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El molesto sonido de la alarma hace que Hyunjin tenga que abrir sus ojos lentamente. Una extraña cálida sensación está instalada en su pecho. Ha vuelto a soñar, como la mayoría de noches, pero no es capaz de recordad exactamente con qué. Solo un pequeño fragmento de dos chicos de rostros borrosos mirándose fijamente con una pequeña mesa de por medio pervive en su memoria, aunque es suficiente como para hacerlo sonreír encandilado. Tarda un poco más en darse cuenta de sus ojos lagrimosos y en sus manos temblorosas. Se seca los ojos con cuidado.
Decide ir a la ducha antes de bajar a desayunar con sus hermanos. No cree que sea buena idea que lo vean en ese estado. Debe calmarse un poco. Los menores no saben nada sobre sus recurrentes sueños que hacen que se despierte alterado, por lo que no quiere preocuparlos. Es su deber como el hermano mayor mantenerse firme ante todo.
Unos minutos después está bajando por las escaleras de su gran casa para reunirse con los dos menores en la mesa. Yeeun y Seungmin ya están sentados charlando de manera amena. El chico hace aspavientos con las manos mientras cuenta algo, y ella lo mira con una sonrisa entre burlesca y dulce. Una de las empleadas del hogar sirve zumo y tostadas con una sonrisa en el rostro por lo adorables que son los dos menores de la familia. Hyunjin no puede evitar sonreír un poco también por verlos tan felices desde tan temprano.
-Buenos días.- saluda el mayor, haciendo notar su presencia.
-Buenos días, Hyunjin.- responde la chica con una gran sonrisa.- ¿Has dormido bien?
-Estoy tan cansado por culpa de todo el trabajo que tengo que es imposible no dormir bien, Yeeun. ¿Y vosotros dos?
-También dormimos siempre bien, hermanito.- responde Seungmin.- Por cierto. Este fin de semana me quedaré a dormir en casa de unos amigos para hablar de nuestro proyecto de final de semestre.
-¿No crees que será mejor que te quedes con Yeeun? Es decir, yo tengo que ir a la iniciación con los novatos del club.- apunta el mayor de los hermanos con serenidad. Sabe que diga lo que diga el menor él es el que tiene la última palabra sobre lo que harán, pero quiere escuchar lo que tiene que decir.
-Puedo cuidarme sola.- anuncia la chica con el ceño fruncido antes de que su otro hermano tenga tiempo a contestar nada.- No va a pasar nada porque me quede una noche sola. No es como si fuese a traer a un chico o algo por el estilo.
-Más te vale, jovencita. Eres demasiado pequeña para pensar siquiera en estar con un chico.- las palabras de Hyunjin suenan rotundas, sin dejar lugar a réplicas.
-Claro que no jovencita. Porque tú debes llegar pura y casta al matrimonio.- interviene Seungmin con tono más bien burlesco. Apunta a su hermana de forma amenazante con su tenedor pra imprimirle más fuerza a su actuación. Su hermano mayor frunce el ceño, sin verle demasiado la gracia a su broma.- No seas antiguo, Hyunjin. Yeeun es lo bastante mayor para saber lo que se hace. Debes aceptar que ha crecido.
-Tú también eres demasiado joven como para saber algo de la vida.- responde el nombrado negando con la cabeza.
Hyunjin sabe que sus hermanos no son tan pequeños como dice. Pero no quiere aceptar que están creciendo y que dentro de poco ya no necesitarán de su protección para todo. Ha pasado gran parte de su adolescencia y el comienzo de su vida adulta haciendo el papel de padre para ambos, y puede que ahora le sea dificil desprenderse de esa responsabilidad. Aún más sabiendo que durante una parte de sus vidas siquiera vivieron juntos. No es muy dado a demostrar cariño con palabras de aliento o con contacto físico, así que esa es su especial manera de querer a sus hermanos. En el momento en el que sean completamente independientes sentirá que ya no pinta nada en sus vidas.
-Si me disculpais, voy a ir ya a la universidad.- anuncia después de beberse todo su vaso de zumo de una sola vez.
-Pero casi no has desayunado.- recalca Yeeun con preocupación y un visible puchero en sus labios.- Si te vas ahora por lo menos di que vas a comprar algo en la cafetería. No puedes estar sin comer.
Hace un gesto que da a entender que lo hará antes de levantarse de la silla. Se siente un poco mal por dejar así a los menores, pero acaba de recordar que tiene algo urgente que hablar con Changbin antes de que comience la jornada de clases. Ya compensará su ausencia esa mañana en la mesa en otro momento.
Cuando llega a la institución le manda un mensaje a su mejor amigo para encontrarse en la cafetería. Piensa seguir el consejo de su hermana y comer algo. Está claro que el día será mucho más agotador con el estómago vacío. Más aún las horas en el club de baile. Además, no quiere verla más tarde y tener que mentirle sobre si ha comido o no.
-¿Crees que los novatos se comportarán en el viaje de iniciación?- pregunta Changbin cuando ya se encuentran sentados en una mesa con un plato de comida delante.- Este año son realmente inquietos.
-Creo que son buenos chicos a pesar de eso. No tendrían por qué darnos problemas.- responde el de cabellos largos con un encogimiento de hombros.- Aunque igual deberíamos decirles que si alguien nos da problemas lo echaremos del club. Deben saber que si hacen algo mal habrá consecuencias. Es una de nuestras normas principales.
-A veces pienso que no tienes corazón. Te aferras demasiado a las normas.- responde Seo con una mueca de desagrado. Nunca le ha gustado demasiado lo rígido que es su amigo para ciertas cosas.- Son jóvenes. Tienen ganas de divertirse. Habría que ver que clase de problemas nos dan y si merece la pena echarlos. No querría perder buenos bailarines solo porque tú eres estrecho de miras.
-Tendré en cuenta tu opinión, vicepresidente.- replica el chico con tono frío. Recalca la última palabra para dejar claro que es él, el presidente, el que toma las decisiones respecto lo que deben hacer con los novatos.- Mejor acabemos de comer y vayamos a clase. No tengo ganas de llegar tarde y recibir un regaño del señor Park.
Comen rápido lo poco que quedaba en los platos para poder salir corriendo en dirección al edificio en el que tienen clase. Se levantan aún hablando de los últimos detalles sobre el viaje de iniciación. Hyunjin está tan concentrado en ello que no se da cuenta de que las hojas que traía en la mano, que necesita para estudiar para un examen que tiene en un par de semanas, se quedan encima de la mesa.
Unos minutos después dos chicos se sientan en la misma mesa que los dos mayores acaban de abandonar. Se encuentran envueltos en una charla amena, por lo que uno de ellos no se da cuenta de que deja las hojas que lleva en la mano sobre otras que ya se encontraban en el lugar. Las suyas propias y las ajenas se mezclan hasta que no se distinguen.
-¿Entonces harás más postres?- pregunta Félix con un tono desinteresado obviamente falso. Es la quinta vez que le hace esa pregunta a su amigo en dos días.
-Cuando tenga tiempo, Lix. No puedo ponerme a cocinar en los momentos en los que se supone que debería estar estudiando o haciendo proyectos. Que tú comas no es más importante que mi carrera universintaria.- responde Jeongin rodando los ojos con desesperación.- Deberías dejar de pensar con el estómago. Se supone que eres deportista, tienes que comer más sano. Voy a empezar a traerte verduras en vez de postres.
-Comer sano está sobrevalorado. No funciona tan bien como dicen. Y las verduras me asustan. Tienen un aspecto raro.- comenta el chico pecoso con aire distraído. Su mirada se pasea con poco disimulo por el plato de su amigo.- Oye. ¿Te vas a comer todo eso?
-¡Lee Félix!- exclama Yang entre indignado y divertido por la actitud de su amigo.- Siquiera has tocado tu plato aún. Come y calla. Y déjame comer a mi en paz.
-Jamie es más divertida que tú.- pucherea el nombrado, buscando ablandar un poco al otro.
-Pues ve y pídele a ella que te pague la comida.- lo reta el de cabellos castaños con una seria amenaza brillando al fondo de sus ojos castaños.
El pelinaranja hace un último puchero antes de resignarse a comer lo que hay en su plato, a sabiendas de que la chica no habría pagado por su desayuno como lo ha hecho Yang. Jeongin sonríe, divertido por la actitud de niño pequeño de su amigo. Está claro que su amistad lleva una dinámica interesante y única.
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Un rato más tarde, los dos chicos se encuentran sentados en una mesa del jardín de la universidad junto con Jamie. Cada uno de ellos atiende a sus libros, estudiando o acabando ejercicios que llevan atrasados. Ninguno habla, concentrados en sus cosas. Han creado un ambiente óptimo para la concentración.
Pero era obvio que en el pequeño grupo de amigos la concentración no iba a durar demasiado. Jamie se aburre de su libro de texto con rapidez y empieza a revisar sus redes sociales con pereza. El silencio es demasiado monótono para ella después de unos minutos, por lo que comienza a maquinar alguna excusa para ponerse a parlotear. O, por lo menos, algo con lo que hacer que sus amigos se desconcentren también y le hagan un poco de caso.
-Hey, Félix. ¿Llegaste a decirle a Hyunjin que Jeongin fue la persona que había hecho los postres? De los que subió la foto el otro día.- pregunta al volver a encontrarse con dicha foto. Sonríe, orgullosa de si misma por haber encontrado un tema de conversación tan bueno.
-Sí, claro que se lo dije. Por eso me emocioné tanto cuando subió la foto. El chico sabe que nuestro pequeño Innie existe.- responde el pecoso con una sonrisa orgullosa palmeando el hombro del nombrado.
-¿Podéis dejar de ser tan absurdos? Tú mismo dijiste que a todos les encantó el postre. No tiene porque ser algo especial.- suspira el castaño irritado por las constantes películas que se crean sus amigos.- Mejor sigamos con las tareas. Va a ser más productivo.
-Venga, Jeongin. ¿Me vas a decir que Hyunjin no te llama ni un poco la atención?- pregunta la chica con tono desesperado.- Es decir, aunque solo sea físicamente. Es un chico muy guapo, eso es algo que no puedes negar.
-Creo que su lado de loca del yaoi le está empezando a afectar.- bromea Félix al ver que ella se está tomando totalmente en serio la conversación.
-¿Loca del qué?- repite Jeongin extrañado.
-Del yaoi. Viene a ser que está loca por emparejar a chicos con chicos.- aclara el pecoso.- O puede que simplemente esté loca a secas.- añade por lo bajo.
-Puede que sí sea un poco loca del yaoi. ¿Te molesta que te empareje con él?- dice la chica de cabellos fantasía con un poco de arrepentimiento en su mirada, ignorando las últimas palabras del otro chico.
-Si me molestase te habría parado desde el principio.- comenta el castaño con un encogimiento de hombros.- No te preocupes.
-¿Entonces sí te gusta? ¿O hay una posibilidad?- pregunta de nuevo Jamie con la esperanza reemplazando al arrepentimiento en sus fanales.
-No lo sé.- suspira Jeongin, haciendo que sus amigos se miren sorprendidos y emocionados.- Voy a contaros una cosa. Pero debéis prometerme que no os vais a reir de mi.- ambos niegan con la cabeza a la vez de manera cómica. Toma aire, pensando como expresar todo por primera vez en voz alta.- Desde que era más pequeño siempre he pensado en una persona. No sé como es su aspecto ni de qué lo conozco. Lo único que sé es que soy feliz cuando pienso en él.- hace una pequeña pausa, tomando aire para evitar que sus ojos se llenen de lágrimas.- Lo amo mucho y siquiera soy capaz de ponerle un rostro.
-¿Es un hombre?- pregunta Félix con delicadeza.
-Sí. Creo que esa es la razón por la que estoy confundido sobre si me gustan las chicas o los chicos.- un pequeño silencio se instala entre ellos. Lee y Jamie contien la respiración mientras el otro piensa si es correcto decir lo último que queda en su cabeza.- Hasta el primer día de universidad, cuando vi a Hyunjin.- suelta, ya deshinibido de cualquier tipo de vergüenza por sus pensamientos.
-No puede ser. Es Hyunjin. Es Hyunjin, ¿verdad?- dice la chica en una especie de chillido ahogado. Se ha emocionado un poco con la historia que está contando su amigo.
-Tampoco estoy seguro de eso. Es decir, siquiera lo conozco lo suficiente.- responde él con una pequeña sonrisa de disculpas.- Solo sé que la primera vez que lo vi mi corazón latió muy rápido y sentí que había encontrado algo. Pero no sé si ese algo es la persona de mis pensamientos. Puede que simplemente esté confundido.
-Pues intenta conocerlo.- responde con simpleza el pelinaranja.- Solo tienes que fingir que vienes a verme al club o algo así. Yo me ocuparé de que acabéis hablando. No es muy difícil. Y no pierdes nada por intentarlo.
-No es tan sencillo. Tengo mucho miedo de encontrarme con él.- anuncia el chico con timidez.- No sé por qué. Quizás me aterre la idea de que cuando hable con él me de cuenta de que en realidad no es la persona que yo estaba buscando. Sería una decepción para mi.
-Nosotros te animamos. No te preocupes.- Jamie le dedica una gran sonrisa, intentando que aire taciturno que se ha apoderado de ellos se disipe un poco.
Mira de reojo a Félix, estando casi segura de que piensan igual por la manera en la que este tiene sus ojos brillantes de ternura. La historia de Yang y sus miedos con respecto a acercarse al mayor son realmente adorables. Se siente halagada de que el chico tenga la suficiente confianza con ellos como para contarles algo así. Podría jurar que es la primera vez que lo ha compartido con alguien sin que él se lo diga.
Jeongin le devuelve la sonrisa lo mejor que puede. Aunque la conversación le haya dejado un poco de mal cuerpo, se alegra de haber compartido al fin con alguien sus pensamientos más profundos. Y se alegra aún más de no haber sido juzgado por ellos. Se da cuenta de cuán buenos son sus amigos y de lo apoyado que está por ellos para cualquier simple cosa. No podría pedir más de ellos.
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Al fin, después de una larga jornada de clases, Jeongin llega a su pequeño apartamento. Ha sido un día duro, con clases aburridas y muchas tareas y cosas que estudiar que se han añadido a su lista de cosas por hacer. Está tan cargado de trabajo que está dispuesto a ponerse a ello en ese mismo instante. Odia que las cosas se le acumulen y es lo que le está pasando.
Se sienta en su escritorio dejando escapar un largo suspiro. Mira unos instantes la foto que tiene sobre su mesa con su hermano pequeño, sonriendo un poco al acordarse de él. Lo hecha de menos, pero entiende que el menor tenga que vivir en Londres con su madre. Anota mentalmente que debe buscar tiempo para ir a visitarlos en algún momento cercano, hace ya unos meses que no los ve. Pensando en su familia toma un poco de fuerzas para continuar con su rutina del día sin dormirse sobre sus libros.
Saca con cansancio unas hojas de su mochila y comienza a revisarlas. Son apuntes que necesita para un trabajo importante que debe entregar en un par de semanas. Tiene todo esquematizado, mas apenas ha empezado a redactarlo. Pero, cuando llega al final, se da cuenta de que no reconoce el contenido de las últimas hojas. Está completamente seguro de que no son suyas. Quizás se las haya cogido a algún compaero sin querer y sean de una asignatura que él no cursa.
Les echa una rápida mirada bucando un nombre que pueda indicarle quién es el propietario de dichas hojas. Y, gran es su sorpresa cuando, en el margen inferior derecho, se encuentra con el nombre Hwang Hyunjin escrito con una caligrafía impecable. Su corazón se para unos segundos interminables, pillado por sorpresa. Lo lee varias veces, esperando tener una especie de alucinación o estar leyendo mal. Es decir, ¿cuántas probabilidades hay de que acabe en poder de unas hojas de un chico mayor que él que ni siquiera cursa la misma carrera?
Su suerte es ironicamente cómica. Y a él no le suelen gustar las ironías.
-¿Cómo le voy a devolver esto?- se pregunta en voz alta.
Sopesa las probabilidades de que en su universidad haya otra Hwang Hyunjin. Y que a parte también curse la carrera de administración de empresas, porque es de lo que parece que hablan las hojas que tiene ante él. Aunque quizás se equivoque, dada su ignorancia sobre el tema. Está noventa y ocho por ciento seguro de que el chico que busca es el mismo que parece alterar toda su vida últimamente.
Vuelve a guardar los folios en su mochila con manos temblorosas. Ya se preocupará por qué hacer con ellos más tarde. No quiere darle mil vueltas a algo sin saber donde va a acabar, por el bien de su salud mental. Lo más seguro es que llegado el momento le de miedo acercarse al mayor y termine por hacer que Félix se las devuelva en su nombre. La forma más cómoda y covarde de hacerlo.
Me he covertido en lo que juraba que nunca lo haría, una escritora que tarda mil años en actualizar.
LO SIENTO MUCHO GENTE, PERDÓN PERDÓN PERDÓN. Os prometo que antes de que se acaben mis vacaciones de navidad subo otro capítulo por lo menos.
Espero que no esteis perdiendo la trama o algo por el estilo por culpa de que las actualizaciones no sean muy regulares. Aunque, de momento, no ha pasado nada demasiado impresionante. En este cap se ve un poquito más de la vida de Hyunjin y Jeongin se abre a sus amigos, pero aún ni se han hablado jsjsjs
No os preosupeis, en algún momento empezará a haber Hyunin de verdad. Pero sabeis que mis historias van lentitas.
Y bueno, estos días Atrevido ha llegado a los 100 k de visitas y mi cuenta ya pasa bastante de los 600 seguidores. Hace nada que estaba escribiendo B me por los 500 adnsdijhs Dejarme deciros que si solo me apoyais un poquito ya os amo, y que amo mucho que me vaya haciendo un poco más conocida.
Pasar lo que queda de navidades con cabeza y cuidaros mucho.
Os amo <3
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