En pocos días que han pasado descubrí algo más de él...

¡Tiene una hermana!

Y trabaja con nosotros, mi asombro no se notó al saberlo, pero en mi mente aún estaba perpleja ante la noticia; algunos días después de eso, en un día cualquiera su madre fue allí por algún asunto con ellos, del cual no estoy enterada sin embargo luego de que ella se fuera él se acercó a mí y dijo:

—Ella es mi madre, tu suegra.

Yo me emocioné por un instante, pero supe en ese preciso momento que era broma lo de “suegra” después de todo, es muy bromista y un poquito infantil.

Mi respuesta al igual que siempre fueron desafiantes, ya que yo siempre le seguía el juego a sus provocaciones, aunque no eran ciertas en mi imaginación me las creía, y podía imaginar momentos agradables con ellas.

Aunque fueran mentiras.

Mi corazón al escucharlas se sentía amado y... No hay duda de que mi alegría era notoria, mi sonrisa siempre estaba presente.

Aunque los demás compañeros creían que esa alegría no era él que la provocaba...