Se podría decir que a Yoongi no le gustaba la gente.

Consideraba que las personas eran muy ruidosas y molestas, sin contar con que siempre existía la posibilidad de que no le agradaras a todo el mundo.

Tampoco es que le gustara mucho socializar. Desde la secundaria y hasta su primer año de la universidad había hecho todo lo posible para pasar desapercibido.

Y estaba bien, estaba tranquilo... Hasta que empezó la pandemia y las clases virtuales arruinaron todo, muchos podrían pensar que eso no tenía sentido, puesto que en aquella época el contacto y la interacción social eran algo prácticamente prohibido, y, en parte sí, pero en el caso de Yoongi fue diferente.

Los profesores lo hacían hablar a cada rato, y las exposiciones eran mucho más incómodas que en el aula de clase.

Lo peor fue la clase de habilidades blandas, si bien no era una clase de lo más importante, la profesora lo hacía ver como si lo fuera, y les dejaba tarea grupales a cada rato.

En el caso de Yoongi era simple, él armaba las exposiciones y su grupo se llevaba el crédito, ¡Hurra!

No contaba con conocer a Hoseok, un compañero de lo más amigable que buscaba caer bien a todo el mundo.

Logró convencerlo de que se uniera a una de sus llamadas con su grupo de amigos.

Todo lo que va a suceder, es culpa de él.