Capítulo 7: Tensiones Internas
La atmósfera dentro del refugio era tensa, cargada de silencios incómodos y miradas furtivas.
El grupo de Sunghoon solía ser eficiente y bien organizado, pero últimamente, las emociones estaban desbordándose. Todos sabían que Jake era la clave para su misión, pero la manera en que Sunghoon lo estaba manejando estaba comenzando a generar conflictos internos.
En la sala común, un espacio pequeño iluminado por lámparas de luz cálida, Heeseung y Lily hablaban en voz baja, lejos de Jake y Sunghoon. Ambos compartían la misma preocupación, el tiempo se estaba acabando.
—Esto no puede seguir así —murmuró Heeseung, cruzándose de brazos mientras se apoyaba contra la pared—. Sunghoon está siendo demasiado blando con él. Cada día que pasa, el gobierno podría estar acercándose a descubrir nuestra ubicación.
Lily asintió, aunque mantenía la mirada fija en el suelo. Era una mujer pragmática, pero el lento progreso estaba comenzando a ponerla nerviosa.
—Jake es brillante, sí, pero no podemos darnos el lujo de esperar a que lo descubra todo por sí mismo. Necesitamos respuestas ahora, y si eso significa presionarlo un poco más, entonces que así sea.
Heeseung inclinó la cabeza, evaluando las palabras de Lily. Ambos sabían que Sunghoon no aceptaría esa propuesta fácilmente. El líder del grupo había dejado en claro, desde el primer momento, que Jake no sería tratado como un prisionero ni como una herramienta.
Pero Heeseung estaba convencido de que la situación exigía medidas más firmes.
—Hablaré con él —dijo Heeseung, enderezándose y dirigiéndose hacia la puerta—. No podemos seguir esperando.
Lily lo miró con preocupación.
—Sólo ten cuidado con cómo lo abordas. Ya sabes cómo es Sunghoon cuando se trata de proteger lo que considera suyo.
Heeseung hizo una mueca. Sabía exactamente a qué se refería Lily.
Aunque Sunghoon no lo había admitido abiertamente, era obvio para todos que Jake no era simplemente "la misión". Había algo más, algo más profundo que Sunghoon estaba tratando de ocultar.
Sunghoon estaba en el laboratorio improvisado que habían montado para Jake, revisando algunos de los documentos que habían recuperado en su última incursión.
No levantó la vista cuando escuchó a Heeseung entrar, pero el ligero fruncimiento de sus cejas dejó en claro que sabía quién estaba allí y con qué intención.
—¿Qué quieres? —preguntó Sunghoon, su tono cortante.
Heeseung no se anduvo con rodeos.
—Esto no está funcionando, Sunghoon. Jake no está avanzando lo suficientemente rápido, y no podemos seguir perdiendo el tiempo. Necesitamos resultados, y los necesitamos ahora.
Sunghoon finalmente levantó la vista, sus ojos oscuros brillando con una advertencia.
—¿Y qué sugieres? ¿Que lo amenacemos? ¿Que lo obliguemos a trabajar más rápido? —Su voz era baja, pero cada palabra estaba cargada de peligro—. No voy a permitir que nadie lo presione.
Heeseung dio un paso adelante, manteniendo la mirada firme.
—No estoy diciendo que lo lastimemos, pero tenemos que ser realistas, Sunghoon. No podemos darnos el lujo de esperar a que él se adapte a nuestra manera de hacer las cosas. Si no lo convencemos pronto, toda esta operación podría fracasar.
—Convencerlo no significa usar la fuerza —replicó Sunghoon, cruzándose de brazos—. Jake ha vivido toda su vida en una mentira. Apenas está comenzando a entender lo que significa ser un omega, lo que significa todo este sistema. ¿De verdad crees que presionarlo va a ayudar?
—Lo que creo —dijo Heeseung, con una calma que contrastaba con la furia que comenzaba a arder en Sunghoon—. es que estás dejando que tus sentimientos se interpongan.
Un silencio pesado cayó entre ellos.
La insinuación de Heeseung no era algo que Sunghoon estuviera dispuesto a aceptar fácilmente, pero sabía que su amigo no estaba completamente equivocado.
Jake era su omega, aunque Jake aún no lo supiera. Esa verdad pesaba sobre él cada vez que lo veía, cada vez que sentía su presencia.
—Mis sentimientos no tienen nada que ver con esto —mintió Sunghoon, su tono seco.
—¿Ah, no? —replicó Heeseung, alzando una ceja—. Todos lo hemos notado, Sunghoon. Desde que lo trajimos, lo proteges de una manera que no es normal. No actúas como un líder con una misión, actúas como alguien que está... involucrado.
Sunghoon apretó los puños, su paciencia al límite.
—Lo que hago o dejo de hacer no es asunto tuyo. Jake es la clave para nuestra misión, y si lo rompemos antes de que pueda ayudarnos, entonces habremos perdido todo. —Se acercó a Heeseung, su mirada fija en la de él—. Nadie lo presionará, ¿entendido?
Heeseung lo observó durante un momento, midiendo sus palabras. Finalmente, levantó las manos en un gesto de rendición.
—Está bien. Pero recuerda esto, Sunghoon: si esto fracasa, no será sólo tu culpa. Será la nuestra.
Con eso, Heeseung se dio la vuelta y salió del laboratorio, dejando a Sunghoon solo con sus pensamientos.
Mientras tanto, Jake estaba en su habitación, hojeando uno de los libros que Sunghoon le había dado. Eran textos sobre genética y biología, pero también había una sección que hablaba sobre la jerarquía alfa, beta y omega.
Jake no podía dejar de leer esas páginas, tratando de comprender lo que significaban. Cada palabra era como un golpe, derrumbando las bases de todo lo que creía saber.
"Omega", pensó, pasándose una mano por el cabello.
Esa palabra seguía sonando en su mente, una y otra vez. ¿Cómo podía ser un omega? No encajaba con la imagen que tenía de sí mismo. Y sin embargo, cuando pensaba en Sunghoon, en la manera en que lo miraba, algo dentro de él se agitaba. Algo que no podía explicar.
Un golpe suave en la puerta lo sacó de sus pensamientos. Sunghoon apareció en el umbral, sus ojos oscuros fijos en él.
—¿Todo bien? —preguntó, su voz baja.
Jake asintió, aunque no estaba seguro de que fuera verdad.
—Sólo... tratando de entender todo esto —respondió, levantando el libro para mostrárselo.
Sunghoon entró en la habitación y se apoyó contra la pared, observándolo en silencio por un momento.
—Es mucho para asimilar —admitió Sunghoon, su voz más suave de lo habitual—. Pero lo importante es que no tienes que hacerlo solo. Estoy aquí para ayudarte.
Jake lo miró, y por un momento, el mundo pareció detenerse. Había algo en los ojos de Sunghoon, algo que lo hacía sentir seguro y vulnerable al mismo tiempo. Era una sensación extraña, pero no del todo desagradable.
—Gracias —dijo finalmente, rompiendo el silencio.
Sunghoon asintió, una pequeña sonrisa apareciendo en sus labios. Pero aunque no lo dijo en voz alta, sabía que haría todo lo posible por proteger a Jake, incluso si eso significaba enfrentarse a su propio equipo. Porque para Sunghoon, Jake no era sólo la misión.
Jake era algo mucho más importante.
Gracias por leer la historia ❤️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro