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Changbin suspira, un poco irritado por el hecho de que Hyunjin se haya ido otra vez temprano con Jeongin y lo haya dejado él solo a esperar a que la sala del club de baile se vacíe para poder irse a casa. Está cansado y su cuerpo se siente pesado de tanto bailar después de un largo día de aburridas pero exigentes clases. Su cama en la residencia de estudiantes se siente como un paraíso en el que querría perderse para siempre. Lo más desesperante es que al día siguiente tiene clase a primera hora y va a tener que levantarse absurdamente temprano cuando lo único que quiere hacer es dormir dos días seguidos.
Ha dejado a los menores del club practicando sus coreografías con la misma energía que cuando empezaron, a pesar de que llevan cerca de tres horas de ensayo, para ir a por un café. Le da pequeños sorbos a la bebida caliente mientras vuelve a la sala con la pereza abrumando su cuerpo. Siempre pensó que él y Hwang eran dos grandes apasionados del baile, pero al ver a los novatos de este año no puede dejar de pensar que puede que se lo tomen poco enserio en comparación con ellos. A veces duda de que no sean máquinas programadas para practicar hasta que se les agoten las pilas. A parte de que también duda de que sus pilas puedan acabarse.
Abre la puerta esperando encontrarse la sala llena y en medio de esa actividad bulliciosa que la caracteriza ultimamente, pero una realidad diferente lo golpea. Solamente Félix está sentado en el suelo mirando atentamente algo en su teléfono a la vez que su boca se mueve contando tiempos en susurros. Parece que los demás se han ido ya, porque tampoco ve rastro de sus bolsas de deporte ni de sus botellas de agua. La perspectiva de estar a solas con el pequeño chico pecoso hace que su mal humor se disipe ligeramente.
-¿No piensas irte a casa nunca?- el menor salta ligeramente en sus sitio, asustado por la repentina aparición del otro. El tono que usa Changbin es suave pero cargado con un poco de burla.- Siento asustarte, pero en mi defensa diré que he hecho bastante ruido abriendo la puerta.
Se sienta en uno de los bancos que recubren la pared del fondo intentando quitar un poco de carga a sus cansadas piernas, preparado para mantener una charla informal con el otro. No han tenido tiempo de hacerse verdaderamente cercanos, pero siempre ha sentido que él y Félix podrían hacer muy buenas migas si se lo propusiesen. Si que es verdad que es el novato que parece tratarlo con más confianza, y eso en cierta manera lo agrada. Es como si el pequeño chico de adorable rostro plagado de pecas tuviese una especie de imán que lo atrae para querer conocer más de él.
-No pasa nada.- suspira el de cabellos naranjas, dedicándole una ligera sonrisa que derrite un poco su corazón de ternura.- Tengo pensado ensayar un poco más antes de irme. Vivo en la residencia de estudiantes y tengo una habitación para mi solo, así que no hay nadie que se preocupe porque vuelva tarde.
-¿No tienes clases mañana?- le pregunta el pelinegro alzando una ceja con extrañeza. Él solo se encoge de hombros, sin desmentir nada. Es alguien bastante fácil de leer.- ¿No crees que es mejor que te vayas a dormir? No creo que sea muy saludable que estés hasta tan tarde aquí.
-¿Es una molestia que me quede?- pregunta el menor alarmado. No había caído en la cuenta de que muchas veces los mayores dejan de ensayar antes que ellos pero que se quedan esperando para cerrar con llave la sala, como puede que esté haciendo Changbin ahora.
-Si te digo la verdad, debo quedarme hasta que te vayas y cerrar para que a la obsesión con el control de Hyunjin no le de un ataque de pánico, pero estoy bastante cansado. Ha sido un día largo de clases.- confiesa el mayor dándole otro sorbo a su café, intentando cargar sus palabras con todo el desinterés posible.- Pero si de verdad quieres ensayar más no me importa quedarme y ayudarte en lo que pueda.
-No quiero abusar así de ti. Si estás tan cansado como dices es mejor que seas tú el que te vayas a dormir.- responde con rapidez el otro.
El rostro del pecoso se contrae en una mueca de insatisfacción cuando su mirada se desvía hacia sus cosas en una esquina, pensando en que debe irse ya. La verdad es que para él la perspectiva de su habitación solitaria en la que solo puede oír sus pensamientos no se le hace muy agradable. Comienza a pensar en alternativas para hacer tiempo antes de meterse en su cama a intentar dormir.
-Félix.- Seo se piensa unos segundos si preguntar lo que está pensando o simplemente despedirse del chico así y dejar el tema como está. Tras unos segundos observando el rostro sombrío del menor se decide a hacerlo.- ¿Tienes problemas para dormir o algo así? Porque puedo jurar que el noventa por ciento de los universitarios estaría dando brincos de felicidad por simplemente tumbarse en sus camas y no hacer nada durante un par de horas.
-¿Me prometes que no te vas a reír de mi si te lo cuento?- el chico se muerde el labio dubitativo, pensando si es buena idea compartir con Changbin, al que ni siquiera es tan cercano, algo que ni sus mejores amigos saben.
-No creo que pueda reírme de algo que parece afectarte tanto, por muy ridículo que a ti te parezca.- el tono de sinceridad que usa hace que Félix se sienta un poco más seguro de lo que está a punto de hacer. No sabe qué es lo que pasa, pero el de cabellos oscuros le ha dado una agradable sensación de seguridad desde el primer momento en el que lo vio, creando el ambiente perfecto entre ellos como para que decida abrirse ahora.
-La verdad es que tengo pesadillas desde hace bastante tiempo, y se ve que desde que duermo en la residencia son peores.- comienza a contar con inseguridad tiñendo cada una de sus palabras.- Normalmente siquiera recuerdo qué es lo que estaba soñando, pero me despierto muy agitado y no puedo volver a dormir. Hace ya unas semanas que no tengo ganas de meterme en la cama porque sé que no voy a dormir bien.- remata su discurso con una mueca que pretende restarle importancia a su relato, aunque parece no complacer a su oyente.
-¿No hay nada que te ayude?- el ceño del mayor está ligeramente fruncido, ahora preocupado por la falta de sueño severa que puede estar sufriendo el otro.
-En mi casa comparto habitación con mi hermano, y cuando las pesadillas eran muy fuertes se metía conmigo en cama para que no me sintiese solo. Pero aquí no tengo esa opción.- por segunda vez en transcurso de la conversación se encoge de hombros ligeramente.- Supongo que en algún momento tendré que ir a ver a un médico y tomar pastillas para dormir, pero no me hace mucha gracia eso de medicarme.
También por segunda vez en lo que va de conversación, Changbin duda sobre si poner en palabras lo que pasa por su mente. No quiere asustar a Lee, pero a la vez siente la fuerte necesidad de ayudarlo con su problema. Nunca pensó que ese brillante chico, siempre con una sonrisa en los labios y una broma en la punta de la lengua, estuviese lidiando con unos demonios como esos. En parte se siente un poco culpable por haber estado tan eclipsado por las apariencias y no haberse dado cuenta de los profundos círculos oscuros bajo los ojos del chico que el maquillaje apenas logra disimular que ahora se aparecen tan claramente.
-Yo también duermo en la residencia de estudiantes. En la habitación ciento seis.- comienza a decir con nerviosismo, rascándose la nuca. El otro lo observa con curiosidad por lo que está a punto de salir de su boca, un poco perdido sin saber a donde quiere llegar.- Supongo que es un poco extraño y no es exactamente lo mismo que lo que me acabas de decir, pero si la solución es que necesitas dormir con alguien para no sentirte solo mi cama es muy grande.
Los ojos de Félix se abren exageradamente ante las palabras que Seo suelta de carrerilla, como si escociesen, ligeramente descolocado por lo inesperado de la proposición. Este, aunque ya es tarde, se da cuenta de que lo que acaba de decir puede ser tomado en un sentido poco inocente cuando ve las mejillas sonrojadas del menor. Siente como el calor sube a su propio rostro de golpe, avergonzado de si mismo y preocupado por haber asustado al chico.
-No me malinterpretes.- se apresura a intentar arreglar lo que ha hecho.- Me refiero a que, mientras no encuentres otra manera, si las pesadillas te desesperan, a mi no me importa compartir cama. Para dormir solamente. Incluso puedo dormir en el suelo si te sientes más cómodo así. La cosa es que me preocupa que no duermas, dormir es algo muy necesario.
Félix no puede evitar que los titubeos del otro intentando explicar lo que propone de una manera clara hagan que una ligera sonrisa se instale en su rostro. Pero es que ver al normalmente impasible y imperturbable Seo Changbin avergonzado es algo completamente nuevo para él, y se le hace realmente adorable.
-Lo tendré en cuenta.- lo tranquiliza, ahora algo más relajado con la situación.- ¿Puedo llamarte hyung?- la pregunta escapa de sus labios antes de que se de cuenta. Para su alivio el otro solo asiente con una sonrisa amplia adornando su rostro.- Muchas gracias por preocuparte por mí, Changbin hyung.
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Un sudor frío baja por su espalda con una lentitud tortuosa que lo hace estremecerse. Su pecho se contrae de manera dolorosa con un nudo que no le deja respirar correctamente. Intenta hablar, gritar con desesperación, pero de su boca solamente se escapan balbuceos que ni él es capaz de comprender. Poco a poco va perdiendo la capacidad de seguir sus propios pensamientos y acaba por hundirse en un vacío oscuro que lo atrapa con una fuerza demoledora. Sabe que no hay nada ahí, pero el dolor que le provoca simplemente existir en ese lugar es tan fuerte que casi puede jurar que puede sentirlo físicamente. La abrumadora sensación de que si se pierde ahí nadie lo encontrará lo deja mareado.
Siente como si su cuerpo se precipitase en una caída libre, y ese es el momento en el que Félix es capaz de escapar de los asfixiantes brazos de la pesadilla que ha decidido venir a arroparlo y hacerle compañía esa noche, que no es mucho más diferente de las que lo acompañan normalmente. La habitación da vueltas a su alrededor cuando intenta incorporarse, se ve que aún está ligeramente mareado. Mira la hora en el reloj de su mesa de noche: las cuatro de la mañana. Bufa, sabiéndose privado del sueño por otra noche más.
No recuerda en que momento comenzaron exactamente los malos sueños que lo persiguen. Un día se despertó agitado y gritando, asustado por un aterrador sueño que nunca fue capaz de recordar. Al principio no eran más que una o dos pesadillas por semana, por lo que ni él ni nadie de su familia les dio importancia. Pero ahora esos molestos sueños lo persiguen cada noche sin descanso, disfrutando de dejarlo noches completas en vela. Sobre todo parece que su nueva habitación en la residencia es un buen lugar para que crezcan.
No puede evitar enfadarse un poco consigo mismo por no poder encontrar otra manera de conciliar el sueño que no sea durmiendo en la misma cama que su hermano. Esa tonta solución no va a ayudarlo demasiado ahora que duerme solo. Y duda que aunque tuviese un compañero de cuarto tuviese el valor suficiente como para hablarle de algo tan íntimo como sus pesadillas.
Se gira en la cama, pensando en qué debe hacer durante las cuatro horas que tiene antes de tener que ir a clases. Siente como sus ojos se anegan en lágrimas de frustración, desesperado por una noche decente de sueño cuanto antes. Sabe que tarde o temprano el problema de su falta de sueño acabará por afectarlo en su vida diaria, tanto en sus calificaciones en la universidad como en su puesto en el club de baile. Pensar en ello solo hace que sus ganas de llorar hasta quedarse ronco aumenten gradualmente.
En medio de su ataque de desesperación recuerda una charla que ha tenido esa misma tarde. No sabe si reprenderse a si mismo por dejar salir sus debilidades con Changbin o simplemente pensar en cómo hacer como si nada hubiese pasado cuando lo vuelva a ver al día siguiente. Es muy extraña la manera en la que su mente no deja de valorar la posibilidad de aceptar la propuesta del mayor e ir hasta su habitación para comprobar si durmiendo con alguien el sueño se decide a visitarlo.
Cuando se encuentra a si mismo paseando descalzo por los pasillos de la residencia de la universidad con su almohada en la mano no puede evitar pensar que ha perdido la cabeza completamente. Se dice a si mismo que ya es demasiado tarde para volver atrás, por lo que solo avanza rezando porque su memoria no le falle y recuerde de manera correcta el número de la habitación de Seo. Se moriría de vergüenza si despierta a la persona equivocada a las cuatro de la mañana sin ninguna explicación aparente.
Se para enfrente de la puerta con el número ciento seis sobre ella, dudando sobre si golpearla o no. De repente es tremendamente consciente de que su aspecto debe de ser lamentable. Su pijama ha visto años mejores: los pantalones tienen la goma bastante dada de si, resbalando por su cadera demasiado a menudo, y la camiseta tiene una mancha que, por mucho que lo intente, nunca ha sido capaz de lavar. Seguramente su cabello esté totalmente revuelto y sus ojos hinchados por el reciente llanto y el sueño. Además, abraza su almohada de una forma que, si hubiese estado un poco más consciente de lo que hace, le habría parecido patética.
Al final decide que no pierde nada por seguir adelante. Recorrer de nuevo los solitarios y oscuros pasillos hasta su habitación no se le hace algo apetecible. Golpea la puerta con la suficiente fuerza como para que el chico dentro de la habitación se despierte, pero intentando no llamar la atención de nadie más. Ahora es el turno de que eleve una plegaria a quién sea que controle su vida para que el pelinegro no tenga un sueño demasiado profundo.
-¿Quién es a estas horas?- se queja la voz ronca de Changbin antes de abrir la puerta, haciendo que el de cabellos naranjas se paralice por el miedo mientras la superficie que se interponía entre ellos desaparece.
El mayor está ligeramente despeinado y con los ojos todavía entrecerrados por el sueño del que acaba de sacarlo. Se frota uno de ellos intentado alejar la modorra que lo invade. Pero lo que más llama la atención de Félix es su torso completamente desnudo, que lo toma desprevenido. Seo solamente lleva puestos unos pantalones que, como los suyos, tienen la goma tan dada de si que resbalan por su cadera ligeramente. Sus marcados abdominales atraen su vista irremediablemente, haciendo que se sonroje por los pensamientos lujuriosos que pasan por su mente ante la vista. Baja la vista al suelo notando sus pies desnudos también.
-¿Félix?- pregunta un sorprendido Changbin al ver al chico en su puerta abrazando de manera adorable una almohada, en pijama, descalzo y ligeramente sonrojado por algo que su mente nublada por el sueño no logra entender.
-Siento molestar, pero dijiste que podía venir si las pesadillas no me dejaban dormir. Y creo que llevo tanto tiempo sin hacerlo bien que me estoy volviendo un poco loco, porque si no no estaría en tu puerta a las cuatro de la mañana.- responde el menor soltando una pequeña risa amarga, burlándose de si mismo de manera ácida.
-Anda, pasa.- suspira el otro justo cuando ya estaba a punto de disculparse para volver a su habitación a ahogarse en su vergüenza.
La habitación no es muy diferente de la suya. Los únicos muebles son un armario, un escritorio y una cama un poco más grande que la suya en el centro de la estancia, con una mesita de noche al lado. La cama está deshecha y el escritorio está lleno de papeles desordenados. La bolsa de deporte que usa el mayor está en el suelo al lado de la puerta. Sobre el escritorio hay colgadas fotos que no logra distinguir bien en la distancia y la penumbra que les proporciona la lámpara encendida en la mesita de noche.
-Tienes que disculparme, pero ahora mismo mi mente no da para mucho. Escoge el lado de la cama en el que quieras dormir tú. ¿O quieres que duerma en el suelo?- le pregunta un poco alarmado por estar volviendo a asustarlo.
-¡No!- exclama el menor, quizás con demasiada energía.- Quiero decir, es tu cama. No voy a hacer que duermas en el suelo. Podemos dormir juntos.
-Bien, porque dormir en el suelo no iba a hacerle ningún favor a mi espalda.- bromea el de cabellos oscuros.
Félix se deja caer ligeramente en la cama del lado izquierdo, por lo que Changbin hace lo mismo del derecho, quedando boca abajo. Es entonces cuando el pecoso ve por primera vez el gran tatuaje que cubre la espalda del otro chico. Son unas grandes alas de ángel que llegan desde sus hombros hasta la parte baja de su espalda. No es muy fan de los tatuajes, pero no puede evitar admitirse a si mismo que ese en concreto lo ha encandilado. Parece que casi te puedes olvidar de que son trazos de tinta y creer que son alas reales. Se pregunta cómo es que nunca se ha dado cuenta de que lo tenía.
-Buenas noches, Lix.- suspira el mayor, ya casi dormido de nuevo.
-Buenas noches, Changbin hyung.- responde él.
Por primera vez en lo que parecen años cierra los ojos con la seguridad de que tendrá un sueño ligero, sin sobresaltos. No piensa mucho en el por qué de esa certeza, solo se deja abrazar por el estado de modorra en el que lo sume el aroma de Changbin y el suave sonido de su respiración a su lado. Ya tendrá tiempo de preocuparse por sus acciones al día siguiente, después de dormir.
Su último pensamiento es que no debe comentarle nada a Jamie de lo que ha pasado o la chica estará el doble de pesada con su idea de emparejarlo con Seo. Aunque puede que esa idea ya no lo escandalice tanto como antes.
Especial Changlix porque tenía muchas ganas de hacerlo ahhhhhhhhh Me ha llevado mucho menos de lo que pensaba escribirlo, porque empecé a hacerlo ayer y hoy ya puedo subirlo.
Bueno, vemos que aunque Félix sea uno de los personajes que le añaden un poco de comedia a la historia nos demuestra que no todo es siempre lo que parece. Y también vemos que Changbin es un alma caritativa que quiere dormir con su crush jsjs
Debo aclarar que estas escenas no son parte de la serie original, sino simplemente algo que yo creo que queda bien para justificar acontecimientos que pasan más adelante que en la serie me dejaron un poco confusa.
Y bueno, estoy contenta porque mañana me pongo la primera dosis de la vacuna contra el covid. No os hacéis una idea de lo bien que se siente saber que voy a estar un poquito más protegida. Ahora en mi casa solo faltan mis dos hermanas por vacunar.
Cuidaos mucho bbs.
Os amo <3
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