🌑 Capítulo XIII
Tras meses sin estar en ese lugar, casi un año ahora que lo pienso, USA apareció en él. Nadie pensaba que teniendo la sede en su propio país faltaría tantos días. Al principio las reacciones eran de felicidad, como cuando un profesor falta el día que no quieres dar justo su materia, pero después de semanas y meses hasta los mayores enemigos del estadounidense sentían esa necesidad de tenerlo cerca; esa necesidad de escuchar las estupideces que decía, como cuando dijo que el batido de chocolate venía de vacas marrones.
Y tras ese tiempo de paz y en parte pena, tras esos meses donde el estadounidense estuvo luchando contra sí mismo, contra esa necesidad de comer, ese odio hacia los alimentos, la acción de tragar, las calorías el deporte en exceso; acabando incluso en lesiones como castigo... Después de todo eso algo le empujó a enviar ese e-mail, un e-mail que le tenía de vuelta en el trabajo, en aquellos pasillos del edificio rectangular, caminando hacia aquella habitación de paredes de paneles que simulaban (o eran) madera, pintadas de un gris-azulado y con el suelo de moqueta verde... ¿En qué puto momento eso fue una buena idea? Debería mandar a cambiarlo, quizás una moqueta gris, o madera de abeto... ¿Quedarían bien unos paneles de baldosas blancos?
Y con esas ideas en mente se podía declarar oficialmente que el estados unidos narcisista volvió... Bueno... A medias... Pero lo aparentaba.
Nada más pisar la entrada de la sede todas las personas de la entrada, desde los recepcionistas hasta los países más secundarios de la ONU, quedaron sorprendidas por la aparición tan repentina (mínimo para ellos) del estadounidense después de meses en la nada, ya hasta algunos le deban por muerto y rumores decían que entre México y Venezuela empezó un pleito en busca de quedarse con el territorio de USA en caso de que el día de mañana dijeran que oficialmente murió. (Al parecer ganó Venezuela el debate, quedando en que a México le daría un 25% del territorio que USA le quitó en el pasado).
Volviendo a USA y dejando las peleas de los latinoamericanos de otro lado, este se dirigió de una hacía la oficina de ONU mientras acomodaba el cuello de su camisa color azul marino, hacía tanto tiempo que no se ponía ropa formal, y era tan incomoda, no entendía como su padre podía ir con traje cada uno de los días de su miserable vida de anciano.
Caminó por aquel pasillo fijándose en cada detalle, un techo alto, suelo de baldosas, paredes de un azul grisáceo, las luces por los techos que por pocas que fueran iluminaban bien; puertas a los laterales de estas, cada una diferente y haciéndose notar, no era necesario leer las placas con los nombres de los países o ver la correspondiente bandera colgada sobre estas para saber quien de quien era cada despacho, ya que la propia decoración de estas, sus maderas o los detalles te hacían darte una idea del dueño. Desde la de Francia siendo lo más exagerada, con cristales de colores rojos, azules y blancos opacando la luz, y flores en todo el marco hasta la de Rusia, una de madera gruesa y desgastada con una placa sobre puesta a un símbolo de aquella Unión a la que antes le pertenecía ese puesto y que si te fijabas podías ver alguna que parte de esa marca que sobresalía por detrás de la placa... Y después estaba la de usa que directamente tenía su bandera pintada en la madera que en antaño fue totalmente blanca y aun se veía el desgaste. Seguro su despacho estaba lleno de polvo, después tendría que ir a ver.
Dos golpes en la gran puerta blanca adornada con detalles dorados por el marco de esta y unas especies de alas en la pared que no ocupaba de por si la propia entrada como decoración fueron suficientes para que la luz verde de la bombilla situada a un lado se prendiera, dando permiso a quien fuera que estuviera esperando. Porque a ONU eso de estar gritando "¡ADELANTE!" no era su pasión, en si no le gustaba gritar y era raro escucharle alzar la voz más allá de la reuniones.
Agarró el pomo dorado, lo giró levemente y tras escuchar el leve "click" del pestillo resbalón dio un leve empujón, dejando abrir levemente la gigantesca entrada y dando un paso hacía adelante, la puerta pesaba, pesaba mucho, ni usa ni nadie podía entender como ONU la abría cada mañana como si fuera una pequeña puerta a una casita de juguete de plástico ... Ahg.
- Estados Unidos de América... recibí tu correo. - Habló la organización, viendo a este con su distintivo rostro serio pero decorado por una mirada que trasmitía alegría por visualizar al mayor.
- ¿Eres consciente de lo raro que suena que me llames por mi nombre completo? ¿Quién eres? ¿Mi madre cuando me regañaba? - Llevó su mano hacía su propio pecho, viendo al contrario sobre sus lentes para después soltar una risa, una risa falsa... - Mentira, nunca conocí a mi madre, o quizás si, no sé, UK tampoco me lo quiere decir, seguro esté muerta.
- Si quieres hablar de tus problemas familiares OMS está los domingos a las 6 p.m en la sección de psicología, te puede dar cita. - El alado se acomodó en su silla, viendo los movimientos lentos y despreocupados del americano y como se sentaba en una de las sillas, quedando cerca del escritorio y apoyándose en este, encorvando la espalda. - Por lo que veo estás mejorado, e igual de maleducado... Me sorprende que seas así viendo a tu padre.
- Sí, Uk tiene aracnofobia y Australia duerme con una tarántula que se llama Fluffy, NEXT. - Hizo un leve circulo con su dedo índice, viendo al escritorio y marcando la X con una mueca en sus labios, dándole una mordida al inferior, dejando la última palabra como un leve murmullo.
- ¿Mejoraste tu mal estar? - Cambió de tema la organización, viendo a la potencia de arriba abajo.
- Sí... Super mejor. - Habló en un tono burlón y sarcástico que dejaba notar entre líneas que lo que decía no era verdad, no del todo.
- Sobre lo de Canadá... al no estar en buenas condiciones su trabajo tiene que ser transferido, no sé si a ti o a Francia quizás serían las mejores ideas, era eso o acumularlo (...)
La organización empezó a hablar, en la mente de usa solo pasó una cosa, no le había preguntado que hacía ahí, ni si quiera le pasó su trabajo, ONU directamente se puso a hablar de Canadá, eran entendible de que en la situación en la que estaba el menor había que hacer algo con el estado, era obvio que los humanos no podrían dirigirlos solos. Pero... aun así...
Usa acababa de volver de una época dura donde la únicas personas que sabían de esta fueron Canadá, Argentina, ONU y recientemente México... a dos de ellos pareció no importarles, otro estaba en coma y al segundo nombrado todavía no le había visto.
Había avisado a ONU que las cosas no iban bien, se suponía que era la puta organización de la paz o mierdas parecidas, se supone que ONU debe de velar por el bien estar de las naciones en las cuales USA entraba...
Primero OMS diciéndole que no era nada, después su padre, el mismo, México, Canadá... Parecía como si todo fuera en contra de este, del estadounidense que ahora mismo solo asentía y miraba a la organización, quizás ONU le estuviera diciendo que si le parecía bien que Rusia y China le lanzaran misiles a su territorio hasta que no quedara nada y tuviera que mudarse a casa de algún Latinoamericano porque ya no tiene hogar y ser su esclavo y USA diciéndole que sí a todo.
- Bien... si eso fue todo... - El rubio se levantó, acomodando su camisa.- Me voy... tengo trabajo.
Y sin más, sin buscar una respuesta o algo así salió del lugar, yendo a aquella puerta con la bandera pintada.
Pequeños golpecitos en la mesa, realmente estaba sucia, se podía distinguir donde hacía tocado por la diferencia del color blanquecino del polvo a la rojiza madera el escritorio de caoba, siento que si hubiera tardado más en venir tendría que cobrarle el alquiler a las arañas. Después mandaría a alguien a limpiar.
Ahora mismo sus pensamientos podrían acabar dañándole, ese típico síndrome de impostor en el cual has llegado a un punto donde aun sabiendo que tu enfermedad es verdad y todo lo que has pasado lo empezaras a negar, el llegar a un punto donde el trastorno alimenticio quizás solo sea un estúpido mal momento sin importancia y hayas exagerado todo, todo eso no porque tu mismo lo empieces a sospechar si no por el comportamiento de gente a tu alrededor.
Ese sentimiento de que te has hundido en un vaso de agua, en que te ves a ti mismo exagerando y montando drama por algo muy básico porque los demás no perciben tu dolor. Un momento donde te muestran que hay gente peor que tú, gente que sufre, que pasa hambre, violaciones, asesinatos, cosas más serias que un problema con comer, y no por la falta de comida, si no por la falta de hambre. Esa vocecita que te grita que deberías estar agradeciendo por lo que tienes porque hay gente que no, que te hace sentir culpable (no por ser malagradecido) por una enfermedad, una enfermedad que mucha gente piensa que se soluciona con comer nada más, pero muchas veces el problema no es ese. El problema no es comer. Eso es solo una pequeña parte de todo el problema.
El problema puede ser no comer, pero viendo el gran abanico los problemas aumentan: puede ser el simple hecho de que la acción te de asco, algo que te impida tragar, que te impida mantener la comida el suficiente tiempo en tu estomago para que se digiera y no vomitarla, el problema es puede hasta comer, comer en un TCA puede ser el problema, y no por vomitarlo sin más, si no por comer de más. Porque mucha gente que no pasa por esa parte relaciona el trastorno con el bajo peso, con no comer, con vomitar, pero cuando tienes atracones por ansiedad, la necesidad de comer más y más por el pánico, una gula no sana y que no quieres continuar o simplemente cuando tu cuerpo podría ser categorizado como de talla grande o no llegas al punto de que se te noten las costillas nadie nota que eso es un TCA, nadie, llegando hasta a sentirte como una mentira aunque tu sepas que estas pasando por algo malo.
Ese sentimiento de ansiedad que te hace comer, comer hasta vomitar, comer hasta no poder más, comer hasta sentir un dolor inmenso por el atracón y la gula, no todo en un TCA es la delgadez, no todo se puede visualizar con que no come o con notar sus huesos.
Pero hasta que no llegas al punto de desmayarte nadie lo nota, y cuando lo notan no se preocupan, se enfadan... como si tu hubieras decidido acabar así por tu propio placer.
Un placer... que no te agrada y lo sabes, porque no es placer... es dolor... tortura... una tortura de pensar que no tienes a nadie que te apoye, saber que quieres salir de esta pero no puedes y necesitas a alguien que te acompañe en el camino mientras das tus pasos... y cuando no tienes esa necesidad... cuando no tienes a nadie el camino es más difícil, dependes solo de ti, y cuando eres tu mismo el que te esta atacando eso se vuelve un gran problema.
2021 palabras.
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