~28~
Seok Jin salía de la habitación y se estaba colocando otra tanda de ropa, esta vez del señor Min. TaeHyung lo observaba fascinado al igual que el resto, excepto que la fascinación de TaeHyung tenía una gran connotación sexual y posesiva.
—Si sigo dándole ropa mía, me quedaré sin nada aquí . Ya le di su ropa vieja —decís a modo de queja él alfa viejo.
TaeHyung reía, traído a la realidad—. Le traeré un par de mudas aquí, por si acaso.
El viejo Min asentía. Las prendas del alfa obviamente eran como para un hombre de su edad, pero el cuerpo trabajado de Seok Jin se lucía con cualquier cosa. Su mejor amigo incluso estaba fascinado con él por razones diferentes ahora, pero sin realmente mirar, sólo de reojo, WooYoung notaba que a TaeHyung no le gustaba del todo que mirara a Seok Jin.
—Lo siento —decía el bonito Omega, sentado al lado de San—. Es sólo que lo encuentro fascinante en un modo bueno ... No de otra forma —susurraba.
TaeHyung suspiraba—. Lo lamento —exclamaba—. No lo hago a propósito —decía intentando sacudirse el estado pasivo posesivo.
—Estás tan a flor de piel como tu alfa —decía San, igualmente fascinado.
Un gruñido venía desde la dirección de Seok Jin, todos estaban sobre una mesa sentados y esperándolo.
—Tu Omega, Jin... Es tuyo —decía San levantando sus brazos—. Lamento que nos encontrarás así, sólo quería enseñarle cómo voltear a un alfa. Nunca le haría daño.
El alfa puro suspiraba y sacudía su cabeza—. Lo siento ¿Te encuentras bien?
San asentía alegremente—. Dolerá unas horas más y quedará marca, pero estoy bien —afirmaba sonriente.
Seok Jin lo observaba y se sentaba al lado de un TaeHyung que de inmediato acomodaba su cabello y le sonreía hermosamente.
— ¿Te sientes mejor? —preguntaba el Omega. TaeHyung no podía dejar de verlo similar a San, similar a todos en realidad.
Sólo que con el amor desbordando de sus ojos, también.
— ¿Podrían dejar de verme como un bicho raro? Por favor —decía el alfa.
—No eres un bicho raro, muchacho... —decía el viejo Min—. Eres increíble... Aunque como le dije a tu Omega, deberías de traer ropa de respuesto, me vas a dejar sin prendas si sigues tranformandote así de imprevisto.
— ¿Si sigues? —decía San—. ¿No es tu primera vez?
Seok Jin apretaba sus dientes y negaba—. No lo es, creemos que lo hice anoche también, cuando me enteré de algo que simplemente me llenó de furia y lo intentamos una vez más al inducirme en una pesadilla, pero esa fue una transformación fallida.
San abría la boca y asentía—. Oh por Dios —decía con su mano en su boca, luego fruncía el ceño y se ponía serio—. Le comentaba a TaeHyung que vi la misma transmisión que tú luego de avisarte que estaban en vivo —decía el alfa—. Ahora entiendo que hablaban de Tae. Lo lamento mucho.
WooYoung fruncía su ceño—. ¿A ti fue a quien había atacado? —preguntaba consternado mirando a su amigo y al Omega.
Pero TaeHyung respondía luego de un largo suspiro—. Estuve en cinta luego de mis primeras veces con Seok Jin cuando fue a Japón —exclamaba—. Me atacaron en ese momento.
WooYoung abría su boca y sus ojos se volvían tristes—. Lo lamento mucho —decía con autenticidad—. Yo-... Yo estaba creído que tu hermano en realidad no era tu hermano —decía con una mueca.
—Lo siento mucho, chicos —añadía San con pena.
TaeHyung reía secamente—. Gracias y muchos lo creen, fue por eso que no volví. No quería dejar a mi madre y a Yeonjun solos. Hubieron amenazas —decía mirando a Seok Jin con cautela—. Y de repente un día, ya no las hubo más, pero años más tarde decidimos que era hora de volver así que pusimos todo en regla y al día para viajar a Corea y quedarnos aquí.
Seok Jin suspiraba—. Debiste de ser honesto conmigo —susurraba, TaeHyung apretaba sus ojos y lo miraba con el perdón en sus ojos—. Sabes que debí de estar ahí para ti
—Lo estuviste, nunca te sentí lejos, nunca me dejaste solo... No supiste con exactitud cómo me sentía debido a los supresores y antidepresivos y porque intentaba con todas mis fuerzas no demostrarlo, no quería preocuparte. Pero ya estoy aquí y ya estamos juntos para enfrentar lo que sea que quiera levantarse —sonreía con dulzura.
—Sí, hablando de eso... No creo que sea bueno comenzar a trabajar, están muy adelantados y no creo que un par de los mejores guardias para ti sean suficientes —decía Seok Jin.
TaeHyung aspiraba fuertemente—. No hagas eso. Amo mi trabajo y estaré bien, lo juro... No soy un Omega inútil y SuHo sigue trabajando para mí, no quiero quedarme en casa tejiendo mientras tú haces tu trabajo. Me preparé para esto, no será problema. No fue problema en Japón y si eres diferente a mi padre, me dejaras aprender defensa personal para ser capaz de defenderme solo.
Seok Jin apretaba sus dientes y miraba alrededor, había tensión y demasiados ojos presenciando una discusión de índole privada.
—Te pondré a alguien más, SuHo solo no es suficiente
—Y hablando de lo otro —decía San con cautela—. Hay un ejército que preparar, Jin —exclamaba.
—Woah, tranquilo alfa —decía WooYoung—. No estallara una guerra... ¿O si? —preguntaba preocupado.
Seok Jin hacía una mueca, pero el viejo Min hablaba—. Esto es más grande que todos nosotros, incluso más grande que tú Jin... Aunque seas la razón de toda la revolución —mencionaba—. No estoy a favor de decirle a las autoridades, pero hay que informarles sobre esto... Y hacerles creer en leyendas urbanas, porque todo es real, y cinco gatos locos como nosotros, no serán suficientes. ¿Le contaste a tu padre?
Seok Jin hacía una mueca mirando hacia otro lado—. No pude hablar con él, estaba demasiado desestabilizado, lo asusté con mi apariencia, pero salí antes de decirle algo más o hacer algo de lo que pudiera arrepentirme por no controlarme.
TaeHyung suspiraba, sobaba su pierna y soltaba suavemente su aroma para consuelo.
—Bueno, más allá de las autoridades y el ejército, tenemos a Jin —decía WooYoung—. Tenemos al alfa ¿Eso no es suficiente?
—Algunos podrían verlo como el enemigo y no como el salvador —decía Min con preocupación.
— ¿Y sí les dijera que conozco gente que cree en el alfa arcano, pero que no coinciden con la forma de obrar de los rebeldes? —susurraba San, mirando a los cuatro pares de ojos que lo estudiaban.
—Por favor no me digas que eres parte de un club de fans de nerds que adoran a un leyenda mítica de un libro de fantasías —soltaba Seok Jin.
San reía—. Pero eres real... Jin, eres real. No eres una simple leyenda, tú existes. Sólo tienes que aprender a controlarlo. No puedes no hacer nada al respecto, no sé si hablar con las autoridades sea lo mejor porque como dijo Min, pueden no verte como el héroe o la solución, pero eso no significa que no debas de entrenarte y controlarlo —decía con entusiasmo—. Sólo hay que saber quiénes están con nosotros y quiénes no.
TaeHyung relamía sus labios, su olor denotaba la preocupación—. ¿De cuántas personas estás hablando? —preguntaba.
San relamía sus labios—. Aquí en Bucheon no sabría decirte con certeza, hay diferentes grupos... Gente totalmente en contra de los rebeldes, pero que piensan como el señor Min y como yo.
—Pero no es seguro que todos estén de acuerdo ¿O si? Puede tranquilamente haber un rebelde entre ustedes —decía WooYoung—. Es algo muy arriesgado, lo primero y principal sería separar en grupos quien es de confianza y quién no. Y luego que aprendierás a controlarlo, Jin. Después tú decides si ir con las autoridades o quizás arreglarlo mano a mano...
—Mano a mano tendrá que ser tarde o temprano —decía TaeHyung—. Los rebeldes no se van a quedar quietos, buscarán un enfrentamiento, eso es seguro y lo prometieron —añadía, luego miraba a Seok Jin—. Pero es tu decisión si sólo se enfrentan a ti y solo o a ti o a tu ejército.
Seok Jin apretaba sus dientes y aspiraba con fuerza—. Más allá de mis hombres de confianza con los que hemos patrullado desde adolescentes y entrenado juntos, luego de las desapariciones, no confío en nadie más —decía mirando directamente a San.
El alfa suspiraba—. Puedes confiar en mí y podemos hacer una revisión de quienes están aptos para ser parte de tu ejército. Al menos un pequeño porcentaje debe de ser de confianza... De todas formas, una vez que te desempeñes como el libro habla de ti, no necesitarás a nadie más. Todos se rendirán ante tu autoridad, Jin. Tú eres increíble
—Esas son historias, no creo ser así de increíble y tener tal poder de autoridad
— ¡Pero lo tienes! —insistía el jóven alfa—. Tú sabes que lo tienes, te conocemos porque eres único, muchos estamos orgullosos de ti porque eres nuestro futuro alfa y eres algo diferente, hombre —decía San poniéndose de pie entusiasmado—. Fui tan lento, tengo que admitir que siempre te mostraste diferente. Nunca irritado, siempre hablando con calma, jamás necesitaste usar tu voz de alfa para nada, tú simplemente sobresales del resto —sus ojos brillaban y sólo en ese instante se daba cuenta que estaba demasiado cerca del alfa—. Oh, lo siento. Ocupe todo tu espacio personal —decía alejandose.
Min reía—. El chico tiene razón. Empecemos por ti, aprender a controlarte. Tus horas libres serán para practicar tu transformación —decía poniéndose de pie—. Recuerda que ellos están adelantados a nosotros, pero nosotros tenemos la ventaja de tenerte a ti
—Hay párrafos que dan a entender de que una simple orden del arcano puede hacer que los lobos de su manada se transformen con facilidad, es mi teoría más grande —decía San—. Pero hay que enseñarles a tener al humano y al lobo en armonía
—Suena demasiado laborioso —decía WooYoung.
—Y tenemos que empezar ya —decía San—. Honestamente, nunca lo intenté... Pero si tú lo pides, comenzaré a conectarme más con mi lobo interior y practicar. Nos llevan casi toda una vida de ventaja, pero ellos no te tienen a ti —decía mirando a Seok Jin—. Nosostros sí.
El alfa puro suspiraba y despeinaba su cabello, poniendose de pie, caminaba de un lado a otro, era verdad que en esos diez años de haberse despertado y definido, apenas había usado su voz para el resto. Él siempre era respetado y la gente le obedecía con tal facilidad que había visto a más de uno sentirse extrañado ante la necesidad de obedecerlo, en ocasiones, hasta más que a su padre.
Pero preparar a todo un ejército de una simple orden con su voz de mando, era hasta ridículo.
—A ver... Es ridículo —decía mirando a San y a Min—. No soy tan poderoso como ese cuento de hadas dice
—Lo eres —soltaba la voz de TaeHyung con calma. Seok Jin miraba a su bonito Omega aún sentado en la mesa, este le sonreía con dulzura—. Tú -eres- increíble —exclamaba poniéndose de pie.
Seok Jin suspiraba y negaba con su cabeza—. Cariño, no me eleves por las nubes con tu fe ciega —susurraba recibiendo a TaeHyung frente a él.
El Omega sonreía con dulzura y su aroma se volvía tan espeso mientras sus dedos se entrelazaban a los de Seok Jin y lo tomaba de las manos. Sus ojos celestes brillaban de forma antinatural y luego se aproximaba al oído de Seok Jin para susurrarle.
—Dile a San que se transforme y hazlo con tu voz de mando —la voz de TaeHyung era tan suave y tan dulce que volvían al lobo de Seok Jin tan desesperado y anhelante por complacerlo.
Los ojos rojos aparecían junto con el calor en todo su cuerpo y cuando miraba a San, el chico retrocedía sólo un poco.
— Transformate —soltaba con voz grave y baja.
San parpadeaba y sentía de repente una adrenalina extraña recorrerle, una que no sabía de dónde venía y como se había originado con tanta rapidez, porque parecía no sentirse suya propia. Alguien más lo estaba controlando. Su cuerpo se sentía más caliente, casi febril que en otras ocasiones y sus ojos brillaban con ese verde musgo—tintineando en dorado— tan particular de cada alfa mientras que sus colmillos descendían sintiéndose más largos de los que recordaba y sus manos sentían unas cosquillas del tipo dolorosas e intensas que lo hacían abrír y cerrar sus puños varias veces hasta que unas uñas largas sobre salían. Sus garras.
El joven alfa caía de rodillas, WooYoung saltaba de la silla en la que aún estaba sentado y se ponía detrás de Min. San, daba un gruñido de dolor mientras su facciones parecían cambiar y los huesos de su cuerpo parecían romperse, cambiando su anatomía y a la vez luchando por volver a su forma humana. Caía sobre sus manos, similar a la pose de un animal y su prenda inferior se rasgaba en la espalda, pero luego de quejarse y moverse del dolor, San se detenía, caía de bruces al piso y estaba tal cual como había comenzado.
Simplemente humano, pero desgastado.
Seok Jin sentía que algo en él se apagaba, como si hubiera estado en un trance mientras San había estado luchando por obedecerlo.
—Dios, San... ¿Estás bien? — de inmediato se acercaba al alfa más joven.
Min miraba a TaeHyung y suspiraba—. Chico, eres su interruptor de encendido y apagado —decía resoplando—. Increíble, nunca dejaré de sorprenderme.
TaeHyung relamía sus labios, su corazón latía con fuerza—. Realmente no creí que funcionaría —admitía en un susurro, viendo la escena frente a ellos.
WooYoung quería acercarse a San, pero a la vez, sabía que debía dejar a Seok Jin lidiar con él por una cuestión de confianza. El alfa joven se recuperaba, cerniendose sobre sus rodillas. Estaba sólo un poco agitado y sonreía angelicalmente. Seok Jin podía entender porque le gustaba a WooYoung. Se veía atemorizante, pero a la vez era adorable.
—Woah... Eso fue, eh-... Yo no sé cómo-... —San miraba sus manos—. Lo siento, alfa. Lo haré mejor la próxima vez —decía con voz temblorosa.
Seok Jin alzaba sus cejas y reía sintiendo la tensión abandonar su cuerpo.
—Eres un lame botas —decía sin malicia.
San sonreía—. Confío en ti... Lo haré mejor, lo prometo.
Seok Jin asentía y se ponía de pie ayudando al alfa más joven, de inmediato WooYoung corría hacia ellos y chequeaba a San por todas partes.
—Necesitaras una nueva camiseta ¿Te duele algo? —Preguntaba con un puchero.
Seok Jin se alejaba y los dejaba tener su momento, luego miraba a Min y de Min a TaeHyung y tomaba su mano.
—Ven conmigo —pedía con calma—. Ya volvemos, dale a San algo de beber. Da mucha sed aunque haya sido una transformación fallida —decía al viejo Min, quien sólo asentía.
Era divertido que aún no soltará el libro luego de todo lo sucedido.
Cuando Seok Jin llevaba a TaeHyung al despacho de Min por privacidad, él suspiraba. Sus manos temblaban y no sabía que hacer con ellas excepto frotarla a los lados de los brazos de un TaeHyung que lo miraba confundido.
—Jin, si vas a tratar de convencerme de que no comience con mi trabajo, será en vano porque quie-...
— ¿Te sientes diferente? —preguntaba el alfa, cortando su parloteo.
TaeHyung alzaba sus cejas confundido—. Ah, sé que no es momento para decir esto... Pero luego de toda tu transformación... —decía moviendo sus manos por el torso de Seok Jin—, me siento más caliente que de costumbre, pero se están hablando temas serios en la otra habitación y no quería sonar tan cachondo.
Seok Jin alzaba sus cejas y sonreía—. Es bueno saberlo, aunque no me refería a eso —exclamaba nuevamente con seriedad.
TaeHyung alzaba sus cejas—. Oh, te refieres a la especie de orden que te di —susurraba—. Sólo quise probar la teoría de que soy tu detonante, no creí que funcionaría, pero estoy tan sorprendido como tú —susurraba con una sonrisa nerviosa—. ¿Te molesto que te haya ordenado?
Seok Jin suspiraba y le devolvía la sonrisa, pero luego negaba—. No, no me ofendió y no me refiero a eso.
TaeHyung lo miraba confundido—. Entonces no logro entender a qué te refieres. Me siento bien y me siento igual.
SeiknJin aspiraba con fuerza, metiendo las manos en sus bolsillos, pensaba en como abordar el tema. TaeHyung lo miraba confundido y curioso.
— ¿Jin, qué pasa?
—Hueles diferente —añadía con seriedad, repentinamente.
TaeHyung parpadeaba aturdido, abría su boca y la cerraba mirando confundido a Seok Jin—. ¿Cómo que huelo diferente? —cuando hacía su pregunta se olía a su mismo, pero no sentía que su aroma hubiera cambiado.
Seok Jin apretaba sus dientes—. Tu olor es más espeso, no es simplemente Arándanos —exclamaba, suspirando nervioso—. Es más dulce de lo que debería.
TaeHyung pasaba el nudo en su garganta y respiraba con calma, asintiendo, pero luego sacudia su cabeza en confusión.
—Quizas se deba a lo que está sucediendo contigo —mencionaba tranquilo—. Quizás algo en mí también cambio, ese libro de los destinados y el libro de San dicen muchas cosas, será cuestión de verificar que es verdad y que n-...
—Hay otro aroma contigo —añadía Seok Jin en un susurro.
TaeHyung se quedaba sin habla, sus ojos se humedecian y su corazón latía desbocado cuando registraba las palabras de su alfa.
— ¿Qué quieres decir? —susurraba nervioso—. ¿Qué significa eso? ¿Tú cambias y mi aroma contigo?
—Lo he sentido más intenso de a poco, las últimas horas... Desde que me transformé —exclamaba—. Mis sentidos están más agudos y despiertos y cada vez que yo... —Seok Jin apretaba sus dientes y sorpresivamente se metía en el cuello de TaeHyung para aspirar directamente de su glándula.
Un gemido de sorpresa se le escapaba al Omega, pero de inmediato ponía su mano en la nuca del alfa. Seok Jin aspiraba como un drogadicto y TaeHyung lo complacía soltando sus feromonas. El aroma los inundaba y TaeHyung no sentía que él olía diferente, pero no lo importaba mientras Seok Jin frotaba su nariz en la zona de su glándula.
Su sangre corría en dirección a la zona sur de su cuerpo y comenzaba a sentirse resbaladizo entre sus glúteos. Seok Jin debía detenerse si no tenía intensión alguna de follarlo ahora. Pero el alfa no se detenía, escuchaba el gruñido bajo y grave que daba y luego sentía las fauces de este clavándose justo en la zona de unión de su cuello y hombro.
Sus manos apretaban los hombros de Seok Jin y su polla estaba dura como roca mientras goteaba por detrás, resbaladizo y necesitado.
—Jin~... —gemía, podía sentir las fauces romper la piel y lo anehlaba, pero repentinamente Seok Jin se alejaba lo justo y necesario para lamer la breve herida allí.
El lobo de TaeHyung sollozaba del dolor y los ojos húmedos de este derramaban unas lágrimas, cuando sentía la lengua del alfa sanar allí, TaeHyung no lo soportaba más y lo empujaba enojado.
— ¡Tienes que dejar de hacer eso! —pedía con voz temblorosa, un poco ronca por la excitación y algo pesada por el nudo en la garganta—. ¿No tienes idea de lo que me duele tu recha-...?
—Estás en cinta —susurraba Seok Jin.
TaeHyung sentía que se le olvidaba como respirar. Quedaba totalmente en silencio, en shock. Ambos se miraban el uno al otro sin decir una palabra.
—Es imposible —susurraba cuando recuperaba el habla—. Es una locura que por olerme tú sólo puedas-...
—Sé que suena como tal, pero-...
—Si es así ni siquiera tengo una semana ¿Cómo diablos podrías saberlo? Hace dos noches volvimos a dormir juntos —decía alterado—. Es una locura. Es una jodida locura lo que estás diciendo.
TaeHyung se ponía tan serio que hasta se notaba que estaba enojado.
— ¿Por qué te enojas conmigo? —susurraba Seok Jin herido.
— ¡Porqué es una ridiculez! ¿Te escuchas a ti mismo? —decía con ojos húmedos—. Tomé tantas pastillas luego del aborto accidental cuando comencé a rascarme cada vez que el celo se ponía insoportable. Es imposible Jin... No dormí con ningún alfa, ya lo sabes. Nadie anudo en mí, pero aún así fui cuidadoso al punto de que ahora podría ser casi imposible, al menos no tan pronto.
Seok Jin fruncía su ceño—. No creí que te pondrías así
—Por dios ¿Cómo esperabas que reaccione? ¿Estás bromeando conmigo? —susurraba con voz frágil, alejandose.
El alfa se sentía tan mal cuando el aroma de TaeHyung demostraba su tristeza, de inmediato lo tomaba entre sus brazos y lo abrazaba con fuerza, TaeHyung sollozaba intentando contener las lágrimas. Él se aferraba con todo de sí a la cintura de Seok Jin para que este lo sostuviera con intensidad, y dejara que el aroma de su alfa lo envolviera tanto como sus brazos.
TaeHyung metía la nariz justo donde la glándula de Seok Jin se encontraba—y su marca sobresalía sobre la piel como cicatriz—y aspiraba como un adicto sintiéndose más tranquilo y en calma. Su respiración se apaciguaba y su corazón volvía a latir con normalidad. Sorbía su nariz mientras sentía que la mano de Seok Jin sobaba su espalda y y la otra peinaba su cabello. Su propia respiración era más tranquila, pero todavía seguía pensando en lo que Seok Jin había dicho.
—No puedo estarlo, Jin —susurraba con tristeza—. Sólo comenzamos a estar juntos hace un par de noches ¿Estás seguro? Aún si fuera posible la fecundación no ocurre hasta una semana después.
Seok Jin se encogia de hombros—. Tu cuerpo está cambiando. No sé que tan antinatural soy o somos juntos... Pero sé lo que estoy diciendo.
TaeHyung veía la seguridad en los ojos de su alfa y su corazón se llenaba de todo tipo de sentimientos buenos y cálidos.
— ¿Acaso tienes como súper espermatozoides? —se mofaba TaeHyung, Seok Jin volvía a encogerse de hombros mientras acariciaba su mejilla y la risa de TaeHyung se volvía un suspiro—. ¿Seguro? —preguntaba otra vez.
El alfa asentía—. Hablaré con mi madre para que me dé el número del doctor que la trato a ella y que ha tratado a cada Omega de la familia. Es discreto y desde la privacidad de nuestro apartamento.
TaeHyung aspiraba con fuerzas y asentía—. De acuerdo... Sí ¿Seguro?
Seok Jin sonreía con ternura—. Sé que no puedes sentir nada en este momento, pero créeme, tu aroma y tu cuerpo están comenzando a cambiar. Solo alguien con mis sentidos se daría cuenta de tu aroma... —la sonrisa de Seok Jin desaparecía y TaeHyung entendía—. Los rebeldes van a olerte...
TaeHyung sentía los nervios y el miedo volverse escalofríos que recorría su espalda—. Puedo, yo... —balbuceaba intentando encontrar las palabras.
—Respira TaeHyung —susurraba Seok Jin, él sostenía encarecidamente su rostro—. No voy a dejar que nadie te toque.
TaeHyung alzaba sus ojos y lo miraba con alivio, Seok Jin le daba oleadas de calma con su aroma cálido entrando por sus fosas nasales. Marcaba con su olor a TaeHyung, justo en su glándula y el Omega aspiraba con fuerza.
—Los supresores que mi madre usó durante su embarazo, no recuerdo su nombre... Pero puede conseguirlos para mí... Sólo que tendría que decirle.
Seok Jin asentía y fruncía el ceño—. Sólo tus padres y los míos sabrán, el resto será mejor no comprometerlos a tener esta información delicada.
TaeHyung relamía sus labios—. De acuerdo, sólo ellos. Mejor así, si fuera posible ni siquiera se los diría, pero tenemos pésima memoria con cosas importantes.
Seok Jin sonreía—. Tranquilo, te prometo que todo estará bien. De todas formas iba a pedirte que me acompañaras a ver a mi padre —suspiraba soltando el rostro de TaeHyung—. No puedo sentirme inestable de nuevo, necesito que estés a mi lado para calmarme si es necesario. Quiero que él crea en lo que está sucediendo, pero no deseo atacarlo. Al menos no cuando estoy tranquilo —mencionaba.
TaeHyung asentía, sostenía el rostro de Seok Jin y lo besaba dulcemente, un beso que se volvía un poco más intenso y TaeHyung nuevamente se sentía necesitado. Seok Jin no hacía nada para calmar su necesidad por primera vez, pero se sorprendía gratamente cuando una mano del alfa se movía detrás de su cuerpo, se inmiscuia en su ropa y dos dedos buscaban su entrada, obligándolo a arquear su espalda para un mejor ángulo y permitirle a esos dedos darle alivio.
Presionando sobre el pequeño agujero húmedo, estos dedos pasaban con facilidad gracias a su propio lubricante y Seok Jin sentía que se iba a morir. Su lobo pedía con locura hacerse cargo de la necesidad de su Omega, pero su lado humano estaba tratando de mantener el control sin realmente suprimir el deseo de TaeHyung. Así que empujaba los dedos dentro del culo del Omega y comenzaba a follarlo con ansiedad. Era rudo y rápido y a TaeHyung le encantaba, aunque no era suficiente, intentaba que su lobo no se quejara de esta atención y a cambio, simplemente tomara lo que podía en este momento.
Él sabía en el fondo de su mente que no era momento de ponerse cachondo, pero...
—Jin —TaeHyung trepaba por el cuerpo del gran alfa, alzando una pierna y besando su boca, su mandíbula filosa mientras hacía sonidos de queja—. No es suficiente, no-... Más, por favor, por favor...
Seok Jin gemía frustrado y quitaba sus dedos de TaeHyung, lo giraba e inclinaba para que descansará sobre el escritorio del viejo Min y liberaba su polla de los confines de su pantalón y empalaba al Omega recibiendo un gemido de lo más dulce de este.
—Jodido infierno, eres incontrolable —decía Seok Jin, sus caderas de adelante hacia atrás con fuerza y TaeHyung gimiendo bajo y ronco, intentando no hacer más ruido del que sus cuerpo unidos ya hacían con cada embestida de Seok Jin y las caderas de este a su culo desnudo.
—Alfa... —Taehyung cerraba sus ojos y se agarraba de la mesa con fuerzas cuando la puerta del despacho de Min se abría y...
— Chicos-... ¡Carajo! —WooYoung gritaba horrorizado y volvía a cerrar la puerta—. ¡Lo lamento! Volveré... Yo, luego.
La frase no había tenido sentido y Seok Jin y TaeHyung no podían estar más metidos en sus asuntos que poco habían reaccionado a WooYoung y su interrupción. Luego de unos empujones más, TaeHyung se corría, apretando la polla de un Seok Jin que empujaba otro poco para que el orgasmo de su Omega fuera más intenso y largo entre los espasmos, pero salía de inmediato cuando el suyo propio lo atacaba y se descargaba sobre su culo, desde el exterior. El Omega anhelaba el nudo, pero intentaba aplastar el pequeño dolor, porque... En realidad, él ya estaba más que fecundado por ese alfa. Él ya tenía al cachorro de Seok Jin creciendo en su interior.
Su aroma se volvía más dulce, él sonreía y luego sentía los labios de Seok Jin en su mejilla, vagamente lo sentía limpiar sus piernas y sus glúteos mientras lo besaba con ternura.
—Tú si que te encuentras más que feliz... —susurraba su alfa en su oreja, dejando una suave mordida.
TaeHyung sonreía mientras era levantado y Seok Jin acomodaba su ropa.
—Es que... Tenemos otra oportunidad —susurraba.
Seok Jin asentía y lo miraba sonriendo, suspirando aliviado—. Y te juro por mi vida, la tuya y la de este cachorro —decía poniendo su mano sobre el vientre de TaeHyung—. Que nadie les pondrá un jodido dedo encima o pagaran con su maldita vida.
TaeHyung aspiraba por aire y abrazaba a Seok Jin de la cintura metiendo su cabeza en el hueco de su cuello, justo donde se hallaba la glándula de su alfa para aspirar y calmarse. Seok Jin estaba a su lado, esta vez sería diferente. Y él tenía otro pequeño o pequeña formándose en su vientre. Él no confiaba en los rebeldes, pero confiaba en su alfa.
Cuando volvían a la sala con el resto, WooYoung se ponía rojo como un tomate al verlos.
—Lo siento mucho —decía con una sonrisa incómoda—. No era una imagen que quería guardar en mi corteza cerebral
—Tienes pésimo ofalto —acusaba Seok Jin.
—En mi defensa, estoy un poco congestionado —se defendía—. Y se suponía que ustedes estarían hablando no... Follándose la vida.
San suprimía una risa y el señor Min resplaba señalando a Seok Jin—. Vas a limpiar mi escritorio, muchacho.
Seok Jin finalmente se sentía incómodo—. Lo siento, Min —decía aclarando su garganta—. Está hecho, señor —añadía.
—Ya, ya —respondía el viejo—. Los buscabamos porque San aquí tiene una idea.
Seok Jin lo miraba con suma cautela, tomando asiento frente al joven alfa y recibiendo a TaeHyung a su lado.
—Tengo correos electrónicos de personas, adoradores tuyos, pero en contra del método de los rebeldes... Estaba pensando en enviar un mensaje encriptado citandolos, como si fuéramos los rebeldes.
Seok Jin fruncía el ceño—. ¿De que serviría? ¿Descartar a los que no son de fiar?
—Algo así, pero al revés —mencionaba—. En realidad, reclutariamos a quienes rechacen el mensaje. Pero esto nos pondría en evidencia, caeríamos en el radar de los rebeldes si tenemos a alguien dentro, por lo que hay que estar listos porque será un claro mensaje de guerra.
— ¿No sería más simple citar a los que están del lado nuestro? —decía TaeHyung.
San sacudia la cabeza—. Eso sería demasiado riesgoso, planeo mandar el mensaje de diferentes dirección IP que desaparecerán al instante para no ser rastreado, no podemos arriesgarnos a decir: VEN AQUÍ A TAL HORA SI ESTÁS EN CONTRA DE LOS REBELDES —exclamaba el joven alfa.
TaeHyung abría sus ojos—. Oh, ya entendí. Cuando no respondan significa que esos son los buenos...
— Tampoco tan simple —decía San. TaeHyung entrecerraba sus ojos—. Lo siento, nos daremos cuenta no sólo por el hecho de que no van a responder, sino que tampoco será reenviado —mencionaba—. Si hay rebeldes, el mensaje será de inmediato informado y podré ver quienes los reenvíen y adónde —explicaba—. Esos serán descartados y puestos en otra lista. Y por otro lado tenemos la pequeña fe de que los buenos, no sólo van a rechazar el mensaje sino que serán buenos ciudadanos e informaran al alfa de nuestra comunidad. Pero eso una conjetura, un plan que puede fallar.
Seok Jin asentía—. Siempre hay una mínima probabilidad de fallar, nada puede salir a la perfección, pero iremos con eso... Lo único, tienes que esperar, necesito conseguir una reunión con el concilió de Alfas antes —mencionaba suspirando—. No pude hablar nada con mi padre, pero volveré con TaeHyung —decía poniendose de pie y tomando la mano de su omega—. Me ayudará a estar más tranquilo.
—Perfecto, Hyung... De todos modos me llevará unos días preparar todo lo mencionado —decía San con una sonrisa tímida, luego se ponía serio—. ¿Creés que conseguirás esa reunión?
Seok Jin asentía con seguridad ante los cuatro pares de ojos—. Lo harán cuando vean el vídeo de las transformaciones. Tú te encargaras de descargarlos —decía señalando a San.
—Es de la Dark Web —decía con ojos inmensos.
— ¿No puedes? —preguntaba WooYoung a su lado.
San le sonreía ladino—. Por supuesto. Complicado, pero no imposible —alzaba su mentón mirando a Seok Jin—. Dame dos horas máximo.
Seok Jin resoplaba y reía—. Tienes una hora, iré a ver a mis padres ahora y lo quiero para antes de llegar allí o quince minutos máximo después de haber llegado —ordenaba.
San hacía un puchero, pero luego asentía.
—Y una cosa más —pedía Seok Jin saliendo por la puerta con TaeHyung de su mano—. Haz un compilación digital con toda la información sobre los rebeldes y sobre mí. Si consigo la reunión con el concilio, quiero tener a mano toda la información necesaria.
San se ponía de pie y como soldado asentía—. Sí, alfa —luego se inclinaba dramáticamente.
Seok Jin fruncía el ceño—. Deja de hacer eso, no soy de la realeza
—Pero si lo eres —decía el joven alfa.
Seok Jin resoplaba rodando los ojos y TaeHyung reía a su lado—. Woo, dile que si lo vuelve a hacer no sabrá que lo golpeó.
— ¡Ese es mi muchacho! —decía el viejo Min aún devorando el libro, sin realmente ver a Seok Jin—. Prepararé nuestro ático como lugar de entrenamiento —exclamaba sin ver.
El resto reía y Seok Jin asentía sin verlo, mientras la pareja dejaba el lugar.
El alfa puro se había cambiado a su ropa antes de ir con sus padres y se había calmado en el proceso. Mientras conducía TaeHyung tenía su dedos entrelazados a su mano libre y lo miraba con amor. Demasiado.
— ¿Qué le dirás a tu madre? ¿Creés que estará feliz? —preguntaba el Omega.
Seok Jin asentía—. Se va a sorprender gratamente, pero no le gustará saber que pudo haber sido abuela hace diez años atrás —mirando a TaeHyung con ojos oscuros añadía—. Ella los desgarraría con sus manos... O sus garras, si puedo dárselas.
TaeHyung pasaba el nudo en su garganta y Seok Jin sabía que nunca sería un tema fácil a tocar. Debía de ser cuidadoso, a TaeHyung aún le dolía y posiblemente lo este reviviendo a flor de piel. Dejando un beso en el dorso de su ma o le sonreía para calmarlo.
Pero él haría justicia por la vida arrebatada de su bebé, de su familia y de los años que habían mantenido a TaeHyung lejos de él. Oh, él los haría pagar uno por uno.
Cuando estacionaba, sus padres ya estaban avisados que volvería. El alfa Gon Huan no había dicho una sola palabra, solo había afirmado que los esperarían para cenar. Así que cuando bajaban y entraban, por supuesto Sunny los recibía tan cálida como solo ella podía serlo.
—TaeHyun-ssi, cariño —decía la delta, ex alfa.
—Sunny, un gusto verte de nuevo —decía el Omega.
—Me hicieron muy feliz al saber que vendrían a cenar —decía la mujer. Alta, esbelta y elegante, Seok Jin era muy parecido a ella, pero con una contextura física más similar a su padre—. Mi niño —saludaba al alfa puro.
Este apretaba sus dientes y recibía el abrazo de su madre, era algo forzado.
Sunny fruncía el ceño y lo miraba directo a los ojos—. ¿Qué sucede, Jin?
El alfa pasaba saliva y aspiraba bruscamente, su pecho se elevaba mientras clavaba sus orbes sobre su madre.
—Necesito hablar contigo. Con ambos —respondía, atrayendo a TaeHyung contra su cuerpo, el Omega se almodaba de inmediato, parecía más pequeño—. No es una cena para pasar el rato en familia, han ocurrido muchas cosas en las últimas horas y necesito que mantengan la mente abierta.
Su padre aparecía detrás de él, su aroma cauteloso y su distancia prudencial. Sunny lo miraba confundida, nunca había visto a Gon sentirse tan inferior a Seok Jin en todos esos años.
La delta alzaba su mentón y miraba a su único hijo—. De acuerdo, cariño —decía con dulzura y firmeza—. Hablemos.
Buenas! Volvimos a la rueda de actualización, por el momento mantendré tres fics.
1- UPSIDA
2- ASHES (Libro 3)
3- JUNE 28
Recuerden que si tienen alguna duda o me demoro, no piensen lo peor, visiten mi perfil y chequeen mi tablero para ver qué sigo viva o incluso hacer sus preguntas, ahí siempre respondo seguro seguro. También anuncio cuando comienzo a escribir.
Upsida está que arde, gracias al cielo, salió más rápido de lo esperado este cap 🤸🏻♀️ así que Nanyta fuera, saben que l@s leo aunque responda poquito por medio de los fics😭
Con amor niñita Nanykoo ❤️
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