ִ ۫ ◌ 18. super christmas in mission.ִ ۫ ◌
NARRADO POR CHASE DAVENPORT.
▬▬▬▬ Mañana era navidad, una festividad que nos tiene a todos muy emocionados dado que en realidad ninguno de nosotros lo había celebrado antes, y la primera con nuestra nueva familia con la cual ya llevábamos un año de convivencia.
No voy a mentir, he esperado toda mi vida esto, aunque en realidad nos enteramos de la existencia de Santa hace unos meses. Haber vivido en el exilio dentro de un sótano toda nuestra vida no ha ayudado mucho a nuestro desarrollo social con las personas, por suerte ahora nos hemos vuelto unos expertos en eso.
Aunque el víspera de navidad no ha empezado demasiado bueno para mi ya que acabo de quedar atrapado entre los cables de luces intentando colocarlos fuera de la casa, por suerte un mapache mordió para dejarme escapar, sin embargo estoy envuelto en ellos aun, por lo que entro pegando saltos por todos lados, llevando conmigo la puerta, que casi la tiro en el proceso.
—No sabía que mi regalo de Navidad se había cumplido tan rápido.— La primera en burlarse es Carter, quien está vestida con ropa muy roja, lo que me hace pensar que le emociona tanto la Navidad como a todos nosotros, sólo que es raro verla con muchos colores.
—¡Vuelve al techo y termina de colgar esas luces!— Adam enseguida salta de su asiento para señalarme.
—Tienes suerte de que un mapache me haya liberado. — Digo de mala manera entre dientes sin dejar de saltar con los cables alrededor de mi cuerpo.
Los celulares de todos los presentes comenzaron a sonar con un sonido que conozco a la perfección, sólo que no puedo sacarlo de mi bolsillo por estas malditas luces.
—Esa es una misión de alerta, tenemos que ir al laboratorio. — Nos dice el señor Davenport.
Veo que todos se van corriendo al ascensor, dejándome a mi suerte.
—¿Hola? ¿Un poco de ayuda?— Levanto mi voz esperando que alguno volviera.
Termino por rodar mis ojos cuando me doy cuenta que en serio nadie va a volver, así que salto de manera brusca para intentar llegar al ascensor, pero se pueden imaginar lo que sucede. Así es, termino de tropezar con una de las tantas cajas de decoración en el suelo y caigo con fuerza.
Si, ha dolido, sólo que no tengo tiempo de quejarme sobre eso, así que vuelvo a levantarme para llegar al ascensor con suerte junto a los demás, el único espacio libre siendo al lado de Carter, quien no deja de reírse por verme de esta forma.
—Alguien podría haberme ayudado.
—Pues sabes que conmigo no puedes contar.— La miro de mala manera cuando me da esa respuesta, ella sonríe un poco para agarrarme de los hombros y haciéndome girar para darle la espalda.— Es Víspera de Navidad y me siento con ganas de ayudar a los más necesitados.
—Que suerte tengo.— Digo con sarcasmo.
Algo de lo que me arrepiento enseguida, ya que la castaña ajusta los cables aún más fuerte sobre mi cuerpo, por poco y cortándome la respiración, la circulación y todo lo que haya en el cuerpo, que ahora mismo no logro pensar con claridad por la falta de aire en mi cerebro.
—¿Qué has dicho?— Pregunta acercando su rostro a mi oído para murmurar.
Ante la cercanía siento el aroma de su perfume, un aroma del cual no puedo sacar de mi cabeza y vive en mí por alguna razón. Trago en seco, ruedo los ojos tensando la mandíbula.
—Quiero decir, gracias.
Ni siquiera tengo que girarme a verla para saber qué está sonriendo con orgullo al escucharme, a lo que yo suelto un suspiro relajando mi cuerpo cuando ella va quitando los cables de luz poco a poco en lo que el ascensor baja poco a poco, siendo que en el proceso Bree nos ve a ambos con los ojos entrecerrados, siendo una señal nueva para mi que nunca había visto en su rostro.
Pero si dirigida a Carter.
Decido ignorarla, y para cuando me doy cuenta, ya había terminado, levanto mis pies para que los pueda quitar mejor y me los entrega en la mano, siendo que rozamos nuestros dedos un poco, provocando que ambos nos alejáramos y los cables cayeran al suelo.
Agradezco que el ascensor haya parado antes de que se volviera aún más extraño, así que seguimos al señor Davenport al laboratorio.
—La alerta viene del complejo X, mi centro de investigación en la tundra. — Es lo primero que nos dice el mayor una vez avanzamos hasta las computadoras del lugar.
—Hey, hey, yo soy el especialista en misiones, yo me encargaré de esto. —Leo le interrumpe, luego se gira a nosotros para hablarnos. — La alerta viene del complejo X, su centro de investigación en la tundra.
Repite exactamente lo mismo que dijo el señor Davenport antes, lo que me hace reír cruzándome de brazos, veo a Carter sonriendo mientras niega con la cabeza, dándole a ella gracia también.
—Alto, la tundra está cerca del Polo Norte, ¡Santa pidió ayuda!—Habla Adam todo preocupado. — Tu envuelve, tu pega y yo me iré con los duendes.
—Tal vez no deberíamos, perderíamos a Chase en el camino. — Carter me señala sonriendo, burlona por supuesto.
—Oh, ese chiste estuvo bueno. — Ella y Adam chocan los cinco.
Los veo con los ojos entrecerrados.
—Ustedes dos son un peligro juntos.
El señor Davenport hace contacto con uno de sus trabajadores, el doctor Evans, el cual narra, o eso es lo que a penas se ve en la pantalla por la falta de señal, que ha habido una explosión de un volcán, cortando así la señal lo que parece ser un terremoto. Lo que nos deja a los cuatro preocupados.
—Lo siento chicos, sé que el tiempo no es el ideal. — Se lamenta el mayor viéndonos con pena.
—Descuida señor Davenport, sabemos lo que tenemos que hacer.— Afirmo con seguridad, más que nada para dejarlo tranquilo a él.
—Sip, vamos a beber ponche y volveremos después de año nuevo. — Dice Adam con una sonrisa y se va al ascensor.
—¿Nadie pidió para él una bolsa de inteligencia?—Quedamos viendo a Carter, ella levanta sus manos en el aire, inocente. — Sólo digo.
—Vamos a ponernos nuestros trajes.
Voy en busca de Adam antes de que haga algo estúpido como de costumbre, y lo traigo para que cada uno vaya a su capsula, o la pobre Carter en su caso, se vaya a cambiar de la manera normal porque aun no tiene la suya propia, que pena. Aun así la escucho quejarse bastante fuerte, ni siquiera es necesario que use mi súper oído para hacerlo, en lo que dice "Tendría que haber pedido mi propia cápsula para Navidad."
Lo que me hace sonreír un poco en lo que guardo mis cosas en el bolso que llevaré a la misión, ella aparece ya vestida y con su propio bolso para acomodar las cosas. No puedo evitar mirarla por un par de segundos en lo que se acomoda en la mesa de Leo.
—No puedo creer que se tengan que ir a una misión en la víspera de Navidad. —Miro a Leo con una pequeña sonrisa, siento que Carter es la más afectada, o soy yo y debo dejar de analizar las cosas. — Sólo para saber, no tengo que esperarlos para abrir mis regalos, ¿Verdad?
—Bueno, no dejaré que esto arruine mi espíritu navideño, así que llevaré mi gorra de Santa. — A mi lado, mi hermano de su bolso saca una gorra en la cual se lo coloca en la cabeza junto a una gran sonrisa.
—Yo también traje la mía, Adam me convenció de llevarla. —Carter lo imita y sonríe colocando sus manos de jarra, sin embargo nadie le cree. — Bien, fui yo sola, no he pasado Navidad con una familia antes, supérenlo. — Mueve su mano para restarle importancia en lo que coloca su bolso sobre su hombro.
—No puedo restablecer la comunicación con el doctor Evans, el volcán debió llevarse todos nuestros satélites de comunicación.—Ahí vamos una vez más, con malas noticias por parte del señor Davenport, que se dirige a nosotros luego de estar con la computadora todo este tiempo.— La nube gigante de cenizas cubrió toda el área en completa oscuridad, no hay forma de el equipo de rescate llegue a él.
—Eso significa que el doctor Evans está atrapado. — Dice Bree.
—Hay un transporte automatizado listo para llevarlos hasta allí, pero sin los satélites de comunicación, Leo y yo no podremos comunicarnos con ustedes.
—¿Y evitar escuchar que mastique esas zanahorias en nuestros oídos? Un placer. — Todos estamos de acuerdo con Carter.
Y así sin más, vamos directo a la puerta de salida para la misión.
—¡Hey! Sabes que soy un comedor estresado. — Nos grita Leo a nuestras espaldas.
Al llegar al transporte que el señor Davenport nos había preparado, me doy cuenta que termino siendo el último en elegir uno de los pequeños sillones, muerdo mi propia lengua con tal de no quejarme tomando asiento al lado de Carter, la puedo notar tensar su cuerpo un poco en lo que agarra su bolso para colocarlo en sus piernas mirando en dirección a la ventana.
En cuanto el transporte se eleva, porque es aéreo, el camino es silencioso para todos nosotros.
De vez en cuando mis ojos se van directo a Carter, a quien no había visto tan calmada desde que te tomó una botella de alcohol ella sola mientras el señor Davenport estaba de viaje de negocios con Tasha. Más bien, sé que es una chica bastante intensa y enojona, no la culpo tampoco y desde que hemos empezado a vivir juntos, tengo otro punto de vista de ella.
Y no voy a decirlo, ni siquiera pensarlo, pero puede, sólo puede, que mi odio hacía ella en realidad está desapareciendo y queriendo ser otra cosa diferente.
Es decir, me consume por dentro, intenté de todo para hacer que ese sentimiento desaparezca pero tenerla dando vueltas a todos los lugares que voy no ayuda en nada, para nada, ¿Saben lo estresante que es? Ni siquiera quiero decir la palabra para mi mismo porque se volvería real, y lo que menos necesito ahora es que eso sea real, cuanto más rechazo tire sobre eso, será más fácil que desaparezca.
Seamos honestos, Carter no hace que eso sea demasiado difícil, es sólo que la forma en la que suele contestar me desespera, no obstante siento la necesidad siempre de responder. O como ve que algo le molesta e instantáneamente su ceja se levanta para luego fruncir ambas, estoy seguro que su lengua pica para pelear cuando puede. Algo que no puedo sacar de mi cabeza es como ríe cuando ve películas o lo buena personas que resultó ser...
¡Bueno! Momento de volver a la realidad.
Sacudo mi cabeza, en cuanto Adam nos anuncia que estamos a minutos de llegar, así que entre todos nos ponemos a hablar sobre lo que haríamos cada uno para solucionar este problema.
El impacto me da a entender que ya estamos en el lugar, soy el primero en bajar porque por obvias razones ya no puedo estar allí encerrado, mis hermanos y Carter me siguen a la entrada del complejo.
—¡Oh dios! Lo hicieron. — La voz de un hombre llama nuestra atención cuando llegamos al lugar.
El cual por cierto, se encuentra todo sacudido por la cantidad de cosas en el piso gracias a la erupción del volcán. Cuando lo vemos, el que es el doctor Evans, tiene un casco de vikingo con cables enredados en ellos, siendo lo más llamativo, porque luego es sólo su bata de científico.
—¿De verdad acabamos de arriesgar nuestras vidas para salvar a alguien con un casco de vikingo?— Dice Bree a mi lado en forma de queja.
—Oh, esta es mi antena de televisión, cuando la nube de cenizas se esparzan, recibo muy buena señal de dos canales.
—Él se divierte solo. — Murmura Carter, giro a verla y tiene una pequeña sonrisa, que me contagia un poco.
Vuelvo mi atención al doctor.
—¿Está todo bien aquí?— Pregunto elevando una de mis cejas.
—Bueno, el volcán de verdad sacudió un poco las cosas aquí, la comunicación está caída y el chico de la pizza está cuatro años tarde.—Frunzo el ceño, escuchando lo que está diciendo.— Pero además de eso, estoy bien.— Termina por decir como si nada.
—¿Nos perderemos la Navidad por esto? Voy a empezar a electrocutar cosas si no pasa algo grave ahora. — Veo a Carter enojarse a mi lado, por lo que pasa su mano por su cabello, lo que es la perfecta señal de que está molesta.
—No puedo creer que por fin estoy conociendo a los súper humanos biónicos de los que tanto he escuchado hablar. — Ignora por completo lo que dice la chica y nos habla ahora con emoción y una gran sonrisa, algo que me hace elevar el ego un poco más.
—¿Tu sabes nuestro secreto? Genial, vinimos aquí a salvarlo y ahora tendremos que deshacernos de él. —Adam habla y está sorprendido, hace una cara de decepción negando con la cabeza. — Chase, agarra sus piernas, iré por el balde.
Camina por nuestro lado, no tengo idea de a dónde va a buscar esas cosas porque aquí dentro no hay absolutamente nada más allá de máquinas y barriles dispersados por el suelo.
—Relájate Adam, él es el jefe de los científicos, sabe todo sobre nosotros. — Coloco mi mano sobre el doctor Evans, quien asiente con la cabeza.
Aun así pasa por mi lado viendo a Carter, quien lo ve cruzándose de brazos.
—Sobre ustedes tres si, pero de ella no, así que eres hija del malvado hermano de Donald.
Oh, esa palabra que tanto odio.
—¿Necesitas que lo salvemos o no?— Responde con seriedad, controlándose a golpearlo.
—Hey chicos, miren esta bola gigante de cristal, voy a hacerle una pregunta. —Dice Adam para que lo miremos, está parado al lado una bola de cristal que adentro van rayos de colores, de un lado a otro.— ¿Cuándo Chase empezará a lucir como un hombre?
Ruedo los ojos.
—¡Cuidado, cuidado! Es una gamma-esfera, es el contenedor para la fuente más poderosa de energía conocida por el hombre. Rayos gamma. — El doctor Evans corre al lado de Adam para sacarlo de allí antes de que provocara una catástrofe, como de costumbre. — Si logramos controlarlos, podríamos resolver los problemas de energía del mundo. Davenport y yo trabajamos en esto hace años.
Esas palabras me dejan desconcertado, me señalo a mí mismo pasando al frente.
—Wow, wow, wow, yo estuve trabajando con el señor Davenport para desarrollar rayos gamma.— Protesto viéndolo con seriedad.
—Bueno, supongo que te he vencido, pequeñito.—Mi boca se queda abierta cuando se refiere a mi de esa manera, como si fuera un niño.— Pero no te sientas mal, nadie es perfecto, de hecho, si tienen medallas por intentarlo, te daría una de oro.— El mayor toca mi pecho con su dedo índice.
—Ahora si se está burlando de ti, Chase. — Carter aparece a mi lado, ayudando en nada, algo que es muy habitual.
—Si entiende que soy el ser más inteligente del mundo.
—Y cada vez que lo dices, lo disminuyes un poco más.—Con su dedo achica el espacio entre ellos, frunzo el ceño molesto.— Por suerte la esfera no se dañó con la erupción, incluso la fisura más pequeña podría traer las consecuencias más catastróficas.
—Vamos, doctor Evans, hay que sacarlo de aquí.— Hablo de mala manera, porque si sigo aquí estoy seguro que terminaré dándole unas buenas lecciones sobre lo que es ser inteligente.
—No puedo irme sin estabilizar algunas cosas, si me ayudan no tardaré tanto.
—Oh, no tardará mucho, porque soy inteligente. — Doy un paso al frente, a lo que el doctor Evans hace el gesto con la mano de vuelta y cierro mis manos en un puño en forma de berrinche.
Esto no está yendo tan bien como esperaba.
El resto del tiempo nos la pasamos ordenando todo el lugar para que el señor Evans decida de una vez irse junto con nosotros, porque de verdad es una molestia, aunque el saber que necesita ayuda de nosotros me hace saber que lo he vencido.
Por supuesto, un chico de dieciséis años contra un viejo adulto, ¡Ja! Tal y como debe ser, el mundo acaba de volver a girar, siendo normal como siempre fue, yo siendo la persona más inteligente del mundo y él sólo un humano empleado encerrado en medio de la tundra helada.
En un momento de silencio, se escucha un extraño ruido proveniente del techo, me acerco a los demás con preocupación mirando el techo.
—¿Qué es ese ruido?— Pregunta Bree.
—Oh, ¿Recuerdas ese cuestionable sándwich de albóndigas de la estación de combustible? La pregunta ha sido contestada. — Habla Adam tocando su estómago.
—No, eso suena como...—Mis palabras se quedan en el aire cuando se vuelve más fuerte. — ¡Una réplica!
Una réplica en sismología es aquello que viene antes del terremoto principal.
Adam agarra a Bree y yo agarro a Carter del brazo para quitarla del centro, con mi cuerpo la tapo por completo estando debajo del marco de una puerta para que no nos caiga nada de los escombros apareciendo en el aire cayendo contra el suelo, haciendo que todo aquello que eso que ordenamos, volviera a caer.
Cuando se detiene, la posición de protección que tengo encima de Carter la desarmo con lentitud, ella se acomoda su cabello recomponiendo su postura para verme mejor a los ojos, asiente con la cabeza y hago lo mismo. Sin embargo, el momento se interrumpe en el instante que una alarma resuena y unas luces rojas se encienden y se apagan, la castaña a mi lado es la primera en notar lo que provoca eso.
—Se está rompiendo, ¿Doctor Evans?— Le toca el hombro para luego señalar la bola de cristal de rayos gamma.
La cual está teniendo fisuras crecientes en el vidrio.
—¡Oh no! Hay una fractura en la gamma-esfera. — Corre desesperado a donde se encuentra este.
—Oh, eso luce peligroso. —Dice Adam. — Bueno, nosotros nos vamos, ¡Feliz Navidad!— Intenta salir corriendo pero Bree lo agarra del hombro para detenerlo.
Poco a poco nos acercamos pero el doctor Evans coloca sus brazos en frente de nosotros.
—¡Wow! No se acerquen demasiado, si esa fractura se abre, los rayos gamma se mezclaran con la nube de cenizas y díganle adiós al Hemisferio Norte.
—¿Puede reparar la grieta?— Pregunto elevando una de mis cejas.
—¿Reparar la grieta? ¡Tecnología millonaria! ¡Una inestable fuente de energía!—Eleva la voz poco a poco, para sonreír de manera sarcástica.— Si, pongamos una goma de mascar allí a ver si funciona. — Ladeo mi cabeza con los ojos pesados.
—Oye, ¿Y si uso mi visión de calor?— Sugiere mi hermano mayor.
—¿Para qué serviría eso?— Cuestiona Carter sus ideas, y no la juzgo, yo siempre lo hago.
—No lo sé, es lo que sé hacer. — Termina por murmurar.
La conversación se detiene cuando un nuevo sonido de la grieta haciéndose más grande aparece en nuestros oídos.
—Cuando más aire entre en la grieta, más rápido se romperá.
Es allí cuando se me ocurre una idea.
—Espere, tal vez pueda contenerlo temporalmente con mi campo de fuerza.
—¡Si! Y yo buscaré una solución más permanente.
El doctor Evans y yo por fin estamos de acuerdo con algo, él va corriendo a una de sus computadoras en lo que yo muevo mis brazos formando el campo de fuerza y lo coloco con cuidado alrededor de la esfera de rayos gammas, el cual tiene un poder aun más fuerte de lo que había imaginado, ya que lo siento al momento que chocan contra mi campo de fuerza.
No tengo idea de cuánto podré contener esto, pero haré lo mejor que pueda para que esto no se escape, no es la intención de nadie morir en la víspera de Navidad, así que vamos a seguir de esa manera.
Lo sospechoso para mi es que Adam y Bree están entretenidos viendo al doctor Evans trabajar, pero Carter está al lado de la esfera de rayos gamma, viéndolo como si estuviera hipnotizada, lo que hace sus ojos brillar por los colores de los rayos en el cristal.
Elevo una de mis cejas, a punto de hablar, sólo que ella me interrumpe.
—Si lo toco, ¿Crees que me muera?— Pregunta con tanta tranquilidad que me perturba.
A los segundos se ríe de mi cara.
—¿Estás loca? Ni siquiera tú eres capaz de soportar tanta energía en tu cuerpo. — La regaño frunciendo el ceño, ella rueda los ojos y apoya su espalda contra la pared.
—Eso habría que averiguarlo.
—Hablo en serio, es demasiado fuerte. —Digo viendo lo que los rayos gammas están provocando en mi campo de fuerza. — ¡Los rayos gamma están derritiendo un agujero en mi campo de fuerza! No sé cuánto más podré contenerlo.
—¡Resiste! Aún no lo soluciono.
—Sorprendente.— Murmuro con sarcasmo.
—Carter, ¿No puedes arreglar la fisura con tu energía? Su campo y tu poder son bastante compatibles. — Sugiere el doctor Evans sin levantar la mirada de la computadora.
—Podría intentarlo, pero no me regañen si el Hemisferio Norte desaparece.
Carter toma su posición a mi lado y comienza a disparar rayos de color violeta contra el agujero de mi campo de fuerza, en lo que se ve muy concentrado. No tardo en ver como, lo que parece ser una ola de energía, golpea a la castaña y sonríe, supongo que acaba de tener una descarga de poder.
—¿Estás bien?— Indago ante la interesante reacción que tuvo, se gira a verme con emoción.
Oh wow.
—Acabo de confirmar que puedo manejar los rayos gamma también.— Contesta sin borrar la sonrisa de sus labios.
—¿Y qué? Cuando esos rayos gamma nos golpeen, estamos prácticamente muertos.— Escucho decir a Adam.
—Pues, nosotros sí, pero tu estarás bien porque tu cabeza está llena de plomo. — Bromeo un poco.
—¡Ah! ¡Si! ¡Plomo!— El doctor Evans salta de su asiento.
—Oiga, doctor genio, usted y yo nos acabamos de conocer, no es mi amigo, no tiene ese privilegio. — Le contesta mi hermano enojado.
—No, el plomo contiene los rayos gamma. — Lo hago calmar conteniendo la risa.
—¡Si! Y todo el complejo está hecho de plomo porque el señor Davenport no quería que espiaran su tecnología secreta. —Nos comienza a explicar, lo cual no me sorprende de parte de nuestro padre. — Sólo hay que reunir suficiente explosivos para explotarlo en la gamma-esfera.
—¡Lo haremos explotar en Navidad!—Adam se emociona de más.— Si es la mejor época del año.
—Bueno, si se apresuran sería genial.— Carter los manda a moverse, lo que hacen enseguida, ella rueda sus ojos.— Mis hombros empezarán a doler pronto y quiero ahorrarme ese problema.
—Tu eres algo, ¿No es cierto?— Ladeo mi cabeza para verla.
—Tu no tienes idea de lo que soy.
Ambos luchamos con la intención de sonreírnos uno al otro, para volver a concentrarnos en nuestro trabajo.
No dejar que los rayos gamma se escapen.
Es que al final se termina de convertir algo bastante complicado el mantener la mente puesta en una sola cosa cuando tengo a Carter a mi lado, viéndola concentrada y con los rayos brillando en sus ojos, es totalmente su elemento y nadie lo hace como ella... Estoy empezando a creer que tengo un problema.
Si habiéndole hecho la ley del hielo no funcionó, entonces no sé que lo hará.
Tendría que haberla dejado debajo del techo y que le cayeran escombros en la cabeza.
¿Demasiado exagerado?
Ahora no dejo de pensar en nuestra cercanía, ni siquiera pensé en hacerlo, mi cuerpo sólo reaccionó a tener que protegerla para que nada le sucediera. Se supone que debo odiarla, y para eso traigo a mi mente toda las cosas malas que ha hecho, como traicionarnos y casi matarnos, además de haberle dado información confidencial de nosotros a Douglas, nuestro enemigo.
Y ni así, ya no puedo.
Es una mujer complicada, y supongo que así es como debe de ser... Para mi.
Mientras todos trabajan para armar los explosivos, Adam canta una molesta canción, o más bien un villancico, sobre cómo explotar cosas en Víspera de Navidad y logra distraerme un poco de mis pensamientos, pero a la vez me dan ganas de matarlo.
—De acuerdo, cargas listas, ahora sólo hay que encender la mecha para empezar la implosión.— Nos dice Bree caminando con los cables en sus manos cerca de los explosivos.
—Sólo tenemos quince segundos para huir de la explosión una vez que la enciendan.
—¿Creen que salgamos a tiempo?— Pregunta Adam viéndonos.
—Sólo sé que yo si. — Contesta mi hermana.
—Y yo. — Habla Carter a mi lado.
Por supuesto, las mejores amigas con poderes de velocidad, siempre egoístas.
—Okay, Adam, enciéndela. — Le ordena el doctor Evans.
Enseguida mi hermano comienza a disparar con su visión de calor la punta de las pechas que se prenden fuego con facilidad, Carter y yo salimos corriendo dejando la gamma-esfera al descubierto listo para explotar junto con el completo.
—¡Corran!
Todos salimos corriendo de aquel lugar como si nuestras vidas dependieran de eso, lo cual si es así por lo que no paramos en ningún momento hasta estar lo suficientemente lejos para verlo explotar.
—¿Funcionó? Aun no puedo ver nada.— El doctor Evans quedó cegado por el resplandor de los rayos gammas, así que ha perdido la visión temporalmente.
Coloco mi mano sobre su hombro.
—Descuide, seguro ya pasará. Tenemos que sacarlo de aquí.—Giro para ver a Adam.— ¿Dónde estacionaste el transporte?
—En la cochera en el complejo X.— Responde.
Luego mira para atrás y todos nos quejamos, debido a que ha explotado con todo el complejo.
Bree da un paso al frente para darnos la espalda.
—Muy bien, doctor Evans, usted primero.
—Ya estoy lista, jovencita. — El doctor Evans salta sobre mi espalda y comienzo a moverme para sacármelo de encima.
—¿Qué? ¡No, no! —Grito para girar a verlo enojado, mientras que todos se ríen de la situación.— ¡No vuelva a hacer eso!
—Ella es de carácter fuerte, ¿No es así?
—No tienes idea. — Contesta Carter entre risas, lo que me hace mirarla mal.
Se encoge de hombros sin romper contacto visual conmigo.
Así es como nos turnamos con Carter y Bree para volver a Mission Creek, listos para Navidad. Obviamente dejando primero al doctor Evans en un lugar seguro donde puedan asegurarse que estará bien y que no quedará ciego para siempre.
Todo esto se termina por volver un alivio, para ser una misión inesperada en medio de la Navidad, supongo que todo va como debe de ser, y si moríamos era por tontos, no había otra respuesta correcta.
Todos entramos al laboratorio dejando nuestros bolsos en el suelo en el proceso, allí vemos a Tasha, el señor Davenport y Leo, quienes se levantan de donde estaban para acercarse a nosotros, enseguida sonrió.
—¡Oh! ¡Qué bueno verlos! ¡Feliz Navidad!— Nos dice Tasha.
Comenzamos a repartir abrazos entre todos.
—¿Y? ¿Cómo les fue en la misión?— Averigua el mayor con una gran sonrisa.
Yo también sonrío, porque no puedo hacer otra cara.
—¡Si!— Sale con emoción de mi boca, Davenport queda confundido por unos segundos.
—Bien, ¿Cómo está mi complejo de investigación?— Y allí sigue con las preguntas.
—¡Si, también!—Replica Carter mi respuesta, dado a que tampoco hay mucho que decir.
—Bueno, ¿Qué hacemos aquí? ¡Vamos a abrir unos regalos!
Adam nos salva a todos de decir algo más sobre la misión, haciendo que se emocionaran por la idea de ir a abrir los regalos. Carter es la primera que se apresura a entrar en el elevador con una gran sonrisa jugando con sus manos, me coloco al lado de ella y nos sonreímos uno al otro, supongo que podemos olvidar la rivalidad un poco.
Es un milagro de Navidad.
Y aquí el capítulo que todos estaban esperando, se me hizo un poco largo pero sé que a ustedes no les molesta JAÑSLJDA
Al final Chase y Carter son el uno para el otro, intensos y tercos
Recuerden:
—VOTAR; por favor no se olviden y no les pido mucho, es gratis y consiguen actualizaciones más seguido. Por favor votar en todos los capítulos.
—COMENTAR; amo leer sus comentarios y opiniones sobre la historia.
—SEGUIRME; para no perderse ninguna actualización, noticia o lo que sea de la historia.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro