𝟬𝟭𝟬 home
CAPÍTULO DIEZ:
hogar.
─Son momentos como estos en los que desearía poder dormir—, suspiró Cassadee mientras caminaban por el aeropuerto —. Esas fueron las catorce horas más largas de mi vida.
—No creo que haya sido tan malo—, opinó Bella mientras Edward prácticamente la cargaba.
—Dijo la humana que puede dormir—, señaló Cassadee. Ella nunca había sido una fan de los aviones, y el hecho de que era prácticamente indestructible no cambiaba su temor en lo más mínimo.
—Creímos que esas catorce horas te calmarían—, mencionó Alice, que caminaba al lado de Cassadee —. Sigo sorprendida de que nos hayan dejado irnos ya que casi matas a Felix.
—No debería haber intentado matar a mi hermana—, señaló Cassadee.
—No tenía oportunidad—, negó Edward, hablando por primera vez desde los acontecimientos antes de mirar a Cassadee —. De nuevo, gracias.
—Actúas como si lo hubiera hecho por ti—, Cassadee rodó los ojos —. Ella podrá ser tu novia, pero también es mi hermana. Ella es la razón por la que hice esto.
—Lo harías por nosotros igual—, sonrió Alice, conociendo la respuesta —. Si no pudiéramos hacerlo nosotros mismos.
—Obviamente—, espetó Cassadee, como si fuera la cosa más obvia del mundo —. No importa qué tan molesto pueda ser Edward, ustedes siguen siendo mi familia.
—Estoy agradecida de que te sientas así, ya que el resto de la familia está esperándonos—, anunció Alice, justo antes de que el resto de los Cullen entraran en el campo de visión de Cassadee.
Jasper fue la primera persona que notó. Él no quitaba sus ojos dorados de sobre ella, mientras el grupo caminaba en dirección al resto de los vampiros. Rápidamente decidió que lo saludaría al final. Si iba a hablarle, estaba segura que le tomaría un tiempo largo.
—He escuchado que casi matas a una de las filas de los Volturi—, sonrió Emmett.
—No llegaría tan lejos—, rió Cassadee. Emmett la abrazó, la levantó del suelo y la giró antes de volver a soltarla.
—Yo creo que sí—, habló Alice —. Si Aro no hubiera estado allí, todos estarían muertos.
—Eres una pequeña neófita ruda—, Emmett desordenó el cabello de Cassadee, para su molestia —. A partir de ahora, te llamaré Badass Cass.
—Mientras que lo pongas en una remera—, bromeó Cassadee antes de acercarse a Rosalie. Bueno, ella quería ir con Esme, pero Rosalie se interpuso en su camino.
—Lo siento, por todo—, se disculpó antes de abrazar a Cassadee. Algo incómodo en la opinión de la castaña, pero le respondió el gesto igualmente. No entendía realmente el por qué la rubia se disculpaba, además de, tal vez, darle el hombro frío de vez en cuando.
—Bienvenida—, sonrió Esme antes de abrazar a Cassadee —. Me alegro de notar que la visión de Alice estaba equivocada.
Cassadee no pudo evitar sonreír antes de hablar —. Gracias, yo también.
Siguió con Carlisle, quién no dijo mucho excepto de que estaba agradecido del hecho que ella estaba bien y la abrazó. El doctor había sido como un segundo padre para Cassadee, a parte de, tal vez, Billy. Todo el clan Cullen era como una segunda familia para ella. No sabía si iban a quedarse o solo habían vuelto a buscar a Alice y Edward. Pero no le importaba. Si ellos se iban a ir nuevamente, estaba agradecida de que podía verlos una vez más.
Estaba preparada para no decir nada cuando miró a Jasper. Estaba feliz de volver a verlo, pero también enojada. Lo había extrañado, pero al mismo tiempo no. Finalmente lo había superado, y él había vuelto. No importaba si solo por un momento, era como echar sal en una herida abierta. Cassadee era casi positiva de que su vida nunca había sido tan complicada como ahora. Lentamente, caminó hasta el empático mientras contemplaba qué hacer. Podría golpearlo o besarlo. Probablemente ambas. El familiar sentimiento de su corazón rompiéndose se alzó cuando notó su rostro: una mirada de lamento, dolor y tristeza combinadas. La castaña se paró frente al rubio antes de que su mano conectara con su mejilla, el sonido del golpe haciendo eco por el aeropuerto casi vacío.
—Te merecías eso—, recitó Cassadee antes de envolver sus brazos alrededor del cuello de Jasper.
—Lo siento tanto, Cass—, soltó Jasper mientras sus brazos rodeaban su cintura, tan fuerte que la hubiera lastimado si siguiera siendo humana —. Dios, me odio.
—Yo también te odio—, murmuró Cassadee contra su cuello, reforzando su agarre sobre él al creer que podría desaparecer en cualquier momento —. Solo para que sepas, no te he disculpado. Realmente te odio.
—Lo sé, créeme.
Cassadee soltó a Jasper, para su molestia. Si fuera por decisión de él, nunca la soltaría. Pero inclusive si no fuera un empático, podía notar lo molesta que estaba con él. La castaña casi lo asustaba cuando era humana cada vez que se enojaba, y no podía imaginar lo que sería ahora. Sabía que el doloroso golpe que había recibido en el rostro había sido ella siendo amable.
— ¿Podemos ir a casa? No puedo creer que estoy diciendo esto, pero extraño Forks—, rogó Cassadee —. Bueno, en realidad extraño acostarme en mi cama y no hacer nada—, aclaró, causando que el grupo riera mientras Jasper tomaba su mochila, la única cosa que había llevado con ella a Italia.
Cassadee decidió viajar con Jasper de vuelta a Forks. Estaba cansada de estar con Bella, Alice y Edward todo el tiempo. Los amaba, pero había pasado más que suficiente tiempo con ellos en el avión. Y tanto como odiaba admitirlo, extrañaba solo estar en la compañía de Jasper.
— ¿Qué sabes sobre los Igualadores?—, cuestionó Cassadee, pasando su atención de la ventana al vampiro después de unos momentos de silencio. Quería silencio más que nada, pero prefería hablar a seguir incómoda.
—Solo sé que el único conocido es el ser más poderoso—, mencionó Jasper antes de mirarla —. ¿Por qué?
—Aro dijo que yo soy una.
—Eso explicaría tus latidos—, asintió el rubio, más para él mismo que para Cassadee —. Tienes las habilidades de los vampiros y los licántropos, lo que es por qué eres tan fuerte.
—Tal vez es por ello que me admiten en la Reserva—, murmuró Cassadee, más para ella que para Jasper.
— ¿Te dejan entrar?—, inquirió Jasper, mirándola —. Sabes que los licántropos son peligrosos, ¿no?
—Jasper, no me digas qué es y qué no es peligroso—, replicó Cassadee —. Tú eres peligroso, y mira dónde estamos.
—Ellos tienen un mal temperamento, Cass—, señaló Jasper —. Si ellos lo perdieran por un momento--.
—Lo he visto—, cortó Cassadee —. No te preocupes por mí, Jazz. Puedo arreglármelas.
—Eso no significa que no vaya a preocuparme.
Cassadee rodó los ojos, decidiendo que era mejor cambiar de tema ya que sabía que Jasper comenzaría a numerar los peligros que incluía pasar tiempo con los lobos.
— ¿Quién sabría que yo, Cassie Atrevida, terminaría siendo la que mantiene al mundo sobrenatural en balance?
—Cass, no te das cuenta de lo poderosa que eres. Eres considerada indestructible, y todos los seres sobrenaturales estarían acabados si tú murieras.
Cassadee suspiró y golpeó su cabeza contra el respaldo de su asiento —. Realmente me gustaría seguir siendo humana ahora.
—Lo siento, esto--.
—Si vuelves a decir que es tu culpa, voy a golpearte hasta el siguiente siglo—, lo interrumpió, mirándolo —. Sucedió. No hay nada que podamos hacer al respecto.
—Me sorprende que me hables—, confesó Jasper.
—También a mí—, admitió Cassadee, mirando por la ventana —. Hubiera ido con Bella y Edward, pero supuse que ellos querían estar solo. Y pase más que suficiente tiempo con ellos en el avión—, miró a su ex–novio —. Acabo de superarte, y has vuelto.
—Tan malas como son las circunstancias, estoy agradecido de que haya sucedido—, dijo Jasper, resultando en una confusa mirada por parte de Cassadee —. He pasado meses pensando que estabas muerta. No tengo idea de cómo logré pasar tanto tiempo sin recurrir a los Volturi. Te lo he dicho antes, Cassadee, no quiero vivir en un mundo en el que no existes—, sacudió su cabeza como si eso fuera a ayudarlo a borrar sus recuerdos —. Cuando nos fuimos, pensé que estaba haciéndolo por tu bien. Estaba dispuesto a sacrificar mi felicidad por la tuya.
—También sacrificaste la mía—, señaló Cassadee. Ella no solía darle vueltas a los asuntos, sin importar qué tan malos fueran —. Jasper, si no hubiera sido feliz, no me hubiera quedado contigo. No soy el tipo de chica que permanece con alguien solo para estar en una relación. No voy a sacrificar mi felicidad por nada ni nadie. Cuando te fuiste, pensé que había sido mi culpa y que no merecía a nadie o nada que me hiciera feliz. Pero finalmente me di cuenta de que yo era la única que podía encargarme de mí misma—, miró sus manos —. Te amo, no puedo negarlo. Pero necesito tiempo. Si será para volver a superarte o volver contigo, no tengo idea.
—Sea lo que sea, esperaré. Siempre esperaré por ti.
—De acuerdo, Nicholas Sparks—, rió Cassadee —. Cálmate por un rato.
El resto del viaje pasó en silencio, pero no fue incómodo. Cassadee estaba agradecida por ello. Fue como si hubiera llegado a Forks en cuestión de una hora en lugar de las tres horas y media que tomaba el viaje realmente. Aunque haya temido antes el momento del viaje, estaba agradecida de que haya sucedido. Sentía que un gran peso había abandonado sus hombros ahora que habló con Jasper. Solo sentía un increíble peso por el hecho de tener que encargarse del balance del mundo sobrenatural. Optó por discutir el tema otro día. Ahora, tenía que enfrentarse a Charlie después de haberse ido por tres días... de nuevo.
—Tal vez si pretendo estar dormida, no será tan malo—, suspiró Cassadee mientras miraba su hogar, asustada de ver a su padre. Podía enfrentarse en contra de un grupo de vampiros sin pensarlo. Pero enfrentar a Charlie después de haber viajado al otro lado del mundo sin ninguna explicación la aterrorizaba.
—Esta muy preocupado—, informó Jasper antes de mirarla —. Asumo que ésta será la última vez que te veré por un tiempo.
—No—, negó la chica —. Probablemente iré más tarde. No he terminado de hacerte sufrir aún—, respiró profundamente, algo que no necesitaba hacer, antes de bajar del auto.
Tan pronto como Jasper se alejó, Charlie abrió la puerta. Cassadee se sintió aún peor cuando vio las líneas de preocupación en su frente y la mirada de estrés.
— ¿Cassie?—, se paró frente a su hija —. Cassadee Nicole Swan, ¿dónde diablos has estado?
Cassadee se encogió ante la mención de su nombre completo, sabiendo que Charlie solo lo usaba cuando estaba completamente molesto. Aunque no podía culparlo, ésta era la tercera vez que se había ido o desaparecía sin dar explicaciones previas.
—Oh, ya sabes, fuera—, contestó la castaña con una suave sonrisa antes de que él la envolviera entre sus brazos —. Lo siento.
—Solo estoy feliz de que hayas vuelto—, suspiró Charlie, aferrándose a su hija lo más fuerte que podía —. Nunca pensé que volverías—, se alejó y miró alrededor —. ¿Dónde está Bella?
—Con Edward, probablemente llegaran en unos minutos.
— ¿Volvieron?
—Supongo que sí.
—Bueno, él no volverá a entrar en esta casa—, negó Charlie, colocando su brazo por sobre los hombros de Cassadee —. Y estás castigada, por el resto de tu vida—, agregó mientras caminaban dentro.
—Supongo que es lo justo—, suspiró la neófita antes de mirar a su padre —. Lo siento, papá, sé que te hemos hecho pasar un infierno. Otra vez.
—Solo agradezco que estén bien—, Charlie besó la frente de su hija antes de llegar a las escaleras —. Ve a dormir, luces exhausta.
Cassadee bufó antes de subir las escaleras —. Tú también.
—Te amo, hija.
— ¡También te amo, papá!—, contestó Cassadee antes de cerrar la puerta de su habitación. No desperdició el tiempo y se arrojó a sí misma a la cama. A pesar de que no podía dormir, deseaba hacerlo más que nunca. Estaba exhausta mentalmente después de aprender tanto sobre ella misma en Italia.
♦
Bella estaba parada al final de las escaleras, hablándole a la familia de vampiros —. Todos saben lo que quiero, y sé que es mucho lo que pido. Lo único que puedo pensar que sería justo es en una votación.
—Tú no sabes lo que--.
—Cállate—, bufó Bella molesta, cortando a Edward antes de mirar a su hermana —. ¿Cass?
— ¿Quién diablos soy yo para decidir si puedes o no convertirte en vampira?—, preguntó Cassadee con el ceño fruncido. Claro, Cassadee protegía a su hermana, pero no elegiría cómo sería su vida —. Si eso es lo que quieres, entonces te apoyo.
Bella le sonrió agradecida antes de mirar al siguiente vampiro —. ¿Alice?
—Ya te considero mi hermana—, chilló Alice antes de abrazar a la humana —. ¡Sí!
—Gracias.
—Yo voto sí—, asintió Jasper —. Sería lindo no querer matarte cada vez que estás cerca—, sonrió forzadamente, causando que Cassadee bufara ante su expresión.
—Lo siento—, se disculpó Rosalie, una expresión de lamento en su rostro —. Me disculpo con ambas por la forma en la que actúe. Y estoy realmente agradecida porque fueron lo suficientemente valientes como para ir y salvar a mi hermano. Pero ésta no es la vida que hubiera elegido para mí. Y me hubiera gustado que alguien votara no por mí. Así que, no.
—Yo voto, ¡diablos, sí!—, exclamó Emmett al abrazar a Bella, levantándola y girándola por los aires —. Podremos pelear contra los Volturi algún día.
—Ya te considero parte de la familia—, sonrió Esme —. Sí—, asintió.
Carlisle se acercó a Bella y miró a Edward —. Haz elegido no vivir sin ella, lo que me deja sin opción. No perderé a mi hijo.
—Oh, vamos, Eddie—, exclamó Cassadee, rompiendo el silencio tenso —. Deja esa cara larga, no te sienta bien.
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