan mal.

Aún con su teléfono en la mano. El aparato vibró captando su atención de nuevo.

Harry: Han pasado 84 años... (10:11 p.m.)

Louis: Siento no haber contestado. (10:13 p.m.)

Estuvo a punto de guardar su móvil cuando este volvió a vibrar inmediatamente.

Harry: Wow, cuanta seriedad. ¿Estás bien? (10:13 p.m.)

Sonrió a medias por la forma en que el chico notaba sus cambios de humor tras un solo mensaje. Conmovido.

Louis: Supongo que lo estoy, pero no puedo escribir mucho ahora. (10:14 p.m.)

Caminaba para llegar a una de las avenidas principales, porque tal vez allí podría encontrar un taxi o algo. Ni de joda caminaría hasta el edificio de Zayn. Se movió escasos metros, cuando uno de esos vehículos amarillos pasó a su lado. Le detuvo y subió a bordo.

Su teléfono comenzó a vibrar irremediablemente; Más que un mensaje, timbraba en señal de una llamada.

Contestó.

—¿A qué te refieres con "Supongo que lo estoy"?— La voz dispersa de Harry apareció regañándole en la línea.

—A eso mismo.— Seco. Buscó en sus bolsillos las llaves de su casa, pensando en que tal vez podía regresar, porque a lo mejor todos estarían dormidos a esa hora; desgraciadamente no las traía con él, además ya estaba dentro del taxi.

—¿Hacia dónde?—Preguntó el hombre al volante.

—¿Estás en la calle?—Ahora Harry, insistente.

—Un momento.—Dijo al Taxista.

—¡William Tomlinson! ¿Qué haces fuera de tu casa a está hora?

—Larga historia.—Masculló al chico.—Conduzca hasta Auckley, luego verificaré la dirección.—De nuevo al hombre, este asintió.

—Mi casa está por allí.—Volvió a hablar el rizado, quien había estado prestando atención.

—¿Perdón?—Dijo Louis.

—Sí, mi casa está muy cerca de allí. En la Quinta avenida de una zona residencial.

—¿Estás sólo?—Preguntó irreverente.

—Sí...—Mordió su labio. En su intento de retener al único amigo que había conseguido recientemente.

—Que bien...

—¿Estás esperando una invitación formal, Cierto?

—Oh, lo siento.—Respondió con un poco de vergüenza.

—¿Quieres venir o no?

—Obviamente.

—Bien, te enviaré la dirección.—Dijo el chico antes de cortar la llamada. Tras unos minutos, Harry había cumplido su palabra. Ya con la dirección, Louis indicó al conductor exactamente hacia a donde ir.

Al llegar, pagó sus servicios al buen hombre y bajó del taxi frente a la entrada cubierta de arbustos trepadores.

Justo en donde parecía ser la puerta de la misma, logró ver un bulto cubierto con sábanas que acechaba su arribo.

—¿Harry, eres tú?—Dudoso.

—Shhhh...—Respondió este.—No hagas mucho ruido. Vamos, sígueme.

Louis asintió y le siguió. Atravesando el jardín, hasta llegar a la interior de la casa, entrando extrañamente por la cocina.

La casa de Harry estaba ubicada en la intersección de una avenida y una calle. Es decir en una esquina, por lo que, el rizado había hecho a Louis entrar por la parte trasera de la casa.

El interior era sin duda alguna muy lindo. Cálido, la chimenea de la sala estaba encendida y todo tenía un aroma a limpieza y tranquilidad.

—¿Dónde están tus padres?—Preguntó el ojiazul susurrando.

—Cállate, no se puede hablar aquí.—Contestó el otro del mismo modo. Tirando de su brazo para llevarle por las escaleras al segundo piso hasta llegar a la habitación del fondo.

Adentro, el rizado cerró la puerta con llave. Louis hizo una mueca de dolor. Sí, ese niño tenía fuerza.—Oye, casi me arrancas un brazo.— Le reprochó.

—Lo siento; Pero es tu culpa por ser tan lento.

La habitación de Harry era el doble de grande que la que compartía con su hermano. Su cama, con un edredón verde, que daba la impresión de suavidad a la mullida cama. Los libros estaban por todos lados, desde el escritorio, el piso, hasta cerca del balcón de la ventana.

—Eres tan cruel.—Louis se envolvió a sí mismo con sus brazos. La habitación de Harry estaba helada, diferente al resto de la casa.

—Te ves un poco pálido.—Mencionó el chico.—Déjame poner la calefacción.—Se movió para mover el pequeño interruptor cerca de la puerta de su closet.—No eres un amante del frío, ¿Cierto?

—No, lo detesto bastante.

—¿¡Qué!? No creí que eso fuera posible. Es decir, yo amo todo lo que tenga que ver con eso. La nieve, el viento. Todo.—Harry se lanzó sobre su cama.—Ven, acomódate.

Le imitó.—Suelo ser bastante "Friolento". Y mi baja temperatura corporal no ayuda demasiado.

—¿Temperatura corporal?

—Es difícil para mí entrar en calor.

—Oh.—El agua comenzó a descender desde el cielo. Louis, ahora sentado sobre la suave cama del rizado continuaba frotando sus manos.—Demonios, aún sigues frío.

Harry volvió a levantarse, y velozmente cerró la ventana la cual estaba semi abierta. Además, arregló las cortinas para que el aire no molestase dentro de la habitación.

—Está bien, en realidad no importa.—Resignado.

Por último,Harry lanzó al otro una pequeña frazada.

—Dame tu mano.—Ordenó al castaño.

—¿Qué?—Consternado.

—Sordo.—Sin preámbulos, tomó la extremidad del chico.—Empiezan a entrar en calor, estarás bien.—Louis abrió los ojos mientras el otro le tocaba tranquilamente.

No sabía si era por camaradería o inocencia, tampoco había nada obsceno en sus acciones; pero simplemente le inquietaba el menudo toque del muchacho.

—¿Qué es esto?—Volvió a hablar el rizado.

Tomlinson le prestó atención de nuevo. Harry veía detenidamente la cicatriz que tenía en su mano derecha.—Oh, eso. Me lastimé cuando era pequeño.

—Es bastante extraña.—Dijo refiriéndose a la cicatriz.

—Lo es. De hecho, es la marca que dejó una piedra de Río. Tengo una similar en la espalda.

—¿Puedo verla?—Soltó el muchacho de repente.

—¿Perdón?—Respondió Louis confundido.

—La cicatriz en tu espalda, ¿Puedo verla?—Aclaró.

—S-supongo que sí. — Dijo, y movió su cuerpo para enseñarle la marca que yacía en abajo de su omóplato derecho. Levantando poco a poco su camisa, temblando en el acto por el frío.

Harry inconsciente se apresuró para tocarla. El otro se sobresaltó, sin alejarse.—Luce como la marca de una navaja.—Fascinado.

—Perdí mucha sangre ese día.

—Ya lo creo. Oye pero, ¿Por qué te lastimaste tanto?

Suspiró. Recomponiendo su ropa y cubriéndose con la pequeña cobija.—Cuando tenía 9 años, fuimos a visitar a mis abuelos. No recuerdo el nombre del lugar a donde fuimos, pero, recuerdo que estaba lleno de árboles y cosas silvestres, entonces una tarde salimos a explorar.

Harry ladeó la cabeza.—¿Salieron?

—Sí, mi hermano y yo.—Afirmó. Hablando con demasiada naturalidad.—El caso es que dejamos la casa por la mañana, y mientras caminábamos por el bosque nos perdimos. Para cuando comenzó a oscurecer, nosotros ya habíamos rondado por todo el área buscando el camino de regreso. Así que justo antes de que nos soltáramos a llorar como los mocosos que eramos, vimos que el sendero de regreso estaba muy cerca de nosotros; Pero estaba del otro lado de un río. Como no podíamos rodearlo decidimos atravesarlo deteniéndonos en unas piedras. Mi hermano dijo que tenía miedo de pasar, pero yo le dije que iría primero y que solo tenía que imitarme. Que todo estaría bien.

—Te caíste frente a él.

—Me caí por él.—Declaró Louis. Continuando con la historia.—Yo estaba casi al final del camino cuando comenzó a gritar pidiendo ayuda. Me asusté, e intenté regresar saltando dos piedras a la vez. Cuando me giré él estaba bien, burlándose porque yo había caído en su broma. No me importó mucho; pero cuando intenté avanzar de nuevo mi pie se resbaló y caí de espaldas entre unas rocas, luego el agua me arrastró cuesta abajo.

—¿Y él que hizo?—Interesado.

—...N-nada.—Algo golpeó a Louis dentro de su subconsciente.

—¿¡Cómo que nada!? ¡Casi te mueres por su culpa! ¿Cómo fue que saliste del agua?

—No lo recuerdo. Solo recuerdo el olor a sangre. Mamá dijo que estuve inconsciente, y que los guardabosques me rescataron. Wil dice que el abuelo lo hizo. Hay muchas versiones de ese momento.

—¿Wil?—Preguntó el rizado. Louis abrió exageradamente los ojos. Sí, ya la había cagado.—¿Cómo se llama tu hermano?

Movió las manos un poco inquieto. Buscando una respuesta coherente.—Wil...son. Sí, ese es su nombre. Wilson.

—Pues es un imbécil.—Recalcó.—Oye, no me habías contado que tienes hermanos. Es bueno saberlo.

Rió.—Tengo 5 de esos. Cuatro chicas y un chico. En cuatro meses tendré otros dos.

—Debe ser genial crecer con tantas personas, digo, nunca te sientes solo.

—Es un caos.—Con tono divertido. El castaño se dejó caer de espaldas en la cama de Harry.

—Eso suena bastante bien. Yo sólo tengo una hermana, Gemma; pero es mayor.

—También tienes al gorila, ¿No?

Rodó los ojos.—Ya me había olvidado de él, Gracias por recordármelo.

—¿Qué hizo para que estuvieras tan molesto?

—Se entrometió en mis asuntos amorosos.—Cortante.

Louis no quería escuchar lo que venía. Así que decidió cambiar de tema.—¿Dónde están tus padres?

—En algún restaurante, supongo. Salieron a cenar.

—¿Liam está con ellos?

—¿Por qué en repentino interés en Liam?—Reprochó el rizado.

—Es sólo que,—sin saber cómo justificarse.—Me pareció extraño que no estuviese pegado a ti. Creí que vivían juntos o algo por el estilo.

—Liam tiene su propia vida, en su propia casa, lejos de mí. Bueno, al menos por las noches, mientras yo esté aquí dentro.

—Entonces, es como tu perro guardián.—Louis le veía de soslayo. Intrigado.

—Lo es.—Serio.

—Vamos, ¿Vas a explicarme por qué tanto odio hacia él?

Harry bufó.—Ya lo hice.—Respondió. Louis apoyó su cabeza sobre su mano, mientras se recarga a en su codo, como prestándole toda su atención.—Bien.—Suspiró el muchacho.

—Vamos, Hijo mío. Cuéntamelo todo.—Bromeó. Por el momento, no tenía ningún interés particular en el disgusto entre ambos chicos. Solo intentaba indagar en la vida de Harry, porque realmente, amaba el drama ajeno.

—Hace como unos días, Liam me consiguió una novia.

Se tensó. Sin sentido.—¿Eh?

—Él se empeña en conseguirme pareja, o algo así. Y bueno, no es la primera vez que lo hace. En fin, tuvimos que cenar con la chica y su familia la semana pasada; pero luego todo se puso extraño.

—¿Por extraño te refieres a que....?

—Uhm...—Pensativo.—La hice llorar, pero no fue intencionalmente.—Se excusó.

—Que cruel. Aunque, viéndolo por el lado amable, Tienes tu propio cupido, eso es excelente.

—Lo sería si no intentara emparejarme con las personas más odiosas del mundo.

—Tú eres bastante odioso, Harry.—Dijo Louis mientras reía.

—¿¡Cómo te atreves?!—Fingiendo indignación. Empujó con sus pies el cuerpo de Louis, quién exagerando, se lanzó fuera de la cama. Quedando en el piso.—Y yo que pensaba dejarte dormir en mi cama.

El castaño sonrió de lado, alzando cejas repetidamente para el otro.—¿Me quieres en tu cama?

—Ya no.—De brazos cruzados.

—Oh, vamos.—Regresando a su posición anterior junto a Harry.— Estábamos hablando de los problemas de tu complicada vida.

—¿Y se supone que yo soy el odioso?

—Exacto.—Burlándose del chico, de nuevo.—Eres como los protagonistas de los libros.

—¿En qué sentido?—Harry le vio interesado. Mientras Louis, descaradamente, se introducía bajo las sábanas que envolvían a Styles.

—Una buena vida, con una mala actitud, y una cara bonita.

—Sé que mi rostro es bonito, gracias.—Se jactó.

—Iba a decir que tus piernas también lo son, pero creo que si lo hago tu ego crecerá tanto que podría morir asfixiado en el.

—Deja de molestarme, quieres.—Le dio un ligero golpe en la cabeza.—Alto, ¿Por qué estabas viéndome las piernas?

—Porque son hermosas. Largas y bien proporcionadas.—Suspiró con los ojos cerrados. —Listo, creo que estoy obsesionado con ellas.

—No me jodas. ¿En serio me has estado viendo las piernas?

—Ujum.—Dijo Louis afirmando.—Ya te he evaluado completo. Por eso dirigí mi cumplido hacia allí, normalmente abría comenzado hablando sobre tu trasero, pero en realidad no hay mucho que apreciar en esa zona.

—Hijo de...

Interrumpiéndole.—De hecho, creo que no te vendrían mal unos pantalones de látex negro, y unas botas, quizás. Con tu complexión, no quería nada mal.

Harry se soltó a reír a carcajadas. No entendía ni la mitad de las tonterías que el otro decía. Tampoco entendía cómo era que podía decir cosas como esas con tanta facilidad.—Eso es raro.—Dijo atragantándose aún con su propia saliva.—Señor gurú de la moda.

—Tengo 4 hermanas menores. Te sorprendería la cantidad de veces que he jugado a las súper modelos.

—¿Tú modelas?

—No, ya me retiré.—Sonriente.— No resistí la presión de esa vida. Eran muy exigentes conmigo.

—¿Y eso por qué?

—Me obligaron a usar tacones altos y...rodé por las escaleras.

Harry se acomodó completamente en su cama. Al remover las sábanas, se escuchó un golpe seco de un algo cayendo al suelo.

—¿Qué fue eso?—Volvió a hablar Louis. La luz de la habitación había sido remplazada en algún momento por la tenue lámpara de noche, junto a la cama de Harry.

—Estaba leyendo hace rato, probablemente mi libro se cayó al suelo.

—¿Qué leías?—El cuerpo de Louis ahora se sentía cálido. Su respiración comenzó a volverse más y más lenta, al igual que su voz.

—"El Arte de la Guerra" por Tzu Sun.

—Otro libro más para mi lista de lectura.—Bostezando.

—N-no tienes que leer nada sino quieres.—Harry se había acomodado con suavidad entre sus suaves mantas. Apagando con un rápido movimiento la lámpara de noche.

—Hacerlo me trae buenas recompensas.

—¿Cómo qué?—La voz del rizado caía, sonado trémula por el sueño.

—Una nueva oportunidad de hablar contigo.

Harry parpadeo varias veces, antes de voltear a ver a Louis, con sus ojos casi cerrados. Sin poder evitarlo, cayó dormido a su lado.

Llovía, joder, realmente lo hacía. Varias calles habían sido cerradas y aún a esa hora se mantenía el tráfico.

Louis despertó cuando la habitación aún se encontraba a oscuras, el goteo en la ventana les arrullaba. Había recargado su rostro sobre el hombro de Harry, al igual que el resto de su cuerpo buscando calor, sin notar verdaderamente lo que hacía. La mano del chico estaba sobre su pecho, extraño, como si estuviera consciente de su cercanía.

—Harry...—Musitó.

Su código moral le decía que estaba mal, todo en lo absoluto. Que no debía de dormir técnicamente abrazado a otro chico, en una casa que no le parecía. Pero él, no quería separarse, y no iba a hacerlo.

—¿Qué pasa?—Respondió el muchacho. Louis se sobresaltó un poco, no creyó que fuera a contestarle. Pero al parecer, su boca estaba bastante cerca del oído de Harry.

Suspiró con fuerza.—¿Cómo deberías sentirme cuando todos creen que soy un inútil?

—Halagado.

—¿Ha-halagado? ¿Por qué?

—Porque están subestimándote, y las personas suelen tratarte como si fueras un ignorante o un rebelde.

—¿Y se supone que eso es halagador?—Inquirió.

— Es halagador porque significa que están probándote. y bueno, El peor error de un ser humano es subestimar a otro.

—No creo que eso sea verdad.

— Las personas no creyeron que Hitler invadiría Checoslovaquia, y bueno eso fue justamente lo que pasó.

—Tus conocimientos en Historia Universal te hacen tan sensual.—Bromeó, logrando que Harry esbozara una sonrisa que no vio. Pero pudo sentir como sus mejillas cambiaban de posición.

—¿Entiendes mi punto?

—¿Dices que debo ser como Hitler?

—Idiota.—De forma amigable.—Normalmente de diría que ignoraras todos los comentarios porque no tienes la obligación de complacer a nadie. Pero realmente me encantaría que les probaras a todos que eres mucho mejor de lo que piensan.

—¿Por qué?

— Porque eres increíble y sé puedes lograr todo lo que te propongas.

Louis rió un poco.—Parece que tú tienes más confianza en mí que toda mi familia junta. Y no lo entiendo, ¿Sabes?—Sin pretender sonar grosero.—Apenas me conoces.

—Ya he visto suficiente.—Terminó Harry. Este hablaba con demasiada precisión, a diferencia del castaño, quien decía cualquier tontería medio adormitado.

Tal vez, la voz de Louis había sido lo suficientemente fuerte como para despertar a Harry. O tal vez, fue el hecho de que el rizado había despertado tiempo antes cuando sintió a Louis acomodarse con él.

—...Alguna vez...pensaste....¿Qué harías con tu futuro?—Preguntó el ojiazul.

—Sí.—Respondió sincero.—Planeo huir a la naturaleza.

—¿Quieres ser Harry, de la selva? —Se burló.

—De hecho, es algo como eso. Cuando termine la preparatoria el próximo año, lo más seguro es que vaya a la Universidad para complacer a papá. Eso es algo fijo; pero luego de que le entregué mi jodido diploma me iré lejos, a vivir en alguna cabaña escondida en bosque.

—Cuanta seguridad, dios.—Louis suspiró con fuerza.

—¿Qué harás tú?—

—No lo sé, he pasado mi vida entera sin preocuparme por eso. Supongo que es la razón por la que últimamente pienso demasiado en todo.—Comenzó a cerrar los ojos de nuevo.—Terminaré la preparatoria en menos de 6 meses. Y después de eso no tengo nada seguro a donde ir.

—Sólo necesitas esforzarte, ya conseguirás algo.

—¿Podría vivir contigo en tu cabaña secreta? No sé nada de cocina ni de limpieza, pero podría aprender.

Harry parpadeó un par de veces. Enternecido.—Por supuesto.

La conversación fluía con lentitud, las respuestas de Louis eran cada vez más tranquilas, mientras volvía a quedarse dormido.

—Oye, Harry.—El susodicho soltó aire en respuesta, completamente despierto.—Gracias por dejarme dormir aquí y por la charla motivacional más extraña que he tenido en mi vida.

—Está bien, Will.—Dijo con tranquilidad mientras pasaba una mano por el cabello de su acompañante, inocente.

Sin embargo la herida dentro del pecho de Louis volvió a abrirse al oír como le llamaban por el nombre de su hermano.

Esa noche confirmó varias cosas:

1. Harry era bastante crédulo.

2. Era tan extraño como él.

3. Su cuello olía increíblemente bien.

4. Y Louis, además de ser inservible, era un mentiroso.

*

Sábado 7:30 A.M.

Un golpe. Dos golpes. Tres golpes. —Edward, ¿¡Por qué está cerrada la puerta con llave!?

Ambos chicos despertaron súbitamente. Alterados por la repentina y fuerte aparición de la voz del padre de Harry detrás de la puerta.

Saltaron de la cama.—Escóndete.—Le dijo Harry al castaño entre dientes.

—¿En dónde?—Louis se movía por la habitación, acababa de notar que se había quedado dormido con los zapatos puestos.

—Si no abres la puerta en 10 segundos, voy a entrar, Edward.—Des Styles seguía insistiendo.

—¡En el armario! Vamos, vamos.

—¿En el armario? ¿Qué soy, tú amante?—Indignado.

—Coopera, cariño.—Se burló el rizado.

Obedeció a regañadientes, justo a tiempo para que el hombre fuera de la habitación entrara.

—¿Por qué tardaste tanto?—Preguntó, una vez adentro.

—Estaba durmiendo.

Sin creerle.—¿Y por qué estaba con llave la puerta si solo estabas durmiendo?

—Es que anoche había mucho calor...y—Buscando una salida.—Estaba durmiendo desnudo. Cerré la puerta para que nadie me viera.

—Pero anoche estaba lloviendo.—Louis soltó una pequeña risita, la cual reprimió instantáneamente.

—Sí, pero....

—Suficiente, no quiero saber nada de tus cosas hormonales. Vístete, vamos a salir.

—¿A dónde?

—Iremos a una fiesta de cumpleaños en casa de una amiga de tu madre.

—¿Por qué no van sólo ustedes? Sabes que no soy muy sociable.

—No, Iremos los tres. Tu madre felicitará a su amiga, yo haré acto de presencia y tú vas a disculparte con Kendall.

—¿¡Vamos a la Casa de Kendall!?—Preguntó alterado. Louis escuchaba atento la conversación.—Con mayor razón debo quedarme, ni de broma vuelvo a entrar en esa casa.

—Ve y habla con la chica. Se lo debes, Harry, por favor. Le tiraste toda la salsa en el vestido.

—Estaba invadiendo mi espacio personal.—Declaró.

—Deja de actuar como un niñato. Irás y hablarás con ella.

—¿Por qué quieres que esté con ella? Sabes que ni siquiera me gustan las chicas.—Había murmurado la última frase con la intención de que su amigo castaño no le escuchara, irónicamente.

—No estoy obligándote a casarte. Sólo quiero que te disculpes, ¿Podrías hacer eso?

Harry bufó molesto.—Bien.

—Excelente, tienes veinte minutos para bajar.—Satisfecho, abandonó la habitación. En el acto, el chico volvió a cerrar la puerta.

Louis salió del armario.—Tienes suerte de que no sea claustrofóbico.

—Sí, sí, Claro. Tengo que salir, ¿Lo escuchaste, cierto?—Sin represaría alguna, Harry empezó a despojarse de sus prendas para dirigirse al baño.—Puedes quedarte aquí y esperar hasta que nos vayamos, luego...—Se quedó callado al ver como Louis abría la ventana para lanzarse por allí.

—No te preocupes, saltaré por aquí.

—¿¡Estamos en el segundo piso!? ¡Te vas a matar!

—No sería tan malo.—Terminó. Harry no tenía camisa, y Louis intentaba ver hacia cualquier otro lugar, evitándole.

Harry se acercó hacia él. Estaba mal acostumbrado a despedirse de las personas con un beso.—Nos vemos, trata de no hacerte demasiado daño.—Le dijo antes de plantar un común beso en su mejilla.

Louis sonrió.—No prometo nada.—Para luego lanzarse por la ventana y correr a gran velocidad para salir del jardín llevando consigo el libro que había tomado de la habitación de Harry.

*

William se sentía culpable; porque su hermano no regresó en toda la noche.

—Por última vez, él no está aquí.—Zayn sonaba adormitado a través de la línea.—Y si estuviera, tampoco te lo diría.

—¿¡Por eso estoy insistiéndote!?

—Presiento que la llamada va a cortarse, William.—El moreno estaba cansado de las interrogantes del chico.

—Vamos, Hombre.

—Beep....Beep...beeep....—Se burló antes de cortar la llamada.

El castaño gruñó con fuerza, molesto. Las nuevas y extrañas actitudes recientes de Louis le desconcertaban, y más que desconcertado se sentía intimidado.

Louis no tenía consigo las llaves de su casa así que no tuvo más remedio que tocar el timbre.

Tras unos pocos instantes aparecieron los preocupados William y Felicite en la puerta.

—Estoy completo. Pueden volver a dormir.—Tranquilo, con sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón.—Buenos días, hermosa.—Saludó a su hermana con toda la dulzura con la que estaba acostumbrado a tratar a Fizzy específicamente.

—¿Dónde estabas?—Preguntó su clon.

—Si mamá pregunta por mí, estaré arriba.—Dijo al aire. Ignorando al otro.

No tenía intenciones de explicarle nada a nadie. Sabía que era muy poco lo que le interesaba a sus padres, y si a ellos no les importaba, ¿Por qué debería hacerlo a los demás?

Ese mañana tomó una ducha rápida. Sin perder el tiempo, colocó sus anteojos y se sentó a estudiar el resto del día. Iba a mostrarse a sí mismo lo capaz que podía llegar a ser.

Sin embargo, Naturalmente, tras unos duros veinticinco minutos estudiando, se cansó. Suspiró con fuerza, esto sería más difícil de lo que creyó.

El libro que había robado de la casa de Harry estaba sobre su escritorio. Lo abrió porque pensó que sería una buena distracción.

Capítulo 1:

"La guerra es de vital importancia para el Estado; es el dominio de la vida o de la muerte, el camino hacia la supervivencia o la pérdida del Imperio: es forzoso manejarla bien. No reflexionar seriamente sobre todo lo que le concierne es dar prueba de una culpable indiferencia en lo que respecta a la conservación o pérdida de lo que nos es mas querido; y ello no debe ocurrir entre nosotros"

Parpadeó un par de veces. Continuó con su lectura.

"El arte de la guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando es capaz de atacar, ha de aparentar incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar inactividad. Si está cerca del enemigo, ha de hacerle creer que está lejos; si está lejos, aparentar que se está cerca. Poner cebos para atraer al enemigo."

—Engaño...—Musitó para sí mismo. Absorbido en sus pensamientos hasta que fue sacado de ellos abruptamente.

Inertemente, la tranquilidad que tenía se esfumó cuando William le gritó desde el marco de la puerta.—Mamá quiere que vayamos a comprar unas cosas al supermercado.

—¿Por qué no vas sólo? Estoy ocupado.—Denotando seriedad.

—No puedo, iba a hacerlo; pero ella no me lo permitió.

Louis bufó molesto mientras se ponía de pie.—Ha estado bastante insoportable últimamente.

—¿Crees que sea por el embarazo?—Los dos chicos salieron de la habitación, desplazándose tranquilos para llegar a la planta baja.

—No lo sé, nunca he estado embarazado.

—Eres imposible.—Dijo William con tono de enojo.

Sólo quería asegurarse de que todo estuviese bien entre él y su hermano. Que las cosas tomarían su curso como siempre, con la misma rutina que mantenían. Donde William actuaba como un obsesivo de mierda y Louis le consentía en sus caprichos.

El silencio en el camino era incómodo, irritante. De alguna forma hiriente.

Se condujeron por la calle, hasta llegar al supermercado más cercano.

—¿Qué se supone que debemos comprar?—Dijo Louis al otro.

—Melocotones en almíbar.

—¿Me hiciste salir de casa sólo para comprar una lata de frutas?

—No fue mi culpa.

Resentido.—Claro, nunca es tu culpa.—Chasqueó la lengua.

—Louis...

—Terminemos con esto rápido, ve por los melocotones yo te esperaré aquí afuera.—Ordenó, no estaba interesado en acompañarle.

No había necesidad de discutir por algo como eso. William simplemente se dio la vuelta e ingresó a la tienda.

Algo abatido, busco por los pasillos lo que se le había encomendado. Para su mala suerte, estaban en una repisa demasiado alta para él.

Vio a ambos lados, para constatar que nadie le estuviese observando. Y luego se colocó de puntillas, estirándose para intentar alcanzar la lata.

Alguien se posó detrás de él, generando una sombra. El brazo de la persona pasó arriba de su cabeza y tomó la lata.

—Ten, William.—Dijo entregándosela.— Antes de que comiences a saltar por ella.

—¿C-cómo sabes mi nombre?—Preguntó desconcertado. Sí, reconocía al chico. Pero no entendía por qué le hablaba con tanta confianza.

Liam rió.—Tú me lo dijiste.

—No he hablado contigo jamás en mi vida...—Y era verdad, difícilmente había logrado hablar con Harry. Bajó la mirada, jugando con la fruta en sus manos. Sonrojado a medias por la vergüenza.

—Pero si....—(Me robaste mi sándwich ayer.) Liam se detuvo antes de completar la frase.

—P-permiso, tengo que irme. Y, Uhm, Gracias, supongo.—Terminó, para luego salir corriendo hasta la fila de la caja.

Liam estaba confundido, viéndole a la distancia. ¿Cómo era posible que William cambiara de actitud tan repentinamente?

El de ojos marrones creyó que estaba jodiéndole, pero no era el caso. Todo lo que giraba al rededor de ese chico era bizarro.

Tomlinson estaba nervioso, asustado por la impresión de torpeza que había dejado en el chico, pues sabía que él era una forma directa para llegar a Harry.

Estaba mordiendo la manga de su suéter, justo como cuando llamó su atención. Liam estaba sorprendido, y Will se veía de alguna forma ansioso.

Y no sabía qué era lo que sorprendía más, que fuera "amable" con él o que estuviera peinado. Luego de pagar, le vio salir corriendo de allí.

Liam era un aficionando a la cocina, y estaba en ese lugar comprando algunas cosas para cenar con su madre esa noche; pero de pronto había perdido el apetito, así que se marchó sin comprar nada.

El tránsito de la tarde se movía lentamente, pensó que era lo bastante idiota como para ir directamente hacia el embotellamiento. Estaba tan aburrido que quería bajarse y abandonar su auto allí.

—Tardaste demasiado.—Louis y William caminaban de regreso a casa. Liam, quien tenía la ventana del copiloto abajo escuchó sus voces perfectamente.

—No me molestes, Louis.—Respondió el William Original.

Liam se atragantó con su propia saliva. Se sintió mareado de pronto.

La chaqueta de mezclilla que "Louis" traía puesta correspondía al chico que había estado acompañándoles toda la semana.

Parpadeó varias veces. Intentando responder a las interrogantes en su cabeza.

¿Cómo era posible que William cambiara de actitud tan repentinamente?  Sencillo, porque no era solo una persona. Sino dos.







HOLA.

Bienvenidos a juegos mentales.xdxdxdd.

¿Cómo están? C:

Espero que les haya gustado el cap.

¿Vieron la nueva portada? Quiero agradecerle a todas las personas que enviaron su propuesta. Todas eran ¡Hermosas! jamás creí que enviaran tantas, fue una locura. Sin embargo, por varias cuestiones no pude utilizarlas todas, por mucho que me encantaron. Joder, su trabajo es, ¡Increíble! Les felicito, Chicos. Les amo. c:

Manténganse con Vida. J.S.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro