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6. INFINITY.

«Oh, cariño, mi alma, sabes que se muere por la tuya. Y tú has estado llenando este agujero desde que naciste.

Porque tú eres la razón por la que creo en el destino,
tú eres mi paraíso.

Y haré cualquier cosa para ser tu amor, o ser tu sacrificio.

Porque te amo hasta el infinito.
Te amo hasta el infinito.»

Jaymes Young - "Infinity"

[...]

Día 6= Locuras en la adolescencia + Familia (niños-suegros).


—Ya llegué. —dijo al aire, ninguna voz lo recibió al llegar, lo cual le pareció bastante raro. Sus hijos ya debían haber vuelto de la U.A. —Hey, ¿Gatitos?

Seguía sin respuesta, así que Shoto dejó la maleta con su traje de héroe en la entrada mientras se encaminó por los pasillos de la casa.

¿Estarían en el ático? No sería raro, ese era el lugar favorito de ambos desde que se habían mudado a Japón.

En Estados Unidos, el lugar de ambos siempre había sido el sótano. A falta de seguridad estructural y excesivos costos para crear un sótano en su nueva casa, Hitoshi tuvo la idea de construirles el ático, y allí ambos eran bastante felices.

Sus pasos se encaminaron en esa dirección, decidió cambiarse de ropa antes de ir a buscarlos, caminó por los pasillos de las habitaciones, pero antes de llegar a la suya escuchó voces provenir del baño principal.

—Mierda, ¿Ahora te va el BDSM o qué, Ter?

—Shut up, Nabi. Solo cállate y pásame el maquillaje.

—No, no, no. Tú no vas a usar mi maquillaje, quiero una explicación.

—What fucking explication need? ¡Tú ya sabes lo que pasó!

—Quiero escucharlo de tí. Así es más divertido.

—Witch.

—Stupid.

—I don't know. ¿Qué quieres que te diga?

—The true. Sé que vas a mentirles a nuestros padres. Así que, yo quiero saber la verdad. Sabes que no puedes mentirme a mí...

—Ni aunque quisiera.

—Ni aunque quisieras.

—¡Auch! ¿Qué? ¡No me toques ahí!

—Duele. ¿Qué le dirás a papá? Esta marca no parece un moratón...

—Por algo es el maquillaje, ¿No crees, boba? Solo necesito cubrir mi cuello, el resto son heridas de entrenamiento.

—Cuando entrenas con alguien generalmente no te rasguñan la espalda. Y si lo hicieran, no se verían así, es obvio que son heridas directas en la piel.

—Estaba entrenando sin camisa.

—Eso no te lo crees ni tú mismo.

—Sí, es una mentira mediocre pero da igual, no le voy a mostrar mi espalda.

—Te va a matar, papá...

—¿Por qué? Tengo derecho a divertirme.

—Rough sex? Is funny?

—Yes, is very funny! Me vas a prestar el maquillaje ¿Sí o no?

—Ya voy... ¡Ay! ¿Ese es un mordisco?

—¡Auch! ¡Maldita, ya déjame en paz! ¡Y no, no es un mordisco!

—Voy a reírme tanto por esto.

—Voy a reírme tanto yo cuando te vea con las marcas de... ¡Papá!

—¡¿Papá?!

—Hola, papá. —dijeron ambos al ver al bicolor con el ceño fruncido y los brazos cruzados.

—A la sala los dos. Right now.

—Yes, sir.

[...]

—Ya llegué a casa, gati... —Hitoshi se detuvo a mitad de la oración al ver a sus hijos sentados en el piso de la sala, atados con una cuerda espalda contra espalda y ambos con una mordaza. —¿Ahora que hicieron?

Ambos siguieron forcejeando, mientras dejaban salir ruidos sin sentido por culpa de la mordaza.

—Intentaron escapar antes de tener una charla familiar. —comentó Shoto, tomando un sorbo de su taza de café, mientras miraba con el ceño fruncido a los dos adolescentes que estaban en el piso.

Hitoshi suspiró, arrodillándose frente a sus hijos para quitarles las mordazas.

—Repito ¿Qué hicieron ahora?

—¡Papá está exagerando! —gruñó Teru.

—Yo ni siquiera hice nada.  —Se quejó Hanabi.

—Tú estabas planeando ayudar a tu hermano para engañarnos.

—Ustedes nos enseñaron a estar siempre el uno para el otro, en las buenas, en las malas y en las peores. Así que técnicamente es su culpa por enseñarme a que debo apoyarlo en todo lo que haga.

—Hanabi...

—Bien, mejor me callo. —comentó ella, encogiéndose de hombros. —Hice lo que pude, bro.

—Hiciste lo que pudiste para salvarte tú.

—En mi posición habrías hecho lo mismo.

—¡Yo nunca...! Sí, tienes razón. —Teru lo aceptó encogiéndose de hombros como ella. —Pero sigo creyendo que está exagerando.

—Hitoshi, mírale el cuello y las marcas de la espalda.

El de ojos púrpuras los desató, Hanabi se levantó pero bastó una mirada de los ojos heterocromáticos de su padre para que regrese a su lugar y sentarse en el sofá en silencio. Teru se quedó quieto, con los hombros tensos bajo la mirada de sus padres en su cuello y espalda.

—Tuviste sexo con un chico, supongo.

—¡Ja! Es más probable que yo me acueste con una chica a qué él lo haga. —Se burló la adolescente de ojos púrpuras.

—Cállate, tonta. A mí me prestaron atención, ¿Y que hay de tí? ¿Acaso voltea a mirarte? Ah, cierto, ya no lo hace porque tú...

—Shut up, motherfucker! —Lo amenazó la chica, ganándose una sonrisa amenazante de su hermano.

—Concentrense ¿Quién fue Teru?

—Mi novio.

—Y es que además tienes novio, sin decirnos nada. —comentó Shoto, con los brazos cruzados y el ceño levemente fruncido.

Un “No necesito su permiso” intentó escaparse de la garganta del menor, pero lo retuvo, apretando los labios y desviando la vista.

—Es reciente.

—¿Qué tanto?

—Un mes.

—¿Y acaso no pensaste en mencionarlo ni una sola vez?

—No lo ví necesario.

—Somos tus padres, ¿Crees que no era necesario que lo supiéramos?

—No es eso.

—¿Y qué es? ¿Por qué creíste que debías ocultarnos esto?

Teru se mantuvo callado, mientras seguía sentado en el piso alfombrado, sus puños se apretaron, mirando al suelo, sin atreverse a levantar la vista en dirección a sus padres.

Hitoshi y Shoto voltearon a ver en dirección a la adolescente sentada en el sofá, que se cubría el rostro intentando para no mostrar ninguna emoción.

Hanabi y Teru aunque fueran de distinto género, eran gemelos idénticos. Ellos nacieron por un procedimiento médico, en dónde utilizaban el ADN de uno de los padres, en este caso, Hitoshi, para crear un óvulo y ser fecundado por el semen del otro padre, Shoto. Y los nueve meses de embarazo, fueron llevados a cabo por un vientre en alquiler.

Genéticamente hablando, Hitoshi era la madre, y Shoto era el padre.

Legalmente hablando, ambos eran sus padres, ya que los gemelos usaban ambos apellidos siendo ellos Shinso-Todoroki.

Biológicamente hablando, una mujer los llevó en su vientre por 39 semanas antes de entregarlos a sus verdaderos padres.

Pero los gemelos eran algo más. Un misterio en la biología y un caso sin precedentes. Tipo sí, existían otros gemelos idénticos de distinto género, era algo extremadamente raro, pero posible, ya existían un par de casos así, pero en esos casos, los gemelos eran físicamente idénticos, sus quirks también lo eran.

Sus gemelos, eran parecidos pero no iguales, y sus quirks tampoco se parecían en nada.

Teru tenía el cabello liso con ligeros rizos en las puntas hasta la nuca y rozando su frente, era morado pero tenía varios mechones blancos intercalados. Su piel era pálida, casi sin imperfecciones más allá de las múltiples y finas cicatrices pequeñas que había reunido en sus años como niño revoltoso. Sus ojos eran turquesas como los de Endeavor, pero con la diferencia de que la pupila era blanca como los de su padre Hitoshi, debajo de ellos, habían ojeras oscuras que lo hacían lucir cansado todo el tiempo.

Hanabi tenía el cabello rizado hasta los hombros, de color morado con mechones rojos y blancos intercalados. Su piel era blanca como la de una muñeca, también con distintas cicatrices pequeñas, revoltosa como su hermano. Sus ojos púrpuras, pero la pupila negra y común, sus ojeras no eran tan oscuras pero si notables.

El quirk de Hanabi, era como el de Shoto, podía controlar el hielo y el fuego con la diferencia de que lo hacía con su voz. El de Teru, era como el de Hitoshi, podía controlar la mente de las personas, y que hicieran lo que quisiera, pero iba más allá, no había dudas de que era más poderoso que su padre. Ambos lo eran.

Y también tenían una conexión. Esa misteriosa conexión de gemelos que nadie podía asegurar si era o no real, lo era, al menos en ellos.

Según los doctores, Hanabi y Teru se vieron un tanto afectados por el quirk de la mujer que los tuvo en su vientre, lo que los hizo ser de esa manera. Era una teoría y hasta ahora era lo que más sentido tenía para explicar, que cuando uno de ellos lloraba el otro casi instantáneamente sentía la necesidad de hacerlo aunque estuvieran en lugares diferentes.

Si Teru recibía un golpe, Hanabi sentía el dolor.

Si Hanabi estaba muy feliz, Teru sonreía aunque no tuviera razones de hacerlo.

Si ella tenía miedo, él sentía la sensación de peligro.

Si él estaba avergonzado, ella también se sonrojaba.

Aunque claro, uno de ellos lo sentía todo a carne propia, lo que el otro sentía era una sensación fantasma. Por lo que les habían explicado, o intentado explicar, decían que era como un sentimiento nuevo que no sabían de dónde provenía, algo no tan fuerte como para ser propio, una sombra, un presentimiento, algo inevitable.

Ellos tenían una conexión que trascendia más allá de lo comprensible.

Y como padres, Hitoshi y Shoto debían hacer lo que estuviera a su alcance para comprenderlos y apoyarlos. Lo cuál era un poco difícil.

Era obvio que sus gemelos se amaban el uno al otro con locura, pero como hermanos, también peleaban, se gritaban, y se enojaban. Sus personalidades chocaban, y siempre luchaban por ser el gemelo a cargo, aunque por lo que habían observado en la dinámica que tenían, era algo más como una democracia que una dictadura.

Pocas veces hacían algo sin estar de acuerdo. Sus gemelos sabían todo el uno del otro, o eso era lo que sabían, por algo no le sorprendió a Shoto el que estuvieran hablando sobre eso con tanta naturalidad.

Las personas no entendían la unión que esos dos tenían, varias veces y distintas personas recomendaron que ambos fueran a psicólogos para saber si eso era normal. Pero ambos estaban bien, psicológicamente hablando, no habían mostrado indicios de gemelo dependencia, ni nada por el estilo, simplemente eran como mejores amigos.

O como a ellos les gustaban decir, eran su otra mitad.

—Hanabi...

—Yes?

También tenían la inherente necesidad de hablar combinando el inglés con el japonés, lo cual no era raro, recordando que siempre vivieron en un hogar multicultural cuando estaban los cuatro juntos en New York. 

—¿Desde cuándo lo sabes?

—¿Saber qué?

—Hanabi... —La voz de Hitoshi sonó ligeramente amenazante.

—Pregunta más específicamente, Dad. ¿Desde cuándo sé que son novios? ¿Desde cuándo sé que le gusta este chico? ¿Desde cuándo sé que le gustan solo los chicos? Aunque eso todos lo sabemos desde siempre...

—¡No me gustan solo los chicos! —Se quejó el menor sin levantar la vista.

—No, solo los prefieres el 99% del tiempo.

—El 94% en realidad.

—Sí, en eso estamos igual. —comentó la de ojos púrpuras, ganándose las cejas alzadas de ambos padres. —¿Qué? ¿Han visto a Hibana? Ella le quita la heterosexualidad a cualquiera.

—O se la devuelve a cualquiera. Es que ¡Joder! —dijo el menor de ojos turquesa.

—No es ético que hablemos sobre la hija de Bakugo, primero porque ella tiene dieciséis, nosotros cuarenta, y segundo, no estábamos hablando de eso. Dejen de intentar distraernos.

No sería la primera vez que pasaba, a los gemelos les gustaba meterse en problemas. Burlarse de la autoridad, y retarla para ellos era algo común, tanto como romper las reglas e inclusive ser irreverentes con cualquiera que intente imponerse ante ellos. Ambos eran inteligentes y siempre tenían un plan que los hacía salir bien librados, o con el mínimo de consecuencias la mayor parte del tiempo. Aunque no siempre, tomando en cuenta que habían sido expulsados de algunas escuelas e incluso habían ido a la cárcel por un par de horas.

A pesar de todo, Hitoshi y Shoto podían jactarse del hecho de que sus gemelos los respetaban, siendo un poco más sumisos de lo que eran normalmente, ellos los escuchaban y acataban sus palabras, sin ser irreverentes ni condescendientes. Lo cuál era un logro, tomando en cuenta que ni siquiera Endeavor había logrado ganarse esa clase de respeto.

—Lo sentimos.

—Ahora responde, Hanabi, ¿Desde cuándo sabes que tu hermano tiene novio?

—Ah, tarde un poco en enterarme. Creo que me lo dijo un par de horas después de hacerlo oficial, aunque ya lo suponía, sentí demasiada felicidad y mariposas de su parte. Es un bobo enamorado.

—No es mi culpa que tú seas tan fría.

—Puedo ser cariñosa... —Una mirada de su hermano, y ella bufó. —Puedo serlo, otra cosa es que no quiero.

—Sí, como digas.

—Concentrados.

—Bien.

—Teru, mírame. —Shoto se agachó frente a su hijo, quién volvió a bajar la vista. —Mírame, te lo estoy pidiendo. Solo mírame.

—No quiero.

—¿Por qué? ¿Porque al mírame no puedes mentirme?

—No quiero mentirte.

—Entonces no lo hagas. Dime la verdad, confía en nosotros. O si quieres hablar solo con tu padre o conmigo, no hay problema pero habla, Teru. Entiendo que Hanabi, es lo que es, pero también nos tienes a nosotros, puedes confiar.

—¿Tú sabes por qué no quiso decirnos? —preguntó Hitoshi. La de mechones rojos miró a su hermano, y luego a su padre, como si no pudiera decidir qué decir. —No me respondas por él, solo dime si lo sabes.

—Eh, eso creo. Lo supongo nada más, no me ha dicho el porqué directamente.

—Teru... ¿Qué es? ¿Por qué no...?

—¡Porque me daba vergüenza! ¡¿Ok?! —chilló el menor. Abrazando sus rodillas.

—¿Qué te da vergüenza? ¿Tener novio? Porque que te gusten los chicos, ya lo sabíamos.

—O... ¿Te avergüenza que no nos agrade el chico?

—¿Qué no les agrade? —Teru comentó, riéndose sin gracia. —Él es todo lo que un padre quiere para sus hijos, buena conducta, buen estudiante, buen quirk, buena apariencia incluso tiene mucho dinero.

—Tiene razón, es casi la definición de perfecto. —dijo la de ojos púrpuras como quien no quiere la cosa.

—¿Y yo qué? —comentó tan bajito, que solo Shoto lo escuchó al estar más cerca, y enseguida frunció el ceño. —Yo no soy ni la mitad de eso. Siempre soy el chico que rechazan, el que cambian por alguien más. ¡Él puede tener a la jodida persona que quiera! Y está... Está conmigo... Es estúpido, ya lo sé, pero no puedo dejar de pensar que en cualquier momento va a dejarme por alguien mejor...

Dos segundos después Teru terminó en el piso a causa de un puñetazo por parte de su gemela.

—¡Auch! —gimieron ambos, aunque la gemela mayor se veía muy molesta mientras le hacía una llave a su hermano en el piso.

—¡¿Cómo siquiera puedes pensar eso, maldito estúpido?! ¡Tú eres increíble, eres guapo, eres inteligente! ¡Ere un gran partido!

—¡Deja de sacudirme! —chilló el menor, siendo zarandeado de aquí para allá por la pelimorada. —¡Tengo derecho a sentirme con baja autoestima!

—¡No! ¡Tú no tienes ese derecho! ¡Porque eres asombroso! ¡Y si él te hace sentir así, voy a asesinarlo!

—¡No lo puedes asesinar, bitch! ¡El chiste es que no quiero perderlo tan pronto!

—Espera un minuto. —Hanabi se detuvo de forma abrupta, y miró a su gemelo directo a los ojos, el menor no quería admitir que se encogió un poco en su lugar. —¡Así que eres tú el que evita que su relación sea pública! ¡Eres un imbécil! ¡Literalmente debes echarles en cara a todos esos idiotas que estás con el príncipe de la U.A! ¡¿Es que no lo entiendes?! ¡Te eligió a tí! ¡Y sí lo hizo es porque te adora! ¡¿Acaso eres ciego?!

—Hanabi, ya déjalo quieto.

—¡Pero...!

Solo bastó una mirada de su padre y la chica lo soltó, cruzándose de brazos y volviendo a su lugar en el sofá. Su gemelo cayó en el piso de la sala, recostado sobre la alfombra mirando el techo.

—Ya sé que es bobo, pero estoy acostumbrado a no ser el favorito de nadie que no sea Zeta o Parker. —comentó Teru, encogiéndose de hombros.

Shoto se acostó junto a él, Hitoshi se acostó al otro lado.

—¿De verdad crees que va a dejarte? —preguntó Shoto.

—No lo sé, solo tengo miedo.

—A ver Teru, ¿Qué sientes cuando vas a combatir con un villano? —preguntó Hitoshi, su hijo lo pensó por un momento.

—Miedo pero tengo que hacerlo de cualquier forma porque soy un héroe.

—¿Y que sientes cuando vas a escalar en los edificios, Teru? —preguntó el heterocromático.

—Es... Tengo miedo pero no puedo dejar de hacerlo, because is excited, es tan emocionante. Me hace sentir vivo aunque pueda morir con solo dar un paso en falso.

—Me siento ridículo y cursi al decirlo pero así es el amor, Teru. —dijo Hitoshi, con una sonrisa ladeada. —No podemos huir de él, aunque sea peligroso, debes ser valiente para enfrentarlo.

—Y cuando eres valiente, te sientes como si estuvieras en la cima de un edificio, mirando el atardecer. Es una felicidad que ninguna otra experiencia puede darte. ¿No te sentiste así cuando él compartió tus sentimientos?

Un sonrojo apareció en sus orejas, se cubrió la cara con las manos para no mostrar su sonrisa.

—Sí.

—Entonces... Sé valiente, Teru. —comentó Hitoshi, con una sonrisa pequeña. —En está familia no le tenemos miedo a amar libremente. No seas tonto, eso no es lo que te enseñamos.

—Lo sé pero ¿No se supone que el primer amor nunca dura?

—Eso es una mierda. Tú padre fue mi primer amor y aquí estamos casi veinte años de casados. —dijo Shoto, encogiéndose de hombros. Dejando un beso en la mano de su esposo. —Algunos tienen suerte y lo encuentran enseguida, otros deben intentar varias veces antes de lograrlo. No es cuestión de cuántas veces has amado, es cuestión de qué tan fuerte es la pareja y el amor que se tienen.

—No pienses que por ser el primero, no durará. Eso es estúpido, si piensas así, entonces no lo hará. —comentó Hitoshi, viendo directo a los ojos de su hijo. —Ama a cada una de tus parejas como si fuera el amor de tu vida, y si no puedes hacerlo, entonces es porque no lo es.

—Wow, Dad. Eso fue profundo. —comentó Hanabi que en algún momento también se tiró en el piso junto a su padre Todoroki.

—Deberíamos comprar la cena. —comentó Hitoshi, que honestamente no tenía ánimos de cocinar a sabiendas que era su turno. Sus hijos se emocionaron pero los interrumpió antes de que pudieran hablar. —No, no voy a ordenar soba.

—¡¿Por qué?! —Se quejaron los gemelos y Shoto.

—Porque comimos eso ayer, y anteayer, y el día pasado a ese.

—Pero lo comimos a distintas horas.

—Me da igual, vamos a comprar otra cosa.

—¿Qué tal pizza? —preguntó Shoto, entendiendo que su esposo tenía un poco de razón en estar harto de comer tanta soba. Él no era tan fan como sus hijos.

—¡Sí! ¡Pizza!

—¡Voy por el teléfono! —gritó Hanabi, saltando de su lugar para buscar su teléfono que en medio del desastre quedó tirado en el baño principal.

—¡Pide con pepperoni!

—¡Yo tengo el teléfono! ¡Yo pido lo que quiera y comeremos cuatro quesos!

—¡Son dos pizzas! ¡Puedes pedir una que me guste a mí!

—No, because i don't want!

—Bicth! —Le gritó el menor, que fue retenido de correr detrás de su gemela al ser sujetado de la muñeca.

—Tú no te escaparás tan fácil, niño. Tuviste sexo con tu novio, y no es algo que nos haga muy felices a nosotros. —comentó Shoto con el ceño fruncido. Y no era tan anticuado, o algo por el estilo como para prohibirle a su hijo tomar esa clase de decisión, tenía dieciséis años, aunque no fuera especialmente mayor, debía aceptar que sus hijos eran personas con cierto nivel de madurez, que podían tomar ese tipo de decisiones respaldados por la ley y él no podía hacer nada para evitarlo pero eso no significaba que no se preocupara. —¿Te cuidaste?

—Ah, pues... Sobre eso…

—Teru... —La voz de ambos padres sonó un par de tonos más grueso, anticipando lo peor, que aunque al menos no era riesgo de un embarazo si podía significar algún tipo de enfermedad, preparándose para darle un regaño al menor.

—En realidad no me acosté con él. —dijo, desviando la vista.

—Espera ¿Qué?

—Entiendo si no me creen pero realmente no lo hice. Joder, solo llevamos un mes siendo novios. —comentó con una mano tras su nuca. —Ustedes me criaron mejor que eso. Quiero ver qué tan serio es todo antes de llegar a eso, aunque no soy... Ya saben, virgen. No estoy tan desesperado para hacerlo enseguida, puedo esperar.

—Entonces ¿Las marcas?

—Eso, pues, the kisses, muchos besos, se salió un poco de control pero no llegó más lejos. Y además, a él no le gustan las marcas, ni que se las hagan, ni tampoco hacerlas, pero Zeta me ha estado molestando mucho últimamente, así que quise hacer algo para enfurecerlo y se me ocurrió una idea. —Teru se señaló los chupones en el cuello con una sonrisa torcida. —Le pedí a mi novio que me hiciera un par de marcas, Zeta se puso furioso en cuanto me vió.

Zeta era el apodo menos ridículo que los gemelos tenían para el hijo mayor de Fuyumi. También conocido como el héroe Everest, y el mentor de Teru en su camino para convertirse en héroe, ambos primos tenían una gran relación, y eran bastante unidos, pero no era un secreto para nadie que el peliblanco mayor era muy celoso en cuanto a los gemelos se refería por el hecho de que eran los más pequeños de la familia.

—Teru, ¿Qué te hemos dicho acerca de molestar a Everest?

—Qué es mi jefe, así que debo respetarlo, no hacerlo enojar, y todo eso. —comentó el menor, rodando los ojos. —¡No puedo evitarlo!

—Debes evitarlo. —regañó Hitoshi.

—Yes, Dad.

—Bien, ahora no vuelvas a hacerle bromas de mal gusto a Everest, sé cuidadoso en lo que a los besos y todo eso. Y Teru... —Shoto lo sujetó de su mano derecha, Hitoshi le sujetó la otra. —Confía en nosotros, por favor. Somos tus padres, y sé que a veces somos poco expresivos pero nos preocupamos mucho por ustedes, y solo queremos lo mejor.

—I'm so sorry. —respondió, y es que sí, de verdad lamentaba haberles ocultado algo tan importante. —Yo se los voy a presentar.

—Es lo mínimo que esperamos.

—Pero de verdad ¿No nos vas a decir su nombre?

Teru sonrió, mientras se levantaba para dirigirse a donde sea que su gemela se haya ido.

—Ustedes ya lo conocen. Además Nabi ya se los dijo, papá. Piensa, el príncipe de la U.A ¿No te recuerda a alguien?

Shoto se quedó pensado por un momento, y no recordaba a nadie hasta que algo en su cabeza hizo click.

—¡¿Es el hijo de...?!

—Ups, me está llamando mi novio. ¡Adiós, papá!

Y luego Teru salió huyendo entre risas, mientras su padre no podía dejar de pensar que su hijo estaba saliendo con el hijo de una de sus amigas.

[...]

AAAAA ¡Este día me emocionaba mucho porque yo de verdad quería escribir de los gemelos!

Díganme por favor que no soy la única que los ama.

¡Y sigo estando a tiempo! ¡Soy genial! Jsjsjs.

No es tan centrado en ShinTodo como pareja, pero me gusta verlos en su faceta de padres responsables de dos adolescentes alocados.

Si quieren saber más sobre los gemelos, hay varios escritos sobre ellos y el resto de los hijos de bnha en mi libro Heroic Families” que trata de su infancia y mucho más sobre el ShinTodo siendo padres (incluso está el cap sobre el porqué deciden tener hijos y demás).

También está “Wait... What?” ahí ellos tienen la misma edad que aquí y es mucho más obvio quien es el (futuro)novio de Teru.

No dije el nombre del novio de Teru porque sería spoilers jajaja.

Y quería agregar que la edad de consentimiento legal para tener relaciones sexuales en Japón es de 13 años (Yo aún no termino de superar la sorpresa al respecto) por eso Shoto dice que “No puede hacer nada para evitar que sus hijos tomen esa decisión”. Ellos al tener 16, tienen la edad más que suficiente para decidir el hacerlo o no.

Y creo que eso sería todo.

¡Muchas gracias por leer!

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