ִ ۫ ◌ 𝟢1. super stupid.ִ ۫ ◌
▬▬▬▬ Ser nueva en una escuela nunca es fácil, es más, en la ciudad.
Tengo un nuevo sufrimiento en frente de mi, no lo voy a negar, no es que quisiera estar aquí, sólo que esa misión a cumplir es parte de volverme más responsable, o eso es lo que me decía el superior porque resulta que no soy tan responsable como debería, y un error más y me quitaría mis poderes biónicos.
Así es, soy una súper humana, o como prefieran llamarle, me da igual a estas alturas, si de todas formas soy una inútil casi con ellos, como sin.
Tener poderes no ha sido fácil, sobre todo porque no me colocaron el chip en el cuello cuando era pequeña, la cual hubiera tenido toda una vida para poder perfeccionarlo, ¡Pero no! Hace tan sólo unos meses pasé de ser una simple humana a de la nada manipular la energía, ver a través de las cosas en contra de mi voluntad y volar, esa es la que aún me cuesta más.
Me he llevado unos cuantos árboles por delante, todo es cuestión de práctica me dijeron, sólo desearía que fuera más fácil y no estuviera a punto de romper cada hueso de mi cuerpo por esa misma razón.
Termino por soltar un suspiro, así avanzando por las escaleras hasta la entrada principal de la escuela y terminando con la parte más difícil de todas.
Entrar sola a un lugar lleno de adolescentes con altas probabilidades de saber de mis poderes.
Miro todo el lugar con atención y no es demasiado especial, es como cualquier otra escuela a la que he asistido y esta parece necesitar unos cuantos arreglos a plena vista. Tengo la intención de entrar a la oficina de la directora, pero una voz que no conozco, me detiene a pleno paso.
—Yo no recomendaría que entres así, la directora Perry no está de buen humor hoy y puede ser un gran bruja a veces.— Giro para ver de quién se trata y es una chica castaña, a sus lados hay dos chicos, uno alto y otro no tanto que parece llevar aires de superioridad.
—¿Cuándo está de buen humor?—Habla el más alto de ellos, a lo que yo sonrío un poco. — Soy Adam por cierto. — Extiende su mano para saludarme, sin embargo otro chico más bajo que todo el resto, se interpone en nuestro camino.
—¡Hey! ¿Qué dije sobre hablarle a los extraños? No. Confíen. En. Nadie. — Les señala a los tres chicos, lo cual me hace fruncir el ceño confundida por el extraño y repentino rechazo de alguien a quien definitivamente no conozco.
—Esa es una buena forma de empezar el primer día, siendo rechazada por un niño.—Murmuro por lo bajo conteniendo una pequeña risa, pues el niño con carácter fuerte se gira a verme ofendido por mi forma de llamarlo.— Soy Carter, soy nueva, por si no es obvio.
—Lo notamos, por eso nos quisimos acercar.
—No, tu te quisiste acercar porque estás desesperada por amigas.
—¡Como sea!—La castaña se ríe de manera nerviosa por las palabras de su hermano, el bajo. — Soy Bree, ellos son mis hermanos Chase y el molesto Leo, y Adam.
—No te acerques a ellos, tienen un problema en la piel que hace que se coman a ellos mismos y es contagioso. — Dice el tal Leo de una manera tan tranquila, que me deja todavía más perdida y confundida de lo que debería.
—¡Leo! Eso no es verdad.—Chase lo regaña enseguida pero se dirige a mí en aquella última palabra, luego lo agarra del brazo para llevarlo a una distancia inútil.— ¿No crees que estás llevando esto demasiado lejos?— Le murmura y ahora si, digamos que la curiosidad está matando a el gato.
He visto actitudes extrañas en personas pero esto, logra pasar los límites, hasta llega a ser entretenido.
—Tal vez debería irme, estoy segura que no quiero amigos raros desde el primer día.— Doy unos cuantos pasos para atrás señalando por encima de mi hombro, sin embargo Bree niega con la cabeza dándome una sonrisa y levanto una de mis cejas, por lo que camino hasta quedarme a su lado.
Ella se ve feliz por eso.
—¡Hola chicos! ¿Qué onda?— Un chico aparece en la imagen.
Leo saca de su mochila un detector de metales de la nada para señalar al chico de manera amenazadora.
—Te diré qué onda, estás aquí. Piérdete, tu raro. — No le da tiempo a nada porque enseguida lo echa.
Imagino que de verdad no le agrada para nada.
—¿Acaba de sacar un detector de metales de su mochila?— Señalo a Leo estirando mi torso a Bree murmurando por lo bajo, ella asiente con los brazos cruzados, sin siquiera sorprenderse de la actitud de su hermano.
Ahora entiendo porqué quiere amigas, está rodeada de chicos, quienes al parecer, son extraños.
—Así es Leo.
—Así que chicos, ¿Están emocionados por la nueva tienda de yogurt helado? Darán cobertura ilimitada. La directora Perry acampó una semana. — Habla el chico nuevo, del cual aún no sé su nombre, sólo que es castaño, así que por ahora es lo más relevante porque el resto, no me interesa.
Y sobre la directora, o sea que ni siquiera estaba en la oficina, me he salvado de tener que conocerla en el primer día.
—¿Tienda de yogurt helado?— Pregunto con genuina curiosidad.
Esta sería mi oportunidad para intentar socializar mejor en este lugar, porque ahora esta interacción está más allá de lo raro, por decirlo de una manera.
—¡Si! Deberías venir tú también.— No tarda en invitarme y enseguida sonrío ampliamente.
—¡No! — Leo no tarda en gritar, frunzo el ceño mientras lo veo. — No le darás su mala influencia a ella.
—¿No era que también me querías hacer desaparecer a mi también?
—Estoy mirando todas mis opciones y me parece que eres buena persona, sólo lo pienso, no significa que lo seas. — Se encoge de hombros y ruedo los ojos cruzándome de brazos.
—Lo siento Marcus, pero no iremos. — Chase se lamenta al igual que los otros chicos.
—Tenemos mucho que hacer. — Continúa Bree a mi lado balanceando su cuerpo.
—¡Claro que no! Nuestro papá es paranoico y tiene miedo de que se revele nuestro secreto...—Adam dice algo, pero se queda a la mitad cuando todos sus hermanos le dan una mirada haciéndolo callar, el chico se da cuenta de eso y reacciona. —¡Para cocinar asado! Eso funciona, ¡Vamos!
Los tres salen corriendo sin razón aparente, no esperaba un día confuso pero eso es lo que al parecer estoy ganando. Me he quedado sola con Leo y un chico desconocido, quien el recién nombrado odia, así que sólo tengo una opción por hacer:
—Debería irme también, tú eres raro. — Camino para atrás señalando al chico, le doy la espalda para retirarme de una vez por todas.
—¡Él es más raro!— Recibo su respuesta en forma de grito cuando me alejo.
Tal vez iré sola, pero no me perderé esa apertura, durante todo el transcurso de mi primer día, todos dijeron que se trata del gran evento del año así que no pienso perderme eso, sobre todo es mi oportunidad de encontrar amigos que no tengan un detector de metales en la mochila en una escuela y salgan corriendo de la nada escapando de un chico.
La fila para la tienda de yogurt helado es inexistente, porque en realidad todo el lugar parece más una fiesta de apertura, lo cual es increíble. Desde que llegué aquí he comido casi todos los sabores, socializado con una buena cantidad de personas y casi pero casi teniendo mi cerebro congelado gracias al frío del yogurt helado, como sea, todo va saliendo perfecto.
Además no he visto a los chicos raros de la escuela... Y acabo de hablar muy pronto, acaban de llegar en un auto extremadamente tecnológico llamando la atención de todas las personas allí.
—Vinieron. — Digo con una pequeña sonrisa cuando los tres chicos se bajan del mejor auto existente en el mundo, aunque trato de que no se me caiga la baba por eso, porque no sería demasiado normal de mi parte.
—Por supuesto, no íbamos a perdernos esto. — Me contesta Chase.
—Ahora iré a congelar mi cerebro con todos los sabores hasta perder el conocimiento. — Habla Adam con gran emoción antes de desaparecer de nuestra vista entrando a la tienda de yogurt.
—Chicos, este auto es asombroso. — Giro mi cabeza para encontrarme con una vez más, ese chico del cual ahora sí sé su nombre.
Sólo porque hice un par de preguntas en la escuela, al parecer se llama Marcus y es uno de los más nuevos como yo, así que no somos muy diferentes.
—Si, tu dices cualquier destino y automáticamente te lleva allí.— Explica Chase.
—Si, no importa cuantas veces le diga "llévame a una mejor vida" aquí estoy. — Dice Bree para luego soltar un suspiro.
—Pienso igual que tu, amiga. — Respondo levantando mi mano así ambas chocamos los cinco.
—Oigan, la fila parece demasiado larga, tal vez deberíamos saltar y conducir esta cosa hasta mi casa. — Ofrece Marcus a los chicos.
—¡Espera!—Una voz que reconozco enseguida aparece corriendo en medio de la calle, Leo se para al lado de Marcus todo agitado intentando recuperar la respiración, para luego levantar la cabeza y mirar de manera desafiante al chico a su lado, lo cual me hace un poco de gracia. Luego de ese momento, se acerca a Chase, Bree y a Adam que aparece de la nada. — Eddie me dijo que se escaparon, todos ustedes vienen conmigo.
Los cuatro hermanos comienzan a discutir en medio de la calle, ladeo mi cabeza un par de segundos para luego ver a Marcus, quien se encoge de hombros y suelto un suspiro para volver a entrar a la tienda de yogurt antes de que desaparezca todo porque aún no he tenido suficiente. Supongo que les acabo de dar una segunda oportunidad a estos cuatro chicos pero desde que los conocí, siempre terminan discutiendo y no entiendo porqué, además se nota que tienen muchos secretos ya que siempre por alguna razón, Leo es quien está "a cargo" de Bree, Adam y Chase.
¿Dónde se ha visto que un chico de catorce años estuviera a cargo de adolescentes? Es raro, aunque no puedo evitar fingir que no me da curiosidad.
Por más que ese sentimiento fuera fuerte, no voy a dejarlo ganar porque ya tengo suficiente con mi misión, además debo mantenerme en el estatus de "normal" sin embargo todo el mundo sabe que esa palabra no existe en realidad.
Mientras estoy haciendo la fila para comprar yogurt, pasan alrededor de unos veinte minutos antes de que algo raro dentro de mi se prende, es en mi parte biónica por lo que me alejo enseguida de la multitud para entrar al baño de mujeres y mirar de qué se trata, son unas coordenadas que me acaban de enviar, de una fuente extraña...
No tengo idea a qué se debe pero una parte de mi dice que lo ignore, la otra me dice que vaya a ver y por supuesto, gana la que más problemas me puede dar. Por lo que salgo corriendo de la tienda para encontrarme a Bree, Adam y Chase hablando alterados en el estacionamiento, más bien en donde ahora el auto no se encuentra, mucho menos Leo.
—Chicos, ¿Qué sucede? ¿Dónde está Leo?—Es lo primero que pregunto al acercarme donde están ellos.— ¿Por qué Bree se ve cómo si la hubiera agarrado una tormenta?
—¡Carter! Hey, no está a punto de caer en el océano pacífico por el auto que se maneja solo, no es eso. — Dice Adam con una risa nerviosa en lo que niega con la cabeza sin parar.
—¡Adam! ¡Cierra la boca!
—¿Qué Leo es qué?—Mi voz se levanta ante la sorpresa, por supuesto ni siendo idiota ante el mensaje subliminal de la cabeza de Adam, ahora entiendo el porqué he recibido esas coordenadas.— Tiene que haber una forma de detenerlo.
—¿Crees que el océano no va a detenerlo?— Adam no tarda en responder con algo idiota.
—Carter, ¿Nos darías un momento?— Dice Chase llevándose a los otros dos chicos con él para hablar.
Avenida Taylor en el 28, ahí es la calle por donde el auto está corriendo sin parar, esa era la señal que acabo de recibir y no sé cómo, pero he conectado con la persona que lo compartió, y algo me dice que Leo no ha sido, ¿Quién más sino?
Lo que me hace ver de manera sospechosa a los tres.
Los chicos hablan murmurando a lo lejos de mi, aprieto mis labios y decido seguir mis instintos antes de que alguien muriera sabiendo que puedo salvarlo. Así que suelto un suspiro y así sin más, me impulso en el suelo para dar un gran salto y que mi poder para volar me llevara por los cielos a toda velocidad, como dije anteriormente, volar no es mi mayor fuerte pero puedo hacerlo a la velocidad de la luz así que me llevaría rápidamente hasta donde se encuentra Leo antes de que este caiga al océano.
De vez en cuando estoy a punto de caer como peso muerto contra el suelo ante mi perdida de control, pero logro salvarme, cada vez me impulso más hasta que veo un auto descontrolado desde la cima yendo a toda velocidad por la carretera. Voy descendiendo poco a poco hasta caer en el techo, escucho un grito agudo desde adentro y aguanto mis ganas de reír por aquello.
Tiro mi cabeza hacia el lado del vidrio y una vez más, otro grito de Leo.
Le cuesta enfocar la mirada, cuando me reconoce se sorprende.
—¡Carter! ¿Cómo has llegado allí?— Escucho que pregunta desde adentro del auto.
—Preguntas y respuestas luego, ahora tengo que sacarte de aquí.
—¡Carter es biónica!— Leo no tarda en gritar en el celular y abro mis ojos.
No sé porqué me sorprende a estas alturas, lo conozco hace menos de un día y ya creo conocer cómo es.
—¡Leo!— Le grito para regañarlo, se encoge de hombros.
—¡Lo siento! Pero tienen que saberlo. — Señala el celular viéndome con obviedad y ruedo los ojos.
—Como sea, tengo que detener este auto, puedo absorber la energía hasta que se detenga por completo.
—No sé cómo harás eso, pero hazlo...—Habla con una tranquilidad que me asusta. — ¡Estamos a un minuto de caer al océano!— Grita desde el fondo de su garganta.
Ahora sí con una reacción mucho más coherente.
Vuelvo a levantar mi cabeza acomodándome en el techo, coloco ambas manos sobre el metal del auto y comienzo a absorber su energía eléctrica cerrando mis ojos, intento que se acelere pero nunca lo había hecho con tanta urgencia así que la presión hace que me vuelva un poco torpe.
Cuando abro mis ojos, me encuentro con que estamos a segundos de caer por un acantilado, apresuro el proceso, estoy a punto de creer que no voy a hacerlo, hasta que llegamos al borde y el auto se detiene de golpe, pocos centímetros de las ruedas quedan en el aire. Suelto un suspiro de alivio cuando los dos estamos a salvo.
Cuando volvemos a la tienda de yogurt con el auto, ahora siendo conducido por mi o más o menos, sigue siendo un auto inteligente y yo no tengo mi licencia aun, luego de que devolviera su energía y volviera a la normalidad. Leo en el auto no dejó de hacerme preguntas, algunas que ni siquiera sabía cómo responder, ¿De dónde saca tanta imaginación este chico?
Estaciono con cuidado viendo a los tres chicos viéndome con sorpresa cuando bajo del auto.
—Así que eres biónica.— Señala Adam, por lo que asiento con la cabeza.
—Así que ustedes son biónicos.— Digo de la misma manera y sus expresiones cambian.
—¡Leo! ¿Le has dicho?— Pregunta Bree alterada.
—No he sido yo, se dio cuenta cuando una conexión extraña le mandó la dirección donde estaba. — Leo mira de manera nada disimulada a Chase, quien se encoge de hombros sonriendo de manera inocente.
En realidad si se lo pregunté, sólo que su silencio me dio la respuesta enseguida.
—Mi error. — Chase levanta la mano.
—Entonces Leo, ¿Podemos confiar en ella?— Pregunta Bree dando un par de pasos al frente para acercarse a Leo.
El chico se gira a verme con una pequeña sonrisa, a lo que yo se la devuelvo.
—Ella me salvó la vida, creo que estamos bien.
Al parecer he encontrado un grupo después de todo, y no era el que esperaba que fuera al principio.
Chase se me queda mirando por un par de segundos con el ceño un poco fruncido, a lo que yo elevo una de mis cejas sin tener idea de a qué se debe eso pero algo me dice que no le estaba agradando demasiado, arruiné su misión de rescate, que pena por él, tendrá que soportar mi presencia estando cerca de ellos todo el tiempo porque no hay manera de que ahora se deshagan de mi.
AL FIN EL PRIMER CAPÍTULO AAAAAAA, ya me tenía super emocionada, además de que hace tiempo que no actualizaba ni subía nada.
Recuerden:
—VOTAR; por favor no se olviden y no les pido mucho, es gratis y consiguen actualizaciones más seguido. Por favor votar en todos los capítulos.
—COMENTAR; amo leer sus comentarios y opiniones sobre la historia.
—SEGUIRME; para no perderse ninguna actualización, noticia o lo que sea de la historia.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro