No, nunca me gustó Halloween, nunca fue algo especial, hasta que me besaste en esa fecha.

No, nunca me gustó salir a pedir dulces, pero contigo creo que me gusta todo.

Definitivamente el Halloween no es de mis fechas favoritas, de hecho, este año planeaba ir a ver películas en la casa de Momo y embriagarme hasta caer dormida. Pero en lugar de eso, estoy en la sala de mi novia, con un tazón de palomitas en las manos y con una película de Disney en el televisor.

Estoy tan aburrida que podría salir corriendo e ir a la habitación de los padres de Sana, —que de hecho sus padres están en esa habitación— y acostarme en la mitad de la cama a hablar con ellos y escuchar al señor Minatozaki hablar de su experiencia en las fábricas arroceras de Japón, juro que es más interesante que esta película de... ¿Mickey mouse?

Sana está en su habitación haciendo quién sabe que cosa y me dejó aquí junto al tazón de dulces para los niños que toquen la puerta. Hablando de dulces, recuerdo que compré una bolsa de sangre falsa hace meses en línea y puse la dirección de Sana, dónde estará esa bolsa, probablemente en la habitación de Sana junto a las otras compras en línea, parece que viviera aquí.

Al llegar a la puerta de Sana, ni me molesto en tocar, ¿Para qué? Prácticamente vivo aquí.

—Sana ¿Sabes dónde están mis compras en línea? —pregunto revisando el armario, la ropa organizada por colores y con todos esos colores, me dan ganas de vomitar.

—Están debajo de mi cama. —responde desde el baño. Puedo escuchar el ruido del secador tras la puerta, así que supongo, va a tardar un rato más en salir.

Reviso debajo de su cama, levantando las cobijas y me encuentro con varios paquetes de Amazon, AliExpress y hasta de Temu bajo la cama, tengo que dejar de comprar en línea.

Saco un paquete pequeño que parece tener un líquido dentro así que lo saco y efectivamente es la bolsa de sangre falsa, sonrio y camino hacia el cajón donde guardo mi ropa, si, cuando dije que casi vivía aquí es porque literalmente vivo aquí, saco la ropa que se que no me dolerá manchar de rojo y me visto rápidamente, quiero asustar a Sana y a los niños de mierda.

Bueno, creo que me pasé un poquito con la sangre falsa, me rocíe dos bolsas encima y el césped del patio luce espeluznante, mañana lo voy a limpiar de todas formas.

Justo cuando entro en la sala el timbre suena, tomo el tazón con dulces y abro encontrandome con un niño disfrazado de príncipe, juro que sus piernas están temblando y su madre está asqueada con mi disfraz, si señora, disfruto de ver las piernitas de pollo de su hijo temblar.

—Feliz Halloween. —digo extendiendo la taza frente al niño, el temeroso extiende la mano y toma unos cuantos dulces, rápidamente toca la mano de su mamá y se dan la vuelta caminando rápidamente, una idea fugaz pasa por mi cabeza así que sonrio.

—Cuidado con pisar ahí, —el niño se voltea curioso y yo le señalo un poco más adelante de dónde está ahora. —ahí fue donde me apuñalaron. —digo dejando salir un montón de tripas falsas de mi camisa, el niño gritó y salió corriendo junto con su mamá, simplemente hermoso.

Cierro la puerta aguantandome la risa y me dirijo al sofá a carcajadas.

—Cariño, que te parece. —dice Sana detrás de mí, no la veo bien por la pantalla del televisor, y al parecer ella no me ve a mi toda ensangrentada.

Me giro en mi lugar dispuesta a dar la respuesta de siempre "Te ves hermosa" pero cuando la vi se me detuvo el corazón, y al parecer el de ella también, ya que ese grito fue magistral.

—¡Dios mío Tzuyu! ¿Que te pasó mi vida? —se acerca temblando y me toma de las mejillas. Está disfrazada de angel, un vestido blanco un poco más arriba de las rodillas, unas alas enormes que seguro se va a quitar en poco tiempo, una aureola en su cabeza y un bonito maquillaje de brillitos.

—Nada, es sangre falsa. —respondo embobada por lo bonita que se ve con ese disfraz.

—Casi me causas un infarto. —me acaricia las mejillas aún con el ceño fruncido.

Sonrío, por un momento había olvidado el disfraz y lo mucho, mucho que Sana odia la sangre y el pavor que le tiene.

—Te ves hermosa. —le digo y ella se sonroja viéndose aún más linda.

—Tzuyu, se que odias salir a pedir dulces y esas cosas, pero... Esperaba que este año quisieras salir conmigo a pedir dulces. —me dice con esa sonrisa linda que tanto amo, como cualquier persona enamorada, parece que he perdido la capacidad de raciocinio y simplemente asiento, Sana me sonríe y me da un besito esquimal antes de separarse a abrirle la puerta a los chicos que tocaron pidiendo dulces.

—Dulce o truco. —reconocería esa voz donde fuera, Son Chaeyoung, te atrapé enana del demonio.

—Ey Chaeyoung ¿Disfrutando de tus dulces? —le pregunto sarcásticamente, esperaba un disfraz estupido de esos hechos con un día de antelación, pero realmente me sorprendió verla vestida de un payaso aterrador, tenía un hacha en la mitad de la cabeza y le faltaba una mano, el sangrado que tenía allí le daba el toque tétrico.

—Y de asustar niños también, tu también ¿No? —reimos y le extiendo el tazón para que tome los dulces.

Ella toma todos los que caben en su mano y se larga junto a Mina que parece estar disfrazada de un personaje de vídeojuegos, creo que es Baby de five nights at Freddy, linda manera de combinarse.

—Tzu, voy a ir a buscar mi bolsa de dulces, espérame aquí. —dice antes de desaparecer por las escaleras a pasos apresurados.

Realmente adoro a Sana, probablemente sea la persona más entusiasta que haya visto en mi vida y la da color a mi monocromático armario, ella es definitivamente, un ángel en persona.

—Ya estoy. —baja las escaleras corriendo, por un momento casi se me va el corazón del pecho al ver que su pie resbaló en el último escalón, pero ella no le dió mucha importancia.

Le tomó la mano y ambas salimos de la casa, claro que retoqué mi sangre falsa, entre más sangriento y aterrador mejor.

Caminamos por todas las casas pidiendo dulces, ya me dolían los pies, pero Sana seguía y seguía pidiendo dulces, yo solo la acompañaba en su travesía.
Llevábamos una hora más o menos pidiendo dulces cuando una llamada se interpuso entre mi beso con Sana, intenté colgar, pero el teléfono seguía sonando, me aparté de ella fastidiada y contesté.

—Más te vale que sea para algo bueno Son, o si no te abriré la cabeza de verdad. —amenazo viendo cómo Sana toca la puerta de una casa para pedir dulces. Chaeyoung las iba a pagar caras, era el primer beso de la noche y lo arruinó.

—No te enojes, se que no te gustan las fiestas y esas cosas, pero Jeongin hizo una fiesta y Jihyo trajo todo su armamento de alcohol a la fiesta, trae a Sana, a ella si le gustan estos ambientes. —dijo a través del teléfono, pude escuchar la música y como alguien gritaba "beso de tres" de fondo.

—No lo se Chaeng, se supone que sólo sería una salida a pedir dulces y volver a su casa a ver películas, además no tengo permiso de sus padres para llevarla. —me excuso viendo a Sana caminar hacia mí con su bolsa aún más llena, casi a reventar.

—Vamos Zhou, dile al menos, que ella lo piense. —me pide casi que gritando porque alguien se hizo a su lado y gritó algo relacionado a que Jihyo borracha se ponía aún más buena, raritos.

—¿Decirme qué? —pregunta Sana a un lado mío, frunzo el ceño, se supone que no puede oír la conversación.

—Tienes el altavoz encendido, cariño. —me acaricia la mejilla y yo le sonrio en respuesta.

—Chae quiere que vayamos a una fiesta en casa de Jeongin, Jihyo llevó todo su armamento de alcohol. —le digo mirándola embobada. Ella me mira igual y luego toma mi teléfono.

—Claro que iremos, pásanos la dirección de su casa y estaremos ahí en un rato. —ni siquiera me inmuto en reclamar, si ella quería ir, la acompañaría.

Chaeyoung me pasó la dirección y tras dejar los dulces en su casa y pedirle permiso a sus padres, junto con el auto prestado, nos dirigimos a la fiesta, era en un barrio algo alejado de la casa de Sana, pero supimos inmediatamente cual casa era al ver las luces por todos lados y la música a reventar, incluso habían algunos chicos regados por el césped del jardín delantero.
Tomé la mano de Sana y entramos a la fiesta. Sinceramente, la pasé genial entre todos esos extraños.

Mi vista solo estaba en el hermoso angel de alas blancas que pronto terminarían en algún lugar de la casa por lo estúpidamente grandes que eran en comparación a Sana.
Mientras la miraba hablar con su amiga Miyeon, —que por cierto me cae terrible, parece que se quisiera acostar con mi novia—Chae se me acerca con un vaso de alguna de las "pócimas" que los bartenders disfrazados de brujas y magos preparan en la barra.

—¿Que es? —pregunto aún mirando a a Sana reír con su amiga.

—Sangría. —responde dándome el vaso y mirando también a Miyeon.

—¿Crees que le guste Sana? Ya sabes, la mira con "esos ojos". —pregunto dándole un sorbo a la bebida, debía detener vino o algo así, no era solo sangría.

—Es novia de Yontararak, —dice rápidamente al ver como la mencionada se acerca a ambas chicas. —desde hace como dos años, si no lo sabías, ahora lo sabes. —me aclara con una sonrisa y se despide palmeandome el hombro, gracias Chaeng.

Termino de beber mi sangría y camino a la barra por más, el bartender es amable y se toma el tiempo de explicarme todo lo que contenía "la pócima" de sangría, que en realidad se llamaba "ojo de ogro rojo" pero si lo querías pedir solamente debías decir, "dame un argh", ¿genial, no?

—¿Estás sola? —un chico alto disfrazado de Jhon Wick pregunta sentándose en el banco de al lado. Como odio que Jeongin tenga tanto dinero como para que todos sus conocidos tengan la misma skin predeterminada.

—Algo así. —respondo tomando mi "Argh" dispuesta a levantarme de la barra.

—Soy Taehyung, conozco al anfitrión. —dice levantándose del banco y caminando muy cerca de mi.

—Yo también. —respondo intentando quitarmelo de encima, pero el idiota ni lo capta.

—Somos amigos desde hace un tiempo ¿Y tu? ¿Desde cuando se conocen? —fastidioso, que quede claro que la última vocal está alargada, es muy aburrido.

Giro los ojos y a lo lejos veo a Jeongin disfrazado de Harley Quinn a un lado del DJ y disfrutando su fiesta. Como quiero quitarme a este idiota de encima camino hacia el y lo saludo poniendo un brazo en su cuello.

—Que tal lindura ¿Pasándola bien? —le pregunto al oído y el solo se ríe por el apodo.

—Bastante ¿Y tu? —pregunta mirando tras de mí y viendo al fastidioso. Como mis ojos le hago esa señal que toda chica tiene con su amigo gay para que la saque de su problema con un hetero exigente, afortunadamente el entiende la señal y saluda a Jhok Wick, no recuerdo su nombre para ser sincera.

—Hey Tae ¿qué tal? —lo saluda con un abrazo y tras separarse me toma del brazo. —supongo que ya conoces a Salli, es una amiga de la facultad. —me presenta con mi nombre estadounidense, gran idea Jongin, te amo.

Le doy un asentimiento y él me sonríe con esa sonrisa coqueta que dan ganas de vomitar.

—Por cierto Salli. —me llama y lo volteo a ver. —¿Como vas con Sana? La ví hace un rato hablando con Miyeon y Minnie, pero no estabas con ella. —me pregunta casi gritando, asegurándose de que Tae escuchara.

—Vamos muy bien, además, no tengo que estar pegada todo el día a mi novia. —recalco la palabra "novia" para que el idiota entienda que no me interesa.

Parece funcionar porque unos segundos después se disculpa para ir a otro lado y nos deja a ambos solos.

—No le prestes atención, está desesperado porque le dejen de decir que parece gay. —bromea un poco antes de volver al lado del DJ disfrazado de Joker, ahora entiendo el disfraz.

Me alejo de Jeongin buscando a mi novia entre toda esa gente, en un descuido un chico vestido de Lady Gaga en esas premiaciones donde parecía una bola disco chocó contra mí y rompió la bolsa de sangre falsa que tenía en la pretina de mi pantalón causando un desastre sangriento, el ni siquiera lo notó y siguió caminando mientras yo me desangraba.
Me llené de sangre falsa toda la ropa y las manos así que corrí a un baño a intentar secarme con papel, para mi mala suerte Sana me encontró y me tomó de la camisa para detenerme.

—¿A dónde crees que vas? —pregunta cruzándose de brazos y dejándome ternera una linda vista de su escote.

—A-al baño. —respondo nerviosa, tal vez me perdí por mucho tiempo de su rango de visión.

—Te acompaño, tanta gente me va a volver loca, ¿Puedes creer que Joohyun volvió con Kang? —me cuenta comenzando a caminar hacia el segundo piso y yo le sigo el paso.

—¿La del ajedrez? —pregunto abriendo una puerta buscando el baño, peor era una habitación vacía.

—Si esa, volvieron solo porque le compró una camioneta repleta de rosas, —ella abre otra puerta encontrando un armario vacío. —ella merece más que eso. —me dice aún con la puerta abierta.

Me quedo estática, si eso era poco para Sana, tengo que esforzarme un poquito más con los regalos.

De repente un grupo de chicos sube por las escaleras gritando "A la piscina" mientras cargan al otro hacia el balcón, supongo que ese balcón da a la piscina, la cuestión es que está unas puertas detrás de nosotras y todos esos chicos pasan por enfrente de nosotras obligándonos a entrar en el armario para evitar ser aplastadas.

—Como odio a los borrachos. —dice poniendo su mano en la perilla e intentando abrirla. —Ehh Tzu, ¿Puedes abrir la puerta tu? —me pide y aunque está oscuro camino hacia la puerta e intento abrirla, aplico un poco más de fuerza y la perilla se sale de su lugar, sentí como se me detuvo el corazón.

—Lo que faltaba, nos quedamos encerradas. —dice cruzándose de brazos y recostandose en la puerta, bueno, en sus alas.

Yo por mi parte intento pensar una solución, ¿Llamar a Chae? No lo creo, debe estar o alcoholizada o en la casa de Mina, ¿A alguna de las amigas de Sana? Definitivamente no, ellas solo me acosarían. Bien, estamos encerradas.

—¿Sabes Tzu?, llevamos dos años saliendo, casi tres. —habla de la nada, sacándome de mi desesperado intento de buscar una salida. —Y durante esos casi tres años, solo nos hemos dado unos cuantos besos. —oh no, no se está refiriendo a eso.

—Se que eres muy tímida y que te molesta la idea de tener sexo conmigo y que eres asexual y todo eso. —continúa hablando y yo solo la escucho, volver a este tema nunca es bueno para ambas. —Pero soy una persona real Tzu, no una máquina, y carajo, me calientas. —ya llegó a ese punto de la conversación, esto va a ser incómodo el resto del monólogo.

—Con solo verte en esa ropa holgada que no muestra un centímetro de piel me eriza la piel, y se que no es el momento adecuado, pero ese disfraz tan asqueroso y repugnante me está calentando más de lo que quisiera. —dice antes de tomarme por el cuello y besarme. Ay no, ¡La voy a llenar de sangre!

Intento huir pero esto me gusta, Sana me gusta muchísimo pero no encuentro sentido a porque de repente su atractivo físico se volvió mi punto de atención, no digo que no sea linda, pero una cosa es Sana y otra es fijarme en el cuerpo de Sana. La sangría, tenía un vino fermentado a casi diez metros de profundidad por cinco años, esa porquería me tiene embriagada, también tomé tequila, nunca me gustó, pero parecía que lo necesitaba.
Intento no mover mis manos para mancharla de sangre pero ella toma mi mano y la pone en su cadera, adiós cordura fue lindo tenerte durante veintitrés años.

Pongo ambas manos en sus caderas mientras nos besamos, la acerco a mi cuerpo y nos separamos un momento para respirar y volver a lo que estábamos haciendo, atrapé su trasero entre mis manos y lo amasé un poco antes de subir mis manos a sus pechos, ni siquiera me importa manchar las alas de mierda, beso su cuello cuando la puerta es abierta, ¿Cordura, eres tú?
No, no es mi cordura, son las amigas de Sana que la estaban buscando por toda la fiesta.

—¡Chicas! —grita apenada por la situación. Ellas la miran con una sonrisa pícara.

—Te estábamos buscando, ya nos vamos, son las dos de la mañana y según mi horóscopo el último día de noviembre me va a ir mal. —dice una de las chicas, creo que se llama Nayeon. —Y el tuyo decía que ibas a tener una buena racha. —finalizó mirándome tras las alas de Sana.

Sana se despidió de las chicas y ambas salimos del armario avergonzadas, bueno, solo yo. ¡Sus amigas acaban de verme tocando lugares prohibidos en ella!

Ella suelta una risita y se acomoda sus alas, mira hacia abajo y se queda callada un rato, la miro y una gran mancha de sangre falsa se expandía debajo de su pecho, sin contar que sus alas estaban manchadas, sus pechos tenían las marcas de mis manos, sus costados y cuello también, espero un buen golpe por haberla manchado.

En lugar de eso, ella se ríe, que risa más hermosa.

—Ahora parece que maté a alguien. —bromea tomándome de la mano dispuesta a salir de la fiesta.

Yo camino detrás de ella y se me ocurre una idea.

—Ahora eres un ángel de la muerte... Cariño. —puede que cariño suene muy cursi, pero es algo duro de decir para mi.

—Entonces tengo que tomar tu alma, mi amor. —lindo apodo, lo malo es que "tomar mi alma" consiste en atarme a su cama con esas esposas afelpadas —que ella jura que no vi—y saltar sobre mi,—y el juguete que ella también jura que no vi—imitando ese vídeo en su computadora con el buscador en BDSM, —que ella no sabe que vi— no es que sea asexual, es que ella es una sádica que va a acabar conmigo en cuanto pierda la cordura, aunque podría acostumbrarme a esto, al toque de sus huellas en mi piel y el sentimiento de esperar otro beso, puedo acostumbrarme a esto.

Fin.

Ñaññañaña especial de walowin después de walowin.

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