
/19/
El acuario es un lugar mágico en el que Jeongin podría pasarse horas y horas. Ver todos esos pececillos nadando tan de cerca hace que se sienta como un niño emocionado. Además, las peceras del acuario de la ciudad son inmensas, por lo que tiene la sensación de estar caminando en un pasillo secreto en el medio del mar. Es como una escena de una película en la que él es el protagonista y todos los demás son extras.
A su vez, sabe de sobras que el hecho de encerrar a todos esos pobres animales no es la práctica más moral que puede llegar a desenvolver el ser humano. Es totalmente consciente de que estarían mucho mejor en el mar o en los ríos, su hábitat natural, pero por lo menos no son maltratados ni se les da una mala vida. Es como una sensación agridulce de la que no puede desprenderse pero que intenta ignorar para poder disfrutar del tiempo allí.
Él va de pecera en pecera como un niño emocionado, riéndose del aspecto chistoso de algunos peces y maravillándose con la belleza de otros. Hyunjin simplemente lo sigue con una sonrisa ligera pintada en su rostro. El ambiente entre ellos es calmado y agradable, con algunas bromas y una charla amena.
Yang se para delante de una de las peceras más grandes, que ocupa toda una pared enorme y que desprende un ligero brillo azulado en la penumbra del lugar, para observan un banco de peces que nada ágilmente. Su acompañante se para a su lado, ligeramente aliviado de que el chico al fin haya decidido parar un poco. Sus pies le agradecen haber dejado de moverse sin descanso por unos instantes.
Están tan cerca que sus manos se rozan suavemente, detalle que no pasa desapercibido para ninguno de los dos. El menor siente como su corazón comienza a latir desenfrenado cuando parece que el otro va a hacer un movimiento que acabe con sus manos unidas. Sin ningún motivo aparente el miedo y la inseguridad se apoderan de él sin piedad, haciendo que aparte su mano ligeramente en un impulso rezando porque el chico no lo note. Pero es más que obvio que su movimiento no ha sido tan sutil como él pensaba y Hwang lo ha notado cuando lo observa con una ceja alzada por la confusión.
-¿De que tienes tanto miedo?- formula la pregunta mirándolo a los ojos con una intensidad que casi hace que quiera salir huyendo de ahí.
Eso se pregunta él también. ¿De qué tiene tanto miedo? Hyunjin es un gran chico que lo ha tratado siempre correctamente y con respeto en todo el tiempo que se conocen. Ha tenido un ligero enamoramiento con él desde que lo vio en su primer día de universidad. Pero, aún así, hay una espina que retuerce sus entrañas cada vez que piensa en que su interés puede ser correspondido. Es como si el mundo lo apretase entre dos paredes de angustia y desesperación que no logra comprender completamente pero que no le dejan actuar en paz, que limitan sus movimientos cuando del chico de largos cabellos azabaches se trata.
-Simplemente tengo miedo de todo lo que pueda pasar.- responde en un susurro poco convencido.
Hyunjin suspira, reacio a dejar que un pequeño miedo del menor les impida seguir avanzando como hasta ahora. Sin separar su mirada de la del pequeño de hebras castañas vuelve a mover su mano atrapando la contraria entre sus dedos. Con ese simple roce siente que al fin ha encontrado su lugar ideal, ese en el que nada más importa. Parece que sus manos hayan sido creadas para encajar juntas, como dos piezas de un mismo rompecabezas. El tacto de Jeongin es suave y melifluo, tanto como él. Se dice a si mismo que no quiere soltar la mano del chico nunca más.
-¿Confías en mí?
No hace falta que el otro responda, ya que sus miradas están teniendo la conversación que sus bocas no se atreven a formular. Están completamente perdidos en los iris contrarios, olvidando por unos instantes que aún se encuentran en un lugar público. Cualquiera con un poco de imaginación puede ver las chispas que saltan en el momento en el que sus almas se conectan entre bocanadas de emoción. Ambos están seguros de que se encuentran con la persona correcta, en el lugar correcto y en el momento correcto.
Ninguno es consciente de en qué momento han empezado a acercarse, pero ambos notan como sus alientos comienzan a chocar de manera lenta y tortuosa. Hyunjin tiene que agachar ligeramente la cabeza y Jeongin tiene que mirar hacia arriba, pero la posición se les hace cómoda y segura. Los dos están deseando que pase, pero ninguno quiere apresurar el momento. Ambos quieren un primer beso memorable.
-¡Mira ese pez, mamá! ¡Es muy gracioso!
La voz de una pequeña niña que pasa por su lado con su madre rompe la magia del momento que les había hecho olvidarse de todo lo que no fuesen ellos dos, recordándoles dónde están. Yang siente el sonrojo subir a sus mejillas al pensar en lo que ha estado a punto de pasar. No tarda en desviar su mirada hacia la pecera de nuevo, no pudiendo soportar más el escrutinio del mayor. Este solo puede maldecir mentalmente por haber sido un caballero y no haber apresurado más la velocidad con la que sus rostros se estaban acercando.
Se dice a si mismo que no debe retrasar mucho más el momento en el que intente besar al menor, porque este parece receptivo con la idea.
---
Una vez se despide de Hyunjin después de una intensa tarde juntos, Yang se apresura a entrar a su edificio ya que la tarde ha empezado a refrescar ligeramente y su ropa no es precisamente de abrigo. Además debe terminar algunos trabajos de la universidad que ha dejado a medias por pereza. Le espera una noche de poco sueño.
-¡Espera, por favor!- dice con voz algo fuerte al ver como alguien entra al ascensor y las puertas de este comienzan a cerrarse.
Una mano se cuela en el medio justo a tiempo para evitar que las dos láminas de metal se toquen. Jeongin se siente aliviado de no tener que esperar a que su ocupante hiciese su viaje para poder subir a su casa. El chico que ha sido su salvación lo observa con semblante divertido cuando entra en el reducido espacio.
-No hay prisa, no te preocupes.
-Muchas gracias.
Da la impresión de ser algo mayor que él, pero no demasiado. Es un poco más alto y más ancho de hombros y de espalda. Quizás ejercite de alguna manera porque parece tener un cuerpo bien definido. Sonríe de manera amistosa haciendo que en sus mejillas se marquen dos adorables hoyuelos. Lleva el cabello teñido de un rubio ligero y ligeramente ondulado. Es atractivo de una manera casi angelical. Casi espera que en algún momento un halo dorado aparezca flotando alrededor de su cabeza.
-¿A qué piso vas?- le pregunta con amabilidad.
-Al octavo.
-Igual que yo.- murmura con una mueca adorable en su rostro que le saca una pequeña sonrisa al contrario.
Presiona el botón y la pequeña caja comienza a subir poco a poco. El silencio entre ellos es algo incómodo, pero unos segundos después las puertas vuelven a abrirse librándolos de esa embarazosa situación. Ambos echan a caminar casi en la misma dirección, quedando cada uno delante de su puerta. Sorprendidos se dan cuenta de que al fin han conocido al vecino con el que intercambiaron notas unos días atrás por culpa del ruido.
-¿Ese es tu apartamento?- le pregunta Jeongin al chico desconocido con sorpresa.
-¡Qué casualidad! Siento que mis amigos hagan tanto ruido cuando vienen. Es difícil evitarlo.- se disculpa el chico con rapidez rascando su nuca en un gesto nervioso.
-No pasa nada, ahora ya no es tan molesto como antes.- le resta importancia él con una sonrisa tranquilizadora.- Gracias por la comida, de todos modos. No era necesario.
-Después de que los regañé se apresuraron a buscar algo con lo que compensarte. Juro que yo no los obligué a nada.- ríe su vecino, sacándole una sonrisa de nuevo a Jeongin.- Mi nombre es Bang Chan. Tengo veinticinco años y soy arquitecto. Encantado de conocerte al fin.
-Yo soy Yang Jeongin. Tango diecinueve años.- se presenta también, feliz de saber que su vecino es alguien tan joven y agradable.- Soy de primer año en la facultad de ciencias sociales.
-¿Estudias en la universidad de aquí al lado no?- Yang simplemente asiente con la cabeza como respuesta.- Entonces vas a la misma que mis amigos menores. La próxima vez que vengan podría presentártelos.
-Sería un placer.
Y así se despiden después de su fugaz primer encuentro. Jeongin se siente animado, pensando en que puede hacerse amigo de Chan con facilidad. Es agradable saber que su vecino es alguien como él, ya que le ha dado una muy buena primera impresión. Espera que puedan hablar más en algún momento.
Agotado del largo día que ha tenido decide tumbarse unos momentos en su sillón y descansar. Pero decide no ponerse demasiado cómodo o no se volverá a levantar hasta el día siguiente, y no puede permitirse eso.
A su teléfono no paran de llegarle notificaciones, cosa que lo está poniendo bastante nervioso. No tiene ni idea de quién puede estar buscándolo con tanta ansia a esas horas de la noche. Pero, gran es su sorpresa cuando se da cuenta de que no son mensajes, sino comentarios que la gente deja en una publicación en la que lo han etiquetado. En concreto, una publicación que se ha subido a la cuenta de Hyunjin.
Con curiosidad entra al perfil del mayor para encontrarse con una foto suya mirando una de las grandes peceras del acuario con los ojos brillantes por la luz artificial que esta trasmitía. La instantánea ya tiene un considerable numero de me gusta, por lo que un montón de gente ya se ha enterado de que ha salido hoy con Hwang. Parece que todos parecen realmente sorprendidos de ello en los comentarios.
Pero es que el chico de cabellos largos no sube nunca fotos con nadie. Por no decir que casi nunca sube nada. Incluso hay muy pocas publicaciones en las que se le vea el rostro completo. Entonces, ¿qué significa que haya subido una fotografía suya de manera tan natural? ¿Qué clase de indirecta retorcida se esconde ante un gesto tan simple pero complicado a la vez? ¿Se está complicando él al pensar en un significado oculto que quizás no exista?
Jeongin siente ganas de darse de cabezazos contra la pared para intentar aclarar su mente. Hyunjin lo confunde como no lo ha hecho nunca nadie antes. Se pregunta si es por eso que parece que le gusta cada día más.
---
-Hoy tienes poca energía.- comenta Changbin mientras espera a que su mejor amigo termine de cambiarse después de su entrenamiento.
Han estado simplemente una hora y media entrenando y ha sido el de largos cabellos azabaches el que ha decidido finalizar la práctica, cosa poco común en él ya que siempre se exige el doscientos por cien cuando de baile se trata. Su amigo bajito no puede evitar preocuparse un poco por la salud del contrario. Hyunjin es tan terco que puede estar enfermo y aún así fingir que se encuentra de maravilla solo para no tener que dejar de hacer las cosas que hace normalmente. No sería la primera vez que eso pasa.
-Solamente tengo hambre.- responde el otro con un encogimiento de hombros mientras pasa las mangas de su camisa por sus hombros.
-¿No iba a hacer tu hermana el desayuno hoy?- le pregunta, extrañado.
-Sí, pero los tres nos hemos quedado dormidos y no nos ha dado tiempo a comer.- suspira Hyunjin. No admitirá que la noche anterior durmió poco pensando en su salida con Jeongin del día anterior y por eso las sábanas se le pegaron en la mañana y no pudo despertar correctamente a sus dos menores tampoco.- Comeré ahora en la cafetería. O esperaré al almuerzo. No pasa nada.
-Si no te apresuras seguramente tengas que esperar a la hora del almuerzo, porque no va a quedar comida.- se burla el bajito con una sonrisa ladina.
-O puedes darme algo de la comida que tienes escondida en tu taquilla.- rebate el más alto a su broma.
-Por encima de mi cadáver.- responde con total seriedad Seo.
La discusión se queda ahí y unos minutos después ambos se encuentran saliendo de la sala de ensayos para ir directos a su primera clase del día. Hyunjin siente como sus tripas rugen con hambre, pero no tienen tiempo para ir a comprar comida si no quieren llegar tarde. Tendrá que esperar a que sea la hora del almuerzo y llenarse bien en ese momento para compensar.
-¿Tú no tenías clase ahora?- la voz de Changbin lo saca de sus pensamientos sobre comida, haciendo que su atención se dirija a cierto chico pecoso al que le ha hablado su acompañante.
Pero Félix no está solo. Jeongin se encuentra a su lado con esa expresión tímida que hace que su corazón se estruje de ternura cada vez que la ve. Se pregunta qué es lo que hacen los dos chicos en ese lugar cuando es más que obvio que deberían estar yendo hacia su clase. No va a negar que le alegra ver de nuevo al chico de cabellos castaños de parecido a un zorrito, pero no quiere que ninguno de los dos se cause problemas con algún profesor.
-Yo solamente vengo como acompañante unos momentos. Después nos vamos los dos a nuestra clase.- responde el de cabellos teñidos de naranja alzando las manos con inocencia.
-Yeeun me ha dicho que no habías tenido tiempo de comer esta mañana, por lo que te he traído algo para que no pases hambre.- comienza a explicar Yang mientras le tiende un pequeño paquete de plástico al mayor.- Es un bocadillo de pollo y gambas con pan de pita. No he tenido tiempo para preparar algo mucho más elaborado que eso.
-No tenías por qué hacerlo.- le agradece Hwang tomando lo que le tiende con una sonrisa enternecida.
Y es que en verdad se siente realmente agradecido de que el chico se haya preocupado lo suficiente como para prepararle algo de comer. La comida tiene una pinta estupenda, como todo lo que prepara el chico. El que más se lo agradece es su estómago, que ahora se retuerce por culpa de las mariposas que lo atacan debido a lo bien que se siente ser mimado por el menor. Cree que puede acostumbrarse sin problemas a recibir ese tipo de atenciones de manera habitual si van acompañadas de la adorable sonrisa que le ofrece ahora Yang.
-Debes comer rápido, nuestra clase empezará pronto.- le recuerda Changbin, rompiendo el momento íntimo que se había creado entre ellos.
-Nosotros deberíamos irnos también.- apremia Félix a su amigo al ver que este no parece tener intenciones de moverse de allí a no ser que alguien lo saque a rastras.
-¿Nos vemos en el comedor a la hora del almuerzo?- le pregunta el mayor antes de que pueda marcharse y él se arrepienta de no haberle dicho nada.
-Claro.- responde Jeongin sonriendo aunque por dentro se encuentre totalmente sorprendido de que el chico lo esté invitando a comer con él de manera tan directa.
El pecoso y el otro chico que observan la escena no pueden evitar echarse una mirada divertida entre ellos por lo tímidos que parecen haberse vuelto los otros dos de repente. Seo niega con la cabeza, impresionado con lo seriamente que se está tomando su mejor amigo su relación con el otro chico. Nunca pensó que lo que el chico clasificaba como interés pasajero acabaría siendo algo tan fuerte como lo que tienen ahora. Incluso mientras Félix tira de su amigo para retirarse de manera definitiva, las miradas de ambos siguen conectadas con esa intensidad que pone los pelos de punta a quién los observa por el tiempo suficiente.
Por su parte, Hwang ha sentido de repente una pequeña desconexión con la realidad. En su cabeza comienzan a reproducirse una serie de imágenes con tanta rapidez que no es capaz de procesarlas todas correctamente. Oye las voces de los chicos que protagonizan esa especie de recuerdos ajenos con los que ya casi ha llegado a familiarizarse de una manera mucho más nítida de lo normal. Se asusta un poco con la nitidez con la que parece ver absolutamente todo lo que ellos vieron, todos los pequeños detalles, opacando la imagen de Jeongin y Félix partiendo.
Pero hay algo que se queda incrustado en su cabeza y que hace que todo lo demás se sienta insignificante y pase a un segundo plano: un nombre. Un nombre que parece despertar emociones muy profundas en él que no logra controlar ni identificar completamente.
-Jisung...- susurra casi sin darse cuenta, saboreando cada sílaba.
-¿Quién es Jisung?- pregunta Changbin con una ceja alzada, extrañado por la repentina actitud bizarra de su amigo.
Eso se pregunta él también. ¿Quién es Jisung y por qué su nombre se le hace tan absurdamente conocido, como si ya lo hubiese pronunciado miles de veces antes? Definitivamente se está volviendo loco, porque juraría que no conoce a nadie con ese nombre que parezca ser tan importante para él como las reacciones emocionales de su cuerpo parecen dar a entender.
A veces se sorprende de las extrañas conexiones que hace su cerebro, sobre todo cuando Jeongin anda cerca.
Pasado mañana empiezo las clases ahhhh Todo mal. Solo de ver lo gordos que son mis libros de historia del arte y de historia de España perdí las pocas ganas que tenía de empezar.
El verano se me pasó demasiado rápido, pero no sé por qué porque tampoco hice demasiadas cosas.
Bueno, hoy quedé con unos amigos y estuve todo el día fuera de casa, pero hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien. Aunque ahora estoy más que cansada. Podría dormir hasta mañana por la tarde, pero soy una buena escritora y estoy aquí actualizando.
Estuve pensando que igual ahora que empiezo el curso me pongo un horario para actualizar. Tipo, no sé, puede que me marque el domingo como día para subir capítulo y así subir al menos uno a la semana. En serio necesito organizarme para no volver a tener un parón en Wattpad ahora que me vuelven a entrar las ganas de escribir seguido.
Ya veré que hago cuando empiece de verdad jsjs Supongo que ya os iré contando.
EL MV DE RED LIGHTS YA SALIÓ Y MEDIO FANDOM MOJÓ LAS ROPA INTERIOR PORQUE ESOS HOMBRES SON PRECIOSOS, SISOMOS.
Os amo <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro