Me gustas

— Hayden —

Nunca había visto una expresión de amor en público, ese gesto no puede hacerlo así, no es justo.

Tengo mucha rabia, el guardia lo único que ha hecho es tratarla con irrespeto. ¡Yo la defendí...! Me largo.

Ahora escucho que me llama, ¿por qué? ¿qué quiere de mí? Que se quede con el guardia, al parecer le gusta que la traten así.

Veo con el rabillo del ojo que cae en la arena. ¿será que me devuelvo? ¡no! Ella no me quiere. Yo seguiré caminando, y cuando llegue a la aldea me iré a donde el rio vaya, no es la única mujer en Leviv, y no soy un ser feo, así que alguna se podrá enamorar de mí y podre romper esta maldición. "no la necesito".

—¡Hola corazón! — me dijo.

¿Está jugando conmigo?

—¿Corazón? — contesté — parece que ahora tienes dos corazones.

Tomó mi mano.

—Oye... no te enojes conmigo por favor — me dijo mirándome a los ojos.

—¿cómo no quieres que me enoje contigo, si acabas de declarártele al guardia ese, y luego también a mí? — le dije, pero sus ojos me hacían vacilar, tengo un nudo en la garganta.

—No me le he declarado a nadie — contestó.

Mi corazón dio un salto, sentí sed, pero no de agua... tengo que saber...

— ¿Quién es realmente el dueño de tu corazón? ¿él o yo? — le pregunté. No puede estar llamando corazón al primero que se le aparece, no puede hacer eso.

—¿Te gusto? — me preguntó.

¿Qué? ¿Qué si me gusta? ¿Por qué me pregunta eso? Nos conocemos hace poco. Siento que la cara me arde, el sol está muy brillante y estamos en el desierto, debe ser el clima...

—Está haciendo mucho calor... — le contesté.

—Claro que hace calor, estamos en el desierto — me dijo — pero no me has contestado...

—¿Qué quieres que te contesté? — repliqué.

No puedo verla a los ojos, los tiene grandes y bonitos, tiene también una linda cara, y unos labios rosados que se ven jugosos. Ahora me pregunta que si estoy celoso... no, estoy enojado porque ella me... gusta.

Le doy un beso.

Que sensación tan agradable, que labios tan jugosos, tan dulces.

Y en un instante siento como responden a los míos.

Me separo un poco de ella y le digo:

—Me gustas, y mucho.

Ella baja su mirada, toca su pecho y sonríe levemente.

—Es maravilloso el regalo que me ha dado el cielo. — Me dice mientras sus mejillas se tornan rosadas.

No sé qué ha hecho que esta mujer me guste, quizá las aventuras que hemos tenido durante estos días, o el hecho de qué ha sido la mujer que mejor me ha tratado en mí vida.

Levanto su barbilla levemente con la punta de mis dedos y la beso suavemente mientras ella me corresponde y nos abrazamos por un rato.

— Úrsula —

No tengo palabras para explicar lo que acaba de pasar, siento que en Leviv he encontrado lo que en la tierra no había tenido, puede parecer extraño, pero quizá porque soy un poco rara, no había tenido la oportunidad de enamorarme y que correspondieran mi amor.

Los besos de Hayden son amables, siento cariño en sus labios y sinceridad en sus abrazos. Me gustaría seguir así por más tiempo, pero debemos avanzar para que la noche no nos tome en el desierto. debemos encontrar refugio.

—Hayden, debemos avanzar — le digo mientras me separo poco a poco de él.

—Tienes razón — me responde — no creo que la próxima aldea esté muy lejos, sigamos caminando para llegar pronto, antes que anochezca.

Seguimos caminando en el desierto, pero el ambiente se sentía distinto, ya no estaba la tensión con la que habíamos salido de la cueva, en cambio, parecía que caminaba sobre el aire y con flores alrededor.

¡Ay qué infantil soy!

Miraba su cara cada tanto mientras sonreía bobamente, y él respondía a mis sonrisas con una igual.

Espero lleguemos pronto porque este ambiente tan dulce se puede tornar más empalagoso si se nos hace de noche en el desierto.

A lo lejos se puede ver unas viviendas, ya estamos cerca de la aldea que nos mencionó el Guardia.

Al llegar allí me di cuenta de que parece como un antiguo pueblo del oeste de Estados Unidos, como de esos que aparecen en las películas, pero, al contrario de las películas que he visto, del otro lado soplaba una brisa fresca y se divisaba un río y un muelle.

Llegamos a una de las viviendas preguntando por un lugar para alojarnos, pero la persona que nos atendió se asustó al ver los ojos de Hayden diciendo:

—Pronto se empezarán a besar las lunas, si vas a estar aquí en esta aldea, espero te vayas pronto.

Continuará...

♪♪♪   ♫♫♫  

Hola lectores, ¿cómo la están pasando?

Espero que estén, disfrutando la lectura.