CAPITULO 37
La batalla de las lunas
Me encontraba totalmente rodeada por bestias, mientras trataba de proteger a la princesa. La pobre se sostuvo de mi tobillo y exclamó casi en suplica:
—¡Ayudame...!
Decidí hacerles frente a los hombres bestias, por lo que tomé la lanza que había dejado Angélica tirada cerca de si, y me preparé para defenderme como nunca.
Un vitoreo se escuchó a lo lejos, cosa que distrajo a las bestias por unos segundos. Pero parecían hambrientas y todavía faltaban varias horas para el amanecer, así que retomaron su lucha por atacarnos.
Me rasguñaron un par de veces en los brazos y en las piernas, pero no iba a dejar que lastimaran a la pobre Angelica, que yacía en el piso desangrándose poco a poco. Lastimé a varios, pero no parecía afectarles, como si fueran inmunes al dolor.
Al cabo de unos minutos, escucho un graznido en el aire y veo a un gran ave roja, era Kall Killa. Y encima de ella, como un jinete, se encontraba Hayden, que, al ver la escena en el jardín posterior, decidió llegar a ayudar.
El ave comenzó a espantar a las bestias, Hayden bajo de ella y aterrizó suavemente en el jardín, donde atacaba a todas las criaturas que querían hacernos daño.
Cuando por fin espantaron a los hombres convertidos en seres bestiales e inconscientes, un suspiro de alivio salió de lo más profundo de mi ser, y al borde del muro roto, Hayden dio un grito.
—Woooow, ¡Jamás me había sentido tan vivo!
Vino a mí una pequeña sonrisa, pero no olvide a Angelica que estaba tirada en el jardín, por lo que tomé a mi prima y la subí a mi espalda, para poder llevarla a la enfermería del palacio.
¤ ¤ ¤
Acercándose a la entrada principal del palacio de Metal, el batallón militar que había ganado la batalla se acercaba a paso lento, y al frente de este, venían Sr. William con el comandante Nahuel hablando cordialmente y tratando de colocarle un nombre para la historia a lo que había sucedido.
—Creo que podríamos colocarle por nombre "la batalla de las lunas" — dijo el comandante
—Me parece perfecto — Contestó Sr. William
Pero al entrar al palacio, se encontraron con varias bestias atacando a Naudith y a Hogat.
Estas habían pausado su disputa, para poder defenderse de aquellas criaturas, pero la más afectada era Naudith, por su tamaño, aquellas bestias la preferían como carnada, mas no a la gigante, la cual intimidaba, pero trataba de atacarlos, por lo que ellos se defendían también.
Apenas Sr William vio la escena, llamó a su ave.
—¡KALL KILLAAAA!
El ave apareció y también ahuyentó a las bestias, hasta que salieron por el mismo lugar por donde entraron.
Sr. William le ordenó a su ave seguir protegiendo la ciudad de esos depredadores, así que guio a la bandada de aves carmesí que los acompañaban, sacaron a picotazos a todas las bestias de la ciudad, y se quedaron dando vueltas a sus alrededores, evitando así su regreso.
Hogat cayó arrodillada, agotada y toda cortada.
Naudith estaba prácticamente en las mismas circunstancias, pero no se dejó caer.
Nahuel ordenó amarrar a Hogat y condenarla por traición a la corona mayor. La hizo acostar con la frente y el pecho pegada a la tierra, pisó con uno de sus pies la espalda de la gigante y levanto su cabello.
—Desde este momento, y por el poder que me otorga ser comandante de las fuerzas militares de la ciudad más poderosa de Leviv — Nahuel hizo una pequeña pausa y continuó — Te retiro tu investidura de gobernante y quito de tu nuca el sello que te otorga ese poder.
Nahuel tomó su espada, la levanto al aire y cortó un poco su dedo pulgar con la punta, para que así una gota de su sangre la manchara y recitó:
—¡Que el poder del cielo retire lo otorgado!
La espada brilló y con la punta de esta tocó la nuca de Hogat, donde un sello de color verde, del tamaño de un botón grande se levantó, y al subir unos centímetros se desintegró.
Hogat dejó de ser gigante.
Nahuel ordenó llevarla al calabozo, para que posteriormente la princesa tomara una decisión con tranquilidad, luego se dirigió a donde se encontraba Naudith apoyando una de sus rodillas al suelo, ya más aliviada al ver que Hogat había regresado a su tamaño natural; tomo la barbilla de aquella mujer guerrera, levantando así su cara y sobando levemente su mejilla.
—¿Te encuentras bien? — preguntó el comandante.
—Me extraña tu pregunta comandante — dijo Naudith con la voz un poco cansada — yo no me dejo vencer, siempre estoy bien — y le regaló una sonrisa.
A Nahuel le encantó su actitud y le regaló un beso en los labios.
¤ ¤ ¤
Llegamos a la enfermería, pero como no había gente trabajando en el palacio, el doctor y la enfermera estaban ausentes. Le pedí a Hayden que buscara a las personas que atienden este lugar, por lo que se apresuró a ir a la cuidad.
Aunque se olvidó totalmente que estaba transformado, así que cuando llegó a la casa del doctor, este trastabilló al ver a la bestia en la puerta de su vivienda. Lo convenció de ir por su propia cuenta, por si tenía temor que lo llevara, pero le recordó la gravedad de las heridas de la princesa, por lo que no tardó mucho en llegar y aplicar medicina para detener el sangrado.
Angélica retomó poco a poco su conciencia y me susurró:
—Debemos hacer algo por esas bestias, esta situación no puede seguir así...
Asentí pensando en que ya empezaba a pensar como una reina, acaricié el hermoso cabello color cobre de mi prima y ella volvió a dormir. El doctor aplicó medicamento a mis heridas, que no eran tan graves, fue nuevamente a la cama de Angélica y dijo:
—La princesa necesita descansar — el médico, mostraba un poco de temor por la presencia de Hayden — Necesitará terapia de agua, desde mañana empezaré a aplicarla, también necesita que le suministremos sangre, pero al analizarla, me di cuenta de que no es compatible con las que conocemos.
—Somos primas doctor — le digo — analice mi sangre por favor, es probable que seamos compatibles.
El médico tomó una muestra y la analizó. Luego de varios minutos comprobó la compatibilidad de nuestra sangre, por lo que me sacó un litro para suministrárselo a la princesa.
Luego que me reposé de la extracción de sangre, el medico nos dijo:
—la vigilaré todo lo que resta de la noche, pueden retirarse.
Salimos de la enfermería un poco temerosos por la salud de la princesa, pero en eso vemos que vienen hacia donde se encuentra el doctor, el comandante Nahuel y Naudith a la que se le ve lastimada.
—Mi valiente guerrera Naudith — le dije — ¿se encuentra bien?
El comandante giró su rostro, en el cual se dibujó una sonrisa que le fue difícil ocultar.
—Si, estoy bien — Dice Naudith mientras sus mejillas se tornan rosadas y sonríe levemente — Siempre estoy bien.
Una mano con garras filosas tomó mi hombro, einstintivamente entendí que la guerrera más fuerte de todo Leviv necesitabavisitar al médico.
Continuará...
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Hoooola mi gente linda...
Espero que les haya gustado el capitulo... y disculpenme por hacer a Úrsula un poco lenta, jajaja...
Dejenme sus comentarios y les mando pizzas virtuales para todos.
Y recuerden, esta es una historia de fantasía, cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia.
Los quiero.
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