🌘Capítulo XIV
ADVERTENCIA
Esta parte del libro incluye muchos datos sobre las calorías de los alimentos, en el caso de que estés pasando un TCA o estos datos te puedan incomodar recomiendo leer bajo precaución o no leerlo.
Suerte y que disfruten la lectura, se les quiere <3
Atte: El escritor.
¿Qué había pasado en los últimos días? La verdadera pregunta era cuándo pasaron los días. Entre el trabajo, las visitas al hospital a ver a Canadá, las montañas de papeles una tras otras que se terminaban y volvían a empezar como si hubiera algo que los teletransportaba al escritorio, como un spawn de zombies en minecraft, piensas que ya los mataste y te aparece un puto zombie bebé subido en un pollo. Putos zombies.
Usa miró hacía aquella ventana que aun con las cortinas corridas se podía ver atreves de aquella tela traslucida la luz de la luna, era lo único que alumbraba el despacho aparte de una lámpara de escritorio la cual se centraba más en los papeles sobre la mesa que en el resto de la habitación.
El reloj había marcado que ya hubo un cambio de día, afortunadamente solo le quedaban 2 papeles por revisar, quizás era más fácil firmarlos y punto, pero conociendo su suerte quizás firmaba para apuntarse a ser drag Queen en un espectáculo para la mafia rusa. PD: Ya pasó una vez.
Al terminar de poner ese punto junto al garabato que se podía descifrar como "América", que manía con ponerse el nombre de puto continente, pero bueno, apartó el bolígrafo, tirándolo a algún lado del despacho, seguramente se cayó bajo algún mueble, joder.
— Odio mi vida...
Tras un murmullo para si mismo se levantó, saliendo de la habitación con una cegada por la luz blanca del pasillo, soltó un leve suspiró, asomándose por ambos lados, de uno (la gran puerta blanca) venía la voz de ONU junto a otra persona, por lo que sabía parecía FBI, aunque de lo que hablaban daba a entender que o estaban borrachos o tenían mucho sueño... ¿Hace cuanto que no tomaba alcohol? si antes era como su agua... ¿Cuántas calorías tenía una cerveza? 43 calorías, sí, del vino no era un apasionado, y menos mal porque el tinto tenía 85 y el blanco 82... demasiadas para una puta bebida.
Comenzó su camino hacía la cafetería, a estas horas estaba normalmente en autoservicio y la cocina cerrada, había lo justo para hacerte un café, zumo o algo rápido.
Necesitaba algo de cafeína, algo que le despertara, ¿una Monster? 42 calorías... mejor que la cerveza es, la Coca-Cola 38, eso es mejor, espera, el café, no soportaba el sabor amargo pero el café solo no tenía ni una.
...
¿Por qué seguía pensando en esto?
Entró a una pequeña sala de descanso junto a lo que era la cafetería, la cual al parecer estaba cerrada, como no, si es que eran las 3 de la mañana, los fantasmas también tienen derecho a comer en su tiempo libre, pobre de ellos... o de las ratas que una vez se encontraron en el lugar y que a OMS le dio algo. Se pasó gritándole por 4 horas a ONU de que eso no era nada higiénico, y Uk se desmayó (sigue con traumas con la peste negra) él y media Eurasia la verdad.
Soltó una pequeña risa al recordar ver a Alemania subirse (o más bien saltar) a los brazos de Francia al ser la más cercana y Francia subiéndose a una mesa. España se puso en cuarentena durante una semana entera con la escusa de que quizás se había infectado (mentiroso de mierda, este solo no se quería tragar las charlas de 3 horas de ONU... Él y todos).
Usa se acercó a la cafetera, agarrando el paquete con las capsulas de café negro, sacando una de estas y poniéndola en la máquina, dándole al botón, el pequeño ruido que generaba está no era molesto, se podría decir que incluso relajante, y más cuando el liquido empezó a salir llenando la taza.
Quitando la cafetera el resto del lugar estaba en silencio, seguro los países estaban cada uno en sus casas, durmiendo, alguno que otro despierto con insomnio. Usa podría ser imbécil, de hecho quedó en el primer puesto de un ranquin que Argentina y Chile hicieron llamado "Top países primermundistas que nadie sabe como acabaron siendo primermundistas", aun así era de esos capullos que saben escuchar cuando el tema les conviene. Es como una vieja chismosa que se sabe todo de todos pero a tal punto que podría llenar un cuaderno entero con las rutinas de los demás. A ver, no tanto, pero el escuchar le distraía del hambre que sentía, y tenía buen oído así que se llevó a enterar estos últimos días de todo lo pasado los anteriores, también de que hoy había fiesta de los países de Suramérica y los de centro se enfadaron con ellos y montaron otra fiesta, México no fue invitado a ninguna, pobre... En realidad no.
La cafetera dio un corto pitido, llamando la atención del estadounidense que se le había reiniciado el sistema varios minutos. Miró aquella taza blanca que tenía escrito con una letra parecida a la de un niño de 10 años "USA" en ella junto a su bandera, la ortografía del rubio nunca fue la mejor, pero bueno, mínimo sabía escribir... más o menos... Uk se queja de que le cambió el inglés pero bueno, peor España y sus hijos.
Dio un sorbo a su café, girándose y apoyando su cuerpo contra la encimera del pequeño lugar, mirando al suelo y fijándose en las baldosas, nunca fueron blancas, si te fijas bien es ese amarillo que tu mente analiza como blanco pero que nunca lo fue, ¿Cómo se llamará? seguro los artistas le tendrán algún nombre a lo "Blanco roto" "Blanco cascara de huevo" "Blanco semen de unicornio bailarín". Para Usa es blanco o amarillo y punto.
— ¡Órale! ¿Despierto a estas horas carnal? — Esa voz, desgraciadamente ya conocida en tanto ese tono burlón como en múltiples más. Una voz que provocó un salto del estadounidense, haciendo que parte del café cayera al suelo, teniendo que apartarse para no manchar su ropa y zapatos. — Venga~, ¿y ese espanto? Ni que fuera el fantasma del tío Ben.
— ¿Cuánto tiempo llegas aquí? — El rubio miró al de piel trigueña, iba vestido demasiado casual para estar en la sede de la ONU, mientras que Usa llevaba una camisa azul marino y pantalones más o menos formales México vino en sudadera y vaqueros, para que mentir, Usa tampoco era el más elegante o algo así, pero es como si fueras trabajador del McDonald y fueras en vestido de gala.
— Llegué recién, que no puedo dormir y tengo trabajo. — La voz del mexicano sonaba relajada, como si fueran amigos de toda la vida que no se odian o algo así. Realmente a Mex se le daba bien eso de hablar con la gente como si nada.
— ¿A las 3 de la mañana?
— ¿Y tú? — Preguntó de vuelta, levantándose de la mesa en la que estaba sentado, y viendo al contrario, había muy leve diferencia de altura, menos que media cabeza dejando aun así al mexicano por debajo.
— I am working... — Habló Usa como respuesta, tomando parte de su taza del cual el liquido marrón de su interior danzaba al compas de sus manos temblorosas.
No hubo ninguna palabra más, entre la vista apartada del estadounidense y la contraria fija en este se notaba la necesidad de que esto acabara ya y por fortuna así fue, México se marchó, aunque los nervios de Usa no se fueron sabiendo que el norteño estaba en el edificio y, peor aun, sus oficinas estaban una cerca de la otra.
Tiró el contenido sobrante por el fregadero, dejando la taza en el lavaplatos y encendiéndolo, yendo de vuelta a su oficina, recogería y volvería a casa, demasiado trabajo por hoy...
— Hey... ¿oye estás escuchando me? — Preguntó el tono risueño del castaño, acomodándose en la cama y viendo al contrario, dejando una mano sobre el pecho del rubio.
— Emmm... yes... — Respondió en tono de duda el estadounidense, fijando su vista del techo de la habitación al rostro de su pareja, un rostro con lunares al igual que el resto de su cuerpo y una sonrisa tanto en labios como en aquellos ojos oscuros.
— A ver, ¿Qué dije? — Preguntó el mexicano, sentándose en la cama, dejando la manta cubriendo sus piernas y apoyándose sobre las rodillas, teniendo que girarse para ver al gringo todavía tumbado en la cama, admirando la espalda al desnudo del contrario.
— ... — El rubio se quedó en silencio, la verdad no le estaba escuchando, pero eso no era ninguna sorpresa, ¿alguna vez había escuchado cuando sí tenía que escuchar?
— Usa... oye siempre haces lo mismo, ¿me vas a hacer caso alguna vez cuando te hable?, que sé que tengo buen culo pero no todo es coger — Aunque lo que dijera fuera serio ese tono de burla nunca se iba, viendo como su pareja pasaba la mano por su espalda, sin evitar poder reír.
— Estoy perfectamente... solo cansado de tanto trabajo, es que tú también venir después de una reunión de 12 horas con ONU...
Las risas de respuesta no faltaban, así era la relación, llegaron a tal punto de saber las respuestas del otro que tan solo riendo o con algún leve gesto se llegaban a comunicar, como si se leyeran las mentes... era tan bello... dicen que cuando llegas a ese punto una vez bajas no puedes volver a subir por mucho que lo intentes... y eso es lo que de verdad duele, porque cuando te das cuenta que no entiendes el porque ríe o lo que va a hacer sabes que algo va mal... pero no lo notas, como todo, piensas que es algo pasajero y te que se va a ir... pero no es así. Nunca se va, solo existe, jodiendo la relación hasta que no soportes más a esa persona.
México se volvió a tumbar en la cama, abrazando esta vez la almohada que decoraba la cama del gringo en una funda azulada-grisácea del apartamento.
— ¿Cuándo decías que te ibas a mudar?
— En 2 meses, todavía hay tiempo de sobra, ONU me quiere tener más cerca para controlarme dice.
— Uis... a ver si me tengo que poner yo celoso del alitas eh~, que hago como mi vieja, le saco la chancla y PLAF.
Y tras un rápido golpe en la almohada las risas volvieron, así era, reír y reír a más, pintando todo de rosa y convenciéndote de que esos lindos momentos opacan los demás, los demás donde te ignora con su grupo de amigos o donde solo te habla por conveniencia... solo fíjate en lo lindo... y así acabas... acabas con que tu sonrisa dependa de la suya.
— ¿Le has dicho a tu grupo que estás saliendo conmigo? — Preguntó de repente Usa, viendo como su pareja encendía el teléfono y entraba en un chat agendado con más emojis que letras.
— Na, ¿por? ¿Pasó algo con ellos? — Ni un bolso Gucci a 3 euros era tan falso como aquella preocupación, y si era verdadera no era precisamente preocupación por el estadounidense.
—... ¿Te avergüenza estar conmigo? — Respondió Usa, sentándose en la cama y viendo al contrario, el cual en ningún momento apartó su vista del teléfono, era como hablar con la pared.
— ¿Qué dices gorda? Si me avergonzara estar contigo no vendría a tu casa.— Su voz sonaba en ese tono, ese tono que sabes que no te gusta, no sabes porque, pero sabes que no te gusta.
— No me llames gorda... — El estadounidense se levantó de la cama, arreglando su ropa, con la vista fijada en el suelo.
— ¿Y como quieres que te llame si eres gordo?
— ¿Por mi nombre?
— Okey, "gordi".
Y ahí estaba, lo que te afirmaba que no solo era ese tono el que no te gustaba. Usa fijó su vista en el espejo de enfrente a la cama, por este se podía ver a México con una sonrisa mirando la pantalla de su móvil, y luego a él mismo, el cual aunque seguramente no pasase de 90 kilos, como mucho 100 (teniendo en cuenta que usa se podría considerar alguien alto) para muchas personas era considerado "el gordo", llegando a ser conocido así por muchos países que ni se sabían su nombre.
...
No le gustaba eso... "Quizás tenga que adelgazar".
2231 palabras.
Para que mentir, el final lo escribí porque quería desahogarme de una situación, pero bueno, que tengan linda tarde/noche <3
O sí, este capítulo no se publicó el finde porque andaba con problemas de pánico, así que lo publico entre semana y si lucifer quiere el finde habrá otro.
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