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Libre para elegir

Por supuesto, a JungKook no le extrañó despertar completamente solo. El olor de YoonGi aún era intenso allí, pero ya se podía considerar un recuerdo. Levantarse de la cama ese día fue difícil, pero no tanto como lo había sido las últimas semanas. Miró alrededor, observando la casa como si no la reconociera, como si no la hubiera visto nunca. No sólo porque hacía demasiado que no la veía tan limpia, sino porque jamás se había fijado demasiado en ella, ni siquiera cuando la había alquilado. Ahora, de pronto, la veía como si hubiera la posibilidad de que fuera un hogar.
Se sentó en el sofá sin saber qué debía hacer. Estaba un poco perdido y, sin embargo, estaba sereno. Más que los últimos meses, al menos. Triste, pero con el corazón en calma. Tenía que "¿Y ahora qué?", se preguntó. "¿Qué debía hacer?". Por primera vez en su vida, no tenía un plan. Estaba solo y nadie le guiaría ahora. Toda su vida, su padre había marcado su camino. No había sido fácil andarlo, pero él no había tenido que tomar las decisiones. Ahora tenía la libertad para hacer lo que quisiera. Era joven, tenía dinero, estudios y toda la vida por decidir. Y, a pesar de todo, era divertido que, no tenía ni idea de cuál era el siguiente paso que debía tomar. Nunca había hecho nada sin el amparo y la seguridad de su padre. Había trabajado mucho, pero siempre le habían dado un destino predefinido. Unos estudios, un trabajo... todo decidido por él. Sin embargo, no estaba tan solo, en realidad. Aún le quedaban amigos en los que apoyarse y confiar. Se consolaba pensando en que, si aún era capaz de conservarlos, también había hecho algunas cosas buenas por sí mismo, sin que su padre interviniera. Y de entre todas las personas que conocía, sólo había una que nació con la vida tan resuelta como él y decidió rechazar ese mundo y trazar su propio camino. Así que, cuando estás perdido y no tienes un plan, lo lógico, es preguntar a la persona que mejor puede ayudarte. Aunque podría reprocharle que había ignorado a esa persona toda su vida. Ya fuera por celos, por influencia externa o por lo que fuera, nunca había cuidado de la relación con su hermano mayor. Es más, había maltratado y pisoteado esa relación y, sorprendentemente, cuando todo empezó a irse al traste, su hermano estuvo a su lado. Estuvo varios largos minutos con el teléfono en la mano, buscando las fuerzas para atreverse a llamarle. Finalmente se armó de valor y cogió el teléfono.

- ¿Diga?

- JungHyun-Hyung...

- ¡Hey! JungKook. ¿Todo bien? - Estaba claro que no esperaba la llamada de su hermano menor. JungKook no podía culparle, no recordaba haberle llamado más que alguna vez cuando estaba muy enfadado con él. También notó su tono de preocupación en la voz. JungHyun había ido a visitarle varias veces en esos meses y también se había quedado con él cuando estuvo en el hospital, así que sabía que no estaba bien. Si le llama tan de repente podía ser por algo malo.

- Sí, todo bien. - Se apresuró a asegurar para no preocuparle. - Oye... - No sabía muy bien qué decir. ¿Cómo empiezas una conversación con alguien a quien has ignorado toda tu vida? Debió haber ensayado sus palabras antes de llamarle. - Crees que... ¿podríamos vernos? - Le preguntó.

- Claro. ¿Quieres que vaya a tu casa cuando acabe de trabajar? - Le preguntó con intención de saber cuán urgente era.

- En realidad... si no estás demasiado ocupado... ¿podría ir yo a verte a tu trabajo? - Se dio cuenta en ese instante de que ni siquiera sabía donde o de qué trabajaba su hermano mayor. Jamás se lo había preguntado. Sólo sabía que tenía un negocio propio, nada más. ¿Qué clase de hermano había sido todo ese tiempo? No sabía nada de él, porque nunca había dedicado un minuto de su vida a interesarse por ello.

- Esto... bueno... puedes venir a la tienda si quieres, pero yo tengo que seguir atendiendo clientes. Si esto esta bien para ti.

- Sí, claro. Lo entiendo. No quiero molestarte, sólo... - Tenía muy claro cómo se sentía, pero no sabía su hermano aceptaría su capricho infantil. - ...no quiero estar solo. - Podía haber llamado a HoSeok, aunque de seguro él también estaría trabajando. Luego le llamaría igualmente para contarle lo que había pasado con YoonGi, pero ahora prefería refugiarse en su hermano mayor. Ese desconocido incondicional al que siempre había tratado como basura y al que le debía un millón de disculpas. Se preguntaba si aún estaba a tiempo de recuperar una relación que había pisoteado desde hacía mucho o si su hermano le trataba con esa amabilidad, dejando atrás su hiriente sarcasmo debido a su delicado estado mental y de salud. El silencio se hizo entre los dos hermanos.

- Te paso la dirección de la tienda en un mensaje ahora. Ten cuidado con el coche, ¿vale?

- Sí. Genial. - No pudo evitar alegrarse tímidamente.

- Hasta ahora, JungKookie. - Hacía cuanto tiempo que no se hablaban con ese aprecio. Sin ironías, sin palabras con intención de hacer daño o quedar por encima del otro despreciándose.

- Hasta ahora, Hyung.

Efectivamente, su hermano no tardó ni un minuto en mandarle la dirección. Se preparó rápidamente, dándose una ducha rápida para despejarse y en el trayecto hasta su coche, leyó en internet sobre la tienda a la que correspondía la dirección. Claramente no sabía nada sobre él. Era una tienda de estilo urbano, con ropa y zapatillas de diseños propios realmente llamativos. Se llamaba JeonStore. ¿Acaso su hermano había lanzado su propia marca de ropa y él no lo sabía? Recordaba que, cuando eran pequeños, su hermano le enseñaba a dibujar. Ambos siempre habían tenido talento para ello, pero para sus padres no era prioritario fomentar la faceta de dibujante de JungKook, por lo que nunca la practicó demasiado. Por lo visto, su hermano jamás había dejado de hacerlo. ¿En verdad todos esos diseños eran suyos? Condujo entusiasmado por la idea de conocer esa faceta de suya. Conocer al fin a un hermano al que no le habían enseñado a acercarse. No es que se lo hubieran prohibido, pero jamás les importó que se distanciaran. Comprendió porque YoonGi se llevaba bien con él. No eran tan distintos. Incluso quizá habrían hecho buena pareja. Ese pensamiento sin fundamento hizo que los celos y la tristeza le devoraran. Él no tenía nada en común con YoonGi. Estaba claro que lo suyo iba a terminar en un fracaso absoluto. ¿En qué estaban pensando creyendo que el amor lo solucionaría todo? Ilusos. No habían sido más que dos ilusos enamorados que se habían hecho un daño terrible el uno al otro. Y ¿de quién había sido la culpa? ¿De los dos? ¿De nadie?

La tienda estaba en pleno centro de Seúl y tuvo que aparcar un poco lejos. El aire fresco le sentó bien. Entre el hospital y su encierro voluntario autodestructivo, no recordaba bien cuál había sido la última vez que había salido a la calle. Ver parejas caminando enamorados nunca le había dolido tanto. Ni siquiera tiempo atrás, antes de conocer a YoonGi. Claro que, en aquel entonces, no sabía lo que era el amor. ¿Cómo iba a echarlo de menos? Aún si se sentía sólo, el pecho no se le encogía de dolor entonces.

El diseño de la entrada de la tienda ya le parecía increíble. Sonrió con orgullo. ¿De verdad todo eso lo había hecho el JungHyun que él conocía? Entró mirando las paredes y los techos embobado. Todo decorado de forma espectacular, con diseños urbanos y coloridos. La primera pregunta al ver a su hermano mayor fue inevitable.

- ¿En verdad has hecho tú todo esto? - Le preguntó al verle al otro lado de la tienda.

- ¡JungKook! ¡Bienvenido! - Se alegró al verle y sonrió al comprobar lo asombrado que estaba. - Sí. - Respondió a su pregunta. - Bueno, con ayuda de algunos amigos. Pero los diseños son míos. ¿Te gusta? - El alfa cotilleó la ropa.

- Es una pasada.

- No son como tus trajes de 4 millones de Wons, pero no están mal. - Rió. JungKook se miró a sí mismo. Incluso yendo a visitar a su hermano se había puesto camisa y chaqueta. Ni siquiera lo había pensado, es que no tenía otra cosa en su armario, a excepción de su zarrapastrosos chándales del estar en casa. Al menos no se había puesto corbata. ¿Hacía cuantos años no se vestía como un joven normal? Cómodo. Con deportivas. JungKook ni siquiera había podido elegir su estilo de ropa. No había tenido opción desde el instituto donde llevaba uniforme y casi sólo salía con sus padres a compromisos de empresa o cenas con gente aún más estirada que ellos. Sus padres siempre le habían vestido así. Siquiera tenía un estilo propio. Se desabrochó un par de botones de la camisa con la intención de no desentonar tanto allí. Su hermano rió al ver su gesto. - Así mucho mejor. Se burló sin mala intención. - Espera. - Le vio rebuscar entre las prendas de la tienda. - Pruébate esto. - Dijo tendiéndole un par de cosas. JungKook las cogió divertido.

- ¿Vas en serio? - Dijo riéndose. Se sentiría ridículo poniéndose ese estilo de ropa.

- ¡Venga! Póntelo. No seas estirado. - Insistió. JungKook rodó lo ojos y aceptó. Podía ser divertido. Se metió al vestuario dándose cuenta de que no había ido a ver su hermano para probarse su ropa, pero que no se sentía forzado a fingir a sonreír. Era su hermano al fin y al cabo. Siempre lo sería. Incondicionalmente. Para lo bueno y lo malo. Y no se sentía incómodo a su lado. Como si siempre hubiera sido así. Como si hubiera habido jamás una distancia entre ellos que parecía insalvable. - ¿Ves? ¡Estás genial! Mi ropa le sienta bien incluso a estirados alfas como tú, hermanito. - Comentó riendo mientras atendía a un cliente. JungKook se miró en el espejo. No estaba mal pero... ¿era él mismo? - Espera. - Dijo cuando acabó de cobrar al cliente. Se acercó a su hermano y revolvió su pelo.

- ¡Hey! ¿Qué haces? Me estás despeinando. - Le atusó el cabello con las manos.

- Demasiada gomina, hermano. Eso ya no se lleva. - Volvió a mirarse al espejo.

- No me había dado cuenta de que tenía el pelo tan largo. - Observó.

- Pues te queda bien. - Aseguró.

- No sé...

- Es sólo que no estás acostumbrado a verte así. Yo creo que te ves genial. - Opinó. - Al fin no me avergonzaré de decirles a mis amigos que tengo un hermano. - Bromeó. Y JungKook sonrió siguiendo su juego. JungHyung tuvo que atender a otro cliente. JungKook miró alrededor. A pesar de que era un martes por la mañana había bastante gente en la tienda.

- ¿Sólo tienes este local? - Le preguntó.

- Sí. Se nos está quedando un poco pequeño a mis socios y a mí.

- ¿Socios? ¿Con quién lo llevas?

- Un par de amigos. Una es fotógrafa que hace las fotos a los modelos y lleva la página web y otro se encarga de las materias primas y de la empresa que nos lleva la confección y esas cosas. - Comentó.

- Y tu haces los diseños. - Confirmó JungKook.

- Sí. Y nos vamos turnando para trabajar en eso y atender la tienda.

- Ya...

- ¿No habéis pensado en ampliar? Yo creo que este negocio da para más que una pequeña tienda en el centro.

- No sé de esas cosas.

- Consultadle a vuestros abogados y contables. - Alegó JungKook. JungHyun se echó a reír.

- ¿Qué abogados y contables? ¿Crees que esto es uno de los hoteles de papá? No necesitamos todo eso.

- Pero alguien os hará las cuentas.

- Nosotros mismos. - Dijo JungHyun encogiéndose de hombros. JungKook frunció el ceño.

- No te ofendas pero, ¿qué vas a saber tú de eso? No has estudiado nada de números.

- Son sólo unos pocos cálculos, JungKook. Nos apañamos.

- Ya veo. Va a haber que echarle un vistazo a eso. - Dijo ofreciéndose casi sin querer. A su hermano no le parecía una mala idea, y él se mantendría un poco ocupado.

- Oye, Kookie. - Dijo sentándose detrás del mostrador de la tienda y cambiando el tono del voz. - Todo esto es genial. Me alegro que te intereses por mi negocio y de seguro que puedes ayudarnos y vas a poder aconsejarnos en muchas cosas pero... no has venido aquí por esto. - Terminó diciendo. - Me sorprendió tu llamada. Me asusté, de hecho. Tú nunca me llamas. Y mucho menos quieres pasar tiempo conmigo. - JungKook bajó la cabeza.

- Ya...

- No me malentiendas. Me alegro de que estés aquí. Muchísimo. Pero quiero saber qué ha pasado. Sólo quiero saber si estás bien. - Aseguró. JungKook tardó en hablar. JungHyun no le presionó y esperó a que su hermano se sentase junto a él.

- YoonGi vino a casa ayer. - Dijo finalmente.

- Vaya... ¿Cómo está?

- Bien... creo. Vino a cuidar de mí. - Afirmó primero. - Bueno... quizá vino a despedirse en realidad.

- Pasara lo que pasara, me alegro de que te ayudara a salir de casa. - Formuló el mayor.

- Quizá necesitaba justamente eso: despedirme. - Opinó JungKook. - O quizá necesitaba darme cuenta de que no puedo tener a toda la gente que me quiere preocupada por mí y de que el mundo no rueda en torno a mí. Lo siento por eso, por cierto. Llevo demasiado tiempo comportándome como un capullo. Pensando que lo que yo hacía era lo único importante y arrastrando a los demás en mi obsesiva y controladora forma de ser. - No se atrevió a mirarle a los ojos. Su orgullo de alfa había desaparecido por completo y ni siquiera tenía el valor de mirar a su hermano mayor para pedirle disculpas. - Supongo que me molestaba no haber podido arrastrarte a ti también. O tenía envidia de que tuvieras una vida propia. - Admitió.

- Es lo que te han hecho pensar toda la vida, JungKook. ¿Crees que alguna vez te he culpado por ello? - Puso la mano sobre la pierna el muchacho sentado a su lado, quien estaba abrumado por estar recuperando su vida después de tantos años. - ¿Y...piensas dejarle ir?

- ¿A YoonGi? - Levantó la cabeza al fin. - Claro. ¿Qué otra alternativa me queda?

- El amor... - Pronunció. - Maldita sea. Me gustaría poder ayudarte con eso, Kookie. Pero...

- Ya... ya... El mío no es el primer corazón roto. - Formuló. Su hermano mayor sonrió entristecido.

- Eso es hermanito. Pero, la esperanza es lo último que se pierde.

- ¿Qué significa eso? - Quiso saber JungKook. JungHyun se encogió de hombros.

- Que te conozco, y eres de esos que siempre acaba obteniendo lo que quiere. - Opinó.

- Ya no sé lo que quiero. - Alegó el menor.

- Claro que lo sabes.

- ¿Y qué quieres que haga? - Expresó. - ¿Qué vaya a Daegu y le secuestre?

- No. - Sentenció JungHyun. - Esa sería una forma realmente estúpida de intentarlo inutilmente. Y tú eres un poco lento en algunas cosas, hermanito, pero no eres un estúpido. Ya no, por lo menos.

- Hyung, no. YoonGi ya no quiere estar conmigo. Él está mejor sin mí. - JungHyun volvió a encogerse de hombros. - Es tiempo de que yo también pase página.

- Es tu vida, hermano. - Le sonrió JungHyun. Apoyó su mano en el hombro del alfa y se miraron a los ojos. - Eres libre de elegir. - JungKook le miró como si le hablara una luz reveladora. Era cierto. Era libre. Por primera vez en su vida podía elegir qué quería hacer. Sin caminos marcados. Sin agenda repleta de reuniones o trabajo que no le dejaba respirar ni un segundo y con fuerzas suficientes, físicas y mentales, para levantarse de la cama, salir de casa y tomar las riendas de su vida. - Bien, Jeon JungKook. Te preguntaré algo que no te han preguntado desde hace muchísimos tiempo. ¿Qué te apetece hacer hoy? - Empezar desde 0. Empezar desde abajo. Paso a paso. Día a día. Esa era la nueva misión que JungKook tenía. Y, de pronto, sintió que le iba a gustar esa segunda oportunidad que nunca se atrevió siquiera a imaginar que podría tener.


Hola!!! Este ha sido un capítulo en el que no han pasado muchas cosas emocionantes, pero creí que era totalmente necesario escribirlo y al final me gustó bastante como quedó. Espero que a vosotros también.

He de decir que me encanta JungKook con traje, le queda genial y es indiscutiblemente hermoso, por supuesto. Pero tengo que admitir que tengo una debilidad absoluta con el estilo de vestir de sport que siempre lleva JungKook cuando elige su propia ropa. Es el tipo de ropa que llevaría el chico del que me enamoraría, mucho más que cualquiera de los otros estilos de los chicos de BTS. Sí, tengo debilidad por los deportistas de camisetas y pantalones anchos con estilos sencillos. Me quita el aliento. Aunque por supuesto a JungKook le queda genial cualquier cosa porque está para comérselo. Hala! Ya lo he dicho. jajajaja

¿Qué opináis vosotros? ¿Cuál es el estilo de ropa de los miembros de BTS que más os gusta? En plan, cuando van vestidos con su propia. ¿Y cuál es el que menos os gusta como viste?

Le quedan poquitos capítulos a esta obra, pero aún no se cuantos, porque siempre se me va a largando.

Un besazo!!!

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