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🌖Capítulo VIII

Habían pasado un par de días, días de entre semana de los cuales el constante peso sobre los hombros del estadounidense que le obligaban a comer seguían, días donde faltaban a reuniones o si asistían de iban tras el primer descanso, días donde solo quería meterse en la cama y dormir para evitar el hambre.

Desde la última vez que comió no volvió a ingerir ningún plato grande, la mayoría lo dejaba a 3/4 de acabar o ni si quiera lo comía, algo que llegó a cansar a Canadá.

Ambos eran conscientes de esto, Canadá no era psicólogo y no tenía por qué ayudar a su hermano siendo un centro de rehabilitación, hacia esto porque quería de verdad ayudarle, porque por el simple hecho de ver a USA así le carcomía por dentro y de saber que si logro ver a su hermano de tal forma hace días, llorando, suplicándole ayuda, le ponía a él también un peso en su espalda.

Actualmente estaban comiendo, desde la perspectiva del canadiense Usa había ingerido medio plato o quizás más del filete con arroz, pero eso no era la verdad.

Cada cuánto se limpiaba la boca, o eso aparentaba, en realidad aprovechaba y escupía la comida en la servilleta para luego dejarla doblada a un lado, cuando iba a beber escupía también la comida aprovechando que el vaso era opaco, a veces hasta mantenía pedazos de comida en su boca como bola y los escupía en el baño o por la ventana de su habitación, llevaba así durante toda la semana, y solo provocaba que su peso bajase más y más. Algo que aún así no contentaba al menor ya que ante el espejo se seguía viendo igual que siempre.

Su pulso temblaba levemente, no se sabía distinguir si por el miedo de ser descubierto o por la falta de energías, llevaba así un par de días, los últimos recientes aunque le echó la culpa al trabajo que ONU seguía mandando.

Miró hacia su hermano, comía con calma, aún así su vista estaba perdida en su plato.

Oye... — Habló USA, rompiendo un silencio en la sala, Canadá se giró. — Necesito ir al baño.

Los trucos del rubio ya eran conocidos, por lo que unas normas se establecieron, una de ellas "No puedes levantarte de la mesa hasta que lo diga". Parecería infantil, pero así lo dijo Canadá, y USA por no empezar otra pelea (las cuales se volvieron constantes estos últimos días) solo la acepto.

Abre la boca.

El estadounidense cumplió aquella orden sin objeción alguna, levantó su lengua de paso haciendo notar que no llevaba nada de comida en esta, por lo que no podría escupir nada.

Esta bien... Pero no tardes.

Entre leves temblores el mayor se levantó, caminando hacia el final del pasillo de ese y único piso de la casa. Nada más entró cerró la puerta y se apoyó en el lavabo.

Miró su rostro, de nuevo fijándose en el espejo, notando a detalle cada parte de este como si de un cuadro se tratase, uno mal dibujado por un borracho que nunca agarró un pincel.

Ya antes de toda la enfermedad todos clasificarían al de bandera rayada como un presumido, un egocéntrico o narcisista, se la pasaba mirándose en el espejo la mayoría del tiempo pero ahora la cosa aumentó. Notaba a detalle todo, desde los puntos nuevos que le habían salido por la falta de hidratación hasta como su mandíbula se marcaba cada día más.

Su menté estaba cual guerra civil en estos momentos; mientras que una parte de esta decía que todo iba bien, que mínimo no engordaba, que estaba por el camino correcto la otra parte, la de la verdad y el razonamiento, hablaba e intentaba hacer admitir al estadounidense que nada iba bien, que tenía que mejorar y detener esto, que si seguía por ese camino había un punto donde la marcha atrás no llegaría a ser una obligación, si no la única forma de sobrevivir.

Desgraciadamente esto no es una historia escrita por Disney, antes los ojos del enfermo los papeles se invierten, la verdad es la malvada y la avaricia la buena.

Hubo unos minutos de silencio, unos minutos muy largo donde ni el sonido de la televisión se escuchaba, seguramente Canadá estaba al otro lado de la puerta esperando el mínimo sonido de arcada para entrar y detener al mayor.

Un largo silencio... Un silencio molesto, un silencio que desearía que acabara ya, que alguien rompiera ese silencio, un silencio que en esta metáfora era la enfermedad.

Se separó del espejo, no le quería dar más importancia, simplemente agarró su cepillo de dientes y la pasta, mojó el cepillo un poco, echó la pasta en este y empezó a cepillarse los dientes, dejando su vista fija en el grifo viendo el agua fluir, en cierto modo no quería apagar el grifo y volver a ese silencio que le incomodaba.

Un leve dolor se hizo presente en el abdomen del rubio, pasó su mano libre a este y lo intentó ignorar, quizás la comía (o la falta de esta más bien) le había sentado mal.

Al terminar de lavar sus dientes escupió el el fregadero, al hacerlo sintió un leve dolor en estos, levantó su vista y mostró los dientes hacía su reflejo, efectivamente, estos se habían vuelto algo amarillentos, más que de costumbre. Esto supuestamente era imposible, al comer menos se tendrían que manchar menos, pero eso no era lo que perjudicaba el color, si no que de tanto vomitar y expulsar el ácido gástrico sus dientes habían acabado con ese color, aparte del color la sensibilidad de estos había aumentado, quizás con una mejor higiene (o alimentación) se mejore eso.

Había pasado mucho tiempo desde que USA no mantenía contacto con nadie que no fuera su hermano y como mucho ONU, la mayoría de veces que alguien quería hablar con él Canadá hacía de portavoz, normalmente sin respuesta, al igual que los mensajes que se le enviaban directamente al americano por redes sociales (ya que WhatsApp estaba mas como decoración en su teléfono), los cuales se quedaron en visto o incluso bloqueando contactos.

Si algo distinguía al rubio era que tenía gran actividad en redes sociales, sobre todo Twitter e Instagram, pero hacía tiempo que no compartía nada en ninguna de esas redes, solo sabían que seguía abriéndolas mínimo un poco de tiempo al verle con el mundo verde en su foto de perfil en  la bandeja de mensajes privados de los demás y algún que otro "like" en publicaciones aleatorias. Seguramente si subiera una historia ahora mismo saldría "america.usa ha publicado algo en sus historias después de mucho tiempo".

Nuestro protagonista estaba ahí mismo, conectado, tumbado en su cama mientras veía publicaciones de influencer  o alguna persona que seguía y ni sabía el porqué.

Si algo perjudica a la autoestima y el amor propio de la gente son las redes sociales, y cuando estas dos cualidades tuyas están por los suelos lo último que deberías hacer es entrar en estas y fijarte en fotos de otras personas, inevitablemente las comparaciones siempre llegan.

A pesar de que USA interactuaba más que nada a mujeres también había un porcentaje de hombres en su "para ti" que seguían los cánones sociales de como deberían ser, los típicos fornidos masculinos que van si camisa y muestra más musculo que cara, imágenes con los comentarios de fueguitos, caras babeando o demonios morados, reacciones que también aparecían en las últimas fotos de USA, esa aprobación que necesitaba.

Aprobación que no le fue suficiente.

Entró a su perfil, miró por encima las múltiples imágenes, al bajar un poco pudo encontrar fotos de cuando estaba gordo, fotos de recuerdos pero con un cuerpo que no le agradaba, fotos con sus hermanos, con mascotas perdidas, amigos, viejos recuerdos...

Todas acabaron siendo eliminadas junto a la foto de perfil tras unas horas.

No se sentía cómodo, hubiera sido más fácil eliminar la cuenta antes de nada pero no lo hizo, siguió viendo las imágenes, siguió con las comparaciones, todo estaba pasando tan rápido pero para él el tiempo era tan lento... demasiado lento, y seguía rezando porque una solución le viniera de la nada y todo se arreglase.

Un mensaje apareció en la parte superior de la pantalla, un WhatsApp, le extrañó y en parte hasta le asustó que era un número desconocido el que le hablaba, relajándose al ver rápidamente la foto del contacto y quedándose solo en un sentimiento de cuestionamiento de porque esa persona le escribiría.

Entró al chat, leyendo el mensaje.

+54 9 341 578 9984

"Hey gringo, soy Argentina." -19:23
"Estaba haciendo limpieza de contactos y me encontré tu número." -19:24

USA miró los mensajes por unos segundos, pretendió no darle importancia a le argentine pero igualmente los mensajes de este siguieron llegando al ver el visto del estadounidense.

+54 9 341 578 9984

"Boludo responde!" -19:30
"Ñ" - 19:31

Al ver que la intención de Argentina era hablar con él sí o sí acabó respondiendo esos mensajes.

"What?"-19:32

"Ahhh" -19:32
"Ya pensaba que te moriste" -19:32

"What?" -19:32

"Al grano el tiroteos" -19:33
"Canadá comentó que no te estabas sintiendo
del todo bien últimamente, que vas mejorando
y al poco recaes de nuevo" -19:34

"And?" -19:34

"Solo sabes escribir una palabra y ya?"- 19:34

"I'm going to block you" -19:35

"No sé gringo" -19:35
"Pero prefiero usar el traductor
a tragarme tu basura de español
escrito" -19:35

"Que qieres?" -19:35

"Mis ojos." -19:36.
"No bueno eso." -19:37
"¿Necesitas ayuda con algo? De verdad no quiero
sonar borde o algo pero se nota que no vas por
buen camino, creo que hablarlo con alguien profesional
te puede servir de algo" -19:39.

Usa tardó un par de minutos en contestar, la ultima vez que habló con alguien profesional sobre esto las cosas no acabaron bien y acabó todo en el olvido...

Suspiró levemente y miró de nuevo la propuesta, un mensaje de audio se empezó a grabar, la presión en su pecho apareció, ¿por qué se sentía así de incomodo hablando con otra persona que no fuera su hermano? Arge tampoco es que fuera su amigo o le odiara o algo así... ¿por qué ese sentimiento de incomodidad? es como si hablara con un desconocido.

El audio de acabó de mandar, este dudó unos segundos y seguido lo reprodujo.

Bueno a ver, mira boludo, hablando mal y directo, vos y yo sabemos que tienes bulimia, realmente ya todo el mundo lo sabe y sé lo que es pasar por un TCA, así que... no sé si yo contaría como ayuda profesional, bueno, realmente no pero igualmente creo que hablar con alguien que sabe del tema te vendía bien... ¿sí? NO TE OBLIGO, pero te lo recomiendo.

El audio se cortó, otro mensaje diciendo que se tomara su tiempo en dar una respuesta llegó y seguido el usuario se desconectó.

Se quedó pensando por unos minutos, ya era la 2º propuesta de ayuda por parte de Argentina, quizás esa era la ayuda que pedía durante estos tiempos, quizás solo necesitaba decirle que sí aunque no confiara en elle tanto como lo hacía con Canadá.

Igualmente si algo salía mal simplemente tendría que decirle que no quería hablar de nuevo, bloquearle y alejarse de él, no tenía porque enterarse de esto nadie más, ¿no?

Soltó su teléfono, mañana le contestaría, eran las 7, casi las 8, pero ya tenía sueño, seguramente por la falta de alimento y el mal horario que llevaba de sueño que tampoco es que fuera de ayuda.

El sol terminaba de ocultarse, dejando un manto negro con puntos blancos que decoraban todo el cielo antes de colores brillantes pero poco notorios ante los ojos del estadounidense, mientras todo eso pasaba USA iba cerrando los ojos poco a poco, dejando su visión y pensamientos atrás y volviendo a dormirse como todas las noches, descansando su mente y librándose de la vocecilla que le llevaba corrompiendo cada día mas y más.

2046 palabras.

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