21.- Ser el único campeón.
JAYDEN
Pese a que el abuelo despertó y los médicos dijeron que se recuperaría de las lesiones, no todo estaba resultando como lo esperé.
—Jayden —la voz del abuelo me trae de regreso —¿estás bien?
—La pelea es en dos días —murmuro —y realmente esto no está saliendo bien.
—¿No está saliendo bien? ¿A que re refieres? —cuestiona mirándome con curiosidad.
Tomo una inhalación, observo a mi padre quien también me mira de una manera como si quisiera descubrir todo lo que pasa por mi mente, que, para ser sinceros, es demasiado.
—No estarás ahí —admito mirando de nuevo al abuelo —no estarás en la pelea.
Los médicos habían dicho que a pesar de que su condición es estable, aún no puede abandonar el hospital. La contusión que tuvo en la cabeza necesita ser monitoreada y con las costillas rotas, es imposible que pueda asistir sin sentir dolor.
La necesidad que tengo de tenerlo en la pelea es inmensa, pero no tan grande como para pasar por alto su salud. Sin embargo, la punzada de temor sigue clavada en mi pecho, siendo imposible arrancarla.
—Jay —su voz brota calmada, llena de comprensión —estaré contigo, no ahí, no en el estadio, pero estaré contigo. He hablado con Robie, me ha mantenido al tanto de absolutamente todo, estaremos comunicados y veré la pelea. No tienes nada que temer, te has preparado, llevas años entrenando para esto, puedes hacerlo, debes confiar en que eres capaz de conseguirlo.
—¿Y si no?
—Si comienzas a dudar de ti ahora, lanzarás por la borda todos tus años de preparación. Si dejas que la duda te haga creerte incapaz de hacer algo, quiere decir que no has aprendido absolutamente nada.
Un silencio se instala entre nosotros, el abuelo tiene el semblante serio y me mira con profundidad.
—Yo no soy el factor para hacerte ganar, no dependes de mí para coronarte como campeón. Si eso es lo que estás tratando de decirme, entonces dejaré de estar en tu esquina a partir de ahora, porque no quiero que mi ausencia se convierta en tu debilidad.
—Abuelo...
—Eres tan capaz de pelear ahora como lo fuiste cuando yo no estaba en esta cama. Sigues siendo tan capaz de defenderte, y de defender tu título. ¿Qué pasa contigo que parece que te has olvidado de todo eso?
—Papá... —mi padre intenta hablar, pero el abuelo lo detiene.
—No, Dereck —dice mirándolo por un par de segundos —¿qué fue lo que ocurrió, Jayden? ¿Fue mi incidente? ¿Es eso? Estoy bien ahora, lo sabes porque no te has ido del hospital, me recuperaré y estaré contigo en todas tus demás peleas, lo que no entiendo es porque parece que ahora dudas de todo tu potencial.
—Te necesito...
—No, no me necesitas —habla con firmeza —cuando no estuve de acuerdo dijiste que lo harías conmigo o sin mí, ibas a hacerlo de cualquier forma. Así que dime, Jayden, ¿qué carajos ocurre contigo? ¿Dónde está ese chico fuerte y confiado? ¿A dónde se fue el chico tan confiado en si mismo que se creía invencible? ¿Qué pasó con él?
—Pasó que casi te pierdo —le sostengo la mirada —pasó que considerar por un segundo que podrías morir, me arrebató toda esa confianza. Pasó que el creer que no te tendría más fue un golpe para el que no estaba preparado. Puedes decidir no estar más conmigo, pero si me dices que no vas a estar en mi esquina, soy incapaz de pelear.
—Jay...
—Porque eres esa parte que me da confianza. Sé que te tengo, sé que si cometo un error no lo pasarás por alto. Sé que eres capaz de detener la maldita pelea aún así yo te lo prohíba. Eres mis ojos fuera del cuadrilátero, eres la voz de mi razón. No estoy preparado para pelear sin ti, no aún.
Un silencio se instala entre nosotros, uno que se prologa y aumenta la tensión. Mi padre tiene una mirada que no consigo comprender, y el abuelo...parece considerar demasiado la respuesta que va a darme.
—Entonces no deberías pelear
Retrocedo, parpadeo intentando comprender si está hablando en serio.
—¿Qué?
—Un peleador que sube dudando de si mismo, es imposible que gane. Si no te sientes capaz, no debes de tener esa pelea. Hablaré con Robie, estará de acuerdo conmigo en que dejarte subir a una pelea teniéndote en este estado, es una mala idea. Sabes que no me importa cancelar peleas, no serás el primero que lo haga.
Intento dar una respuesta, pero no lo consigo.
—¿Papá?
—Creo que tu abuelo tiene razón —dice en un suspiro —no puedes hacer algo para lo que no te sientes preparado. Sería una locura.
Hay un dejo de molestia que no entiendo, muerdo el interior de mi mejilla con fuerza tratando de contener toda la frustración en mi cuerpo. ¿Cómo cancelaríamos la pelea a dos días?
¿Qué no es eso lo que deseas?
La voz en mi cabeza hace su inoportuna aparición.
Dijiste que no te sentías capaz.
—Esto es una mierda —espeto.
—Lo que es una mierda, es que creas que eres incapaz de tener esa pelea —reprende el abuelo —es una mierda que después de todo lo que te he enseñado, vengas a decirme que el hecho de no tenerme en tu esquina es una debilidad. Es una mierda pensar que todas las cosas que dijiste en la rueda de prensa, no fueron verdad.
—¡Claro que fueron verdad!
—¡Pues no lo parece! —estalla e inmediatamente hace una mueca sujetándose las costillas —no parece que sea verdad cuando vienes a decirme todas estas cosas.
Sacude la cabeza, toma una inhalación antes de suavizar la mirada, y recuperar su habitual calma.
—Jayden, tienes que recordar porque estás peleando —su voz brota firme, llena de seguridad —encuentra ese motivo por el que quieres pelear, cuando lo encuentres...si aún después de hallarlo sigues sintiéndote de esta manera...considera abandonar esta pelea.
—No voy a...
—El deber de un campeón, también es reconocer las peleas que vale la pena tener —sonríe —nunca olvides eso.
No sería capaz de olvidarlo, pero con todas las cosas que han ocurrido en la última semana...realmente comienzo a cuestionarme si tomé la decisión correcta.
Mi humor no mejora cuando llego a casa, me he saltado las clases de la universidad y sé que no debería estarlo haciendo, pero realmente no tengo la actitud para enfrentarme a mi vida estudiantil.
Pecas me recibe con un par de ladridos, sonrío levemente antes de tomarlo y caminar con él a la habitación.
—¿Qué opinas tú, Pecas? —lo observo dar vueltas en el colchón antes de acomodarse sobre una de las almohadas —tal vez si deba mandar todo a la mierda.
Pecas ladra, haciéndome sonreír un poco más.
—¿Eso fue un sí?
El sonido del timbre se combina con el segundo ladrido de mi fiel compañero, me incorporo de la cama deseando que no sea mi padre quien se encuentre aguardando en el exterior. Me marché del hospital no de una manera tan cortés, así considerar que él pueda haber venido para continuar con su charla reflexiva, solo consigue bajarme los ánimos.
Sin embargo, cuando llego a la entrada y abro la puerta, no es mi padre.
—Hola —Tess sonríe —¿estás ocupado?
Eleva las bolsas de compra que tiene en las manos, distingo algunas papas fritas y un par de sodas así que no puedo evitar que una sonrisa curve mis labios.
—Para nada, pasa —me aparto para permitirle el acceso. Tess camina hasta la cocina en donde deja las bolsas de compra. Cuando escucha mis pasos detrás de ella, voltea —no esperaba verte por aquí.
—No fuiste a clases hoy —dice con suavidad y un dejo de preocupación —¿todo está en orden?
Me acerco, ella me contempla hasta que me encuentro a su lado, cuando la distancia es mínima, toma una de mis manos.
—Casi todo en orden —admito —mi abuelo está bien, va a recuperarse.
—¿Pero...? —aprieto los labios porque no sé muy bien como expresarme, ni como expresar todo lo que lleva días comiéndome la cabeza —¿Jayden?
—¿Crees que debo cancelar la pelea?
La sorpresa cruza por su mirada, echa el cuerpo ligeramente hacia atrás mientras arquea las cejas. Suelta mi mano, retrocede un par de pasos como si quisiera comprender lo que he dicho.
—¿Quieres cancelar la pelea?
—No, es decir, no lo sé —sacudo la cabeza —Tess, lo que ocurrió con mi abuelo fue...fue un golpe inesperado. Yo no...no me siento preparado para estar en una pelea sin él. Creí que sí, creí que podría, pero ahora...ahora no estoy tan seguro.
Y ahí está, la misma mirada que tenía mi padre en el hospital. Esa mirada de preocupación combinada con algo más que no logro reconocer. El mismo sentimiento que experimenté al ver a Zack Brooks vuelve, me siento en una especie de misterio que no sé como resolver, o que no me permiten resolver.
Hay algo extraño en mi pecho, una inquietud que no puedo sacarme de encima. Una parte de mí quiere relacionarlo con el accidente del abuelo, pero hay algo más, sé que lo hay.
—Jayden...—Tess da un par de pasos para acercarse hasta mí —¿no has pensado que esto es lo que ellos quieren? ¿Qué te sientas de este modo?
—No entiendo...
—Todos esperan que al no tener a tu abuelo te debilites —habla con suavidad, casi con cautela —los titulares, los artículos, las preguntas de los reporteros en la rueda de prensa...todos ellos saben que tu abuelo es una parte importante para ti. Si cancelas esta pelea...
—Les doy la razón —termino la frase por ella —pero no quiero pelear para demostrar que se equivocan.
—¿Entonces por qué peleas?
—No lo sé, Tess, no tengo ni la más mínima idea —me apoyo contra la barra de la cocina y echo la cabeza hacia adelante.
La siento acercarse, su calidez me envuelve tan pronto como sus manos se colocan sobre la piel descubierta de mis brazos.
—Una parte de mí dice que es por defender mi título, por defender el apellido de mi familia. Pero esto...esto se siente como un deber, casi como una obligación —cierro los ojos al admitir aquello —creí que lo hacía por mí, pero Tess...con el incidente del abuelo, no tengo idea de porque lo estoy haciendo.
—Es una pelea importante —la suavidad de su voz me hace mirarla —está bien que sientas tus dudas. Está bien tener temor, o inquietud. Nadie puede decirte si eres o no capaz, ni siquiera tu abuelo, eso es algo que solo tú sabes, campeón.
Una sonrisa se extiende en sus labios, se apega a mi cuerpo y la calma que viene con ella me hace sentir un poco mejor.
—Solo tú sabes de lo que eres capaz, nadie más. En el fondo, sabes porque estás haciendo esto, eres el único que puede decidir si esta pelea vale la pena para ti o no.
Giro por completo para quedar frente a ella, está demasiado cerca y eso me hace sonreír, porque Tessandra Green tiene algo que me trasmite tanta calma en momentos como este.
Rodeo su cintura con uno de mis brazos, sus labios se inclinan en una sonrisa suave. El color verde de sus ojos funciona como una especie de tranquilizador, como si encontrara en ellos una fuente de tanta calma que no quiero dejar de mirarla.
—Te eché de menos —confiesa.
Me inclino hacia adelante, atrapo sus labios y las sensaciones explotan en mi pecho, siento su tacto deslizarse desde mi pecho hasta la parte trasera de mi cuello, una caricia que despierta en mí sensaciones desconocidas.
—Yo también —le acomodo un mechón rebelde detrás de la oreja, y me inclino levemente para dejar un corto beso en su frente —lamento haber estado algo distante, pero con todo esto...
—No me tienes que pedir disculpas, no soy alguien que se asuste de la distancia —se encoje de hombros —además sé que estas en un momento importante y complicado, así que no hay necesidad de disculparse.
—Mi padre dijo que le conseguiste la información, aunque no me dijo abiertamente qué —su cuerpo se tensa ligeramente entre mis brazos —solo quería decir que si quieres algo a cambio...
—Le dije a tu padre que no deseaba nada a cambio —afirma apartándose, sonríe, pero no es una sonrisa genuina —fue un favor.
—¿Un favor? ¿La clase de favor que se paga con otro favor?
—No eres tan ajeno al mundo de Northwest, ¿no es cierto?
—No tanto como me gustaría —confieso —salgo con la reina de las apuestas, no puedo apartarme, ¿o sí?
Tess golpea mi pecho.
—No seas sarcástico, campeón.
—No estoy siendo sarcástico, estoy siendo honesto —corrijo —lo que me lleva a decir, vas a ganar buen dinero con mi nombre, ¿a que sí?
—Oh, por favor, no quiero hablar de eso —pide echando la cabeza hacia atrás —realmente no me gusta combinar mi vida privada con Northwest.
Su cuerpo está ligeramente más tenso y me siento un tanto confundido. La sensación de inquietud vuelve, pero me obligo a apartarla porque no es momento de sentirme de esta manera.
—El dinero no me importa —aclara un par de segundos después —tal vez parezca que es así, pero no lo hace.
—Lo sé, además ya dije que no me importa Northwest, no me importan las apuestas. Me importas tú y eso es lo único que cuenta.
—¿Te importo? —cuestiona casi conmovida.
—Claramente, ¿Cómo no me importaría la chica con la que salgo? —extiendo la mano para tomar la suya —Tess, sé que tenemos ambientes distintos, y no sé si eso signifique un problema...pero confío en ti.
La tensión vuelve a su cuerpo cuando pronuncio lo último, una tensión que me saca de balance. ¿Decir que confío en ella significa un problema?
—¿Perdonarías si alguien te mintiera? —su pregunta me desestabiliza porque no entiendo la relación que tiene con lo que he dicho antes.
—No lo sé, supongo que depende del grado de la mentira —ladeo la cabeza —¿por qué estamos hablando sobre mentiras? Creí que este era potencialmente un momento romántico.
Sonríe levemente, pero sigue igual de tensa, lo que me confunde.
—¿Significa un problema que confíe en ti? —cuestiono —porque para mi no lo hace, te has ganado mi confianza, reinita, así que no entiendo porque me preguntas sobre mentiras ni porque pareces tan tensa.
Sacude la cabeza y doy un paso hacia atrás, soltándola.
—¿Me estás mintiendo sobre algo? —inquiero con cautela.
—No —me siento aliviado cuando habla con firmeza —solo fue...curiosidad.
—¿Por qué estás tan tensa entonces?
—Solo estoy preocupada, ya sabes, la pelea —vuelve a acercarse, sonríe levemente y el gesto me alivia —he visto tus peleas antes pero no salíamos, ahora...ahora tal vez pueda sufrir una crisis nerviosa si te golpean demasiado.
No puedo evitar la carcajada que brota de mis labios.
—Bien, tendré en cuenta a tus nervios —concedo —no dejaré que me golpeen demasiado.
—Jayden, estoy hablando en serio —dice con suplica —¿puedes tomarme en serio un segundo?
—¿Por qué luces tan preocupada, reinita? —acuno su rostro entre mis manos —estaré bien, ganaré esa pelea y podrás seguir presumiendo que sales con el campeón.
Algo brilla en su mirada, un destello de emoción que me fascina. Ladea el rostro, sus facciones se suavizan mientras extiende la mano para acariciar mi rostro también.
—Ahí está —susurra.
—¿Qué cosa?
—Ahí esta el Jayden que conozco —habla con un dejo de emoción —dijiste "ganaré la pelea".
—Ah, solo fue...
—Solo fuiste tú, confiando en ti —dice y sus palabras me envuelven, por alguna razón, por tan extraña que resulte, Tessandra consigue acallar todas las dudas interiores.
Solo fuiste tú, confiando en ti.
Mientras la miro observarme con esa confianza absoluta, vuelvo a sentirme capaz. El abuelo tiene razón, ser un campeón implica reconocer las peleas que vale la pena luchar. Esta...esta es una que vale por completo la pena.
No puedo dar marcha atrás, Jayden Lewis nunca retrocede.
Esta no va a ser la excepción, tendré esta pelea y me aseguraré por todos los medios, de ser el único campeón.
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Hola, Hola!
Sé que dije que en este capítulo sería la pelea pero no quería alargarlo demasiado y las cosas que pasaron aquí son importantes, ahora sí el siguiente capítulo será exclusivamente de la pelea.
¿Están preparad@s?
¡No se olviden de votar y comentar! Significa mucho para mí.
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