
──── 015.
Incluso un mes después de terminado el torneo; Cedric no me hablaba.
Cedric no me dejó explicarle mis razones. Él simplemente me dijo que lo dejara solo lo que restaba del año escolar.
Comprendía que él estuviera enfadado conmigo porque la gente se burló de él llamándolo cobarde por abandonar el torneo unos minutos antes.
—Scamander. ¿No tienes a alguien a quien hechizar?
Pansy Parkinson pasó burlándose por mi lado junto a otras chicas de Slytherin y los demás que estaban en el vestíbulo han reído para luego cuchichear entre sí.
—No les prestes atención —oí la voz de Hermione—. Ellos no saben la verdadera razón de lo que sucedió.
—Me gustaría lanzarle un hechizo para ver si sigue riéndose.
—¡Ron! —exclamó Hermione al oírlo—. No debemos ponernos a su nivel. Nosotros debemos de ser más...
—Buenas personas —le interrumpió haciendo que Hermione se molestara—. Ya. No haré nada contra ella, pero si sigue molestándola no me resistiré.
—No me importa que se burlen de mí —dije, tranquilamente.
—Hermione. Estamos ante una persona tan amable y comprensiva...
—Si te juntas con ella quizá obtendrías un poco más de su amabilidad —dijo Hermione antes de sonreírme—. ¿Quieres venir con nosotros? Iremos con Harry a la cabaña de Hagrid.
—Me encantaría.
Hermione sonrió. Entonces los tres hemos ido a buscar a Harry para así dirigirnos a la cabaña de Hagrid.
Una mañana Dumbledore se dirigió a todo el colegio. Simplemente nos había pedido que dejáramos a Harry tranquilo, que nadie le hiciera preguntas ni lo forzara a contar la historia de lo que ocurrió en el laberinto.
Esa mañana también supe que quien le había entregado a Sky el giratiempo había sido Dumbledore por lo que fui a devolverlo y preguntar el por qué, pero él simplemente me había dicho que no dijera nada. Que esto quedaría entre nosotros.
En los pasillos de la escuela se cuchicheaban varias cosas; principalmente lo que había sucedido con Harry.
Muchos daban crédito al artículo de Rita Skeeter sobre lo trastornado y posiblemente peligroso que era.
—Eh, Scamander —La voz de Malfoy llamándome captó mi atención. He dirigido mi mirada hacia él con una sonrisa—. ¿Ya has preparado todo?
—Sí. Mi equipaje está listo —dije—. Aunque, Sky hizo un problema cuando intenté colocarlo en el equipaje.
En ese instante sentí una soledad plantarse en mi interior al darme cuenta de que el siguiente año mi Escarbato no podrá acompañarme y que Cedric abandona el colegio.
—Eh, no coloques esa expresión —dijo, captando mi atención—. Estás triste porque te sentirás sola, ¿no?
—Sí. Mi Escarbato me ha hecho compañía durante mucho tiempo —dije con un tono de tristeza—. Sky y Cedric son los que me han hecho sentir cómoda en Hogwarts y que el otro año no estén me hace sentir sola.
—Pero no estarás sola —dijo, acercándose levemente—. Desde ahora tendrás al gran Draco Malfoy a tu lado.
Sus palabras me han sorprendido, pero no pude decir nada debido a que me había sostenido de mi cintura atrayéndome hacia él. Me miró fijamente a los ojos por un segundo para luego fijarlos en mis labios; acto que también imité.
—Joven Malfoy. Le solicitaría que alejara sus manos de la señorita Scamander y que ambos se dirigieran al Gran Comedor.
—Esto tiene que ser una jodida broma —musitó, enfadado—. Siempre alguien interrumpe...
Quería mencionar algo, pero la voz de la profesora McGonagall apresurándonos hizo que nos separáramos y nos dirigiéramos rápidamente al Gran Comedor para el banquete de fin de año.
Me sentí un poco decepcionada de que Draco y yo no pudiéramos besarnos, pero también estaba feliz, porque él quería besarme tanto como yo a él.
Mi baúl se encontraba listo. Sky se encontraba oculto en mi equipaje; aunque intentaba de todas las maneras posibles salir de ahí.
Con el resto de los alumnos de cuarto aguardaba en el abarrotado vestíbulo los carruajes que nos llevarían de vuelta a la estación de Hogsmeade.
Era otro hermoso día de verano. Me imaginé que, cuando llegara a casa habría calor y mi abuelo estaría ayudando a algunos animales por lo que no esperaba la hora de volver para así ayudarlo.
Miré a mi alrededor y he visto a Harry, Ron y Hermione hablar con Viktor Krum por lo que he preferido no acercarme para no interrumpirlos. Fue entonces que he visto a Draco. Él se encontraba mirándome fijamente y él al percatarse de mi mirada me hizo una seña de que me acercara.
Arrastré mi baúl hasta donde él se encontraba esperando y en eso pude observar los carruajes sin caballos que rodaban hacia nosotros, subiendo por el camino.
Draco me ayudó a subir al carruaje y en eso se subieron sus amigos, los cuales no tardaron en sonreírme. Bueno, solo me sonrieron Theodore y Zabini. Pansy simplemente se limitó a realizar una expresión de desagrado.
—Scamander —dijo Zabini—. ¿No crees que tu equipaje se mueve mucho?
—¿Qué traes ahí? —preguntó Pansy. Ella actuaba extrañamente neutral cuando se encontraba Draco cerca.
—Eh... Nada...
Zabini y Pansy me miraron con los ojos entrecerrados lo cual hizo que comenzara a sentirme nerviosa. No quería que se enteraran de Sky.
—¿Desde cuándo les importa que llevan los demás en su equipaje? —preguntó Draco.
—Malfoy defendiendo a alguien —dijo de repente Theodore, cerrando su libro—. Esto merece mi atención.
—Solo continúa leyendo tus tonterías, Nott —espetó, enfadado.
—No son tonterías. Es el último libro de...
—No nos interesa —le cortó Pansy, cruzándose de brazos.
—Ustedes no saben apreciar una buena lectura —dijo antes de mirarme—. Tú si sabes de buenos libros, ¿no?
—Como no. Si es una loca obsesiva por los libros —espetó Pansy—. Me sorprende que no se haya hecho amiga de la sangre sucia de Granger.
—¿Ustedes creen lo que dijeron en el banquete? —preguntó Zabini, cambiando por completo el tema—. Eso de que ya – sabes – quien ha regresado.
He podido notar que Malfoy y Nott se habían tensado al oírlo. Sin embargo, no tardaron en adaptar una expresión seria.
—Por supuesto que no —dijo Draco—. Potter está tan loco que ahora se imagina estupideces.
—Me pregunto por qué Rita Skeeter no ha escrito nada —dijo Pansy—. Todos deberían de enterarse de las locuras que andan diciendo Potter y sus amigos.
—Como sea. Dejemos ese estúpido tema —espetó, enfadado Malfoy.
El tiempo no pudo ser más diferente en el viaje de vuelta a King's Cross de lo que había sido a la ida en septiembre. No había ni una nube en el cielo.
Draco, Zabini, Nott y Pansy habían conseguido un compartimiento, donde me han dejado quedarme con ellos. Aunque esta última no estaba demasiado de acuerdo y solo aceptó por Draco.
Sky siguió golpeando el equipaje mientras el tren marchaba hacia el sur y Zabini al percatarse de ello siguió preguntándome lo que llevaba conmigo. Sin embargo, él dejó de insistir cuando una alumna de otro curso lo llamó.
Minutos después al compartimiento aparecieron Crabbe y Goyle, los cuales quisieron quedarse aquí.
—Par de gorilas. ¿Qué no ven que somos demasiados? —preguntó Pansy, al verse aprisionada por el cuerpo de Crabbe que se sentó a su lado—. Busquen otro compartimiento.
—¿Por qué no buscas otro tú? —preguntó Goyle.
—¿Qué se creen? Nosotros hemos llegado primero.
Una pequeña discusión comenzó a producirse entre ellos por lo que he preferido interferir para que no sucediera algo malo.
—Yo iré a otro compartimiento. Así Crabbe y Goyle pueden sentarse más cómodos —dije, levantándome de mi asiento—. Agradezco que me hayan permitido quedarme.
Tomé mi equipaje con dificultad debido a que Sky siguió forcejeando y entonces abandoné el compartimiento que compartían los de Slytherin. Sin embargo, cuando iba a buscar otro compartimiento he sido detenida por Malfoy.
—Eso ha sido bastante amable de tu parte —dijo mirándome con arrogancia—. De ser tú los hubiera mandado a otra parte horriblemente.
—¿Por qué? ¿No son tus amigos?
—Es posible —dijo, lo cual me dejó confundida—. Como sea. No he venido para hablar de ello. Si no para saber si recuerdas lo que te pedí hace unas semanas.
—Lo recuerdo.
—Te haré llegar una lechuza con la hora y el lugar —dijo—. Puedes contestarme ahí mismo que te parece.
—Estaré esperando.
Malfoy sonrió con arrogancia por un segundo para luego acercarse a mi oído y decir:
—La próxima vez no habrá interrupciones.
Malfoy no regresó a su compartimiento, sino que se dirigió a otro diferente. No le tomé demasiada atención, ya que estaba un poco avergonzada y emocionada con el hecho de que la próxima vez que nos veamos nos daríamos finalmente aquel primer beso.
Golpeé un instante mi rostro para calmarme y entonces, he comenzado a buscar un compartimiento donde pudiera quedarme hasta llegar a King's Cross. Afortunadamente había encontrado uno, pero no estaba sola, sino que compartiría con Neville Longbottom.
Nunca había hablado con Neville, solo había oído cosas de él. Cosas no muy buenas, pero ahora que compartimos un momento los asientos, he podido saber que es una agradable persona.
Entonces, una vez hemos llegado he tomado mi equipaje y así salir del tren, donde sorpresivamente mis abuelos estaban esperándome.
—¿Qué hacen aquí? —pregunté, sorprendida y feliz de verlos.
—Bueno. Algunas veces es bueno recoger a tus nietos —dijo mi abuelo.
—Exactamente —dijo mi abuela, sonriente—. ¿Dónde está Rolf?
—Ahí anda —dijo mi abuelo, mirando fijamente en una dirección.
He seguido la mirada de mi abuelo y en eso he podido ver a mi hermano mirando fijamente a una chica rubia de Ravenclaw, la cual tenía una mirada soñadora mientras en sus manos tenía un artículo del quisquilloso.
Rolf se mantuvo mirando a la chica unos minutos hasta que ella finalmente se fue. Mi hermano pequeño comenzó a acercarse y al percatarse de que lo estábamos mirando enrojeció.
—Ravenclaw, eh —dije haciéndolo avergonzar todavía más.
Nuestros abuelos soltaron una risa. Entonces, comenzamos el regreso a nuestro hogar.
—Cuando lleguemos a casa hablaremos sobre ese pequeño travieso que llevas en tu equipaje —dijo mi abuelo, haciéndome sorprender y preocupar.
—¿Dumbledore te lo ha dicho?
—No —negó—. Ya lo sabía.
—¿Estás molesto?
—Más que molesto diría que estoy orgulloso —sonrió—. Me alegra saber que has heredado mi afición a las criaturas mágicas.
Mi pecho se llenó de alegría al oírlo y no pude evitar abrazarlo brevemente. Saber que él estaba orgulloso de mí era lo mejor.
Este año había conocido a varias personas y también había experimentado varias cosas por lo que esperaba que en mi quinto año fuera un poco más tranquilo.
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