Las relaciones son complicadas
- ¡JiMin! ¿Dónde estabas? ¿Te encuentras bien? Creíamos que te había pasado algo malo. ¡Qué susto nos has dado! ¿Por qué te has retrasado tanto? - Nada más entrar la casa el segundo de los concubinos de su esposo le avasalló a preguntas.
- Sólo me he retrasado un poco. - Dijo quitándole importancia. Tenía que fingir bien, nadie podía darse cuenta de lo que había pasado en realidad. Aunque la verdad es que, ni siquiera con la intervención de HoSeok, había llegado realmente tarde a la casa. - Le he pedido al chófer que me diera una vuelta en el coche. Quería ver la ciudad. Hacía mucho que no la veía de noche. - Comentó.
- Estábamos preocupados. - Reiteró el omega.
- No es para tanto. - La primera concubina era mucho más relajada, gracias a Dios. - No hagas un drama de esto. Sólo han sido unos pocos minutos.
- Pero, ¿qué te habría costado llamar y decir que te ibas a retrasar? - Reprochó su alfa, quien estaba sentado en su butacón con su habitual bourbon de la noche. Su esposa alfa no parecía estar en la casa. No le extrañaba ella vivía en su propio chalet, adosado al suyo. - No me importa que te tardes un poco más mientras estés a salvo en el coche con el chófer, pero intenta no preocuparnos innecesariamente. - JiMin bajó la cabeza arrepentido, aunque en realidad no había sido su culpa del todo. Claro que no podía decir eso y tampoco se podía quitar los nervios de encima. No se podía quitar la imagen de HoSeok tan cerca suya, ni sus labios sobre los suyos. El alfa le había hecho una propuesta que él estaba seguro de que no podría aceptar. Nunca en su vida había hecho nada que fuera en contra de lo que le decían sus padres o su alfa. Siempre había tenido a alguien que tomaba las decisiones por él y tomar una mala decisión y revelarse le producía un miedo terrible. Ser su amante... ¿Estaba loco? ¿Había perdido el juicio? Eso era una estupidez, ¿verdad?
- Lo lamento. No pretendía preocupar a nadie. - Aseguró intentando apartar sus pensamientos de la propuesta de HoSeok. El alfa se levantó de su sillón y se acercó a sus omegas.
- Bueno, ya es suficiente. Es tarde, id a la cama. - Pidió con cariño. Besó rápidamente a su primera concubina, quien, teniendo ya cincuenta y muchos años le gustaba retirarse pronto a su dormitorio. De seguro no se había ido hasta entonces por estar esperando a JiMin, así que seguramente sí estaba preocupada por él. El segundo concubino ya superaba los treinta, pero a veces se comportaba como un niño pequeño. Recibió un sutil beso en los labios y sonrió como un adolescente. Normalmente, JiMin no sentía nada al ver ese tipo de escenas. Eran comunes y completamente comprensibles. El hombre tenía tres esposos omegas incluyéndole a él, así que debía ser consecuente con los tres y los celos no tenían sentido ni cabida allí. Sin embargo, aquella vez, JiMin estuvo muy lejos de sentir indiferencia, pero mucho más lejos de sentir celos. No podía decir que sintiera asco, pero no le gustó. Aunque le gustó aún menos saber que, tras esa escena, su esposo vendría a besarle a él. Siempre era así antes de que todos fueran a dormir, pero JiMin nunca había tenido sentimientos verdaderamente negativos al respeto, hasta ese momento, que no quería ser besado. Quería poder recordar solamente los labios de HoSeok aunque fuera por una noche. Suspiró lo suficientemente sutil como para no ser descarado. Sólo sería un beso rápido y se iría a la cama. Dio un paso hacia su alfa, pero este le cogió de la cintura y esperó, observando como su segundo concubino dejaba la habitación. Esa era mala señal. Cuando su esposo forzaba la situación para quedarse solos significaba algo. Normalmente algo sexual que consideraría una falta de respeto hacer delante de sus otros dos esposos. - ¿De verdad estás bien? - Le preguntó. Aun si le mantenía abrazado por la cintura, JiMin se sintió un poco aliviado. Quizá su esposo sólo quería asegurarse de que estaba bien. La verdad es que la familia de la que le había tocado formar parte le cuidaba y le trataba bien.
- Sí. Estoy perfectamente. - JiMin forzó una sonrisa.
- Pues yo te siento algo triste. - Observó el alfa. - Eso de dar vueltas con el coche para ver la ciudad... - JiMin no sabía si dudaba de su palabra. - ¿Es por qué te gustaría salir más y eso te entristece o por qué a pasado algo y no te apetecía llegar a casa? - Preguntó con total comprensión.
- No es nada de eso... - Se apresuró a decir. - Bueno... quizá salir a tomar el aire de vez en cuando estaría bien. - Admitió.
- Mmm... - Se paró a pensar el alfa. - ¿Qué podría yo hacer por mi bonito esposo? - Le acunó un poco entre sus brazos. JiMin era bastante más bajito y menudo que el alfa frente a él. - Quizá podríamos ir tú y yo a dar un paseo por el parque de vez en cuando.
- Eres muy amable, como siempre. Pero no te preocupes. Siempre estás muy ocupado. - Alegó el omega. - No te haré perder un tiempo que no tienes con mis caprichos. Además, los otros esposos podrían sentir celos. No sería justo.
- Ellos ya tuvieron sus caprichos y mis atenciones antes de que tú llegaras a nosotros. - Aseguró. - Y soy yo el que no debe desatender a sus omegas. Eso no es algo de lo que debas ocuparte tú. - JiMin asintió. Había sonado muy determinante. - Y ahora... - Le abrazó para tenerle un poco más cerca. Demasiado cerca para el estado de ánimo actual del omega. - ¿Por qué no vamos al cuarto y nos damos calor? - Las esperanzas de JiMin se desvanecieron. El alfa no quería sólo expresar su preocupación por él. Parecía una petición amable, casi una proposición romántica, pero ese hombre, como cualquier otro alfa del CIMETEL no estaba acostumbrado a que ningún omega le llevara la contraria. Por lo tanto, JiMin sólo podía intentarlo de forma sutil.
- Estoy un poco cansado. - Se quejó meloso. - Llevo muchas horas trabajadas.
- No seas así, amor. - Respondió sin aspereza alguna, pero JiMin sabía que todo el mundo tenía un límite y el de los alfas solía estar a flor de piel. Aunque su esposo era tolerante y paciente, no dejaba de ser un alfa. - No le digas que no a tu esposo. Eso no está bien. - Aunque su tono seguía siendo dulce, sus palabras empezaban a indicar su férrea educación. No era algo que le extrañase a JiMin, pues a él le habían educado de la misma forma. - Vamos a la cama, ¿si? Quiero hacértelo. - Insistir más no serviría de nada, sólo acabaría por enfadar al alfa. Y además, JiMin no se negaría más a lo que su esposo le decía. Incluso si no le gustaba. No le habían educado así. No sabía hacerlo. Terminó asintiendo.
- Está bien. - Cedió sin mucha resistencia. Cogió la mano de su esposo y fueron juntos hasta el dormitorio. JiMin no se sentía demasiado fuerte ni cómodo esa noche, pero eso no importaba. Lo que él opinara, al final del día, importaba más bien poco. Esa era la vida de un omega del CIMETEL. Para colmo, su alfa era un hombre de 63 años. No le resultaba fácil entonarse lo suficiente como para mantener relaciones sexuales, así que tenían que tomarse un tiempo largo cada vez. Y, mientras tanto, JiMin no podía quitarse de la cabeza la proposición de HoSeok, diciéndose a sí mismo que no lo haría. No podía. No sabía cómo.
Nunca le había costado tanto, mentalmente hablando, ser anudado por su alfa. No era asco lo que sentía. Ya estaba acostumbrado a su alfa, sería absurdo. Pero no quería estar allí. Por primera vez, aquella situación no le resultaba indiferente, ni mucho menos agradable. Pero, ¿qué había cambiado a las veces anteriores? HoSeok. La charla con HoSeok era lo único que había cambiado. Ya hora sólo tenía ganas de echarse a llorar sin saber muy bien por qué. Pero no podía. Eso provocaría que le hicieran preguntas que no podría responder, cosa que no se podía permitir.
Aquella misma noche YoonGi no durmió demasiado bien. Después de una larga y placentera sesión de sexo, JungKook había hecho, tal y como había prometido, que la intrusión del plug de anudación fuera bastante fácil. Sin embargo, tras unos minutos acurrucados, empezó a sentirse incómodo. YoonGi no solía moverse mientras dormía, pero JungKook le notaba removerse entre sus brazos. Cuando para YoonGi fue demasiado, JungKook retiró el juguete durante un buen rato y volvieron a repetir el proceso un tiempo después. No duró mucho tampoco la segunda vez, le resultaba imposible dormir con ello.
- Te acostumbrarás más rápidamente de lo que crees. - Aseguró JungKook antes de besar su frente y arroparle con cariño.
Esos días fueron una locura. No porque tuvieran más trabajo que los días anteriores, aunque tampoco menos, sino porque, a cada momento que tenían aprovechaban para usar el juguetito aunque sólo fuera un rato, ya que JungKook, quien parecía estar disfrutando con aquello, se lo llevaba a todas partes. Durante la última reunión del primer día, que sólo duraría una hora, le pidió que lo llevara puesto. Fue incómodo y terriblemente vergonzoso, pero también había un punto de morbo en ello. Igualmente no había forma de que nadie lo supiera. Si realmente no lo soportaba sólo tenía que retirarse un instante al baño y quitárselo.
Las cosas fueron cada vez a más a medida que pasaban los días y JungKook había tenido razón en algo. Cada vez resultaba un poco menos incómodo usarlo a pesar de que iban aumentando la intensidad pulsando la válvula e hinchando así la punta del plug para dilatarle más y más. Al inicio de cada nuevo nivel era bastante intenso para el omega, y JungKook le consentía y se preocupaba mucho por él en ese momento, pero pronto pasaba lo peor e incluso se permitía disfrutar. La verdad, se sorprendió de lo rápido que aquello avanzaba. Además, tenía una ligera ventaja, aunque YoonGi no diría que siempre era bueno. Para usar el plug, el omega tenía que estar excitado y lubricado gran parte del tiempo. Lo que conllevaba varias cosas. Primera, si el alfa insistía en hacerlo también fuera de casa, había tenido que llevar siempre en su bolsa un recambio de ropa interior, o dos. Segunda, estar excitado hacía que sus feromonas danzaran por la habitación de vez en cuando y los alfas se ponían un poco nerviosos, aún si nadie decía nada, claro. YoonGi no se sentía preocupado, JungKook se mantenía siempre cerca. Y cuando digo siempre, me refiero a que le acompañaba hasta al baño, literalmente. Aquello crispaba terriblemente los nervios del alfa poniéndole severamente celoso en algunas ocasiones.
- Podrías ser más respetuoso hacia mí. - Le comentó en una ocasión. YoonGi le miró sin comprender lo que quería decir. - Te has pasado la mitad de a reunión hablando con ese beta.
- Ese beta era el asistente del distribuidor cárnico de los hoteles, teníamos que asignar una fecha para la próxima reunión. - Le dijo sin poder creer que realmente estuviera celoso por ello si sabía que sólo estaba haciendo su trabajo.
- Pues parecíais muy amigables. - Opinó el alfa.
- ¿Prefieres que sea un maleducado con tus clientes?
- Hay una gran diferencia entre educado y amistoso. - Observó JungKook. - ¿Y tenías que hacerlo delante de mis narices, restregándome esa sonrisa que le ponías?
- ¿Habrías preferido que lo hiciera en privado? - Le retó. - Los dos solos. - Omega y alfa se miraron desafiándose. Para YoonGi sólo era un pequeño juego hasta que el alfa gruñó molesto. - No me ataques con tus celos absurdos. Además, ¿intentas decirme que no puedo tener amigos?
- Yo no he dicho eso. - Dijo casi en un gruñido también. No podía decirle eso, por supuesto, pero si le hubieran obligado habría confesado que prefería a YoonGi sólo para él. - Pero no me gusta que tengas los ojos sobre otro tipo. Eres mío. - Terminó diciendo con su profunda voz de superioridad. El omega entornó los ojos. Le ponía de los nervios cuando se ponía con esa actitud de alfa del CIMETEL.
- JungKook. - Normalmente YoonGi ya habría perdido los nervios por ese comentario, pero estaba poniendo de su parte para entender al alfa y hacerle comprender, sin gritos, lo que significaban sus palabras para él. - Yo no pertenezco a nadie. Te lo he repetido mil veces. Yo soy de mí mismo y nadie más. - Sonó firme, pero apacible y conciliador. Se acercó a él y enredó sus brazos en su cuello. - Pero estoy contigo. Eres mi pareja. Sólo tú eres mi compañero.
- Sí... lo sé. Pero "mío" me sigue gustando más. - Reconoció abrazándole por la cintura. - Si eres mío siento que no puedo perderte. Si estás conmigo siento que puedes tomar la decisión de irte de mi lado en cualquier momento.
- Y podría, JungKook. Por supuesto que podría. - Le dijo aún sabiendo que tan sólo mencionar esa posibilidad no le agradaría al alfa. - Es lo que tiene el libre albedrío.
- No me gustaría eso.
- Siempre pensando en cosas que no han sucedido. - Pronunció. - ¿No es mucho más hermoso pensar que, si estoy contigo, no es porque me siento obligado a pertenecerte, sino que lo hago porque quiero? - Planteó. - Que sigo aquí, a tu lado, es porque yo, libremente, te he elegido como mi compañero. ¿No es ese sentimiento mucho más real? - El alfa bajó la cabeza de nuevo derrotado por sus palabras. Estaba bien ver el mundo desde otra perspectiva, pero eso hacía que los valores que había tenido siempre parecieran débiles y malos. Era un sentimiento agridulce.
- Supongo que... visto así. - Admitió finalmente un poco a disgusto. La tercera cosa que a YoonGi le ocurría al estar constantemente entrenando su dilatación con el plug es que se sentía realmente desesperado en muchas ocasiones y rogaba por las atenciones del alfa.
- Ves como todo es mucho más agradable cuando nos entendemos. - Habló deslizando una mano a la entrepierna del alfa acariciándole por encima del pantalón.
- Sí... - Suspiró cerrando los ojos y disfrutando de la sensación. - Eso es bastante agradable. - El omega besó su cuello y subió hasta su oído. Mordisqueó el lóbulo de su oreja antes de hablar en un sensual susurro.
- Quítame este instrumento de tortura y tómame. - Le rogó. - Llevas todo el día sin hacérmelo. - Se quejó. Eso habría sonado extraño en otra situación pero, en esos días, el lívido de YoonGi estaba tan alto debido a la constante excitación a la que se estaba sometiendo y a que se acercaba su celo que nunca en la vida recordaba haber tenido sexo tan de seguido con nadie. Además, tampoco había tenido nunca la presencia constante de un alfa como pareja sexual. A medida que pasaban las horas y se acercaba el momento del celo, las feromonas de ambos les afectaban y YoonGi sentía la presencia de Suga dentro de sí más insistente y deseosa que nunca. Jamás había sentido los efectos del celo desde dos días antes de este. Estaba más mimoso, necesitado y dócil que de costumbre. Al tiempo que JungKook estaba más ansioso y celoso cada vez.
Por eso, aun si todavía estaban en el despacho que el alfa tenía en la oficina central, bajó la cremallera del pantalón del omega y se lo bajó junto al bóxer para luego cargárselo en la cadera y, sin dejar de besarle, caminar hasta que la espalda de YoonGi tocó la pared. Sujeto entre ésta y el cuerpo de JungKook y agarrado a su cuello dejó que el alfa retirara el plug y le llenara con su longitud. Permitió que le extasiara y saciara su necesidad con certeras embestidas. YoonGi no recordaba haber tenido sexo de pie desde hacía varios años, JungKook, sin embargo, estaba seguro de que era la primera vez que lo hacía de esa manera.
YoonGi se corrió primero, estaba muy sensible y no tardó mucho en hacerlo quedando abrazado al alfa calmado por su intenso aroma a café. JungKook se estaba acostumbrando rápidamente a que el omega llegara antes al orgasmo. Aunque no sabía como lo sentiría durante su celo, al alfa había dejado de resultarle algo irrespetuoso y, sencillamente, se deleitaba haciendo delirar de placer a su pareja. El omega, dejó, tembloroso, los brazos de JungKook y se agachó quedando de rodillas en el suelo, a la altura del miembro del alfa.
- No tienes porque hacerlo. Pareces cansado. - Aseguró. Pero YoonGi ni siquiera respondió y comenzó a practicarle sexo oral. JungKook acarició su pelo y tampoco tardó demasiado tiempo en eyacular. Sentía que cada vez aguantaba menos las habilidades de YoonGi. Él también sentía que debería entrenar un poco su aguante si de verdad quería complacer a su compañero.
Tras eso. JungKook recogió el plug del suelo y fue al baño a lavarlo y desinfectarlo a conciencia. Luego regresó y la imagen que recibió le resultó esquisita. En realidad, YoonGi ni siquiera se había movido. Seguía sentado en el suelo con el pelo hecho un desastre y llevando como única prenda de vestir su camisa blanca. Su expuesta piel blanca era de por sí un delirio para el alfa, pero su respiración aún un poco agitada, el sudor que hacía brillar un poco su frente y la lubricación natural que escurría entre sus piernas hacía de aquella una escena sofocante para él. Además, desde el suelo, ofrecía una sensación de vulnerabilidad que provocaba que JungKook quisiera mantenerlo siempre a salvo entre sus brazos. Sin embargo, YoonGi no veía nada de eso, a él sólo le temblaban las piernas cuando intentó levantarse.
- Me temo que he vuelto a manchar mi bóxer. - Anunció. Y rebuscó en la bolsa. - Creo que olvidamos meter otro de cambio ayer. - JungKook rió.
- Puedes llevar sólo los pantalones. - Propuso. - Igualmente hoy vamos a pasar el resto de la tarde aquí en la oficina, nadie se dará cuenta. - Aseguró acercándose. Cogió toallitas para bebé de la bolsa que había preparado para llevar esos días. Sin duda, JungKook era precavido. Llevaba lubricantes y cosas de aseo para esos días especiales. Tan cuidadoso era con ese tema, porque en los demás solía ser un desastre para organizarse, que YoonGi estaba casi seguro de que había olvidado meter su bóxer a propósito sólo para saber que iba a no llevar ropa interior en algún momento del día. Interiormente, JungKook era un pervertido sin remedio, aunque se negara a aceptarlo o anunciarlo públicamente. Con las toallitas, ayudó al omega a limpiarse. El alfa tenía la costumbre de hacer esas cosas por YoonGi. Para él, de alguna manera, era su responsabilidad ocuparse de cuidar al omega. Así se lo habían enseñado y JungKook era de tomarse las cosas al pie de la letra. Después de eso, y aun si YoonGi le pidió que esperaran un tiempo, JungKook le convenció para que dejara que le volviera a colocar el plug de anidación.
- Mañana por la noche es tu celo y aún te queda un poco por dilatar. Tienes que hacer un último esfuerzo. - Le pidió. - Además, si lo llevas ahora te lo quitaré un rato durante la cena, volveré a hacertelo como te gusta y luego podrás llevarlo toda la noche.
- ¿Toda la noche? - Se quejó. Aquello le ofrecía buenas sensaciones la mayor parte del tiempo, pero empezaba a ser aburrido.
- Te ayudaré a que lo disfrutes. - Le aseguró. - Jugaré contigo hasta que te duermas. - La noche anterior había hecho lo mismo. Le había hecho suyo y masturbado varias veces hasta que había agotado sus energías y se había quedado dormido con el plug dentro.
- Empiezo a estar cansado. - Se quejó a pesar de lo mucho que lo había disfrutado la noche anterior.
- Sólo un poco más y no tendrás que volver a pasar por ello. - Le consoló abrazándole con cariño.
*COMENTA Y VOTA!!!!
Vaya!! Espero que podáis perdonarme, cada vez me retraso más, pero es que no me da la vida XD Este capítulo es un poquito más largo, para compensar.
Espero que os esté gustando la obra. Nos vemos en el siguiente. Un besazo!!!!!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro