Capítulo 8: El descubrimiento de Jake
Jake estaba sentado en el pequeño comedor del refugio, su mirada fija en el vapor que se elevaba de su taza de té. Era uno de esos raros momentos de tranquilidad en el caótico mundo en el que ahora vivía.
El refugio, aunque austero, comenzaba a sentirse menos extraño, pero las preguntas que bullían en su mente lo mantenían inquieto. Había algo que no entendía, algo que todos parecían saber excepto él.
—¿Puedo sentarme aquí? —Una voz suave interrumpió sus pensamientos.
Jake levantó la mirada y vio a un joven con un rostro amable y dos hoyuelos profundos que se marcaban cuando sonreía. Su presencia era reconfortante, como un cálido rayo de sol en un día gris.
—Claro, adelante —respondió Jake, haciendo un gesto hacia el asiento frente a él.
—Soy Jungwon —dijo el joven, mientras tomaba asiento—. No creo que hayamos hablado mucho desde que llegaste.
Jake asintió, reconociéndolo vagamente como parte del equipo de Sunghoon. Jungwon no parecía tan intimidante como los demás, y eso lo hizo sentir un poco más relajado.
—Jake —respondió, aunque sabía que Jungwon ya lo sabía.
Por un momento, ninguno habló. Jake jugueteaba con la taza en sus manos, y Jungwon lo observaba con una mirada evaluadora pero amistosa.
—Pareces confundido —comentó finalmente Jungwon, inclinándose ligeramente hacia adelante.
Jake dejó escapar un suspiro, incapaz de ocultar su frustración.
—Es porque lo estoy. Todo este asunto de alfas, betas y omegas... nunca había escuchado nada sobre eso antes. Es como si hubiera estado viviendo en otro mundo.
Jungwon asintió lentamente, como si estuviera considerando cómo explicarlo.
—En cierto modo, sí lo estabas. Los distritos como el tuyo hicieron un buen trabajo en borrar cualquier rastro de las jerarquías. Para ellos, era más fácil controlar a la población si todos creían que eran iguales.
Jake frunció el ceño, sus pensamientos corriendo en círculos.
—Pero... ¿qué significa todo esto? ¿Qué significa ser un omega? ¿Y por qué nunca nadie me lo dijo?
Jungwon sonrió con tristeza, como si estuviera acostumbrado a tener esta conversación.
—Ser un omega significa muchas cosas —dijo con calma—. En términos simples, somos una parte importante del ciclo natural. Los omegas tienen una conexión especial con los alfas, algo biológico. Nuestra naturaleza está diseñada para ser compatible con ellos, para... —hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas—. Para procrear, entre otras cosas.
Jake parpadeó, sorprendido. La palabra "procrear" sonó extraña en sus oídos, casi anticuada. En su mundo, la natalidad estaba estrictamente regulada.
Las parejas se formaban a través de criterios genéticos y sociales, no por conexiones naturales o instintos.
—¿Procrear? —repitió, incrédulo—. Eso no puede ser cierto. Mi vida siempre se trató de trabajar, de contribuir al desarrollo científico. Nunca... nunca se me habló de algo así.
—Porque no querían que lo supieras —respondió Jungwon, con un toque de amargura en su voz—. En los distritos, hicieron todo lo posible por reprimir las características que nos hacen lo que somos. Hormonas, inhibidores, propaganda... Todo para que las jerarquías desaparecieran. Pero aquí afuera, sabemos la verdad. Somos lo que somos, y no hay nada de malo en eso.
Jake apartó la mirada, intentando procesar lo que Jungwon le estaba diciendo. Era difícil reconciliarlo con todo lo que había aprendido. Su identidad, su propósito en la vida, todo parecía estar basado en una mentira.
—Entonces, ¿qué pasa con los alfas y los betas? —preguntó finalmente, tratando de entender la imagen completa.
Jungwon sonrió, contento de que Jake estuviera dispuesto a escuchar.
—Los alfas son protectores por naturaleza. Son fuertes, líderes. Pero también pueden ser... intensos, especialmente con los omegas. Los betas, por otro lado, son más neutrales. No tienen las mismas conexiones biológicas que los alfas y los omegas, pero son fundamentales para mantener el equilibrio.
Jake asintió lentamente, tratando de asimilarlo todo. Había algo en las palabras de Jungwon que resonaba en él, aunque no estaba seguro de qué.
—¿Y qué pasa si no quiero ser parte de esto? —preguntó, su voz temblando ligeramente—. No quiero ser definido por... por mis características biológicas.
Jungwon inclinó la cabeza, su expresión suave y comprensiva.
—No tienes que serlo, Jake. Aquí afuera, no estamos forzados a seguir ningún rol. Puedes ser quien quieras ser. Pero tampoco puedes ignorar quién eres. Ser un omega no te define, pero es parte de ti. Negarlo no hará que desaparezca.
Jake lo miró, sus emociones divididas entre la confusión y la curiosidad. Por primera vez, alguien estaba siendo honesto con él, y aunque era abrumador, también era un alivio.
—Gracias, Jungwon —dijo finalmente, con sinceridad—. Esto... esto es mucho para procesar, pero gracias por explicármelo.
Jungwon sonrió, sus hoyuelos volviendo a aparecer.
—No hay problema. Todos hemos pasado por lo mismo en algún momento. Y si necesitas hablar, aquí estaré.
Jake asintió, sintiéndose un poco más tranquilo. Pero mientras Jungwon se levantaba para marcharse, algo más pasó por su mente.
—Jungwon, ¿cómo sabes todo esto? —preguntó, deteniéndolo antes de que se fuera.
Jungwon giró hacia él, sus ojos brillando con una mezcla de sabiduría y melancolía.
—Porque yo también soy un omega, Jake. Y al igual que tú, pasé mucho tiempo creyendo que era algo que no soy.
Jake se quedó en silencio mientras Jungwon salía del comedor.
Sus palabras resonaron en su mente, junto con todo lo que había aprendido. Ahora entendía que su mundo había sido construido sobre mentiras, y aunque todavía no sabía qué hacer con esa verdad, sabía que ya no podía ignorarla.
En el fondo, algo comenzó a encajar, algo que no había podido comprender antes. Las miradas de Sunghoon, la forma en que lo protegía... todo comenzaba a tener sentido. Pero no estaba listo para enfrentarlo todavía.
No cuando apenas estaba comenzando a descubrir quién era realmente.
Gracias por leer la historia ❤️
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