Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

ִ ۫ ◌ 13. super memory wipe.ִ ۫ ◌

▬▬▬▬ Los cinco habíamos salido para pasar un rato fuera de la casa, más que nada ahora que yo vivo con ellos y de verdad que necesito un poco de aire de ese laboratorio en el que me gustaba estar. Quién diría que lo terminaría odiando.

El punto es, que hemos pasado el toque de queda el cual nos había dado Davenport, así que íbamos a estar en grandes problemas si descubre que llegamos a la hora que no era correspondiente.

—Vamos a estar en muchos problemas con el señor Davenport, nos hemos pasado dos horas del toque de queda y las luces ya están apagadas. — Chase expresa estando asustado, a lo que yo doy un paso al frente para verlo divertida.

—¿Qué es lo que tienes tanto miedo, Chase? No es como que seamos adolescentes biónicos, que van a misiones súper secretas que salvan al mundo...—Digo con sarcasmo, para luego reaccionar a mis palabras. — Oh espera, sí lo somos. — Elevo una de mis cejas.

—¿Salvar al mundo? Hace poco querías destruirnos.— Se cruza de brazos levantando el mentón para sacar a relucir a la luz todo el tiempo lo mismo.

Vamos a decir una cosa, no ha sido fácil la convivencia de los cuatro durmiendo en un mismo laboratorio, Leo se salva de tener su propia habitación, ¿Pero a mi? Me ha tocado dormir en una cápsula improvisada que no tiene las comodidades que tenía la mía, ahora destruida por todos los escombros cuando peleamos con Douglas y Marcus.

Sobre todo no es nada fácil tener que estar con Chase todo el tiempo, a pesar de que tuvimos un momento de lucidez en la pelea, el odio mutuo en realidad nunca desapareció y ahora la tensión es incluso mucho más fuerte entre nosotros, y para ser sincera, no creo que sea lo mejor.

—Oh por dios, me sigues odiando por eso, ¿No? Deja de sacarlo cada vez que puedas, los demás ya me perdonaron. — Levanto mi mano para señalar a Bree, Adam y Leo.

—En realidad no tanto, te tenemos en la mira aun, pero como ahora eres algo así como nuestra hermana, hay otros tratos que debes de tener.—Bree toma un paso al frente viéndome de arriba hasta abajo, si será mi mejor amiga y ahora hermana, pero ahora es más molesta que antes. Sus palabras me hacen rodar los ojos. — Aun así podemos pasar a un señor de mediana edad, como dijo Carter, somos biónicos, podemos pasar.

—De acuerdo, pero sólo para estar seguro voy a escanear dentro de la casa. —Chase toca el costado de su frente para comenzar a analizar todo adentro. — Todo despejado, deben estar dormidos.

—Bien, pero tenemos que ser súper cuidadosos. — Dice Leo y asiento con la cabeza.

—Escabulléndonos después del toque de queda, eso totalmente aumenta el chico malo dentro de mi.—El chico se emociona de sí mismo, lo que me hace verlo elevando una de mis cejas, sin embargo Chase sonríe como si fuera un niño— De puntas de pie chicos, de puntas de pie.

—Si, eso es algo que definitivamente un chico malo diría.— Murmuro en lo que él abre la puerta para entrar.

Vamos uno por uno tratando de ser los más sigilosos posibles para que nadie nos escuchara, cuando estamos a punto de cruzar la cocina para ir directo a nuestras respectivas camas para dormir, por decirlo de una manera, algo detrás de nosotros nos sorprende...

—¡Atrapados!— Pegamos el grito de nuestras vidas, giramos para ver de dónde viene esa voz pero no hay nada.

Hasta que el señor Davenport aparece en la silla quitándose una capa que parece que le dio el poder de desaparecer frente a nuestros ojos.

—¡No lo entiendo! Escaneé la casa. — No tarda en quejarse Chase, a lo que yo me río en forma de burla.

—Estas defectuoso Chase, es por eso, yo podría haber visto hasta sus huesos incluso con esa capa puesta.

—Oh Carter, no empieces ahora...— Su mandíbula está tensa cuando me dice eso, y por alguna razón no puedo despegar mi vista de su expresión, lo que me hace rodar los ojos viendo al mayor.

—Mmh, y los engañé con mi capa de invisibilidad, una vez más digo ¡Ja!— Camina hasta nosotros para tirar la capa sobre el sillón.

—Bueno, nos atrapaste, buenas noches...— Cuando Leo habla, todos intentamos escapar.

—¡Quietos!—Nos grita y nos detenemos, mientras que lo vemos apenados. — Todos están castigados por tres semanas, miren, ustedes no tienen idea de lo que es criar adolescentes, y ahora tenemos una más en la casa.

—A la cual no deberías de haber invitado. — Dice en voz cantarina mi mayor fan.

—Tu en serio te estás metiendo en mis nervios, idiota.— Ahora soy yo quien lleva la mandíbula tensa.

Nuestros ojos se chocan como si estuvieran peleando, sin embargo los de Chase se ablandan un poco lo que me hace quedar confundida, sobre todo cuando es el primero en terminar la guerra de miradas.

—Él no puede castigarme si no puede verme.—Adam aprovecha la situación para salir corriendo por encima del sillón, agarra una frazada en vez de la capa y corre hasta la puerta tapado con este, por supuesto se termina chocando con la puerta en su intento inútil de salir.— No agarré la capa de invisibilidad, ¿Verdad?

Después de esa humillación, los cuatro volvemos al laboratorio mientras que Leo va a su habitación, todos listos para dormir.

No puedo creer que siempre quise una familia para esto, para que me castigaran, no esperaba que fuera de esta manera... Me lo tendría que haber esperado, es decir, después de todo soy una adolescente rebelde que se la pasó toda su vida sola y cuando por fin me adoptaron, lo hizo un inventor loco que colocó un chip tecnológico en mi cuello para darme poderes y hacerme poderosa...

Tal vez debería considerar ir a un psicólogo por todo esto.

La mañana siguiente, todos nos levantamos con los ánimos por el suelo con sólo pensar que estaríamos yendo de la escuela a la casa y de la casa a la escuela por este castigo que recibimos, había sido una buena noche en aquella fiesta a la que habíamos ido, sin Chase hubiera sido mejor como cualquier otro plan, aunque ahora no hay manera de que pueda liberarme de él, ni siquiera pensando en el plan más malvado que se me pueda ocurrir, después de todo, ahora estoy atada a Chase.

No estaría siendo una gran fan al respecto.

He llegado a la conclusión de que tal vez nunca nos llevemos bien, siempre va a haber cierto rencor de su parte por la parte de mi "siendo villana" que no va a superar nunca, si el señor Davenport pudo verlo y no me odia, ¿Por qué él no lo haría? No digo que de verdad necesito que me acepte sólo que deje de ser tan idiota y me ignore, la vida de ambos sería mucho más fácil de esa manera.

—¿Cuándo va a terminar el castigo?— Adam se queja en voz alta, lo que me hace rodar los ojos mientras levanto la mirada de mi libro.

—Ni siquiera ha pasado un día Adam. — Respondo desde la distancia.

—¡Chicos, chicos! Por fin lo hice. — El señor Davenport interrumpe nuestra tranquila velada de castigados con una gran sonrisa y emoción.

—¿Hacer que te crezca cabello real en la cabeza?— Digo levantándome de mi asiento, recibiendo una mirada asesina del mayor.

Me encojo de hombros.

—No Carter... Y siempre ha sido cabello real.—Pasa su mano por las fibras de su cabello falso, ahora si continuando con su noticia, por lo que me coloco en medio de Leo y Adam.— He ganado la medalla presidencial al logro científico, este es el más grande honor que un científico puede recibir. Mi imagen estará por todos lados, online y offline. Si hay una línea, mi cara estará en eso.

—¿Con qué lo ganaste?— Pregunta Chase.

—Por mi neurocodificador, esto va a revolucionar el campo de la neurología.

El mayor saca de su bolsillo un pequeño aparato desconocido a mis ojos, pero se ve que es lo suficientemente poderoso para recibir un premio de esa forma.

—¿Cómo funciona?

—Puede borrar un lapso de tiempo específico de asociaciones neuronales de la corteza cerebral.—Me quedo procesando ante la respuesta a la pregunta de Leo, hasta que el señor Davenport se da cuenta de eso y continúa explicando con palabras en español para que entendamos. — Básicamente ayuda a los doctores a borrar malos recuerdos.

—Genial, ¿Puede borrar todos los recuerdos o puedo enfocarlos en eso?— Muevo mi mano en frente de Chase, quien me ve de manera cansada ladeando su cabeza.

Sonrío un poco viendo que lo tengo harto, vuelvo a mi asiento para seguir con mi libro porque ahora es lo único que tengo para entretenerme.

Sin embargo, con el paso del tiempo nos volvemos a dispersar alrededor de la casa porque nos aburrimos de estar en el laboratorio, por lo que subimos a la cocina y nos sentamos en diferentes lugares esperando a que las tres semanas pasen... Han pasado horas desde la última vez que hicimos algo interesante, y segundos desde que Adam se quejó de vuelta esperando que las tres semanas ya hubieran pasado.

Entre tantas molestias, Chase aparece donde estamos nosotros con una idea.

—Podemos usar el neurocodificador para borrar veinticuatro horas de la memoria del señor Davenport.

—Espera... Escabulléndote después del toque de queda, desafiando a la autoridad...—Bree le habla seria mirando a la nada, luego se gira a ver a Chase sorprendida. — ¿Quién eres y qué has hecho con mi hermano?

—Él olvidará por completo que nos castigo, es una buena idea. — Todos me miran sorprendidos cuando estoy de acuerdo con el chico, me encojo de hombros y me apoyo sobre la mesada de la cocina.

—Creo que esto es realmente arriesgado, si Davenport nos descubre, estaremos castigados de por vida.

—Pero si no lo hace, ya no estaremos castigados otra vez. — Sigue insistiendo, intentando convencer a Bree.

—¿Y cómo sabes que es seguro?— Pregunto.

Chase bufa haciendo parecer mi cuestionamiento una idiotez.

—Por favor, soy el hombre más inteligente del mundo. — Es lo único que termina por decir.

—No tienes idea, ¿Verdad?— Sonrío ladeando la cabeza.

—No, sólo quiero salir de la casa y dejar de verte la cara.

Y así es como Chase es el primero en borrarle la memoria cuando se acerca al mayor quien estaba plácidamente leyendo un libro, aunque se le iba a olvidar todo, indicando que por fin somos libres, enseguida el señor Davenport nos dejó hacer todas las cosas que queríamos pero no podíamos gracias al castigo, ahora sí pudiendo salir de la casa para divertirnos como deberíamos.

Aunque en realidad solo los cuatro chicos salieron, a pesar de que tenía la oportunidad de irme con ellos a otro lugar, he optado por quedarme aquí sintiendo un poco de culpa así que me he autocastigado para que cuando lo descubra, no me asesine a mi también. Además si merezco autocastigarme después de todo lo que hecho, por lo menos ahora tengo una casa en la cual quedarme.

Mientras los demás chicos están fuera de la casa, aprovecho para volver al laboratorio en donde se encuentra el señor Davenport trabajando en uno de sus tantos inventos, salgo del ascensor para verlo allí sentado concentrado, por lo que decido que no quiero molestarlo.

Esa idea sólo dura un par de segundos hasta que mis ojos caen en el neurocodificador que está totalmente solo en la mesa al costado del mayor, por lo que vuelvo mis pasos para hacerme la inocente con las siguientes preguntas.

—Sabes señor Davenport, el neurocodificador me pareció una idea genial.

—¡Gracias Carter! Estoy orgulloso de mi trabajo, por supuesto.

—Quería saber, por pura curiosidad, si es que el aparato puede borrar memorias específicas, sé que lo pregunté antes pero nunca me dio una respuesta...—La curiosidad recorre mi cuerpo. — ¿Qué me dice?

—Es probable, todavía no lo he probado, supongo que es capaz de hacerlo.

Bueno, si no lo hace él, será la persona de prueba para ver si funciona

Antes de que se dé cuenta, programo borrar su memoria de unos días atrás, o más bien intento que haya más opciones en el neurocodificador, cuando me doy cuenta que no hay manera de que suceda, vuelvo a dejar el aparato sobre la mesada un poco demasiado fuerte, lo que provoca que salga disparado en dirección al señor Davenport, este se levanta de golpe de la silla y se lo ve perturbado.

Y yo asustada.

—Hey, ¿Qué pasó? Acabo de perder tiempo. — Su voz suena confundida mirando todo a su alrededor y no dejo de mirarlo.

—Señor Davenport, ¿Qué es lo que recuerda? ¿Va a castigarme por esto?— Aprieto el neurocodificador entre mis manos dando varios pasos hasta el ascensor con la idea de escaparme.

—¿Por qué te castigaría, ni siquiera te conozco, amiga?— El mayor se ríe como si fuera un niño, mi cara cambia por completo.

—Espera, ¿Amiga?—Repito quedando sorprendida, miro el aparato viendo cuanto tiempo se borró y casi se me cae la mandíbula al suelo cuando veo que se han borrado veinticuatro años de su vida.— ¿Cuántos años tienes?— Pregunto con miedo.

—Quince.

—¿Qué acabo de hacer?

Ante esa respuesta, me encierro en el ascensor apretando el botón para que me lleve a la cocina a toda velocidad, la cual por suerte los chicos se encuentran allí sentados, se ve que habían vuelto cuando todo este desastre acaba de ocurrir.

—¡Estoy en graves problemas!— Salgo corriendo de allí con el aparato en sus manos, los chicos saltan de sus asientos cuando me ven.

—Carter, ¿Qué hiciste?— Cuestiona Bree dejando de lado su revista de famosos para prestar atención a mi.

Antes de que pueda responder, un señor Davenport de quince años atrapado en el cuerpo de un adulto, pasa casi volando con una silla que tiene propulsores.

—Eso. —Lo señalo, Davenport se choca y luego se levanta festejando como si nada hubiera pasado. — Sin querer borré veinticuatro años de su vida y ahora tiene quince años.

—Tengo ganas de vomitar. — Se acerca a una planta y de lo mareado que lo dejó aquel juego, comenzó a tirar todo en la planta...

Al menos le está dando más nutrientes para que crezca.

Asqueroso.

—¿Por qué hiciste eso? Fue a propósito, ¿No es cierto?— Salta Chase echándome la culpa por todo, o sea si es mi culpa pero nada de lo que dice es verdad.

—¿Por qué crees que todo lo que hago es a propósito? Ustedes llevan haciendo desastres desde antes de conocerme y lo sé porque los he vigilado.—Confieso, y tal vez no ha sido la mejor idea de decir, por lo que sacudo mi cabeza viendo a Chase con el ceño fruncido.— Aún así, deberías trabajar tus problemas de confianza.

—¿Y quién los ha generado?—Dice con obviedad para luego señalarme, lo que hace que me achique en mi lugar sin saber qué más decir. — La única persona que puede ayudarnos es el señor Davenport, y ahora no puede.

—Es fácil, esperemos veinticuatro años, duh. — Como siempre Adam, dando las respuestas más inútiles.

—No tenemos veinticuatro años, tonto.— Digo caminando hasta la cocina para acercarme al señor Davenport quien está comiendo mantequilla de maní desde el pote.

—Hola chicos, ¿Qué sucede?— Tasha aparece en el comedor con una sonrisa acercándose a nosotros.

—¿Quién es esa? ¿Su abuela?— Pregunta el señor Davenport y comienzo a golpearlo para que deje de hablar, porque sino ahora sí estaremos en problemas si es que Tasha lo descubre.

—¿Qué dijiste Donald?—Estira su cabeza para verlo bien, está confundida pero decide ignorarlo ya que al juzgar por la nueva sonrisa en su rostro, significa que algo no nos va a gustar a nosotros.— Como sea, no tengo paciencia para sus juegos, así que espero que estés arreglado porque la entrevista será hoy, además vendrán directo de la casa blanca a darte tu medalla y adivina qué...

—No más buenas noticias...—Murmura Adam nervioso.

—¡Será transmitido a todo el mundo! El mejor reportaje de la vida. — Luego de decir eso, nos vuelve a dejar solos, nos miramos entre nosotros entrando en pánico.

—¿La entrevista era hoy? Estamos arruinados. — Leo levanta sus manos al aire para dejarse caer sobre el sofá mirando el techo.

—Hay que hacerlo estar listo, y tratar de que Tasha no se de cuenta.—El señor Davenport le quita el celular a Chase de la mesa, este se da cuenta y va tras él.— Hey, dame mi celular.—Una llamada comienza a sonar, el chico contesta y al llevarlo a su oreja, un gran choque eléctrico recorre su cuerpo, dejándolo atónito y desconcertado.— ¡¿Qué hiciste?! Vuélvelo a la normalidad.

—Está bien, presiona el número tres y vuelve a ser un celular.—Habla el mayor, o menor, como si estuviera arrepentido. Chase hace lo que dice, sólo que vuelve a recibir una descarga., provocando la risa de Adam— ¡Caíste otra vez! Este chico no es muy inteligente.

—Me encanta, ¿Podemos quedarnoslo?— Nos hace saber Adam entre risas.

—Adam, no es un perro. —Su hermano lo manda a hacer el trabajo más complicado. — Ve a vestirlo y darle de comer algo.

—Es definitivamente un perro. — Adam asiente con la cabeza llevándose con él al señor Davenport.

—Tenemos que buscar una forma de volver a nuestro papá a la normalidad. — Bree se dirige a nosotros.

—Creo que puedo descubrirlo, sólo necesito más tiempo, ¿De acuerdo?— Chase parece estar pensando en algo, por lo que me siento un poco más tranquila al respecto.

Todos se dispersan en la casa, paso mi mano por mi cabello ante la desesperación de querer hacer algo bien, acabo de terminar arruinando todo. Intento ayudar con lo que sea, pero no soy lo suficientemente inteligente para que trabajar con Chase o lo suficientemente infantil para entretener a un Donald de quince años, así que sólo me quedo en el laboratorio viendo al chico trabajar en como arreglar el neurocodificador y en vez de borrar memorias, hacer que las recupere.

Su concentración es algo que me llama su atención, no creí que verlo trabajar de esa forma fuera algo fascinante, admito que siempre lo molesto con esto de ser el chico más inteligente del mundo, sin embargo después de todo si lo es. Diría cosas más lindas de él pero la verdad es que no existen, estoy siendo totalmente objetiva al decir esto, sobre todo porque desde que han descubierto que era mala, su actitud ha empeorado hacía mi persona y sus ataques suelen ser más fuertes, yo no me he quedado atrás porque si tengo que defenderme a misma lo haré.

Sólo que ojalá no tocara una gran parte de mis fibras que me ponen ansiosa, nerviosa y asustada pensando que de verdad nada volverá a lo que fue. Tal vez lo he arruinado, y al hacerle esto al señor Davenport, lo más probable es que me odien más de lo normal, a esto me refería con que me quedaba del lado malo pero con Douglas como padre, o me pasaba al lado bueno y me quedaba sola, y ahora mismo se está cumpliendo esta última.

Sé que Adam, Bree y Leo hacen el intento de volver a confiar en mí, lo cual agradezco, porque he roto eso que hemos construido, únicamente siento que lo hacen por el señor Davenport y su idea de querer que siga con ellos... He arruinado esto, de verdad que lo he hecho.

Todo ya estaba listo para la entrevista cuando volvemos a subir a la cocina comedor en donde están esperando al señor Davenport para darle su medalla. Leo le da una lección rápida de cómo actuar al ser un adulto, y en eso aparece Chase detrás de nosotros con una mirada de esperanza.

—¡Creo que sé como volver a la normalidad al señor Davenport! Si lo que hago es...

—¡Si! Eres súper inteligente, ¡Ya hazlo de una vez!— No puedo evitar interrumpirlo, me mira ofendido y luego dispara al señor Davenport con el neurocodificador.

—¿Tienes quince?— Pregunta Bree.

—No. — Al juzgar por su cara algo me dice que no está del todo bien.

—¡Funcionó!— Los chicos festejan a mi alrededor.

—Tengo estos. — Davenport levanta su mano mostrando cuatro dedos pasándolo al frente de nuestros rostros con una voz demasiado aniñada.

—¡¿Tienes cuatro?!— Grito alterada.

—Cuatro y medio. — Me corrige mostrando la mitad de su dedo que no sube del todo.

—La entrevista empieza en tres, dos uno...— Tasha anuncia en voz alta llamando nuestra atención.

Empujamos al mayor en el asiento, tirando toda la suerte a que tal vez y sólo tal vez salga bien.

Pero con el paso del tiempo, el cuatroañero del señor Davenport vuelve la entrevista rara con cada actitud que tiene, en un momento Tasha lo golpea para que vuelva a la normalidad y Davenport se pone a llorar como si fuera un niño pequeño, luego de eso la golpea con una almohada riéndose de una palabra que según él resulta graciosa.

Adam es el único que se divierte con la situación.

Llega un momento que todo se vuelve demasiado para soportar, y volvemos a llevar al laboratorio, en donde al fin Chase tiene una idea como arreglarlo, por lo que sin más vueltas, vuelve a disparar al señor Davenport con el neurocodificador.

—Oh, acabo de perder el tren del pensamiento. — Esas palabras me dejan más tranquila.

Ningún adolescente o bebé usaría ese tipo de palabras.

—¿Cuántos años tienes?— Le pregunta Chase, cruzo mis dedos para la suerte.

—Lo suficiente para saber que, ustedes tontos, destrozaron todo mi laboratorio. — Se queja elevando la voz mientras ve el desastre que quedó todo el lugar.

Fue el huracán Davenport en realidad.

—Nosotros no hicimos nada de este desastre, en realidad fue Davenport adolescente y bebé Davenport. — Bree habla con tranquilidad, pero sé que eso hará que nos meta en más problemas.

—¿Bebé? ¿Adolescente? ¿Estuvieron usando mi neurocodificador?— El señor Davenport se lo quita de las manos a Chase, estando alterado comenzando a gritar por todos lados.

—Si, si lo hicimos, pero al final del día tienes razón, no es fácil criar adolescentes. —Leo se acerca a hablarle de manera tranquila, como si fuera un bebé una vez más, esperando que algo de eso funcionara. — ¿Todo bien?

—¡No! Están castigados para siempre.

—Sé que hacer. —Dice Adam dando un par de pasos, le quita el neurocodificador de las manos al mayor.— ¿Dijiste que estabas molesto hace treinta segundos?

—Oh, dame eso.

Los cuatro chicos vuelven a subir a la casa, yo me quedo allí con el señor Davenport viendo como mira todo el desastre que se armó allí, muerdo el interior de mi mejilla con nervios, aun así sé que debo de decir la verdad, es mi camino a la redención, supongo.

—Señor Davenport.— Llamo su atención, me hace un gesto de qué me está escuchando.— Quiero decir que lo siento, fue mi culpa que pasara todo esto.

—¿Por qué lo hiciste Carter?— Pregunta con tranquilidad.

Suelto un suspiro jugando con mis manos al frente de mi.

—Sólo estaba tratando de borrar los malos recuerdos de mi, y si funcionaba contigo, hacerlo con los demás chicos.

Deja lo que estaba haciendo, esta vez para prestarme por completo su atención.

—¿Por qué?— Frunce el ceño confundido.

—Sé que he tomado malas decisiones en el pasado, y quería que dejaran de verme como una amenaza o desconfianza cada vez que me acercaba, supongo que borrar esas memorias en específico harían que sea más fácil.— Intento sonar calmada, sin que se demuestre lo mucho que puede llegar a afectar.

Se supone que suelo ser una persona fría, a la cual no le debe de interesar nada, la vida me ha hecho de esta vida, ahora que tengo una familia de la cual preocuparme, las cosas han cambiado para mi y para ellos.

—Pero te hubieras sentido igualmente culpable de que no sepan toda la verdad. — Asiento con la cabeza cuando llego a esa conclusión.

—No sólo he sido una decepción para Douglas, sino para toda tu familia.

—Carter, no digas eso, sé que tomará tiempo para ellos volver a confiar en ti, pero no pienses que nunca lo harán porque te volviste importante para todos nosotros, eso justifica el enojo, ¿No lo crees?— Coloca sus manos sobre mis hombros para confortarme, a lo que asiento con la cabeza un poco.— Además no es mi familia, es nuestra familia.

—Supongo. — No puedo evitar sonreír.

—Y hey, nunca serás un decepción para mí, sólo estás intentando descubrir quién eres ahora que ya no eres malvada.

Esas palabras de verdad se vuelven confortables para mi en todo esto que he hecho.

—Gracias señor Davenport, creo que tendría que haber hablado antes de hacer un desastre. — Río un poco, él asiente con la cabeza dándome la razón con obviedad.

—Estoy de acuerdo, ahora si me disculpas, tengo una entrevista mundial con la cual seguir.

Se arregla su traje y se va del laboratorio dejándome sola con mis pensamientos, suelto un suspiro y salgo por el otro lado. Una vez afuera, me impulso para volar y poder sentarme en el borde del techo al lado de una ventana para ver el cielo en la oscuridad, abrazo mis piernas apoyando mi cabeza sobre mis rodillas.

A los minutos en total silencio, escucho la ventana abrirse a mi costado, ni siquiera me giro a ver de quién se trata hasta que siento a esa persona sentarse a mi lado. Muevo mi cabeza esperando ver a Bree, sin embargo me sorprendo al ver que se trata de Chase.

—¿Qué haces aquí? ¿Quieres seguir diciendo lo mismo de siempre? Adelante, me lo merezco. —Digo de mala manera volviendo a mirar para al frente.

—No, nada de eso, iba a decir que lo siento. —Murmura, giro una vez más rápido por sus palabras frunciendo el ceño, Chase se encoge de hombros. — He escuchado tu conversación con Davenport.

Ruedo los ojos.

—Sorprendente, ahora tu sabes de mis problemas. — Bufo molesta.

—Estoy intentando entenderte, ¿Si? Hablo en serio cuando digo que lo siento, y te diría que te entiendo pero no es así.—Su voz suena más firme, en ningún momento ha dejado de verme directamente a los ojos.

—Tu siempre has tenido una familia, yo apenas sé manejar una, créeme, no es fácil para mi. — Confieso cuando me doy cuenta que habla en serio.

—Igualmente, hablo por todos al decir, que tendremos un poco más de compasión, sólo no intentes borrarnos la memoria para fingir ser perfecta todo el tiempo, ¿De acuerdo? Si haces eso, te odiaremos de verdad. —Ambos sonreímos un poco. — Después de todo eso es lo que te hace ser tú.

—Lo tendré en cuenta, gracias Chase...— Wow, nunca creí que diría eso, sobre todo a él.

Sin peleas, sin gritos, sólo el silencio compartido. Por primera vez, podía sentir que él realmente intentaba comprenderme, y esa sensación era desconcertante y extrañamente reconfortante.

La luna brilla sobre nosotros, proyectando sombras suaves y resaltando los contornos de su rostro. Me di cuenta de que está estudiando mi expresión, tratando de descifrar algo más para entenderme en todo esto. Nuestras miradas no se apartaron en ningún momento, y algo cambió.

Me encuentro a mi misma sorprendida y perdida en sus ojos, olvidando, por un instante, todo el odio y la rivalidad que nos había definido durante tanto tiempo.

Mis ojos se desviaron hacia sus labios, una curiosidad incontrolable tomando el control. Noté que él también hizo lo mismo, su mirada bajando brevemente antes de regresar a mis ojos. Fue un gesto pequeño, casi imperceptible, pero lo siento como algo grande... O tal vez yo me esté volviendo loca.

De repente, Chase aparta la mirada, rompiendo el hechizo que nos había envuelto. Observo cómo su expresión cambiaba, volviéndose más cerrada y controlada, volviendo a esa seriedad que suele ser parte de su rostro cada vez que me mira.

—Volveré dentro, y tú también deberías, hace frío aquí.

—Lo haré, en un rato más.

Se levanta lentamente, su postura tensa, pero antes de alejarse, me lanza una última mirada. Esa mirada estaba cargada de algo nuevo, algo que me pone demasiado confusa.

Vuelvo mi completa atención a la luz brillante de la luna, sabiendo que esa conexión no volvería a pasar, y tampoco planeo que vuelva a suceder.

LA CONEXIÓN GENTE LA CONEXIÓN AAAAAAAAAAA, no se olviden de comentar como se sintieron AAAAAAAAAAA

Recuerden:

—VOTAR; por favor no se olviden y no les pido mucho, es gratis y consiguen actualizaciones más seguido. Por favor votar en todos los capítulos.

—COMENTAR; amo leer sus comentarios y opiniones sobre la historia.

—SEGUIRME; para no perderse ninguna actualización, noticia o lo que sea de la historia.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro