¿Estamos bien?
Mientras caminaba hacia el despacho de YoonGi, JungKook miró extrañado su móvil. Había llamado a HoSeok más de cinco veces en toda la mañana y no se lo cogía. Ya era extraño que no hubiera ido a trabajar pero que no contestara al teléfono, eso sí que resultaba rarísimo. Como fuera, llegó al despacho de YoonGi. Había observado que el omega llevaba un par de días un poco delicado. Aún no tenían noticias sobre el asunto que había encargado a Lisa. Parecía algo triste y su celo estaba próximo. Eso no era buena señal. Sus hormonas estaban desequilibradas y eso le afectaría aún más. No rehuía las muestras de afecto de JungKook, pero tampoco se esmeraba en corresponderlas. Estaba trabajando en el escritorio de su oficina y, o estaba demasiado concentrado o demasiado distraído, como para percatarse de la presencia de JungKook en el marco de la puerta. Finalmente dio unos golpecitos en el cristal.
- ¿Vamos a comer? - Propuso con un poco de energía, como si intentara trasmitirsela.
- Tengo que terminar esto. - Le respondió el omega.
- Vaya, ahora sé lo que se siente cuando te lo digo yo. - Rió un poco. - Por suerte. - Dijo entrando y caminando hasta donde estaba él. - Yo soy tu jefe y te digo que eso puede esperar. - Proclamó.
- JungKook, son los presupuestos de... - Dejo de hablar cuando el alfa le arrebató el papel en el que estaba escribiendo.
- Vamos a comer. Y luego seguimos con esto. - Anunció. - Te invito a comer fuera. - Le sonrió.
- Mejor no... - YoonGi bajó la cabeza e hizo garabatos en otro papel. Ese día parecía aún más apagado que los dos días anteriores. - Nos quedamos aquí, ¿vale? Podemos pedir que nos suban algo y comemos en tu despacho. - JungKook tenía una mesa extra en su despacho porque a veces no le quedaba otra opción que comer allí. Aunque muchas veces ni la usaba y comín mientras trabajaba en su escritorio habitual.
- Comer aquí no es bueno. - Opinó JungKook, que en realidad sólo quería que YoonGi se despejara un poco. - No se desconecta comiendo en la oficina. - Aunque era una persona casera, normalmente, YoonGi siempre buscaba excusas para salir de casa. Iba a comprarse algo, al gimnasio o simplemente hacía recados. Esos días no había salido de casa más que para ir a la oficina. De casa al trabajo y del trabajo a casa.
- Da igual. Así no tardamos tanto. - Alegó el omega. Finalmente, JungKook se vio obligado a hablar sin tantos rodeos.
- Creo que deberías salir a despejarte un poco, YoonGi.
- Estoy bien. - Aseguró. - Sólo es que hay mucho trabajo.
- Siempre hay mucho trabajo. - Le recordó. No iba a poner esa excusa con él. - ¿Ha pasado algo? - YoonGi le miró un instante y luego negó.
- No... Nada importante.
- Cuéntamelo. - Dijo sentándose en una silla libre frente al escritorio.
- No es nada. Estoy bien.
- YoonGi, soy tu pareja. Sé que algo te ocurre. Con todo lo de la prensa comprendo que no te guste esta situación pero hoy estás aún más alicaido. - Observó el alfa. - Dime que pasa.
- No es nada. Sólo una ñoñería de niño pequeño. - JungKook se limitó a escuchar. - Es la forma en la que me mira la gente de la oficina ahora. No sé si es mi imaginación o... no lo sé. Nunca me habían afectado tanto estas cosas.
- Quizá porque nunca antes había sido a esta escala. ¿Acaso alguien te ha dicho algo? - YoonGi negó.
- Sólo es su forma de actuar o de mirarme. Es distinta. Antes sólo era un omega que trabajaba contigo. Les sorprendía y había rumores de que era algo más que tu empleado. Eso puedo entenderlo, pero... Ahora, a sus ojos, soy un omega aprovechado capaz de cualquier cosa por dinero o por estatus. - Explicó. - Sólo... creo que será mejor que no salga demasiado en un tiempo. - Opinó YoonGi. - Y mejor si no salimos juntos por ahí. Ve tú a comer fuera, si quieres. A ojos del mundo, tú no has hecho nada malo. A nadie le sorprende que un alfa del CIMETEL tenga un concubino. - Comentó un poco triste
- YoonGi... - Él no era su concubino pero el omega tenía razón en una cosa. Eso era lo que todo el mundo veía ahora cuando les miraba.
- Está bien. - Anunció YoonGi rápidamente forzándose a sonreír un poco. - Supongo que sólo necesito un poco de tiempo para acostumbrarme a sus miradas. - Alegó. - Supongo que también, el hecho de que dentro de unos días entraré en celo me vuelve más vulnerable. - Añadió. - Las hormonas me están jugando una mala pasada. Eso es todo. - Le sonrió sin muchas ganas. JungKook aún no le había dicho los resultados que le había dado el médico. Sintiéndole tan frágil anímicamente no se atrevía. Podía esperar un poco, al menos hasta que pasase su celo. Se acercó a él y le dio un suave beso en el pelo.
- Voy a solucionar esto, ¿vale? - Le dijo el alfa.
- Lo sé. - Respondió YoonGi de nuevo forzando la sonrisa.
La noche anterior, JiMin estaba seguro de que se partiría una pierna al saltar por la ventana. HoSeok le sostuvo y el omega prácticamente se dejó llevar en sus brazos.
- Pesas poco. - Le había dicho el alfa. - Debería comer más. Me gusta cuando tu mejillas están hinchaditas. - Comentó con cariño. - Te dan un aspecto adorable. - Comentó mientras terminaban de saltar el vallado del recinto. La casa tenía seguridad, pero era sobretodo para que alguien no entrara, no para que alguien no saliera, así que a HoSeok no le resultó difícil burlarla incluso si llevaba a JiMin con él. Entrar había sido un poco más complicado para el alfa, pero nada que no pudiera sobrepasar teniendo en cuenta que él también se dedicaba a la seguridad. La casa de JungKook estaba mucho más celosamente protegida.
- Pero me esfuerzo mucho por estar delgado. - Había respondido JiMin.
- Yo creo que no es necesario. Siempre has estado perfecto. Haz como quieras, sólo ten cuidado con tu salud. - Le pidió abriéndole la puerta del coche a JiMin, tanto por educación como por deformación profesional.
En el trayecto a la casa de HoSeok, JiMin no podía parar de sonreír y estar inquieto por la felicidad que sentía. Para HoSeok era tan tierno que no podía evitar sonreír como el idiota enamorado que era.
- ¿Qué quieres cenar? - Le dijo. Ya era muy tarde, pero sabía que con el disgusto que había tenido hasta ahora no habría comido casi nada en los últimos días. - Te haré algo rico.
- Es muy tarde. No te molestes.
- ¿Carbonara? Son tus favoritos. - JiMin le miró con los ojos muy abiertos y se relamió. HoSeok se había echado a reír. - Carbonara entonces.
Esa noche, los dos habían cocinado juntos, incluso si el alfa quería hacerlo él solo para consentir a JiMin. El omega no se había separado de su lado ni un instante y poco había faltado para que se les pasara la pasta porque eran incapaces de dejar de mirarse embobados y darse besos largos y lentos. Se amaban. Y la cena y el lugar y el cuando o el cómo era lo de menos. JiMin lo olvidó todo. El miedo, la duda, el tiempo que habían pasado separados. Todo lo olvidó aquella noche entre sus brazos. Todo menos el amor adolestente que aún sentía por él. El más veraz, el más sincero y apasionado. El único amor que no tiene las ataduras de la adultez y la responsabilidad. Los besos que empezaron en la cocina no se detuvieron en el comedor. Con los labios llenos de salsa y entre risas enternecedoras, las caricias se hicieron más cercanas. La carbonara se quedó sin terminar en el plato de HoSeok y los cacharros sin fregar. Los besos continuaron en la oscuridad del cuarto. Siquiera se les pasó por la cabeza la posibilidad de que el esposo de JiMin ya se hubiera enterado de su huída. Poco importaba. Estar en los brazos de HoSeok era lo más parecido a estar en el limbo. Nada más importaba. Nada más existía. Sus manos recorriendo su piel ansiando poseerle, sus labios sobre su cuerpo marcándole como suyo, su pecho cálido y fuerte contra la delicadeza de JiMin y sus piernas entrelazadas.
- Hobi... - Jadeó con una sonrisa. - Estamos juntos. - Alegó con ganas de llorar de felicidad. HoSeok le acarició la mejilla. Sin prisa, con infinita devoción.
- Voy a cuidar de ti. Nadie te alejará de mí nunca más. - Le abrazó con fuerza. - Te quiero.
- Soy tuyo, Hobi. - Pronunció pletórico.
- Aún no, vida mía. - Aseguró. La ropa había desaparecido hacía tiempo y era difícil saber dónde empezaba la piel de uno y empezaba la del otro. Colocarle correctamente bajo él fue un placer para el alfa y una obviedad para el omega. Sentirse recogido y protegido entre sus brazos era lo lógico. Antes se habían detenido por cuáles podrían ser las consecuencias de sus actos. Ahora no era relevante. No sólo afrontarían las consecuencias sino que las aceptarían con agradecimiento y esperanza. Lo que ocurriera entre ellos dejó de ser un futuro más o menos lejano para convertirse en el presente. En su presente, tan claro y real.
Se introdujo en él con un cuidado que no tenía parangón. Acarició su entrada sin rapidez ni ansia. ¿Cuánto tiempo había pasado? Tampoco importaba. Era suyo. Le pertenecía sólo a JiMin. Siempre lo había sido. Habían intentado ocultarlo. Habían intentado olvidar su amor mutuo y no lo habían logrado. Meció su cuerpo contra el de JiMin. Suave. Una lágrima cayó por la mejilla del omega.
- JiMin. - Habló un poco preocupado. - ¿Qué te ocurre? ¿Te… te hago daño? He perdido practica, yo… - El omega le cogió del rostro y le miró con intensidad y cariño para calmarle.
- Estoy bien. Sólo estoy feliz. - Aseguró. - Había olvidado cómo se sentía. - HoSeok no sabía muy bien a qué se refería. Sabía muy bien que JiMin se había pasado las noches en brazos de otro hombre. No podía referirse a que había olvidado cómo se sentía al tener sexo.
- No entiendo. ¿Cómo se sentía el qué? - Le preguntó.
- Hacerlo por amor. - Entristecido por la confesión abrazó al omega con fuerza. - No dejes que me aparten de ti. - Lloró aún más fuerte.
- Shh. No llores, mi vida. - Dijo repartiendo besos por todo su rostro. - Nadie me separará de ti. No lo permitiré. - Prometió. - Quizá nos hemos apresurado mucho. ¿Deberíamos parar y descansar?
- No. Quiero seguir. Lo siento. No he podido evitar llorar.
- JiMin. No tienes que pedir perdón. No has hecho nada malo. - Le besó con suavidad. Como si tuviera todo el tiempo del mundo. JiMin parecía entregado a él, pero sensible ante la idea de tener una felicidad duradera. Cómo temiendo que fuera un sueño que pudiera evaporarse abriendo lo ojos. Como una burbuja de jabón que estalla sin previo aviso. ¿Cómo hacerle entender que todo había acabado ya? Que desde ese instante estarían sólo los dos.
Unidos en uno solo, HoSeok dejó que el omega se enredara en su cuerpo. Apretándole contra su pecho y moviendo su cadera con suavidad, deslizándose dentro y fuera de él. Ninguno de los dos tenía necesidad de hacerlo deprisa. Ya habría tiempo para la pasión y la lascivia en otro momento. HoSeok sólo quería demostrarle a JiMin que no se iría de su lado nunca más. Que le dedicaría cada segundo de su tiempo.
Ahora, pasaban de las 12 del medio día y poco importaba. HoSeok había apagado su teléfono la noche anterior y JiMin dormía sobre su pecho. La imagen del omega resguardado entre sus sábanas y disfrutando de su cálido abrazo hacían que HoSeok se olvidara de todo lo demás. Más tarde llamaría a JungKook. Por el momento, no tenía intención ninguna de despertar al lindo omega que le usaba de almohada. Además, la verdad era que no tenía gana alguna de llamarle y que le regañara trayéndole al mundo real y bajándole de la nube de algodón de azúcar en la que estaba en ese momento, así que lo alargaría todo lo posible. JungKook era una figura reconocida del CIMETEL con principios firmemente arraigados. Incluso si les había apoyado en su adulterio, a regañadientes, no vería con buenos ojos lo que habían hecho. Aun así, era su amigo. De algún modo, sabía que acabaría perdonándole. O eso esperaba HoSeok, porque tampoco podía depender de su perdón. Ahora JiMin era lo más importante.
Se suponía que aquella reunión no debía durar más de unos minutos, pero se había alargado demasiado. Y se suponía que sólo se habían juntado para preparar la que sería la reunión de inversionistas de dentro de dos días. Sólo los altos cargos de la empresa, directivos y geretes iban a estar presentes en ella. Esa sí sería una reunión larga y tediosa para JungKook, más aun porque YoonGi no estaría con él. Ya eran pasadas las seis de la tarde y JungKook quería irse a casa. Además, YoonGi parecía cansado.
- Ya que durante la reunión de pasado mañana voy a estar ocupado todo el día, ¿por qué no te tomas ese día libre? - Propuso JungKook. - De todas formas eres mi asistente y no habrá nada en lo que puedas asistirme ese día. Sólo tendremos tiempo para la reunión, estoy seguro.
- Hay trabajo que puedo hacer sin que estés pegado a mí. - Aseguró YoonGi con media sonrisa cansada.
- Ya, pero me gustaría que te tomaras un día libre para ti. - Confesó el alfa. - Ya sabes. Levantarte tarde. Salir o quedarte en casa, ir a la piscina o de compras... Relajarte por tu cuenta. - Expuso. - Tener un día sólo para ti.
- No es necesario. Mi celo será la semana que viene, así que igualmente tendré un día libre pronto. - Le recordó.
- Pero el celo no vas a pasarlo solo. - Aprovechó que todo el mundo se había ido de la sala de reuniones y se habían quedado solos para tomar a YoonGi por la cintura. - Tengo pensado pasarlo contigo. - Planteó con una sonrisa lasciva. - Ya sé que con lo perfecto, maravilloso y encantador que soy me echarás mucho de menos. - Bromeó. - Pero, yo me refería a un día solo para ti. Un momento para estar a solas con tus pensamientos y descansar, incluso de mí. ¿No te apetece librarte un poco de mí también? Sé que puedo ser agobiante a veces. - Reconoció con más seriedad.
- Un poco intenso sí eres. - Admitió YoonGi entre risas. - Puedes que me siente bien. Terminó concluyendo. El alfa sonrió y se inclinó para besarle.
- JungKook. - La voz del señor Jeon les interrumpió desagradablemente. Se separaron lentamente. No tenían nada que ocultar.
- ¿Qué quiere, padre? - Le habló de forma aspera. - Si va a volcer a decirme que vuelva a casa ya sabe cual es mi respuesta.
- No es eso. - Aseguró. - Es sólo que me ha llegado una información que creí que querrías saber.
- Sorpréndeme. - Pronunció el joven Jeon no muy ilusionado.
- Se trata de tu querido guardaespaldas. - JungKook puso entonces atención. HoSeok no le había cogido el teléfono en todo el día. ¿Y si le había ocurrido algo? - Según mis contactos podría estar en un buen lío. Por lo visto, tiene algún tipo de relación con cierto omega... casado. - Dijo haciendo una pausa dramática. - ¿Tú no tendrás nada que ver, verdad hijo?
- Eso no es de tu incumbencia. - Formuló el alfa.
- Me decepcionas, JungKook. Ni yo ni el CIMETEL te hemos educado así. - JungKook no dijo nada, sólo se le quedó mirando con intensidad. Necesitaba que continuara y le dijera todo lo que sabía, no que le dijera lo decepcionado que estaba. Además, eso ya poco le importaba. - Por lo que ha llegado a mis oídos, dicho omega ha desaparecido de su habitacióm esta noche. - JungKook y YoonGi abrieron mucho los ojos, muy sorprendidos. - Se habla de secuestro. La policía está a punto de intervenir, si es que no lo ha hecho ya. - JungKook cogió la mano de YoonGi con la intención de salir corriendo. - Piensa antes de actuar, hijo. ¿Qué es lo mejor para ese omega? - Pronunció el padre. En cierto modo tenía razón. Debían hacer también lo que era mejor para JiMin, pero JungKook estaba seguro que su padre consideraba que el mejor futuro para JiMin debería ser muy distinto al que JungKook podía imaginar.
Hola!!!! Un poco tarde pero llegó!!! #FelizLunes Espero que os haya gustado mucho. Os aviso que es el preludio de algo intenso!!!!!!!
PD:decidme si esa no es la imagen real más intensa que tiene un ship de BTS. Si escontráis una imagen con esa intensidad poned el enlace en lo comentarios!!!!! Mencionaré a quien ponga una así, si hay alguna XD, en el próximo capítulo!!!!
Un besazo!!!!!
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