Epílogo
JAYDEN
Dos años después...
Toda mi vida supe que quería ser como mi abuelo, siempre supe que quería ser igual a él, deseé tener mi legado, uno tan importante como el que él posee. Luché cada día por conseguirlo, di todo de mí y lo defendí hasta casi mi último aliento.
Volví a boxear ocho meses después de la noche en donde mi vida casi acaba, mantuve mi título como campeón durante esos meses y cuando llegó el momento de defenderlo, lo hice sin dudar.
Desde entonces, he ganado los cuatro cinturones más importantes del boxeo, y me convertí en campeón indiscutible.
Título que se le otorga a los boxeadores que han conseguido ganar dos o más cinturones de las asociaciones más reconocidas dentro del box. Tenía dos, y en los últimos dos años he ganado los restantes. Los de FIB (Federación Internacional de Boxeo), AMB (Asociación Mundial de Boxeo), CMB (Consejo Mundial de Boxeo) y OMB (Organización Mundial de Boxeo).
Soy el boxeador más joven en coronarse como campeón indiscutible, a mis veinticuatro años, he conseguido más cosas de las que siquiera pude imaginar. Sin embargo, a pesar de eso, sigo esforzándome cada día por mantenerlo.
También sigo en el arte, aunque no tanto como me gustaría. Sigo teniendo mi estudio en donde realizo las esculturas que luego exponemos en la pequeña galería que Tess creo.
Mi chica por el contrario a mí, se ha dedicado cien por ciento al arte, le ha dado todo su corazón y eso se ha reflejado en todas las impresionantes obras que realiza. Mi madre y ella han creado una conexión especial, casi como madre e hija, o eso es lo que mamá dice.
Nuestra relación ha evolucionado con nosotros, ha crecido, y se ha trasformado para adaptarse a cada cosa que hemos requerido. Sigo amando a mi reinita como desde el primer instante, sigue haciéndome tan feliz como entonces.
Y es por eso que hoy, llevaré a cabo una de las acciones que han requerido más valentía que cualquier otra pelea.
El estadio de boxeo de la ciudad de Portland luce vacío a comparación de todas las veces que he estado aquí, el silencio es casi abrumador por la sensación de nerviosismos, sin embargo, me las arreglo para controlarlo mientras guío a la chica que sostiene mi mano con firmeza por las gradas.
—¿A dónde nos has traído, campeón? —inquiere Tess con un tono curioso. Sus pasos son estables, pero aún se aferra a mi brazo.
—Oh, no seas desesperada —la molesto —llevas preguntando eso desde que salimos de casa.
—Pues ya quiero ver como estarías si te vendara los ojos durante veinte minutos sin decir a donde te estoy llevando —objeta y eso me hace reír.
Las luces del cuadrilátero vacío están encendidas, dándonos la suficiente iluminación como necesitamos.
Los tacones de Tess hacen un leve eco debido a lo silencioso, la falda de su vestido se ondea mientras subimos los escalones que nos conducen al cuadrilátero.
—¿Esto son cuerdas? —dice tanteando el material de las cuerdas del cuadrilátero —¿estamos en un ring de box?
—Haces demasiadas preguntas —respondo ayudándola a entrar.
Cuando llegamos al centro, me aseguro de que todo a nuestro alrededor luce exactamente como debería antes de decirle que puede quitarse la venda.
—Oh, que bueno —parece aliviada cuando se quita el material de los ojos, parpadea varias veces lo que me hace sonreír y luego, examina nuestro alrededor.
Sus ojos escanean cada espacio mientras una sonrisa se filtra por sus labios.
—¿Qué hacemos aquí, Jay?
—Estamos aquí porque este es un momento importante, Tessy —susurro sintiendo el nerviosismo explotar en mi sistema —porque he considerado que debemos estar en este lugar porque es lo que soy, es todo lo que soy. Y es, según tus palabras, el sitio en el que te enamoraste de mí al verme pelear por primera vez.
Se ríe, sus hombros se sacuden y su mirada se ilumina.
—Estamos aquí, porque no he encontrado otro sitio que sea mejor para hacer la pregunta más importante de toda mi vida.
El entendimiento se filtra en sus ojos, un jadeo de sorpresa brota de sus labios mientras su mirada se cristaliza.
—Hemos estado juntos por casi tres años, Tessy, pero realmente siento que he pasado toda una vida junto a ti —tomo sus manos con firmeza —me han bastado casi treinta y seis meses para saber que quiero más, mucho más. Que quiero que los meses sean infinitos, que deseo que perdamos la cuenta de los años porque la cantidad ha dejado de importar.
Parpadea tratando de alejar las lágrimas de sus ojos, sigue sonriendo...sigue mirándome con esa forma tan única que posee.
—No me importa ser el campeón del mundo, si no te tengo a ti. No me importa estar en la gloria, si no estás a mi lado. No quiero glorias, ni títulos ni cinturones, no deseo nada de eso si no puedo compartirlo contigo, que eres el amor de mi vida.
—Oh, Jay...—solloza y la emoción explota en sus ojos, tan intensa, tan sincera.
Las luces se encienden, las pantallas a nuestro alrededor muestran la única pregunta que deseo hacer, las únicas palabras que deseo pronunciar. Ella las ve, la mira y solloza con más fuerza, pero sigue teniendo el brillo en la mirada.
—Es por eso que aquí, hoy, justo ahora...he decidido tomar la valentía para hacerte una pregunta.
Meto la mano en el bolsillo, tomo la caja de terciopelo rojo y la saco, ella la mira de inmediato, y mientras me arrodillo frente a la chica de cabello como el fuego... todo el nerviosismo se va, todo desaparece.
—Estoy aquí para preguntar, reinita... ¿te casarías conmigo?
No duda en responder, no duda en mover la cabeza en un asentimiento con rapidez y decir:
—Sí, sí... ¡claro que sí! —me incorporo, ella se lanza hacia mí la recibo sintiéndome afortunado, sintiéndome mejor que todas las veces que he estado en la gloria.
Esto no tiene punto de comparación, no lo tendrá nunca.
Deslizo la joya entre sus manos, ella la mira maravillada y luego...sus ojos se encuentran con los míos.
Ahí está, el mismo sentimiento, el mismo amor con el que me ha mirado desde que ambos decidimos enfrentar lo que sentíamos. El mismo amor que no ha dejado de expresar por mí.
—Te amo tanto —sus manos acunan mi rostro —te amo tanto, campeón.
Me besa, lo hace de una forma salvaje, casi necesitada. Lo hace de una manera que deja al descubierto todo lo que sentimos el uno por el otro. No hay nada más entre nosotros que esto, un amor tan puro y sincero, un amor que siempre hemos merecido, que siempre deseamos poseer.
Solo en ese punto los aplausos y gritos emocionados suenan, nuestros amigos y familia salen de sus respectivos escondites y las luces encienden. Y mientras se acercan, mientras nos dejamos rodear de todo el amor y el cariño, lo sé.
—Una nueva gloria nos espera, Tessy —susurro con una sonrisa.
—No puedo esperar a vivirla a tu lado, campeón.
Y es de esa manera que todo se sella entre nosotros, entre gritos eufóricos y palabras de felicidad, entre abrazos y palmadas en la espalda.
Somos un campeón y la reina, dos personas en busca de la gloria, que hallaron una en común.
El campeón y la reina.
Y quien sabe, tal vez en un futuro también existan algunas princesas, príncipes, o pequeños campeones dispuestos a someternos a su propia voluntad.
________________________________________________________________________________
No puedo creer que hemos llegado al final de esta historia T.T, realmente no imaginé que este momento pudiera llegar tan a prisa pero es momento de despedirnos de nuestros adorados Lewis.
No se me entristezcan que aún nos falta un extra que será publicado el día Lunes o Martes, así que nos queda un poco más por disfrutar.
Gracias por tanto amor y por tanto cariño, por tanto apoyo que nunca podré pagar.
¡Nos leemos pronto!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro