🌓Capítulo XIX
Había pasado tiempo desde que se hacía alguna comida familiar en la familia franco inglesa, más que nada porque desde que el último hijo se independizó realmente no habría razón para visitarlos, tampoco es que fueran muy cercanos y como ya era de saber la última visita de Usa no fue nada agradable y terminó en pelea.
Realmente la única persona que los visitaba era Canadá, se podría decir que era el más familiar de la familia y recibió ese trato en su fallecimiento y todo el tiempo anterior, si Usa también tenía que dar su vida a visitar a su familia, el trabajo, ayudar a Francia, trabajo extra, etc... acabaría muerto pero de la desesperación.
Llamó al timbre de aquella casa, por los coches frente a la vaya de la casa habían dos coches que indicaban que Nueva Zelanda y Australia ya habían llegado, Usa por su parte se había atrasado media hora, media hora que seguro se la pasaron hablando o algo similar sobre que tal en los países, como iban con sus vidas, si tenían mucho trabajo... Típicas preguntas que te hace la familia, y realmente eso de "¿Y qué tal tu vida amorosa? ¿Ya tienes novia?" a Usa tampoco era que le hiciera gracia, ni hablar de su vida amorosa claramente fallida como de porque no tenía novia.
Mientras esperaba a que alguien del servicio abriera la puerta sacó su telefono viendo de primer plano dos mensajes, uno del argentino deseándole suerte con la cena, ya se podría decir abiertamente que estos dos eran amigos, casi hablaban a diario pero bueno, tampoco es que estuvieran 24/7 uno con el otro, lo suficiente como para poder considerarse que se llevaban bien. Por otra parte el segundo mensaje le revolvió el estómago por alguna razón que desconocía.
Era de México, alguien que desde la noche después al funeral de Canadá se podría considerar de vuelta una persona cercana a Usa, el problema era que se había vuelto algo más que un simple amigo, y una persona con dos dedos de frente sabría que volver con tu ex no es buena idea... Pero Usa es Usa.
Abrió este segundo mensaje después de responder el de Argentina con un simple sticker de gato llorando, entró al chat y pudo ver como México estaba en línea por la simple palabra "online" debajo del nombre con el que le había agendado por obligación del propio Mexicano.
The Taquito.
Qdamos esta noche?
10:13 p.m
Miró el mensaje mal escrito y respondió rápidamente antes de que abrieran la puerta: "No puedo, Cena familiar" Seguido guardó el telefono en el bolsillo de su pantalón nada más escuchó la gran puerta desbloquearse y el chirrido al abrirla.
— Buenas noches señor Usa — Habló una de las mujeres de pelo canoso y bajita que, por su vestimenta de traje, se notaba que era del servicio de la casa, agradecía que mínimo la ropa que llevase no fueran las típicas mini faldas de tuvo, más que nada porque una noche de diciembre no es que sea muy cálida como para usar falda. Todavía recordaba como cuando el vivía hay las señoras de servicio usaban faldas que aunque cubrieran hasta los tobillos les daba frío por las noches y se quejaban de esto cada vez que Uk no estaba presente. — Los demás ya han llegado, están en el comedor.
Se hizo a un lado, Usa solo asintió como respuesta y entró al hogar, había un notable cambio de temperatura, menos más que tenían el aire acondicionado puesto.
— Gracias Masy — Respondió de forma calmada, a cualquier persona hay presente le sorprendería que Usa se acordase de los nombres del lugar, quizás todo esto lo estaba cambiando a mejor persona.
Caminó directamente por un amplio pasillo hasta el final del mismo, pasando uno de los arcos dando un suspiro y quedándose justo bajo este con una de sus manos apoyada en la pared, divisó al instante a Francia junto a ambos hermanastros del estadounidense, pero ni rastro de Uk, algo que le relajaba y a la vez no.
— ¡Usa! — La francesa se levantó de su silla y fue de una hacía la entrada, abrazando al estadounidense y apegándose a este dando leves toques en su espalda. — ¿Cómo estás? Ya pensaba que no venías.
— Bueno, si falto Uk me petará el móvil a llamadas y me da mucha pereza así que...
La francesa no pudo evitar reír, quizás para quitarle importancia y mal estar a la situación, cosa que en estos casos el que lo solía hacer era Canadá, las cenas familiares nunca fueron las mejores idea en esa casa.
— Tu padre ha ido a la cocina, volverá en nada, toma asiento.
Ambos volvieron a la mesa, sentándose en esta y al instante la conversación empezó a fluir, los oceánicos hablaban de forma animada entre ellos y con la Francesa, Usa estaba ahí, modo florero, con su cabeza apoyada en su mano la cual se sostenía por el codo sobre la mesa (cosa que si UK viera ya estaría regañándole) mirando el móvil debajo de la tabla de madera apoyado en su ahora fino muslo.
El mensaje que le mando a México había sido contestado con un simple "ni modo" seguido de una carita formada por dos úes y un guion bajo que representaba algo como de decepción o tristeza, ni idea.
Entró a Google y, poniendo el teclado en uso de una sola mano, escribió rápidamente.
"Como comer en una cena familiar con un TCA".
Le dio a buscar aunque no pudo ni ver los resultados debido a una cuarta voz que entró al salón y, sin siquiera saludar, tocó el hombro de Usa.
— Esa postura no es adecuada. — Habló con cierta dureza, más bien frialdad, el británico.
— Y llegar 15 minutos tarde a la mesa también.— Respondió, ignorando que en primer lugar fue él el que se atrasó.
— Guarda el teléfono.
Tras esa orden el británico camino hacia su sitio el cual, como no, era en uno de los extremos de la mesa, "al mando de todo", siempre lo fue, según la mente de Usa él se sentaba ahí porque alimentaba su ego.
Tras varios minutos esperando, la cena ya estaba servida y la charla, aunque más calmada que antes, seguía siendo animada aunque Usa al igual que anteriormente no participaba, se centraba más en dar pequeños mordiscos al filete que tenía en frente, intentando obviar las calorías que esté contenía o simplemente no vomitar, la carne era de pato, y según lo que Usa sabía era de las que más engordaban, así que mientras los demás (excepto Nueva Zelanda que era vegetariana) comían la carne Usa solo estaba pensando en correr hacía una báscula o tirar el plato a la basura.
Agarró el vaso, era uno de cristal opaco azulado, sorprendentemente no había copas, y sinceramente agradecía esto, puso aquel recipiente en sus labios y en vez de beber expulsó el bolo que tenía en su boca al interior aprovechando que nada se veía.
La cena siguió así, mientras los demás ya habían terminado hasta un 3º plato Usa seguía por la mitad del primero, mitad de la cual solo comió un poco de puré de patata y el resto fue expulsándolo entre las servilletas, dentro del vaso, apartándolo entre el puré... era obvio que no quería comer, cosa que todos habían notado y Usa sabía que habían notado, pero nadie comentaba.
— Usa, cielo, ¿quieres que mejor te traiga el postre? si no te gusta el pato no tienes que seguir comiendo. — Habló con una calma Francia, viendo con dulzura al joven que estaba sentado frente suya.
— ¿Qué hay de postre? — Esas palabras costaron de salir, principalmente porque las nauseas le gritaban que como abriera la boca vomitaban ahí mismo, pero afortunadamente lograron evitarlo.
— Mousse de chocolate — Habló en ese mismo tono, se notaba que que lo último que quería era alterar al estadounidense o que pareciera que le ordenaba a comer.
335 calorías.
— No — Dijo rápidamente, dándose cuenta que por esa velocidad al hablar y sus ojos bien abiertos llamó la atención de varios — Digo... L-Lo de Canadá todavía me tiene el estómago revuelto...
Soltó una leve risa, mentía, era obvio que todos ahí sabían que no era por lo de Canadá, pero cualquier persona con un poco de conciencia sabía que eso de gritarle "Más bien porque eres un puto anoréxico" a alguien con un TCA no es buena idea... Pero a Uk la parecer no le importaba eso.
— ¿Es por lo de Canadá o por qué eres tan inútil que ni comer sabes?
Esa pregunta dejó a todos como cuadros, los oceánicos se miraron entre ellos luego de mirar a Uk, el cual estaba bajo la atenta mirada directa de Francia y la de reojo de Usa.
— Simplemente no tengo hambre — Respondió Usa lo más calmado que podía, en su garganta se empezó a formar un nudo, un nudo que incitaba a salir.
— No, no es que no tengas hambre, es que te quieres morir, ¿no? — Cada palabra que iba soltando el británico era como una punzada contra su pecho. — ¡Usa por favor! ¡Si aquí todos sabemos que tienes anorexia con alguna estupidez de esas! No tenía suficiente con que salieras como eres, también tenías que ir y salirme con esa estupidez, ¿no ves que te puedes morir? y encima de esa forma... ¡Mucha gente muriendo de hambre y tú a lo "oh sí, que divertido es no comer"!
— Uk para. — Habló de forma firme la Francesa, llevando una de sus manos hacía la de su esposo. — El que está diciendo idioteces ahora eres tú.
— No, mamá tranquila... él tiene razón... — La voz temblorosa de Usa empezaba a aumentar, no se dignaba a levantar la mirada de su plato, jugaba con el tenedor contra el puré, dejando ver pequeños trozos de la carne que posteriormente había ocultado.
— ¿Y a Francia le dices "Mamá" y a mi no? ¡Soy tu padre Usa, y tú tratándome como un desconocido! —Se levantó de la mesa, dando un fuerte golpe con su mano hacía esta haciendo que varios cubiertos y platos se movieran por la fuerza, alterando a todos los presentes.
— ¡Uk para! — Francia se levantó, agarrando al contrario de los hombros, acción inútil porque al final se zafó.
Caminó hacía el lado de Usa, apoyándose en la mesa con una de sus manos y dejando la otra en el respaldo de la silla del rubio el cual tenía todo su cuerpo en un leve temblar y sus ojos se centraban nerviosamente sobre la comida.
— ¿Por qué mierda no te comportas como la puta potencia que eres? Se supone que deberías mostrar poder y valentía, no comportarte como el mismo niño caprichoso de hace años que eres y siempre fuiste... ¡Solo haces esto para morir! ¡Pues si quieres hacerlo hazlo bien! ¡¿SÍ?! No pienso dejar que relacionen a mi hijo con inútiles como esos... ¡ESTÁS ENFERMO! ¡Si desde el minuto cero te hubieras comportado decentemente y hubieras comido Canadá estaría vivo!
Uk seguía hablando, seguía gritando al puto oído de Usa sin recibir respuesta, el estómago de este se removía, no quería estar ahí, quería correr, huir, salir de la casa, ir al baño a vomitar, pero la mirada fija de todos los presentes, de la familia y servicio, no se lo permitía, no lo hacía, tenía miedo, pánico, dolor, sufría y mucho...
— Si solo dejaras de fingir y ser tan egoísta... si quieres vomitar corre, pero nadie te va a ayudar. Porque eres basura y a nadie le importas. — El británico se acercó más a su rostro, dejando notar el aliento frio contra el menor.
— ¡Papá déjalo ya! — Los gritos de Australia se interpusieron contra los del británico, haciendo que por un milisegundo este apartara su vista del rubio y todos se centraran ahora en el menor, milisegundo que fue suficiente para USA.
Puso sus manos contra la mesa y se levantó de esta lo más rápido que su débil y temblor cuerpo pudo, del impulso la silla se tiró hacía atrás, cayendo de una al suelo y creando un estruendo al mismo tiempo que algunos vasos y cubiertos se movían junto a toda la mesa, haciendo que el británico que alejara del rubio de una.
Los pasos rápidos de Usa fueron seguidos por Nueva Zelanda, pasos que se dirigieron hacía el primer baño que pudo encontrar, dejando los gritos de la discusión de Francia y su hermano contra el hombre que en algún momento llamó padre.
El sabor ácido de su boca se volvió presente seguido de tosidas, un leve apretar a la taza del váter, lagrimas que nublaban sus ojos y caían sobre aquella expulsión, ¿eso era sangre? ¿había vomitado sangre? Los sollozos se mezclaban con las ganas de expulsar lo que no tenía, llegando al límite, miró de reojo a la joven que estaba arrodillada junto a él, agarrando su pelo para que mínimo no le molestara el flequillo.
— Tranquilo Usa... vomita cuanto necesites... no te voy a juzgar...
Por alguna razón esas palabras le sacaron una leve risa, risa que desapareció y fue sustituida por otra arcada seguida de lo poco que le quedaba en el estómago, lo único bueno que tenía era que esos asquerosos ruidos silenciaban los gritos de fondo.
Unos pasos se acercaron a ellos, pasos lentos y leves.
— ¿Cómo va? — Preguntó la voz del menor de la familia.
Australia entró al baño y caminó hacía un pequeño mueble, agachándose y sacando una toalla de este para posteriormente mojarla en su mismo fregadero.
— Tirando... A vomitado sangre... ¿deberíamos llevarlo al hospital? — La voz de Zelanda sonaba calmada, muy calmada, pero a la vez había preocupación, una preocupación que no quería mostrar.
— ¡No! — Usa respondió rápidamente, separándose del váter y dejando este atrás. — ¡No quiero que me internen! — Su voz plasmaba toda la preocupación que no habían plasmado los demás — So-Solo me quiero i-ir a casa, ¡ya comeré allí! ¡Pero no quiero ir al hospital! ¡M-Me van a internar co-con sondas! ¡y tubos! y gente juz-juzgando y... y... snif.
— Sh sh sh... tranquilo... — Zelanda atrajo al mayor a ella, dejando su cabeza apoyada en el pecho de esta, acariciando con calma su cabeza mientras que Australia se acercaba y limpiaba con cuidado la boca y mejillas de este.
— No te van a internar Usa... venga... tienes que comer.
— N-No puedo... no puedo de verdad, e-es todo... demasiadas calorías, m-muchas... snif... — Su voz se rompía cada vez más, apegándose a su hermanastra y derrumbándose ahí mismo, dejando salir y llorar todo lo que le había llorado a Canadá, todo lo que se había ocultado a si mismo, todo lo que negaba hacer o sentir. — L-Lo juro... l-lo intento... quiero mejorar pero no quiero comer... no puedo no puedo...
— No tienes que comer todo de golpe... buscaremos una solución, ¿sí? — La voz calmada del menor era justo lo que necesitaba en ese momento.
No se lo había contado a su familia, cada uno se enteró por sus medios: por rumores, las noticias, Canadá... Temía que le juzgaran, como con todos, pero no es lo mismo que te juzgue alguien aleatorio en la calle o trabajo a tu propia familia, se sentía como un inútil por todo lo que Uk le había dicho, se imaginaba que todo lo que le dijo él, su reacción tan agresiva, iba a recibir el mismo trato de los demás, pero no. Canadá le cuidó y pensaba que iba a ser el único que lo haría, pero pasó al revés, se notaba que iba a tener apoyo por parte de la familia menos de Uk, y quizás eso era lo que más le afectaba, no tener apoyo de su única familia sanguínea.
Por muy egoísta que sonara solo necesitaba el apoyo de su padre en este momento.
— ¿Seguro salió bien la cena? — Preguntó el mexicano mientras dejaba caer la toalla que secaba su pelo sobre el suelo, posteriormente se tumbó en la cama cubriendo su cuerpo con las sabanas decoradas con algún paisaje de New York en tonos grises.
En esos meses no era sorpresa alguna ver al mexicano y al estadounidense conviviendo, aunque Usa había vuelto a dejar de asistir a las reuniones y ahora todos pensaban que lo único para lo que quedaban era para ponerse al día de todo ya los rumores empezaron a correr, y realmente para que mentir, ni México quería que se supiera que estuvieran juntos ni Usa que se mantuviera en secreto, básicamente la misma historia se repetía, pero esta vez sin ánimos de pelear la razón de la llevaba el hispano.
Como la última vez.
— Solo una pelea con mi padre y ya. — Habló con calma, apegando al de piel trigueña a su pecho y empezando a jugar con pequeños mechones de su cabello.
— ¿Neta? ¿Y eso? — Preguntó curioso, levantando su mirada hacía el rubio mientras abrazaba una de las almohadas de la cama, quedándose boca abajo y haciendo que el estadounidense se acostara de lado.
En ese momento Usa podría haber dicho la verdad y ahorrarse muchos problemas, pero no. No fue así.
— Solo quería que le llevara una novia de una maldita vez. — Respondió entre risas, estirando una de sus manos hacía el castaño y dejando a este jugar con ella.
— Pues si me das maquillaje y una falda finjo ser tu novia, de José María a María José. — Rio para si mismo, aunque en realidad a Usa ese comentario de mierda también le había hecho gracia. — Te noto recaído ¿y eso?
Porque estoy en plena recaída donde solo quiero vomitar y probablemente suicidarme por la cantidad de asco que me doy y que no quiero que me internen pero va a ser lo único que va a pasar.
— Ando depre, cosas de potencia, como tercermundista no lo entenderías.
— No manches Gringo — Le dio un leve golpe en el hombro, obviamente de broma. — ¡Dime!
— Solo ando depre, ¿Qué ahora es ilegal o que? — Agarró donde le había dando el golpe, realmente si le dolió, pero en su estado hasta el pasar de una mosca le hacía doler.
— ¿Depre? Yo te alegro pues. — Se acercó al contrario, agarrando el rostro del contrario entre sus manos y dejando un tierno beso sobre sus labios, besos que poco a poco fue repartiendo por sus mejillas y cuello hasta la marcada clavícula.
— Ummh... México no tengo ganas ahora. — El estadounidense vio como el contrario detuvo sus besos, dejando sus manos sobre el pecho de este.
— Llevas diciendo eso desde hace dos semanas.
Ya bueno, síntomas secundarios de un TCA de los que nadie habla, eso de follar no suena tan divertido, aparte de que no puedo dejar de pensar que solo estás conmigo por sexo al igual que antes y quiero ver si dejando de follar me dejas de "amar" o que.
— ¿Qué todo es coger ahora? — Rio de forma burlona, acomodándose a la cama.
— No, pero se me hace raro de TI, que eres tan "horny" — Con su dedo índice dio un corto toque en la punta de su nariz. — Bueno, otra noche sin coger... pero igual si quiero mimos~.
Tras decir eso México se subió sobre el mayor, quedándose apoyado en su pecho y dándole rápido besos.
— Tú antes no eras tan cariñoso. — Comentó el gringo entre risas, abrazando a su pareja por la cintura y dejando una de sus manos sobre su cabeza.
— Ni tú tan flaco.
Los besos siguieron al igual que alguna que otra risa, aunque Usa había perdido la concentración sobre la situación desde la última frase que escuchó "Ni tú tan flaco", realmente se le notaba más cariñoso e interesado desde que había adelgazado. Quizás esa relación solo era algo físico.
3371 palabras.
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