Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CUATRO



Durante su conversación telefónica, Nöel se daba cuenta de que hacía ya mucho tiempo que esperaba aquella horrible noticia. No es que tuviera un motivo razonable para pensar que durante aquella juerga fatídica había dejado preñada a Lara (por el contrario, estaba seguro de que la acusación era injusta), pero esperaba un mensaje como aquél desde hacía muchos años, desde mucho antes de conocer a Lara.

Tenía veintiún años cuando a cierta rubia enamorada se le ocurrió simular un embarazo para obligarle a casarse. Fueron unas semanas horribles al final de las cuales terminó con cólicos de estómago y se derrumbó. Desde entonces sabe que el embarazo es un golpe que puede llegar en cualquier momento y desde cualquier parte, un golpe contra el cual no hay pararrayos y que se presenta en forma de llamada telefónica patética (sí, aquella vez la rubia también le dio la primera noticia por teléfono).

Lo que le sucedió a los veintiún años hizo que, a partir de entonces, siempre se relacionara con las mujeres con una sensación de angustia (aunque con bastante ahínco) y que, después de cada encuentro amoroso, tuviera miedo de las penosas consecuencias que pudieran producirse. Se consolaba pensando en que la probabilidad de que ocurriera semejante desgracia, dada su prudencia enfermiza, apenas llegaba a una milésima por ciento, pero era capaz de tener miedo hasta de aquella milésima.

Una vez, seducido por una noche libre, llamó por teléfono a una chica a la que había visto por última vez hacía dos meses. Al reconocer su voz, ella exclamó: «¡Dios mío, eres tú! ¡Tenía tantas ganas de que me llamaras! ¡Necesitaba tanto que me llamaras!», y lo dijo en un tono tan apremiante, tan patético, que la consabida angustia le atenazó el corazón y sintió con toda su alma que había llegado el temido momento. Y como quería afrontar la verdad con la mayor rapidez posible, atacó: «¿Y por qué me lo dices en un tono tan trágico?». «Ayer se murió mi madre», le respondió y él respiró aliviado pero sabiendo que, de todos modos, no se iba a librar de aquello a lo que temía.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro