JiMin no sabía realmente si darse un tiempo significaba estar en el apartamento de YoonGi con este prácticamente encima suyo, pero poco le importaba aquello en ese momento. Sentir las manos del mayor sobre él, siempre era algo grato. Probar los labios del contrario sin impedimento alguno era como tocar el cielo.

— ¿Venías a buscar algo de ropa? — JiMin asintió, perdido en lo profundo que se escuchó la voz de YoonGi mientras dejaba pequeñas marcas a lo largo de su cuello. — Deberías de ir. — Susurró impidiendo aún que el menor se moviera. JiMin rió negando.

— Puedo quedarme en el cuarto de invitados. — Susurró ladeando su rostro, dejando así más piel expuesta ante los hambrientos labios del pálido. YoonGi sonrió.

— ¿Estás seguro que nos estamos dando un tiempo? — Indagó alzando la mirada hacia el menor. JiMin se encogió de hombros.

— Depende. ¿Te apetece que sigamos en esto o fingimos que no queremos terminar en la cama? — Cuestionó con un aire de extrema coquetería sobre él. YoonGi sonrió de forma ladina, acortando la distancia entre ellos. JiMin sonrió en medio del beso cuando sintió la pequeña mordida que el otro dejó sobre su labio.

— Necesito saber que tan apretado puedes estar después de estos días. — JiMin asintió relamiéndose los labios cuando YoonGi se levantó de encima suyo y le extendió la mano para llevarselo.

— La primera vez que lo hicimos, ¿Recuerdas? — YoonGi asintió mientras entraba a su habitación y cerraba la puerta detrás de él. — Lo único que tenía en mente ese día era que necesitaba saber que tan bueno podías hacerlo. — Susurró entre los labios del mayor.

— ¿Y quedaste satisfecho? — Cuestionó avanzando hacia la cama, llevándose consigo al menor. JiMin sonrió mientras sentía su cuerpo caer sobre la cómoda superficie.

— Lo suficiente como para dejar que siempre tengas el control de todo. — Expresó mordiéndose su labio inferior mientras veía al mayor desprenderse de la camisa que llevaba puesta.

...

JungKook observó con fastidio la pila de papeles que había en el consultorio de YoonGi. Cuando este le había dicho que tenía información extra de su paciente, su mirada se había iluminado por completo.

Había pasado más de dos días intentando averiguar los antecedentes médicos de una señora que se negaba a dar la información necesaria. Y para su buena suerte, YoonGi había atendido a esa mujer anteriormente.

JungKook había pensado que ahora sería más fácil que antes, pero viendo el historial inmenso que tenía que revisar, estaba empezando a odiar a todo el mundo.

— ¿Se puede pasar? — JungKook frunció el ceño ante la pregunta hecha por el chico que simplemente ya estaba dentro del consultorio.

— Supongo que sí, pero YoonGi no está. — Informó más por cordialidad que por otra cosa. — ¿Tienes tanta confianza que puedes entrar sin mencionarte en el consultorio de mi hermano? — MinSeok sintió sus mejillas arder ante aquel comentario mientras hacía una pequeña reverencia en señal de disculpa.

— Lo siento, el doctor Min me había prestados unos historiales médicos para presentar la respueta de un caso y no había podido traerlos hasta ahora. — JungKook asintió, sintiéndose solo un poquito mal por la forma en que le había hablado al chico. MinSeok colocó la carpeta sobre la mesa y al instante JungKook sintió que el alma le volvía al cuerpo cuando vio el nombre de su paciente sobre ella.

— Lamento mi reacción de ahora, es solo qué... YoonGi es muy reservado con su consultorio y con sus cosas. — Explicó. MinSeok asintió.

— Lo sé, el doctor Min me ha dicho algunas cosas. — Expresó de forma sencilla. JungKook asintió asombrado mientras veía al contrario salir del consultorio. La idea de que aquel chico era completamente el tipo de YoonGi, no salió de su mente por un largo, largo rato.

...

Decir que estaba acostumbrado a la manera en la cual su cuerpo podía reaccionar a la intromisión de YoonGi, era una mentira. JiMin no sabía que era, pero cada vez que se unían, se sentía diferente.

Quizás lo que cambiaba, era la forma en la cual podían entregarse al otro. La intensidad entre ambos era algo que podía salirse de control en ciertas ocasiones, como en aquella noche, en donde lo único que buscan es poseerse mutuamente mientras el ritmo de las embestidas es un tanto duro, pero sin llegar a ser brusco, los besos son demandantes, y las caricias que ambos dejan tras el paso de su mano sobre la piel contraria denotan deseo.

— Y-YoonGi. — Jadeó JiMin sintiendo su interior contraerse de forma exquisita alrededor del intruso que no tiene intención alguna de detenerse en su intenso recorrido dentro y fuera del menor. — D-Dios. — Gimió bastante agudo cuando aquel punto de extremada sensibilidad fue alcanzado por el mayor.

— ¿Soy tu dios ahora? — Indicó con malicia el mayor, volviendo a dar en el mismo punto, amando por completo la reacción del contrario bajo él. Amaba ver las expresiones que JiMin podía tener durante el sexo. Era tan difícil de explicar, pero algo dentro suyo se llenaba de orgullo por poder tener a JiMin derritiéndose ante su toque y su forma de moverse.

— Puedes ser hasta un m-mago. — Jadeó aquello hundiendo sus uñas en la pálida piel de la espalda del mayor. — Y yo puedo s-ser t-todo lo que te d-de en gana. — Gimió lo último mientras veía fijamente al mayor. — P-Porque soy solo t-tuyo. — Completo aquello, recibiendo con gusto el miembro del mayor completamente dentro de él.

— JiMin. — Jadeó el pálido a última instancia, sintiendo la presión en su pene palpitar con fuerza. El menor sonrió con suficiencia, mientras el sentía lo mismo en su palpitante eje. — V-Voy a... — JiMin no le dejó terminar, simplemente apresó la boca del mayor entre la suya y dejó que ambos explotaran a la sincronía de su lengua invadiendo con maestría la cavidad bucal del pálido.

Se besaron por el tiempo que duró el que sus cuerpos se sintieran cansados, durante cada segundo en donde no pararon de tocar al otro, y mientras aún se mantenían unidos.

...

JiMin sonrió mientras estiraba su cuerpo en la cama. A su lado el cuerpo desnudo del pálido se encontraba, profundamente dormido y enredado entre un montón de sabanas. Su mirada recorrió la habitación con naturalidad mientras se sentaba sobre la cama.

— Hoy es sábado, JiMin. — Gruñó el pálido abriendo reaciamente sus ojos y observando la espalda desnuda del menor frente a él. — Vuelve a la cama.

— Se supone que nos estamos dando un tiempo, YoonGi. Debería ir a mi departamento justo ahora. — Susurró abochornado al ver la cara divertida de su pareja.

— Somos folla-amigos durante ese tiempo. — Expresó de forma sugerente. JiMin negó frunciendo el ceño.

— ¿Como tú y... — Se calló rápidamente cuando se dio cuenta de lo que iba a decir. YoonGi soltó un suspiro cansado mientras JiMin se maldecía internamente por haber arruinado el momento.

— Déjalo así, Park. Puedes irte a tu departamento. — Concluyó YoonGi dandole la espalda al menor.

...

Hola, gracias por leer, votar y comentar. <3

Por aquí dejo la actualización del mes para que me sigan amando(? jajaja.

Nos leemos pronto.