Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

18.- Peligros al asecho.

JAYDEN 

El metal pesado ruge por los auriculares, golpeo el saco con fuerza, aumentando la rapidez de los movimientos y las combinaciones. Mis músculos queman y solo me detengo cuando me siento incapaz de lanzar un golpe más.

He pasado las últimas cinco horas entrenando, mi cuerpo está cubierto de sudor y mis músculos comienzan a sentirse cansados, pese a eso, aún no considero terminar.

Faltan dos semanas para la pelea, no puedo permitirme bajar la guardia. Por el contrario, debo aprovechar todas las herramientas para ser más fuerte que el idiota de Wrecker.

La tensión en mi abuelo parece haber disminuido, sin embargo, tampoco él parece dispuesto a bajar la guardia. Lo sé por las reuniones constantes que tiene con Robie y Jordan, muchas en las cuales no se me ha permitido entrar.

Una parte de mí se siente frustrada por eso, soy yo quien subirá y enfrentará a Cody, ¿no debería estar presente? Pero se bien que mis insistencias no surtirán ningún efecto, así que me resigno.

Observo al abuelo salir de su oficina, parece discutir con alguien por teléfono así que lo sigo con la mirada. No se detiene, atraviesa el club y camina hasta la salida. Me aparto del saco, apago la música en el celular y me quito los auriculares.

Aprovecho el momento para darle un descanso a mis manos, liberándola de los guantes para entrenar y los dejo a un lado antes de seguir el camino que mi abuelo ha tomado.

—No vuelvas a llamarme si no me tienes una solución —la molestia envuelve a su voz, cuelga la llamada y se apoya contra el barandal del club.

Deja caer la cabeza hacia adelante, sus manos se envuelven con fuerza alrededor del tubo del barandal y los músculos de sus brazos se tensan ante el movimiento.

—¿Todo bien, abuelo? —voltea casi sobresaltado. Una leve sonrisa se apodera de sus labios mientras asiente.

—Todo bien, solo es un pequeño asunto —hace un gesto con la mano para restarle importancia —¿has terminado el entrenamiento?

Sacudo la cabeza en una negativa.

—Hoy subirás al cuadrilátero, trabajaremos en las combinaciones de tus golpes —manifiesta —así que deberías volver si no quieres retrasarte.

Lo miro a detalle, luce cansado por alguna extraña razón. El abuelo siempre me ha parecido alguien imponente, con su casi metro ochenta de altura, su mirada profunda y el semblante serio, no es alguien a quien debas perderle el respeto.

Pero ahora, luce distinto.

—¿Te sientes bien?

—Claro, ¿por qué lo preguntas? —abandona su sitio para acercarse.

—Luces cansado —su rostro se suaviza, sonríe levemente deteniéndose justo frente a mí —deberías descansar, estoy seguro de Robie puede cumplir bien tus indicaciones.

—Agradezco que te preocupes, pero estoy bien, Jay. Estoy acostumbrado a entrenar, si eso es lo que te inquieta.

—Sí, pero no es lo mismo entrenar con treinta años, que con sesenta y seis —le recuerdo.

Una carcajada brota de sus labios, sacude la cabeza mientras coloca las manos en su cintura.

—¿Acabas de llamarme anciano? —inquiere arqueando la ceja.

—No he dicho eso —retengo la sonrisa —no pongas palabras en mi boca que no he pronunciado.

Vuelve a reír, desvía su atención de mí para fijarla en el interior del club. Sus cejas se fruncen, y el aire relajado lo abandona otra vez.

—Algo te está preocupando, ¿no es cierto?

Suspira, guarda las manos en el interior de la chaqueta que lleva y sacude la cabeza.

—Mi nieto va a enfrentarse a una pelea importante, claro que estoy preocupado, Jay. Lo sabes bien.

—Pero no es solo eso, ¿verdad?

—¿Qué más sería sino? —ladea la cabeza —no quiero que te preocupes por mí, estaré bien. He enfrentado cosas peores que ver a mi nieto pelear, así que no debes distraerte por estar preocupado por tu abuelo.

Su mirada azul no revela nada más, así que me rindo. Sé bien que tratar de hacer que el abuelo admita algo es algo casi imposible, a menos que se trate de mi padre quien lo intenta. Entre papá y él nunca ha habido secretos.

Le lanzo una mirada, y opto por volver dentro. Haciendo caso a sus palabras aún cuando algo dentro de mí me dice que algo más está sucediendo.

Me lleva tres horas más acabar el entrenamiento, y hoy me siento extrañamente agotado, sin embargo, cuando la abuela Less llama para invitarme a cenar, no puedo rechazar su invitación.

La comida ya está lista para cuando llego, mis padres y Julieth se encuentran ahí también, junto con la tía Alessia y el tío Landon, quienes me saludan con entusiasmo apenas me ven aparecer.

—¿Celebramos algo hoy? —inquiero cuando me acomodo alrededor de la mesa —¿o por qué la convivencia familiar?

—No necesitamos un motivo para la convivencia —dice la abuela dejando en el centro de la mesa una humeante charola de lasaña —debemos aprovechar todas las oportunidades que tengamos.

Pasamos un momento agradable mientras mis tíos hablan sobre su vida en Londres y sobre la empresa, papá interviene algunas veces, pero no demasiadas. Luego mi madre comienza a hablar sobre la nueva exposición y el proyecto de arte que comenzará, poco a poco la comida se acaba y para cuando nos damos cuenta, es casi media noche.

Ayudamos a recoger la mesa, y cuando todo está en orden, mis tíos se despiden y mis padres dicen que es hora de volver. Así que soy el único en permanecer en la casa, cosa que mi abuelo aprovecha para llevarme al jardín trasero.

—¿Qué tal la universidad?

—Ha estado bien —me encojo de hombros —los proyectos finales se entregan en dos semanas, así que tengo trabajo por hacer.

—Estoy seguro que si —responde con una sonrisa —¿has hecho piezas?

—Algunas, lo hago por las noches, aunque últimamente he estado tan cansado que no tengo energías para hacer cerámica —admito —pero no se lo digas a mi padre, no quiero discutir con él otra vez.

El abuelo sonríe, sacude la cabeza y me hace un ademán para que nos sentemos en los bancos. La brisa fresca nos envuelve y me obliga a guardar las manos en el interior de mis bolsillos, intentando mitigar la sensación helada.

—¿Y que tal van las cosas con Tessandra? —volteo cuando pregunta eso.

Tiene una mirada curiosa, y los labios levemente curveados hacia arriba. En una señal clara de que intenta retener la sonrisa.

—¿Cómo sabes de Tessandra? —inquiero.

—Juls ha dicho que su hermano tiene novia —me es imposible reír —y tu padre me ha comentado que has ido por Julieth en un par de ocasiones, la semana pasada, ¿no es cierto?

—Fue el cumpleaños de la hermana pequeña de Tess —expreso —nos invitó, no podíamos faltar. A Julieth le agrada pasar tiempo con Lacy.

—Y a ti pasar tiempo con Tess, ¿no es verdad?

Sonrío, no doy una respuesta, pero es evidente que no es necesario.

—Ella me agrada —admito después de un tiempo de haber permanecido en silencio —es extraño, porque nunca nos llevamos bien. Pero desde que hemos estado pasando tiempo juntos...me agrada. Mucho.

—Sí, eso es evidente. Tu padre dice que parece una buena chica, y Julieth habla maravillas —ambos reímos —así que no tengo dudas de ella.

—¿Aún cuando es la reina de las apuestas de Northwest?

—No todos los que pertenecen a Northwest son malos —dice con una leve sonrisa —Tessandra no lo es, es una chica que seguro ha tenido una vida complicada, pero no la hace una mala persona, solo espero que no rompa tu corazón.

Es mi turno de reír.

—No lo creo, abuelo —objeto.

Suelto un bostezo, sintiendo el cansancio aumentar en mi sistema así que mi abuelo me ofrece la habitación de invitados para quedarme y no tener que conducir, sin embargo, la rechazo.

—Te veo mañana, misma hora —dice cuando subo al auto —no llegues tarde, Jay.

—Nunca, abuelo —aseguro.

Permanece en la entrada, me hace un ademán de adiós y acelero por la avenida.

Unos días después, tengo que entregar la primera revisión de las piezas para los proyectos finales. No son las mejores, pero de algo tenían que servir.

—Vaya, parece que tuviste inspiración —dice Tess captando mi atención —Hola.

—Hola —respondo con una sonrisa —y algo así, con los entrenamientos, apenas tuve tiempo.

Deslizo mi atención hacia los cuadros que están a unos metros de nosotros, los trazos son casi perfectos, calculados para hacer coincidir cada cruce. Tess repara en mi atención en ellos y se aparta un poco.

—No juzgues tan duro —pide.

—Son increíbles —expreso —creo que no había tenido la oportunidad de ver un cuadro tuyo, pero estos son fascinantes.

Me aparto de mi lugar para acercarme a los lienzos. Me inclino con ligereza, mirándolos a detalle.

—¿Has pensado en inscribirte al concurso para la exposición en el museo? —giro hacia ella —tus cuadros tienen una excelente oportunidad.

—Oh, por favor —sonríe —no me halagues por compromiso.

Frunzo las cejas, Tess se cruza de brazos y luce algo cohibida mientras observa sus cuadros.

Doy un paso hacia adelante, ella centra su atención en mí tan pronto como coloco la mano en su cintura.

—¿La reina de Northwest dudando de su potencial? —mi voz brota con un dejo de incredulidad.

Sus ojos me escanean, ese verde hipnotizador me recorre mientras una sonrisa curva sus labios.

—Me agradas más cuando eres así de amable —admite.

Me río un poco, no me aparto de ella aún cuando soy consciente de que hemos captado la atención de varios de los estudiantes. Tessandra ladea la cabeza y coloca las manos en mi pecho, empujándome con ligereza.

—¿Ahora resulta que no quieres que te vean conmigo? —la molesto.

Ella se ríe, lanza una mirada a nuestro alrededor antes de centrarla en mí otra vez.

—¿Por qué no querría que me vean contigo? —inquiere reteniendo la sonrisa.

—No lo sé, tal vez no quieres que se enteren que te mueres por mí.

—¿Qué te hace pensar que me muero por ti?

—¿No lo haces?

—En lo absoluto, campeón —sonríe y sus ojos se iluminan, me acerco de nuevo a ella y dirijo la mirada a su rostro. La manera en la que se muerde el labio causa una maldita sensación en mi interior que no comprendo, pero que me impulsa a colocar las manos a los costados de su rostro, y besarla.

Ahí, en medio del aula, frente a la profesora que espera para ver nuestros proyectos, rodeados de todos los estudiantes que parecían considerarnos interesantes, solo la beso.

Tess no me aparta, soy yo quien lo hace y cuando consigo mirarla otra vez, creo que Tessandra Green causa en mi interior algo más que agrado.

—Parece que eres tú quien se muere por mí —sentencia —¿o no, campeón?

Estoy por darle una respuesta, cuando mi celular suena. Considero la idea de ignorarlo pero cuando leo el nombre de mi padre, descarto la idea.

—Hola, papá.

—Jay —el sonido tenso de su voz me confunde —¿estás en la universidad?

—Sí, debo salir pronto. ¿Por qué? —hay un corto silencio —¿necesitan que cuide de Julieth?

No obtengo una respuesta y eso me inquieta.

—¿Papá?

—Se trata de tu abuelo, Jay —su voz tiembla y eso consigue alarmarme.

—¿Del abuelo? ¿Qué ocurrió, le pasó algo?

No hay una respuesta y comienzo a desesperarme.

—Maldita sea papá, contéstame.

—Tu abuelo sufrió un asalto, y está grave en el hospital.

Y eso es todo lo que necesito escuchar para joderme por completo. 

___________________________________________________________________

¡No se olviden de votar y comentar, significa mucho para mí!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro