Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

7.- Caminos del pasado en el presente.

JAYDEN 

Mi padre se mantuvo en su posición de no aceptar mis piezas en su galería, y con mi orgullo tocado, tampoco volví a enviarle ninguna otra escultura. Él abuelo me insistió en que no debía ser tan orgulloso, que mi padre solamente busca lo mejor para mí y que no desea que nuestra relación se afecte por el boxeo.

Sin embargo, no hice mucho por arreglarlo. Me concentré más en los entrenamientos, cumplí con todas mis obligaciones de la universidad y tres semanas después, me encuentro aquí, en la sala detrás del estadio en el que miles de personas aguardan por la pelea que se llevará a cabo en unos momentos.

—¿Estás bien? —inquiere Robie.

—Estoy bien —respondo moviendo el cuello —solo estoy nervioso.

—Es entendible —dice el con una sonrisa —pero no olvides todo lo que hemos trabajado.

Asiento. Robie se aparta y entonces deslizo la mirada hasta el espejo que está justo a un costado.

He tenido que aumentar el peso, los músculos de mi cuerpo se notan más firmes, mi complexión mucho más gruesa que antes. Tomo una inhalación cerrando los ojos por un par de instantes en los que me repito que esta es una pelea más, una de tantas que tendré en mi carrera.

—El arbitro debe de estar por llegar pronto —anuncia mi abuelo —sabes las reglas, no olvides todos lo que hemos practicado, guarda tus mejores golpes para el final y...

La puerta se abre, espero ver al árbitro entrar, pero, por el contrario, mi padre aparece. El abuelo y papá se miran por un corto tiempo, y parecen entender algo porque el abuelo pide que nos dejen solos.

Mentiría si dijera que no esperaba verlo aquí, mi padre ha estado en todas mis peleas, no ha faltado ni a una sola, así que verlo aquí, me alivia un poco.

—Hola —dice acercándose —¿estás listo?

Asiento. Papá da un par de pasos hasta conseguir quedar frente a mí. Las esquinas de sus ojos se estrechan cuando me mira, y un par de instantes después, una sonrisa se curva en sus labios.

—Lamento haberte gritado —susurro —no quise que discutiéramos.

Él asiente, me da una sonrisa comprensiva y extiende la mano para colocarla sobre mi hombro. Mi padre y yo no solíamos discutir con demasiada frecuencia, de hecho, pocas veces lo hacíamos.

No puedo quejarme del padre que es, nunca he tenido un recuerdo de un mal trato de su parte. Papá siempre se ha preocupado por darnos todo lo necesario, por hacernos sentir queridos. No recuerdo que me haya levantado la mano, o gritado alguna vez.

—Lamento haberte dicho que no enviaras más piezas a la galería —se disculpa —pero estoy preocupado, Jay. Entiendes eso, ¿no?

—Lo entiendo.

—Sé que tu abuelo también se preocupa por ti, sé que te hemos hecho creer que eres invencible, te hemos dado tanta confianza y estoy tan orgulloso, Jay —deja un apretón en mi hombro —pero las cosas no siempre resultan como deseamos. A veces todo es una mierda, hijo, y debes estar preparado para enfrentar ese momento. Si todo el tiempo crees que vas a ser vencedor, cuando algo falle, no sabrás manejarlo. Y no quiero eso para ti.

Sus palabras son suaves pero firmes, no hay ningún rastro de reproche, solo una preocupación genuina.

—Tienes que saber que muchas veces estaremos arriba, y en otras, tendremos que continuar desde lo más bajo —su mirada profunda se conecta con la mía —espero que esta noche te corones como el campeón, pero independientemente del resultado, tú ya eres un ganador, hijo.

Me acerco hasta envolverlo en un abrazo, papá me estrecha contra su cuerpo y me siento reconfortado. Encuentro en él al sitio seguro que siempre necesito.

—Gracias por venir.

—No me lo perdería por nada —susurra —ahora te dejo para que termines de prepararte.

Me da un par de palmaditas sobre el hombro antes de retroceder y regalarme una sonrisa al marcharse.

Vuelvo a cerrar los ojos, tratando de apagar la sensación nerviosa en mi interior. Es una pelea más, Jayden. Solo una más.

El equipo vuelve a entrar y pronto me encuentro rodeado de ellos intentando grabarme todas las instrucciones. Termino de acomodarme los guantes, el árbitro entra y me da todas esas indicaciones que ya me sé de memoria.

Pronto me encuentro caminando por los pasillos, la música de mi entrada comienza a sonar y sonrío, porque me siento completamente satisfecho. La sensación nerviosa me abandona tan pronto como doy un paso frente a la gran multitud que grita mi alias.

Soy el primero en entrar, las luces me enfocan mientras camino hacia el cuadrilátero. Siento las miradas sobre mí, escudriñándome, casi siendo juzgado.

Subo, me quito la bata de seda roja que cubre mi cuerpo y elevo los brazos recibiendo el grito emocionado de la audiencia. Cuando mi música de entrada acaba, comienza la de Terran Gregory, el rock pesado se deja escuchar por los altavoces y los gritos aumentan de intensidad.

Fijo la atención al frente, Gregory entra con paso seguro, elevando el mentón con suficiencia y sonriendo con orgullo ante los gritos que lo aclaman. Muevo las manos intentando erradicar de nuevo la sensación nerviosa, repitiéndome que soy capaz de darle pelea.

Cuando sube, su mirada recae en mi y la burla que hay en sus ojos no me pasa desapercibida. Los equipos van hacia sus esquinas y tan pronto como mi abuelo se coloca frente a mí, sé que debo dejar de verlo como mi abuelo.

—Es fuerte, ¿recuerdas las peleas que vimos? —asiento —va a intentar hacerte pedazos, deja que se canse, va a intentar acabarte en los primeros rounds así que deja que use su energía en eso, que se desgaste.

—No saques tus mejores golpes al inicio —dice Robie —si se los muestras, sabrá como debilitarte. Recuerda, no debe esperar tus movimientos.

Asiento, me colocan los protectores y tomo una inhalación, preparándome para la pelea. El réferi nos llama al centro, mis pasos son firmes mientras me acerco al hombre que me saca una cabeza de altura.

—Esto va a ser divertido, niño. —sus palabras burlescas me hacen sonreír.

—No lo dudo —respondo chocando los puños contra los suyos y apartándome un poco antes de que el sonido de la campana nos llame al centro otra vez.

Terran es increíblemente rápido, y siempre intenta golpear a sus contrincantes en el torso, especialmente las costillas. Una costilla rota produce el suficiente dolor como para debilitarte, así que Gregory centra sus fuertes golpes contra los huesos que pueden debilitar a su rival.

Por suerte para mí y desgracia para él, conozco sus movimientos así que cubro la zona cuando su primer golpe se dirige a mis costillas. No teme atacar, tampoco aguarda porque yo lo haga primero, se acerca con una confianza exorbitante y golpea.

Mis antebrazos bloquean sus golpes, me cubro mientras retrocedo un par de pasos tan solo para conseguir tomar impulso y lanzar mi primera defensa. Mi guante se encuentra con su rostro, un camino libre que deja al querer atacarme de nuevo en las costillas.

Lanzo un segundo golpe recto que bloquea y apenas consigo esquivar el derechazo que lanza hacia mi rostro. Me muevo por el espacio, apartándome cuando sus golpes comienzan a ser más intensos, mantengo la mirada fija en él, siguiendo cada uno de sus movimientos.

—¡Aún no, Jay! —reconozco el grito de Robie cuando Terran se acerca otra vez. Me cubro cuando sus puños intentan golpearme en las costillas, mis antebrazos reciben los fuertes impactos mientras intenta debilitarme.

Aguardo por la oportunidad, cuando lanza un golpe izquierdo, la encuentro. Utilizo un jab, impulsando mi brazo con fuerza hacia su rostro. Terran retrocede por el golpe y trastrabilla, el sonido de la campana impide que me acerque y a él le da la oportunidad de recomponerse.

—Lo estás haciendo bien —Luke, como llamo a mi abuelo durante las peleas, me sonríe —deja que se canse, cuando lo haga será momento para usar tus mejores golpes.

—Es fuerte.

—Tú también lo eres —me asegura con una sonrisa —déjaselo saber.

La campana vuelve a sonar, los siguientes tres minutos intento tolerar los golpes de Gregory contra mi cuerpo. Aguanto la sensación abrumadora de sus golpes y conforme miro su sonrisa ensancharse, sé que el momento se acerca.

Mi cuerpo se siente magullado para cuando llega el cuarto round. Y decido que ya le he dado suficiente. Ignoro las palabras de Ronie diciendo que aún no es tiempo, y me lanzo contra él.

Mis puños se encuentran con su torso, Terran se inclina hacia adelante cuando lanzo un gancho al hígado y baja la guardia, su rostro queda a mi alcance y no dudo en lanzar un derechazo que impacta contra su pómulo. Esquivo con facilidad el jab que lanza, me muevo con agilidad esquivando los golpes descuidados y aprovecho las oportunidades que sus descuidos me dan.

Gregory es más alto, pero mis brazos tienen más alcance que los suyos, y a pesar de que él suele pelear en esta categoría, los rounds anteriores parecen haberlo debilitado un poco. Debilidad que aprovecho para golpearlo con fuerza.

Me concentro en golpearlo, en encontrar cada zona desprotegida y lanzar mis puños contra ellas. La fiereza me llena mientras lo hago retroceder con mis golpes hasta la esquina. El bullicio ensordecedor me envuelve mientras lanzo los golpes practicados, un nuevo gancho en el hígado lo hace jadear y me concentro en su rostro para ganar puntaje.

Es el cuarto round, tengo oportunidad de debilitarlo todo lo que pueda en los siguientes para conseguir un nocaut. Pero algo pasa que no preveo el golpe que lanza, un crochet bien ejecutado que me sacude por completo.

El golpe me desestabiliza y pronto las ondas dolorosas de sus golpes llegan a cada rincón de mi cuerpo. El aire me abandona cuando sus puños se encuentran con mis costillas, la zona recibe la intensidad de los golpes y apenas puedo cubrirme.

Los gritos aumentan, mi mente se nubla ante la serie de golpes inesperados que no consigo bloquear.

—¡Cúbrete, Jayden! —el grito de Luke llega.

—¡Distancia! ¡Engánchalo Jayden! —grita Robie —¡Defiéndete maldición!

Mi mente recibe las ordenes, pero los golpes rápidos, fuertes y salvajes contra mi cuerpo me impide hacer algo.

Lanza un derechazo que esta vez no puedo esquivar, y mi mente se sacude. Mis rodillas flaquean y caigo sobre la lona. No he caído, en ninguna de mis peleas anteriores han conseguido derribarme.

La visión es borrosa por los golpes e intento regular mi respiración. Permanezco contra la lona por un par de segundos. Elevo la mirada para ver al abuelo frente a mí.

"Espera a ocho" leo en sus labios, hace un gesto con la mano, indicándome que debo respirar.

Hago lo que pide y me levanto cuando la cuenta llega a ocho, tomo una inhalación mientras sacudo la cabeza intentando esclarecer mi visión. Apenas lo he conseguido cuando Terran se acerca de nuevo, me cubro ante la ola de sus golpes y el sonido de la campana me parece glorioso.

—Te dijimos que esperaras —espeta Ronie con molestia. Me quejo cuando alguien limpia el corte en la ceja —le diste lo que quería y ahora conoce tus puntos débiles. Su entrenador ha visto tus movimientos y ahora seguramente le está dando ordenes de como acabarte.

—Es por eso que vas a olvidarte de los golpes que entrenaste —dice el abuelo —necesitamos que seas tan salvaje como puedas, ese hombre está dispuesto a noquearte, tan pronto como vuelvas va a defender su título.

Se inclina y coloca las manos sobre mis hombros.

—Tú tienes que arrebatárselo. Va a defender su cinturón, así como tú defiendes el tuyo, recuerda eso —la mirada profunda que me dedica me devuelve la fuerza que parezco haber perdido —tienes que arrebatárselo, pero recuerda...cabeza antes que fuerza, Badbreaken.

Todo el equipo baja y el sonido de la campana se escucha. Aguardo, no coloco distancia porque ante un oponente como Terran, poner distancia es sinónimo de acabar con nocaut. Así que me acerco, esperando el primer golpe que llega segundos después.

Me tomo mi tiempo para esquivar los golpes, para moverme por el espacio antes de aprovechar el movimiento que hace al extender el brazo derecho para golpearme, lo contrarresto con mi derecha y luego con la izquierda. Terran retrocede y el bullicio emocionado se escucha, sé que no debo detenerme, pero tampoco actuar con la fiereza acostumbrada.

Si lo hago, acabaré como el round anterior. El abuelo tiene razón, él va a defender su título, así como yo lo haría, siempre he dicho que, si alguien deseara quitarme el cinturón, deberá de ser extremadamente bueno, así que yo tengo que serlo.

Pero por alguna razón, Terran no luce afectado ante mis golpes. Me defiendo, consigo golpearlo, pero es como si tuviese una fuerza para tolerarlo y no flaquear jamás.

—Es mucho más fuerte —me quejo cuando alguien presiona de nuevo el corte en la ceja. Me enjuago la sangre de la boca y tengo otro corte en el pómulo que sangra —no creo poder acabar...

—Claro que puedes —dice Robie —aprovecha que utiliza mucho su derecha, la extiende demasiado. Debes atacar con la izquierda y contrarrestar con la derecha. Atacar y luego contrarrestar ¿entendido? En el segundo en el que baje la guardia, utiliza tu golpe.

Me guiña un ojo y sonrío.

Me siento agotado, más de lo que alguna vez me he sentido durante una pelea. Nos reunimos en el centro y esta vez soy yo quien ataca primero. Terran esquiva con facilidad el par de ganchos que lanzo contra su cuerpo, muevo levemente el brazo derecho y Terran se mueve hacia el lado contrario, justo en ese momento utilizo mi izquierda.

Su rostro se sacude, baja la guardia y descuida la zona de su torso. Mis puños se encuentran contra sus costillas, un quejido adolorido brota de ellos cuando con un golpe preciso, consigo doblegarlo.

Coloco mi peso sobre mi pierna dominante y le doy impulso al jab que lanzo contra su rostro, combinado con un golpe recto que, en cuestión de segundos, lo envía contra la lona.

Apenas permanece un par de segundos antes de levantarse. Está impaciente y puedo verlo en su mirada así que se acerca, dispuesto a acabarme. Lanza golpes fuertes pero descuidados, fáciles de esquivar.

—¡Ahora, Jayden! —grita Luke y le hago caso, lanzo mi puño contra su costilla derecha, el impacto lo doblega hacia adelante, baja los guantes dándome libre camino a su rostro y entonces lo hago.

Dirijo el guante hacia su rostro, mi puño sigue la trayectoria del suelo hacia su mentón, empleo la fuerza suficiente para golpearlo primero con mi izquierda consiguiendo desestabilizarlo y luego, el golpe en el mentón.

Una ola de gritos me envuelve mientras observo el cuerpo sobre la lona. Volteo, incrédulo de que lo he conseguido.

—¡Nocaut señoras y señores! —el grito del presentador me hace reaccionar —¡Jayden Badbreaken Lewis se corona como el campeón de la OMB!

La audiencia lanza un grito enloquecido mientras comprendo lo que he ganado.

—¡Así se hace! —el abuelo sube y sus brazos se envuelven a mi alrededor —¡Ese es mi muchacho!

El sabor a gloria me llena de nuevo, me conduce a ese sitio que conozco bastante bien. Las cámaras nos enfocan, todos llaman mi atención, pero apenas puedo reaccionar a todo.

Respondo las preguntas casi de manera automática, y cuando mis manos sostienen el cinturón, un grito emocionado brota de mis labios mientras lo elevo.

Sintiéndome en la cima, sintiéndome de nuevo en mi gloria. Lo he conseguido, y este es solo un paso más antes de ir por el siguiente.

Estoy bajando del cuadrilátero cuando alguien se acerca, mi buena memoria me hace reconocerlo.

—Felicidades, Jayden —el chico me mira con detenimiento —una pelea impresionante.

—Gracias —el abuelo se coloca detrás, y la mirada del chico se desliza hacia él. Hay una especie de tic en su mandíbula mientras le sostiene la mirada antes de volver a centrarla en mí.

—Cody Brooks —extiende la mano hacia mi y la tomo.

—Sé quien eres, vi tu pelea —aseguro con una leve sonrisa —golpes impresionantes, eres bueno.

—No tan bueno como tú, supongo —dice ensanchando la sonrisa —felicidades nuevamente, campeón.

Hay una forma de pronunciar la palabra que me hace sentir distinto.

—Jayden, tenemos que irnos —el abuelo empuja mi cuerpo, pero tan pronto como avanzamos, la voz de Cody vuelve a escucharse.

—Señor Lewis, mi abuelo le envía saludos —giramos, extrañados ante sus palabras —Zack Brooks, mi abuelo, le envía saludos —repite.

El cuerpo de mi abuelo se tensa a mi costado, luego el chico me mira, completamente satisfecho.

—Tal vez la próxima vez que nos veamos, Jayden, sea sobre un cuadrilátero. —es todo lo que dice antes de darnos la espalda, y perderse entre la gente.

Volteo, esperando encontrar una explicación en mi abuelo.

—¿Lo conoces? ¿No me dijiste que no sabías quien era?

—No tenía idea de que ese cabrón tenía un nieto boxeador. Creí que fue coincidencia —dice con voz tensa —pero no te preocupes...él no significa un peligro para ti.

—¿Ese cabrón? —inquiero sin entender —¿Zack Brooks?

Zack "la furia" Brooks fue el hombre al que mi abuelo le arrebató el título de campeón del mundo. Nunca habla sobre eso, creí que se trataba de un simple boxeador al que el abuelo venció.

—Abuelo...

—No te preocupes, Jay —repite esta vez con una sonrisa cálida —no significa ningún peligro para ti.

Ojalá hubiese sido cierto. Porque a partir de este momento, un camino que nadie consideró se abría ante nosotros, y ni siquiera nos dimos cuenta. 

____________________________________________________________________________

¡No se olviden de votar y comentar! 

¿Qué creen que pase ahora? ¿Cuáles son tus teorías? ¡Me encanta leerlas!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro