ִ ۫ ◌ 𝟢9. super golf.ִ ۫ ◌
▬▬▬▬ Había recibido la llamada de los chicos, y cuando atendí se notaban de verdad alterados lo cual me dejó curiosa más que nada el saber que habían hecho, porque obviamente no hay manera de que no haya problemas con ellos alrededor, es más, incluso eso se me ha pegado a mi porque me he vuelto más descuidada y torpe de lo normal.
Cuando llego a la casa, ninguno de ellos se encontraba en la sala, por lo que me llega un mensaje diciendo que siguiera tal camino y que tratara de no perderme en el proceso, porque al parecer ni ellos sabían que existía esa habitación dentro de la casa... En serio, ¿Cuántos rincones escondidos tiene este lugar? Porque se hace eterno y parece que uno camina un maratón.
Sin quejarme demasiado, lo sigo a la perfección, tardo más de lo que esperaba porque bueno, esta no es mi casa y aún no sé cómo llegar al baño. La puerta del ascensor se abre de par en par y lo primero que veo son un montón de pinturas que me asustan, por lo que pego un grito, Leo salta a taparme la boca.
—No te preocupes, yo reaccioné de la misma manera. — Leo me calma cuando se aleja de mí, señalo todo lo colgado de la pared.
Este lugar que se supone que es una habitación para el arte, se ha vuelto una habitación de las pesadillas.
A veces esta misión tiene sus contras y acaba de dejarme un trauma.
—¿Por qué Davenport tiene versiones suyas de pinturas súper famosas?
—Ya dijimos que Donald Davenport es un hombre muy raro. — Contesta de mala manera Chase levantando sus manos en el aire, como si yo le hubiera preguntado a él.
Ruedo los ojos, ahora así viendo a las personas que de verdad me interesan.
—Aun así, ¿Por qué me llamaron? ¿Qué hicieron ahora?—Cuestiono elevando una de mis cejas, Adam saca la sábana de una pintura que está debajo, a la primera no me doy cuenta hasta que lo miro un poco más, y veo un gran agujero como si hubiese sido quemado.— Rompieron una pintura, ¿Qué con eso?
—Cuesta un millón de dólares, ¿Tienes un millón de dólares para comprar otro?— Responde el menor con una gran sonrisa y estoy segura que mis ojos están a punto de salirse de mis ojos.
—¡¿Qué?! Oh no, no me meteré en problemas por esto. — Camino hacia atrás con la intención de alejarme de los problemas, y de los dólares que me ahorraré.
—Oh vamos, Carter, eres nuestra amiga. — Bree da un par de pasos al frente viéndome preocupada, suelto un suspiro.
—Oh, ella no es mi amiga. — Por supuesto, Chase no tarda en hablar interrumpiendo un hermoso momento de amistad, estando ahí en el medio, matando emociones como siempre.
—No soy su amiga, preferiría que me tragara un tiburón o me sacaran mi chip con un cuchillo antes de serlo. — Tal vez estoy siendo un poco, demasiado, descriptiva al respecto pero todo lo que tenga que ver con este chico, vale la pena ser así de mala.
Él no ha hecho nada bueno por mi aun, ni yo por él, así se mantendrá, además, ¿Qué sentido tiene hacerse amiga de él si se supone que los tengo que destruir y luego de esto ellos me odiarán?
—¿De verdad? Porque yo preferiría que me tragara una serpiente, que me escupa y luego ser destrozado por leones en medio de la selva. — Sigue Chase dando un paso al frente, hago lo mismo con tal de intimidar.
—¡Bueno yo...!— Pego un grito para llamar su atención y así dejar en claro mis palabras.
—¡Entendimos! No son amigos, avancemos. — Nos interrumpe Adam gritando apareciendo en el medio de los dos, nos damos una última mirada antes de cruzarnos de brazos al mismo tiempo.
—¿Quién lo rompió?— Pregunto aún más tranquila para ver a los demás.
—Adam. Con su visión de calor. Estornudando. — Leo contesta cortando las palabras, estando con la cara seria, no puedo evitar que eso me de risa.
—Fue un buen estornudo. — A mi lado el recién nombrado asiente con la cabeza y junto una sonrisa satisfecha con lo que acababa de hacer.
—Bien, me quedaré porque vale la pena cubrir a un amigo de verdad. —Levanto la voz en la última parte, estirando mi cabeza para ver a Chase, quien rueda los ojos y se aleja de los dos, sonrío un poco. — Vamos a idear un plan para todo esto, que no tenga que ver con un millón de dólares.
Los cinco nos vamos de vuelta al laboratorio, lo cual agradezco porque de verdad no quería ver más a la Daven Lisa, en serio que ese señor tiene un problema de ego que se debe de solucionar, entiendo porqué mi jefe quiere destruirlo de una vez por todas, tampoco me lo aguantaría.
Al parecer a Chase se le ocurrió una gran idea de hacerle creer a Davenport que construyeran una escultura de él, por lo que estará fuera de la habitación por un par de horas, lo que nos da tiempo de pensar en la mejor solución que sea posible.
Chase sale del ascensor con la pintura en sus manos acercándose a nosotros, me enderezo en la silla viéndolo con atención.
—Se me ha ocurrido, que podemos hacer una réplica, puedo extraer una imagen de la pintura con mi disco duro interno y proyectarla en un lienzo en blanco, así podemos trazarlo y pintarlo.
—Eso nunca funcionará, ninguno puede pintar tan rápido.— Leo, siempre siendo tan positivo.
Bree carraspea y sonrío.
—Hey, ¿Te molesta? Estamos tratando de pensar aquí.— Adam la mira como si molestara, ruedo los ojos saltando de mi asiento para colocar mi brazo encima de la castaña.
—Lo que Bree quiere decir, es que ella puede pintar así de rápido.—Digo con una sonrisa, ella asiente con obviedad. — Creo que es una buena idea, por fin has usado tu inteligencia para algo.
—Como sea, hagámoslo.
Sonrío y todos los chicos se ponen en acción, lo que me hace ponerme a pensar en qué estaría haciendo si no estuviera aquí con ellos, probablemente peleando con Marcus sobre quién es el mejor mientras practicando nuestros poderes y nos volvemos mejor que el otro, ¿Recuerdan ese compañero molesto? Bueno, es él, sólo que hay más detrás de la historia.
Guardo mi celular en el bolsillo de mi mochila, luego de la escuela íbamos a juntarnos y ellos llegaron antes que yo porque tenía cosas que hacer antes, y por hacer me refiero a seguir recibiendo indicaciones, porque mi jefe no parece estar muy feliz con el trabajo que estoy haciendo.
En realidad la historia es así, se suponía que el único que se acercaría a los chicos biónicos era Marcus, pero desde que Leo descubrió que había algo raro, sólo ha logrado que se alejara más de los chicos y yo, como buena compañera, debía de vigilarlo, de lejos, para que no lo arruinara más de lo normal. Sólo que en cuanto aparecí en la escuela, ellos fueron quienes me hablaron primero, y como Leo confió en mí, el plan terminó por cambiar y ahora yo soy parte del equipo, tanto que hasta tengo mi propio traje para las misiones.
He logrado más que Marcus, al principio mi jefe me felicitaba por eso, el poder darle la información que quería, sólo que con el paso del tiempo me he dejado llevar un poco por la experiencia adolescente con amigos, de hacer desastres, salvar personas, entre otras cosas y él "cree que perdí el centro de la misión" así que eso lo tiene con los ojos puestos sobre mí, o más bien clavados porque estoy segura que tiene un dron volando por encima de mi cabeza cada vez que voy a algún lado.
No sé porqué se preocupa tanto, sólo estoy disfrutando un poco antes de hacer que me odien...
Suelto un suspiro, pongo mi mejor cara y golpeo la puerta un par de veces, cuando lo abren la sonrisa que tengo se desaparece al ver que me abre un oficial del FBI, Davenport está arrestado, la pintura falsa está allí y hay más agentes allí, todos viéndome.
—¿Por qué no pueden evitar a los oficiales por un día? ¿Por qué?— Miro al cielo dejando caer mi mochila en el suelo.
—Han descubierto la pintura, si no encontramos la original a tiempo, Davenport irá a prisión por veinte años.— Me contesta Bree acercándose a mi.
—Justo a tiempo para la graduación de Adam.
—¡Eso dije!— Leo y yo chocamos los cinco.
—¡Cierren la boca! Vamos al basurero de la escuela. — Chase nos manda y veo que todos salen por la puerta principal.
—Espera, ¿Qué?— Me quedo confundida un par de segundos antes de ir tras ellos.
No me pagan lo suficiente para esto, la verdad es que ni siquiera me pagan por hacer esto.
Leo se queda con Davenport a distraer a los agentes del FBI de encontrar el laboratorio, en lo que Adam, Bree y Chase, corremos hasta la escuela en donde debemos de encontrar la pintura original antes de que eso traiga más problemas.
¿Lo peor de todo esto? Es que acabamos de terminar dentro de la basura, creo que acabo de tocar cosas que una persona cuerda nunca debería de tocar, ¡Además es de la escuela! No tengo idea qué hay de comer aquí, sólo que ahora voy a traer mi comida, no quiero morir intoxicada por comida de la cafetería.
En eso, aparece la directora Perry, que resulta que tira carne expirada, y nos habla sobre como encontró una pintura que es el perfecto hoyo en su mini golf que armó con cosas de la basura dentro de la escuela, lo que me hace pensar, ¿No tiene una casa propia?
—Chicos, ustedes vayan a ver que no sea demasiado tarde, Chase y yo nos quedaremos a ver cómo podemos sacarle la pintura a Perry.
Bree y Adam asienten con la cabeza, la chica toma a su hermano del brazo para salir corriendo a súper velocidad dejándome a solas con el chico, que me ve confundido.
—¿Por qué yo?
—Tu ahora me la debes, ¿Recuerdas cuándo te ayudé a que Adam volviera a confiar en ti?— De acuerdo, si hubo una vez que lo ayudé, ahora puedo sacárselo en la cara.
—El plan original no funcionó pero si ayudaste. — Se encoge de hombros, y vaya forma de agradecerme.
—Es tu momento de pagar. — Sonrío un poco ladeando mi cabeza.
Se me queda viendo fijamente a los ojos por un par de segundos, luego suelta un suspiro y asiente con la cabeza.
—Es justo, ahora vamos a dentro. — Está de acuerdo y es el primero en caminar, lo sigo con una gran sonrisa.
Cuando entramos a la escuela, nos encontramos con un desastre de basura por todos lados, perdón, un mini golf, armado con cosas de la basura, en eso la pintura se ve justo en el hoyo final.
—Perry, de verdad necesitamos esa pintura. — Dice Chase.
—Si me lo dices con esos ojitos de perro... ¡No!—La directora se ríe malvadamente, como de costumbre, lo que provoca cierta violencia en mí. —Se los daría, pero eso asegura ser buena persona y no lo soy, además los detesto.
—Hagamos un trato, si logro que la pelota cumpla cada paso y entre en el último hoyo, nos llevamos la pintura, y si no, limpiaremos la escuela después de clases por un mes. — Doy un paso al frente llamando su atención.
—Carter...— Chase intenta hablar, levanto mi mano para hacerlo callar y lo hace.
—¿Es un trato?— Pregunto extendiendo mi mano en su dirección.
—Sí sería divertido verlos sufrir. —Lo piensa por un par de segundos antes de estrechar nuestras manos, cerrando el trato. — Es un trato, ¡Suerte, cabeza de nuez!— Me entrega el palo de golf para luego alejarse.
Giro sobre mis pies y Chase está enojado conmigo, como de costumbre así que no me sorprende, debería sonreír más, sino se le quedará esa cara atascada para siempre.
—¿Por qué hiciste ese trato? Eres muy mala en todos los deportes que existen.
—Porque tu usaras tu kinesis molecular para que pueda ganar. — Toco su pecho con mi dedo índice empujándolo un poco. — Guiarás la bola y será la mejor jugada del mundo, ¿Puedes hacer eso?
—Como si hubiera sido diseñado para eso.— Contesta dándose cuenta que mi plan no fue un desastre después de todo.
—Perfecto.
Me coloco en posición, doy una mirada a Chase quien asiente con la cabeza indicando que ya está preparado por lo que así sin más, golpeo la bola sin tener idea de lo que estoy haciendo, ahora es trabajo del chico guiarla a través de los obstáculos, lo sigo con la mirada uno por uno viendo a Chase mover su mano a escondidas mientras que Perry ve asombrada mi juego.
De un momento a otro, la pelota no avanza, y frunzo el ceño viendo al chico que parece pelear.
—¿Por qué no sigues?— Pregunto entre dientes.
—¡Gané, gané, gané!—Perry festeja antes de tiempo al lado del tubo en donde se quedó la pelota.
—Se ha atascado con algo allí dentro del tubo.
Al final, Chase logra sacarlo y por supuesto, completando el extraño circuito a la perfección, lo que hace enojar a la directora Perry quien se va echa una furia y caminando como si tuviera cinco años junto con un berrinche, los dos tomamos la pintura para salir corriendo así volver a la mansión en donde no encontramos a nadie a la primera vista, hasta que vemos que el elevador que lleva a los lugares secretos de la casa está a la vista.
Nos subimos a este y bajamos cada uno de los pisos hasta que los encontramos en la habitación de mis pesadillas, es decir, de arte.
—Tenemos la pintura. — Chase es el primero en hablar.
—¡Tienen la pintura! ¡Soy libre, soy libre!—Davenport salta a abrazar al oficial, luego de eso se pone serio y coloca su mano en un saludo militar. — Digo, gracias por venir, oficiales.
—Perdón por el inconveniente señor Davenport. — Luego de que dicen eso, todos los oficiales en la habitación de mis pesadillas, se van dejándonos a nosotros solos.
—Eso estuvo muy cerca, demasiado cerca. —Nos comienza a regañar el mayor, por supuesto era de esperarse. — Los oficiales estuvieron a punto de descubrir el laboratorio.
—Pero te salvamos, eso debe contar para algo.— Digo con inocencia.
—¡Luego de casi mandarme a prisión por veinte años!— Pega el grito de su vida, que me hace irme a la otra punta de la habitación con los hombros levantados.
—No quisimos que nada de esto pasara, las cosas se salieron fuera de control. De verdad lo lamentamos, señor Davenport. — Se disculpa la chica.
—Si, prometemos que siempre diremos la verdad. — Le sigue el castaño bajo.
—Si, eres egoísta, eres mandón, y desearía no hacerlo pero amo tu voz.—Suelta de la nada Adam, que me hace casi ahogarme por la risa que intento contener, porque es un momento serio.—Amigo, estoy tan feliz de habérmelo sacado del pecho.
Los miembros de la familia se quedan allí, yo me apoyo en la pared junto con mi cabeza viendo la escena sin poder evitar sonreír, y es allí cuando me doy cuenta de que tal vez mi jefe tiene razón, estoy teniendo problemas con el concentrarme en la misión y no es nada bueno.
Recuerden:
—VOTAR; por favor no se olviden y no les pido mucho, es gratis y consiguen actualizaciones más seguido. Por favor votar en todos los capítulos.
—COMENTAR; amo leer sus comentarios y opiniones sobre la historia.
—SEGUIRME; para no perderse ninguna actualización, noticia o lo que sea de la historia.
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