SEIS
Después salieron del pequeño teatro, se despidieron en la esquina, pero el guitarrista acompañó a Nöel hasta su casa. Era el único que no estaba de acuerdo con el plan propuesto. Le parecía que no era digno de su director de orquesta, a quien tanto admiraba:
—Si vas con mujeres, no olvides el látigo —citaba a Nietzsche, de cuya obra sólo conocía esta frase.
—Chico —suspiró Nöel—, la que tiene el látigo es ella.
Después, el guitarrista le propuso a Nöel llevarle en coche al balneario, hacer que la chica fuese hasta la carretera y atropellarla.
—Nadie podrá demostrar que no fue ella la que se puso delante del coche.
El guitarrista era el más joven de la orquesta, adoraba a Nöel y este estaba emocionado por sus palabras:
—Eres muy amable —le dijo.
El guitarrista desarrollaba los detalles de su plan y le ardían las mejillas.
—Eres muy amable pero no puede ser —dijo Nöel.
—¿Por qué dudas? ¡Es una cabrona!
—De verdad que eres muy amable, pero es imposible —dijo Nöel y se despidió de él.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro