-Hola a todos. Mi nombre es Mina y soy la presidenta del club de cocina. Os doy la bienvenida a todos los nuevos miembros.
Toda las personas reunidas en la agradable sala del club de cocina estallan en un coro de resonantes aplausos. La dulce sonrisa de la chica que está parada delante de todos ellos se ensancha todavía más si es posible, al igual que las del chico y la chica que se encuentran franqueandola. Los tres directivos del club observan con orgullo los nuevos miembros. La mayoría son chicas de aspecto dulce, pero este año tienen una figura masculina que parece un poco fuera de lugar. Es como si su cabello corto desentonase ligeramente entre tantas melenas largas.
Jeongin nota como el otro único chico del lugar, Donghun, lo observa con intensidad, como instándole a que deje caer el pequeño muro tras el que se está refugiando. Debe de verse muy tenso para que el mayor le preste tanta atención entre una decena de novatas que atienden al discurso de bienvenida que está dando Mina. Pero se siente incapaz de relajarse completamente entre tantos rostros desconocidos.
-Nuestro club no es muy grande en miembros, pero sí que tenemos grandes capacidades.- continua la presidenta.- Estamos aquí para ayudaros en todo lo que necesiteis. No solo vamos a cocinar, también vamos a dar clases y a hacer pequeños trabajos para la universidad cuando haya eventos. Por ahí tenemos los materiales.- indica señalando a su izquierda. Todas giran sus cabezas siguiendo su gesto.- Y esa es la zona para preparar los platos.- ahora señala un poco más a la derecha.
Jeongin levanta ligermanete la mano, sintiendose algo inseguro. Pero acaba de ver las geniales instalaciones y no puede contenerse una duda que no ha tardado en carcomerlo por dentro a pesar de que solo hace unos momentos que se ha fijado en lo moderno que es todo ahí. Mina le da la palabra con rapidez, alentandolo con la mirada a que no se arrepienta de querer hablar, quizás al notar que está dudando ligeramente sobre si manifestar sus pensamientos en voz alta.
-¿Puedo usar la sala fuera del horario del club?
Su voz suena mucho más segura de lo que esperaba. Normalmente se habría sentido mucho más tímido con tantas personas prestándole atención solamente a él. Pero hay algo en los tres mayores que le ayuda a sentirse seguro, como si allí nadie lo fuese a juzgar aunque se equivocase solo por la presencia de ellos. El trio lo observa con grandes sonrisas, dando a entender que no ha hecho ninguna pregunta estúpida. Casi parece que estuviesen deseando que alguien se la hiciese.
-Claro que puedes.- responde de manera cordial la chica.- Pero hazmelo saber antes, ¿vale? Debemos llevar un registro de quien usa la sala por si hay alguin inconveniente. Ya sabeis, lo normal, la sala no es nuestra y no debemos hacer ningún desperfecto ni nada parecido.
-Cambiando de tema. Ya tenemos nuestro primer encargo. Son cuarenta cajas de snacks para la semana que viene.- anuncia Dahyun con esa energía caótica que parece caracterizarla. A Jeongin le recuerda mucho a Jamie, tiene la ligera sospecha de que si se conociesen se llevarían muy bien.- ¿Alguien quiere ser voluntario para ello?
Todas las novatas se miran entre si con curiosidad, mas nadie levanta la mano. Parecen indecisas sobre si aceptar ayudar a los mayores o no, quizás porque apenas llevan media hora en el club y dudan de que sus aptitudes estén a la altura.
-¿Es un encargo para algún evento de la universidad?- pregunta Yang, queriendo más datos sobre el trabajo antes de decidir si ayudará o no.
-No. Los chicos del club de baile se van de iniciación a un pequeño campamento en las afueras de la ciudad y quieren que les hagamos los snacks para el viaje.- explica Donghun con calma.- Van a pagar por ello, así que si ayudais os llevaréis una pequeña recompensa monetaria. No es demasiado pero algo es algo. Aunque no os lo creais lo más normal es que nuestros encargos sean de otros clubs.
Yang se queda atascado unos momentos al oir que es un encargo del club de baile. Félix no le ha comentado nada sobre una iniciación, por lo que supone que los novatos de dicho club aún no saben nada. Sabe que el pecoso no habría aguantado demasiado tiempo sin contarles algo así a él y a Jamie si ya lo supiese. Estaría demasiado emocionado como para no saltar y gritar de emoción como un niño pequeño durante un rato largo.
No puede evitar sonreír ligeramente anticipando el momento en el que eso pase. Está deseando ver la felicidad pintada por el rostro del chico de cabellos naranjas y oir la ilusión en su voz.
Pero no es eso lo que le preocupa. Piensa en las piruetas que está haciendo su estómago ante la simple idea de poder cocinar algo que después Hyunjin vaya a comer con casi total seguridad. Por una parte, la idea lo seduce de manera atrayente. Por la otra, tiene miedo de hacer algo mal y darle una mala impresión a un chico que siquiera conoce y al que observa de lejos. Siente la presión apoderarse de él antes de siquiera decidir si va a aceptar de una manera que le resulta absurda.
No entiende qué es lo que pasa en su cabeza cuando el mayor anda cerca o está implicado en lo que le pasa. Empieza a pensar que los trucos psicologicos de Jamie para que se fije en él empiezan a dar resultados. Tiene ganas de golpearse a si mismo por ser tan estúpido hasta que su cuerpo deje de reaccionar de maneras tan extrañas.
Dos chicas que parecen ser amigas levantan sus manos soltando risitas nerviosas para aceptar ayudar con el encargo mientras él todavía sigue con su debate mental. Mina les dedica un gesto de aprobación que hace que se destensen un poco. El de cabellos castaños duda un momento más antes de imitar a la pareja de chicas de manera mucho más tímida. También recibe una bonita sonrisa a cambio de su ayuda.
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Ya en su casa, después de una refrescante ducha después de un día agotador, Jeongin agarra su teléfono y se deja caer en su cama mientras pasa una toalla por su pelo para secarlo. El aparato lleva sonando con mensajes un rato, pero no ha tenido ganas de cogerlo hasta ese momento. Necesitaba un momento de desconexión antes de volver al mundo real.
Sonríe ligermente al ver que quien le está mandando mensajes es Mina. La chica lo está teniendo muy en cuenta para el encargo del club de baile, cosa que lo hace sentir muy halagado. No entiende de donde ha salido toda la confianza que tiene ella en él, pero no piensa decepcionarla. Se ha comprometido a hacerlo lo mejor posible para estar a la altura de las expectativas de los tres mayores del club.
Desliza los dedos por la pantalla, dejando la toalla caer hasta su cuello para poder escribir con las dos manos.
[Mina noona]
Al final haremos sandwiches
Debemos votar sobre el relleno en la próxima reunión
Nos ha sobrado un poco de dinero
El suficiente como para comprar materiales para hacer algún postre
¿Tienes alguna idea? Dijiste que se te daban bien los postres
Postres?
Déjame pensarlo un momento
Duda un instante, pensando si la idea que cruza su mente es factible o no. Decide que no pierde nada por consultar de manera discreta su duda con sus amigos. Si va a hacer un postre para el club de baile tiene que pensar bien cuales son sus opciones, pero no debe mostrar que lo está pensando tanto o lo malinterpretarán.
[Las pecas de Félix]
[Félix] Sigo sin entender por qué este grupo se llama así
[Jamie] Porque tus pecas son geniales
Lix, ¿a la gente del club les gustó el postre que te di?
[Félix] A todos les encantaron
[Félix] Se los acabaron todos, fue un buen fin de entrenamiento
Entonces puedo hacer más
[Jamie] A mi no me preguntas si les gustaron :(
[Jamie] Espera, me acabo de acordar de que en mi club no está Hyunjin
[Jamie] Fallo mio
Les gustaron a los miembros de tu club los postres?
[Jamie] Mucho :)
[Félix] Por cierto
[Félix] Mañana puedes darme más comida
[Félix] *ha enviado una foto*
Jeongin abre la foto con suspicacia. Se espera muchas cosas del chico pecoso, pero ninguna demasiado normal. No quiere lanzar el movil al suelo sin querer de nuevo, como cuando le envió una foto de una araña gigante sabiendo su miedo a estas.
Lo que no se espera es que sea una captura de pantalla de la cuenta de Instagram personal de Hyunjin. Es una foto de dos manos sosteniendo dos pequeños Ggultarae. Supone que una es la del propio chico y la otra es la de Changbin. En la descripción pone "Pequeñas delicias que animan el alma". Sonríe como un bobo sin ser siquiera capaz de controlarlo. Una cálida sensación de alegría y orgullo ebulle por su organismo al darse cuenta de que el mayor ha dicho algo bueno de un postre que él ha preparado en sus redes sociales.
Jisung agarra con fuerza los pequeños contenedores donde su padre ha puesto la comida que ha preparado para él y para su novio. Minho lo mira con una ceja alzada, expectante por saber qué es lo que ha traido el pequeño. Han quedado para comer en un pequeño apartamento en la parte alta de un restaurante que la amable dueña del local les presta de vez en cuando.
Mientras el menor se toma su tiempo en una de sus conversaciones internas consigo mismo él se toma su tiempo para observarlo con detenimiento. Se concentra en que su expresión siga igual de indeferente de siempre y que su sonrisa no delate lo adorable que se le hace el chico. Debe esperar a ver qué es lo que está intentando decir.
Jisung comienza a destapar los contenedores con timidez. Se le hace un poco extraño que su padre les haya preparado comida a los dos, pero no piensa desaprovecharlo. Sabe de sobras que todo le va a encantar a Lee, ya que, de alguna manera misteriosa, su progenitor ha acertado con muchos de sus platillos favoritos.
-Tenemos... Arroz, calamar, carne de cerdo, verduras...- comienza a recitar a medida que le va enseñando al otro chico lo que hay.- Y de postre Ggultarae. Sé que te encantan y mi padre el otro día los hizo para mi hermano. Logré reservarte unos pocos para que pudieses provarlos.
-Ya decía yo que era raro que hubieses hecho todo esto tú solo.- responde Minho con una sonrisa burlona.- La cocina no es tu punto fuerte precisamente, pequeño.
-Podías haberme dado un voto de confianza. Bueno, espera, eso sí que no es tu punto fuerte.- contrataca el menor con un puchero pero con los ojos llenos de fiereza.
-Tampoco te pases de listo, enano.- ahora Lee se ríe ligeramente. Le gusta la faceta del chico en la que no se deja controlar ni admite nada que no le guste. Se da cuenta de cuan fuerte puede llegar a ser Jisung a pesar de su apariencis delicada.- Sabes de sobras que te tengo confianza. Pero no puedes decirme que seas un gran chef, y no es algo que se perfeccione de un día para otro.
-Tienes un punto, Lee.- responde con resigación Han. Sus labios formna una delgada línea de resignación que hace que se ve más adorable que amenazante.- Ahora come. Mi padre no ha pasado el trabajo de preparar todo esto solo para que tú te metas con mis habilidades culinarias como agradecimiento.
-Yo voy a empezar por el Ggultarae.- responde el mayor con una sonrisa de sufuciencia.- Es mi postre favorito.
Bueno, voy a dejar esto más corto que los demás capítulos porque si no aún voy a tardar una semana más en acabar este.
PERDÓN POR ESTAR DESAPARECIDA ES QUE NO ME DA LA VIDA.
Últimamente no encuentro tiempo para escribir. Y la verdad es que traigo un cap en el que pasan pocas cosas para compensar. Soy un asco de escritora lo sé XD
Bueno, os digo que en dos días me dan las vacaciones de navidad e intentaré escribir más ahí y actualizar varios capítulos. Lo que viene ahora empieza a ponerse un poco más interesante.
Si habéis esperado tanto tiempo por el capítulo os pido disculpas y os digo que sois unos angelitos.
Tened cuidado que la cosa se está poniendo fea otra vez con lo del covid aquí en España (no sé muy bien como va la cosa en otros países) Usad mascarrilla y cuidados mucho. Pero tampoco dejeis de vivir por eso. Con cuidado pero sin obsesionarse, porque el extremo tampoco es bueno.
Os amo <3
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