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11.- Un rival desconocido

JAYDEN

Que mis padres y abuelo se enterasen de la pelea, y del golpe que sufrí, no fue en realidad algo bueno. Tuve que tolerar al abuelo reprenderme por largo rato, diciendo lo peligroso que pudo haber sido un golpe como ese, aunque él fue la única persona que entendió mis motivos.

No pude hacer mucho para evitar los estudios que al final arrojaron que no fue nada más que una leve contusión, sin embargo, el abuelo y Robie coincidieron en que sería mejor dejar los entrenamientos por algunos días.

No hablé mucho con Tessandra en los días siguientes, coincidíamos en los jardines y a veces en la cafetería de la universidad, sin embargo, no pasamos más allá de un par de saludos cordiales.

La "rivalidad" entre nosotros parecía haber desaparecido, aunque no del todo porque en ocasiones la sorprendía mirándome con ese aire de suficiencia y frialdad que la caracteriza. Tessandra Green sin su mirada de hielo, no sería ella.

El curso escolar avanzaba y las exposiciones cada vez estaban más cerca, así que no me extrañaba el hecho de que cada estudiante estuviese preocupado por hacerse con el honor de exponer sus piezas en el museo local. Tessandra parecía estar incluida en ese grupo, la había visto algunas veces ingresar a los estudios de arte estudiantiles, llevando consigo sus lienzos en blanco.

Me causaba curiosidad saber que clase de arte es el que ella crea, mamá decía que todos tenemos un estilo, una voz que se plasma a través de sus creaciones. El de ella es pura alegría, colores vibrantes, mi madre consigue darte tanta paz y felicidad con solo mirar sus cuadros.

Papá es más expresivo, sus esculturas a veces parecen almas agonizantes, sufriendo la peor de las torturas y en otras, muestran el lado más humano y sensible.

Y yo, yo soy una combinación de ambos. Me gusta la extravagancia, los colores vibrantes, pero también aquellos oscuros, me gusta crear combinaciones difíciles de entender, pero que consigan estar en tu mente por más tiempo que un simple instante.

—¿Están listos para el concurso de este año? —inquiere Asher.

Estamos en la cafetería, con un grupo de amigos en común. Dayana se encuentra entre ellos, examinando la figura se cerámica entre sus manos, como si quisiera encontrarle algún error.

—Será una gran exposición —comenta Rogers, un compañero de curso —¿participarán?

—Evidentemente —Dayana por fin deja la figura de cerámica a un lado —¿quién en su sano juicio no querría participar?

—Jayden —las miradas recaen mí —pero ¿por qué lo necesitaría? Expone sus piezas en las galerías de sus padres, supongo que el museo local no significa nada comparado con eso.

Mis cejas se arrugan, observo a Rogers con molestia. No era la primera vez que lidiaba con comentarios de ese tipo, desde el primer año de la carrera tuve que enfrentarme al hecho de que todos pensaras que tenía cierta ventaja sobre todos los demás por mis padres, que la preferencia de los profesores hacia mí afectaría a los demás.

Papá se convirtió en un artista famoso, y las exposiciones de mi madre siempre conseguían llenar las galerías. Pero eso no tenía absolutamente nada que ver conmigo, exponer en un museo me causaba tanta emoción como a todos los demás.

—¿Y eso porqué lo haría diferente? —inquiero hacia él —tú lo has dicho, expongo mis piezas con mis padres, no en un museo. Y por si no lo sabes, luego de tres años de estudio, una galería privada no es lo mismo que un museo.

Su mandíbula se cuadra cuando emplea fuerza y sonrío.

—Y evidentemente participaré.

Un corto silencio se instala entre nosotros, uno que amenaza con volverse incómodo, así que opto por irme. Me incorporo de mi asiento, tomando la bandeja vacía y lanzándole una mirada rápida a los chicos frente a mí.

—Me voy, nos vemos chicos.

Mi última clase ha terminado, así que no tengo motivo para quedarme en la universidad. Me acomodo la mochila en el hombro mientras salgo del edificio y atravieso el estacionamiento para conseguir encontrar mi auto.

Apenas he subido cuando mi celular suena, deslizo la pantalla casi de inmediato cuando reconozco el nombre de mi padre.

Hola, Jay. ¿Has salido de la universidad?

—Sí, justo estoy saliendo, ¿por qué?

—Verás, tu madre y yo tenemos un compromiso con tu tío Nate, pero la niñera nos ha cancelado y tus abuelos no pueden cuidar de Juls. ¿Podrías quedarte con ella el resto de la tarde?

Enciendo el motor del auto, sosteniendo el teléfono con una de mis manos mientras compruebo la hora.

—Seguro, llegaré en quince minutos.

—Gracias, Jay.

—De nada, papá.

Cuelgo la llamada y enlazo mi celular con el estéreo del auto. La música ruge por los altavoces, el rock se deja escuchar fiereza y piso el acelerador, saliendo del estacionamiento con velocidad.

Me toma poco más de quince minutos llegar. Papá me abre la puerta, recibiéndome con una sonrisa. Lleva puesta una camisa blanca con las mangas arrolladas hasta los codos. Viste unos pantalones negros elegantes pero la camisa le da el suficiente aire relajado que necesita.

—Lamentamos molestar tu posible viernes de diversión —dice cuando ingreso a la casa.

—No tenía planes —me encojo de hombros —y tal vez pueda llevar a Juls a comer a algún sitio.

—Nada de chocolates y azúcar en exceso —volteo cuando la voz de mi madre se escucha.

Baja las escaleras acomodándose el bolso en el hombro, viste un bonito vestido en color amarillo, cuando se coloca junto a mi padre, ambos parecen una pareja de super modelos.

Un grito emocionado se deja escuchar y mi hermana menor aparece, su cabello se sacude con sus pasos apresurados y apenas tengo tiempo de inclinarme y recibirla.

—¡Jay! —envuelve los brazos alrededor de mi cuello —¿te quedarás?

—Seré quien cuide de ti hoy —informo y ella asiente con entusiasmo —no te preocupes, mamá.

Ambos miramos a nuestros padres, papá le tiende la mano a mamá y cuando se toman de la mano, ella lanza un beso en nuestra dirección.

Julieth le responde de la misma manera y luego los acompañamos hasta la puerta, permanecemos en la entrada hasta que los miramos subir al auto y luego avanzar hasta que los perdemos de vista.

Cuando volvemos dentro, dejo a Juls sobre el suelo y giro hacia mi hermana.

—¿Qué dices? ¿lista para divertirnos?

Y el grito entusiasta que recibo como respuesta, es todo lo que necesito.

(...)

Estamos gran parte de la tarde en casa, miramos un par de películas que Julieth no parecía dispuesta a perderse, y cerca de las cinco, dice que tiene hambre.

—¿Quieres ir a algún sitio? —inquiero cuando termino de acomodarle el cinturón de seguridad.

—¡McDonald's!

Sonrío, enciendo el auto y bajo el volumen de la música para no sobresaltar a mi hermana, la música que escucha parece desagradarle y es así como termina buscando en mi Spotify música infantil que canta a todo pulmón mientras conduzco.

Hay un par de plazas cerca de la casa de mis padres, así que conduzco hacia ahí agradeciendo la escasez de tráfico porque Juls hambrienta era alguien difícil de tratar, como un pequeño monstro.

Sostengo su mano mientras caminamos por el pasillo que la plaza, da pequeños saltos robándome una sonrisa y señala cada tienda por la que cruzamos.

—¡McDonald's! —exclama cuando entramos al establecimiento.

Me sigue hasta la fila, casi queriendo escalar la barra para mirar los juguetes. Pido una cajita feliz para ella y un combo para mí. Le entrego mi tarjeta a la chica y luego aguardamos en una de las mesas cercanas.

Cuando tenemos la orden, vamos hasta el área de juegos y tengo que ocultar mi parte protectora al verla subir hasta la parte más alta.

Parece olvidarse del hambre que tiene porque se mantiene deslizándose por los toboganes y jugando con los demás niños del área. Saco el celular e intercalo algunas miradas entre la pantalla y mi hermana, ubicándola y asegurándome que no corra algún riesgo.

—¿Jayden? —volteo cuando alguien pronuncia mi nombre. Sonrío apenas reconozco a Tessandra.

—Hola —bloqueo el celular, centrando toda mi atención en ella.

Tiene una bandeja en las manos, con una cajita feliz y exactamente el mismo juguete que Julieth ha pedido. A su lado, Lacy me reconoce y sonríe también.

—Que coincidencia —añado —¿quieres sentarte aquí?

Señalo el espacio libre que queda de la mesa y ella asiente. Ambas se acomodan del otro lado, quedando justo frente a mí.

—¿Viniste solo?

—Con mi hermana, está por ahí —Lacy sigue el lugar al que señalo así que decido llamar a mi hermana.

Ella se acerca corriendo, lanza una sonrisa emocionada a Tess y luego a Lacy.

—Juls, ellas son Tess y Lacy —las presento —Lacy tiene casi tu edad.

—¿Quieres venir a los toboganes? —Julieth no espera una respuesta y toma la mano de Lacy para llevarla hasta los juegos.

Las miro hablar y reír cuando comienzan a escalar y no puedo evitar la leve sonrisa que se filtra en mis labios. Cuando vuelvo la mirada al frente, me encuentro con la mirada de Tessandra.

Ella parpadea, como si estuviese reaccionando de pronto al ser descubierta mirándome. Se aclara la garganta y retengo la sonrisa.

—Parece que congenian bastante bien —señala desenvolviendo su hamburguesa —Lacy ha preguntado cuando puede ir a casa de la hermana de Jayden.

Me rio un poco, tomo una papa frita para llevármela a la boca y me encojo de hombros.

—Envía un mensaje, y puede ir cualquier día —sugiero —Julieth suele estar en casa siempre. La invitación era en serio, por si te lo preguntabas.

Le da el primer mordisco a su hamburguesa, las risas llegan hasta nosotros y volteamos para ver a nuestras hermanas reír por algo que les parece demasiado gracioso.

—Tal vez un día de estos —dice.

Hay un corto silencio que resulta cómodo en realidad. Tess viste mucho más casual de lo habitual. Esta vez no lleva chaqueta, ni pantalones entallados, lo que le da una apariencia un poco menos intimidante.

Que una chica me resulte intimidante...eso es nuevo.

—¿Qué tal sigue el golpe en tu cabeza?

—No fue nada grave, solo una contusión leve. Por lo que veo, el moretón se ha ido.

—No del todo, pero el maquillaje hace maravillas —me sonríe.

Me fijo en sus ojos, demasiado expresivos me atrevo a decir. La mirada que me dedica ahora es curiosa, pero sé bien que esos ojos verdes pueden pasar de la suavidad a la frialdad extrema, lo que resulta casi fascinante.

Cada uno se concentra en comer y en alimentar a nuestras hermanas cuando deciden suspender el juego y venir por comida. En determinado momento, ambas se sientan y deciden terminarse la comida antes de volver a los toboganes.

Hablan con rapidez, como amigas de toda la vida. Tessandra y yo compartimos miradas divertidas ante lo rápido que ambas niñas parecen congeniar.

—¡Mira, Jay! —Julieth exclama de repente —¡Eres tú!

Señala la pantalla en donde una especie de conferencia aparece. Mi reciente pelea se reproduce de fondo, sonrío levemente cuando se menciona mi título de campeón de la OBM, y comparto una mirada con Tess antes de volver a mirar la pantalla.

—Eres famoso, campeón —dice con diversión.

—No tan famoso como me gustaría —la molesto.

La voz de la presentadora en el programa vuelve a captar mi atención. Sin embargo, la sonrisa desaparece de mi rostro demasiado rápido, al mirar al chico que también aparece en la pantalla.

"Cody Brooks apareció esta tarde en Portland para desafiar públicamente al reciente campeón de la OMB, Jayden Lewis. El nieto del ex campeón Zack "la furia" Brooks, parece dispuesto a recuperar la gloria que se le fue arrebatada a su abuelo. La cuestión aquí es... ¿Jayden Lewis dará la cara por el legado de su abuelo, el campeón invicto Luke "Thunderbreaker" Lewis?"

Mi cuerpo entero se tensa, la imagen cambia mostrando una especie de conferencia de prensa, en donde Zack Brooks, Cody y todo un equipo de boxeo se encuentra.

—Este soy yo, Cody "Wrecker" Brooks —habla con suficiencia, con un aire de grandeza —retando al Badbreaken a una pelea por el título de campeón del mundo. Tenemos una pelea pendiente, una pelea en la que defenderé lo que nunca se le debió de haber quitado a mi familia. 

Un sabor amargo se instala en mi boca, la tensión se dispara en cada fibra de mi cuerpo.

Es una pelea de la cual no puede huir —Zack habla mirando justo al frente, como si supiera que me habla exactamente a mí —a menos que el gran Thunderbreaker tenga miedo que la historia se repita y ahora sea su nieto quien acabe en la ruina. ¿Es así, Luke?

Una ola de confusión me golpea. ¿Qué la historia se repita? ¿Qué historia? ¿De que carajos hablan?

Una pelea esperada por todos los fanáticos del boxeo. Dos nuevas generaciones, luchando de nuevo por el título mundial

La presentadora vuelve a hablar, diciendo más cosas sobre las palabras de Cody, pero yo no puedo prestarles atención.

—¿Quién era ese? —inquiere Tess con suavidad —¿pelearás...?

Me incorporo, Julieth me mira extrañada cuando lo hago.

—Tenemos que irnos —sentencio.

—¡No quiero! Quiero quedarme a jugar —se queja.

Recojo con rapidez las cosas y coloco la basura en la bandeja.

—Jayden...espera....

—Tenemos que irnos —repito —fue bueno verlas. Pero ahora tengo unos asuntos que atender.

—Jayden...—Tessandra también se incorpora, su delgada mano se enrosca en mi brazo, deteniéndome —¿estás bien?

Mi celular suena en ese instante, lo saco del bolsillo, leyendo el nombre del abuelo en la pantalla y entonces sé que esto es serio. Es más que publicidad.

—No lo sé —admito. —Tenemos que irnos, adiós, Tess.

Cargo a Julieth en brazos mientras respondo el teléfono y digo lo único que he querido decirle desde que el nombre de Cody apareció en mi vida.

—Me debes una explicación, abuelo

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¡Hola, hola! ¿Qué les pareció el capítulo de hoy? 

¡Déjenme sus teorías y opiniones en comentarios!

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