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[EXTRA]

La parte más difícil de regresar a Corea para JiMin era volver a adaptarse a su ritmo de vida dentro de su país.

Las vacaciones en Estados Unidos los habían hecho sentirse demasiado cómodos en aquel país, JiMin no tenía que preocuparse por las malas miradas sobre ellos o guardar apariencias, sintió lo bueno de no tener que esconderse detrás de un grupo de reglas sociales, algo que quería vivir por más tiempo, pero era algo que implicaba distanciarse y él tampoco quería estar tan lejos de su mamá y hermano.

YoonGi le había entendido.

El mayor le había propuesto mudarse al país y establecerse por completo un día antes de regresar, pero JiMin se negó ante ello.

—Ahora no pareces tan contento de regresar. —Expresó el mayor mientras saludaba al conserje del edificio. JiMin se encogió de hombros.

—Es que no quiero trabajar. —YoonGi rió por lo bajo mientras presionaba los botones que lo llevarían al último piso en dónde vivían.

Poco más de algunos minutos les tomó llegar a su destino y dejar las maletas a un lado de la entrada. JiMin se dejó caer sobre el sofá mientras bostezaba sonoramente y YoonGi simplemente fue a confirmar que todo estuviera en orden.

—Podemos regresar en mitad de año a Estados Unidos. —Mencionó de la nada el mayor. —Pero ahorita podemos ir a hacer mercado o comprar comida rápida.

JiMin lo meditó antes de asentir a lo último.

—Lo que tú quieras, no me quejo. —YoonGi asintió mientras empezaba a teclear algo en su celular.

JiMin lo observó atentamente. No se perdió ningún movimiento. Observó desde el leve fruncimiento de sus cejas, muy seguramente por algún pequeño error en la redacción del mensaje, hasta la forma en la cual sujetaba el móvil con tanta fuerza, pero a la misma vez, con una delicadeza sutil.

Si a JiMin le preguntaran que era su parte favorita de YoonGi, sin duda alguna diría que son sus manos. Son grandes, sus dedos son largos y la forma en la cual las venas se dibujan en ellas lo hace delirar.

Sin contar las otras cosas que este hace para tenerlo mirando al cielo y agradeciendo por cruzar sus caminos con el mayor.

JiMin no se consideraba un fiel creyente, pero si tenía que agradecer la presencia de YoonGi en su vida, lo haría un millón de veces porque él... Él se había ganado el premio mayor.

Se había enamorado del amor de su vida y este también se había enamorado de él.

—¿JiMin me estás escuchando? —El menor sintió sus mejillas enrojecer por el bochorno mientras la sonrisa divertida de YoonGi era lo único que podía ver. —¿Te perdiste en alguna parte o estás pensando en alguien más?

JiMin rió cuando sintió al mayor sentarse a su lado y dejar caer su cuerpo de forma superficial sobre él.

Incluso en esos momentos, YoonGi siempre estaba pensando en el bienestar de JiMin.

En nada más.

El pálido sabía que JiMin estaba cansado, por lo tanto, tampoco quería incomodarlo con su peso.

JiMin lo amaba.

—¿No obtendré una respuesta entonces? —Cuestionó. JiMin sonrió como un tonto enamorado.

—Estaba pensando en ti. —YoonGi rodó los ojos. —¡Es en serio! Estoy enamorado, deberías de hacerte responsable de eso. —Se quejó JiMin de forma juguetona.

—Me casé contigo, creo que estoy siendo lo suficientemente responsable. —Alegó el mayor en su defensa mientras veía la cara de JiMin. —Te cuido, te dejo dormir pegado a mi, te hago de comer, me la paso viendo series que no me gustan por ti, ¿No es eso suficiente? —Cuestionó arqueando una ceja. JiMin negó.

—Es suficiente, no puedo pedirle nada más a nadie, eres todo lo que quería y no sabía que necesitaba. —Expresó tan serio que YoonGi sintió su corazón acelerarse.  

Era increíble el efecto que JiMin ejercía sobre él. La forma tan profunda en la que cayó por el hombre que literalmente podía hacer y deshacer con él.

Una vez leyó que enamorarse de esa forma era el peor error que alguien podía cometer. YoonGi no lo creía.

Estaba seguro que la forma en la que se enamoró de JiMin lo hizo crecer como persona, lo hizo caerse un montón de veces para luego encontrarse a final de todo el camino.

Y estaba completamente conforme con el desarrollo de todo.

—¿Ahora en quién estás pensando tú? —Preguntó JiMin acercando su rostro al del mayor. YoonGi no lo dudo para probar sus labios. JiMin sonrió envolviendo sus brazos alrededor del cuello de YoonGi.

—Espero que eso te de una idea de en quién estaba pensando, amor. —El menor sonrió feliz mientras se perdía en la negriza mirada de YoonGi.

—No me quedó muy claro, ¿Puedes hacerlo otra vez? —YoonGi no lo dudó ni por segundo para volver a besar los labios de JiMin.

...

JungKook sonrió emocionado cuando vio a TaeHyung recorrer la pequeña casa que habían visitado en esa mañana. Desde hace un tiempo ambos habían planteado la idea de mudarse a una casa, el edificio donde vivían estaba bien, pero de repente se empezó a ver demasiado pequeño y a ambos les pareció correcto la idea de mudarse.

Estaban entre esa casa y un departamento que se desocupó dos pisos más debajo de donde vivían YoonGi y JiMin.

La última idea le agradaba un montón, incluso a TaeHyung, pero aún no sabían si podían tener mascotas en el lugar y TaeHyung y JungKook no irían a ningún lado sin Yeontan y el nuevo miembro de la familia, Bam.

—Solo falta visitar el edificio donde vive YoonGi-hyung. —Agregó TaeHyung. —Pero este lugar también me gusta.

—TaeHyung. —Llamó el menor observando detalladamente al hombre que veía con atención el lugar donde estaban. El castaño volteó a verle con duda. —Quiero que seas mi hogar para siempre.

TaeHyung rió.

—Siempre seré tu hogar. —JungKook asintió mientras revolvía su espeso cabello negro. Su mirada ilusionada nuevamente recayó en el mayor y TaeHyung no entendió porque de un momento a otro JungKook terminó llorando. —¿JungKookie pasa algo?

El menor negó mientras se apretaba en un abrazo con TaeHyung.

Había tenido una especie de revelación en aquellos momentos mientras veía la emoción de TaeHyung a su alrededor y como este se inspiraba a buscar las cosas para su hogar.

Quería tenerlo para siempre.

...

JiMin y YoonGi tenían una cosa en común, de una forma u otra ambos tenían la facilidad de ceder ante el otro en cualquier circunstancia. Habían recibido el pedido de la comida que YoonGi había ordenado, pero de un momento a otro eso perdió importancia mientras se concentraban en tomar un poco del otro.

Un minuto después JiMin estaba cumpliendo algo que tanto había deseado y que no había encontrado forma de pedirlo hasta ahora.

—YoonGi. —JiMin gimió el nombre del mayor cuando sintió por fin toda la entereza de YoonGi en su interior. Sus dedos buscaron dónde rasgar, pero si lo hacía, seguramente tendría uno que otro dolor  en sus dedos ante la dura superficie del mesón de la cocina. El pálido simplemente lo ignoró mientras se concentraba únicamente en entrar y salir del cuerpo de su chico. Sus grandes manos se encontraron dándole atención al glande palpitante del menor mientras escuchaba los murmullos y gemidos que JiMin compartía con él. —M-Más rápido hyung. —Susurró necesitado mientras balanceaba su cuerpo al ritmo que YoonGi estaba imponiendo, buscando más de aquel gratificante momento.

YoonGi sonrió mientras negaba.

JiMin nunca cambiaría.

Y eso de cierta forma, le encantaba.

Saliendo casi por completo del menor, colocó sus dos manos en la cintura de JiMin, fijándolo por completo sobre la superficie plana del mesón y sin una pedida más, se enterró por completo en él.

JiMin jadeó sonoramente, arqueando su cuerpo sobre la superficie, ignorando algunos roces incómodos que sintió en el proceso mientras su interior se encargaba de apresar con anhelo el eje del mayor.

El sonido de sus jadeos más el choque de sus pieles inundaban el lugar, las respiraciones aceleradas y los murmullos que finalizaban en pequeñas confesiones de amor y devoción los terminaron acompañando durante aquel momento en dónde todo su cuerpo respondía al otro. JiMin solo necesitó el choque constante de YoonGi sobre aquel punto para terminar gritando un montón de cosas sin sentido, palabras que terminaron a medias mientras su cuerpo terminaba de reaccionar a lo bueno que se sentía tener la cálida esencia del mayor llenándolo por completo.

YoonGi se concentró en besar su espalda y todo pedazo de piel expuesta ante él. Lo mimó como pudo, esperando el momento exacto para poder besarlo y sellar lo tanto que le hacía sentir por medio de un beso.

No importaba el jodido desastre que habían hecho en la cocina, o que la misma comida que habían pedido tiempo atrás terminó cayendo al piso, lo único que tenía real importancia en ese momento era lo bien que se sentían, lo mágico que era todo cuando estaban juntos y formaban un cálido nosotros.

No había marcha atrás. Estando en Estados Unidos, en Corea o en el fin del mundo, ellos dos ya habían ganado en la vida porque se tenían para siempre y eso... Eso era lo único que importaba.

...

Holaaa. 🌠

Feliz año nuevo 2023.

Aparecí con este pequeño extra que espero les gustara.

Gracias por todo el cariño para esta historia, en si, para el universo de Him y Us, la verdad se que tiene varios errores, pero agradezco que encontrarán en esta historia algo que les llamó la atención y los hizo unirse a esta familia.

Nos leemos en otra oportunidad, porque si, la revelación de JungKook debería tener un extra, ¿No? Aunque creo que alguna debe intuir que es jaja.

Disculpen los posibles errores y gracias por todo.

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