Aguanta
- Señor Jeon, su padre ha indicado que dejen todos sus teléfonos móviles fuera de la reunión. - Le comunicó el beta que era el ayudante de su padre. A JungKook eso no le sorprendió puesto que era un protocolo que se realizaba muchas veces en las reuniones más importantes. Tomaron esa norma porque cuando se reunían los más altos cargos, sus teléfonos estaban constantemente sonando y era imposible seguir el hilo de la reunión. Sin embargo, a JungKook le venía muy mal.
- Lo pondré en silencio. Me puede llegar un mensaje importante.
- Entonces estará usted revisando su teléfono cada pocos minutos. Por favor, señor Jeon. Permita que nosotros nos quedemos con su móvil como hacemos con el del resto de empleados y yo mismo le comunicaré si tiene algún mensaje o llamada urgente. - La cortesía y el buen hacer del ayudante de su padre siempre había sobresalido. JungKook confiaría en un hombre así. Claro que él tenía a YoonGi de asistente, así que no tenía nada que envidiar.
- Está bien. Mi contraseña es 5846. - Luego podría cambiarla igualmente. - Ocúpese personalmente, por favor, de avisarme si me llega algún mensaje del señor Min YoonGi. - JungKook no estaba confiado de que YoonGi se sintiera del todo bien aún. Además, con la fama repentina que parecía que había llegado para atormentarle, prefería estar disponible siempre para él. Estaba preocupado, YoonGi todavía parecía vulnerable a pesar del buen humor con el que le había despertado esa mañana. Quizá sólo tenía que descansar un poco y tener tiempo para sí mismo.
- Por supuesto, señor Jeon. Yo me ocuparé. - Afirmó con gesto responsable.
La reunión estaba programada para que se alargara hasta las siete de la tarde. Sabiendo que siempre había problemas, acabaría sobre las nueve de la noche, como mínimo, sino más. JungKook se preparaba para un largo día.
YoonGi durmió hasta tarde y, además, con la cama para él solo. Adoraba dormir con JungKook, el alfa era cálido y le abrazaba y su olor le embriagaba ofreciéndole los mejores sueños. Pero, por otro lado, se movía bastante y, aunque YoonGi no se movia nada y sólo necesitaba un pequeño espacio para estar cómodo, tener la gigantesca cama de matrimonio para él solo era un placer. Más aún si el aroma de JungKook permanecía en ella como un abrazo cálido. La sesión de sexo de antes le había dejado bastante satisfecho. Se removió en la cama y se incorporó un poco sintiendo el plug clavarse en él provocándole un gemido. Lo había olvidado. Se colocó cómodamente en la cama y tiró de él con suavidad, respirando lento. JungKook solía ayudarle con esas cosas y su cuerpo ya estaba frío como para sacarlo de golpe. No le costó demasiado sacarlo con una sensación a caballo entre el placer y la incomodidad. Desnudo y abierto como estaba sintió la efímera tentación de tocarse un poco, pero decidió ignorarla. Prefería hacer otras cosas. Además, JungKook le había prometido noche de sexo. Lo mejor se hace esperar. Aunque JungKook llegaría cansadísimo de la reunión. No importaba, sólo tenía que hacer él mismo el trabajo. Esa misma mañana no había salido tan mal. Además, en cuanto calentara un poco el ambiente, seguro que JungKook se olvidaba del cansancio. Tampoco era como si hubiera estado corriendo una maratón, sería cansancio mental, y para el sexo no había que pensar mucho.
Además, nada de eso importaba, YoonGi quería ir de compras. Ahora que su sueldo era bastante superior al que tenia antes podía permitirse esos lujos. De hecho, puesto que tampoco tenía demasiados gastos, principalmente porque vivía con JungKook y no tenía que pagar un alquiler o una hipoteca, podía darse un capricho. Inicialmente pensó en ahorrar. Siempre podía ocurrir que él y JungKook no fueran compatibles y terminaran su relación, y entonces él se quedaría en la calle y sin trabajo. Pero él ya tenía algo ahorrado de antes y, además, en ese momento le parecía imposible que JungKook y él no estuvieran hechos el uno para el otro. Lo que era irónico, después de lo mucho que les había costado entenderse. No iban a dejarlo, JungKook era la pareja que YoonGi había estado esperando toda su vida, y viceversa, sólo que ninguno de los dos se imaginaban así. Jamás habrían pensado estar con alguien tan distinto y encajar tan bien y, sin embargo, ahora era tan natural como respirar.
Compró sobre todo ropa. También algunas cosas de menaje para la casa. En la casa de JungKook a penas se cocinaba antes de que él llegara así que le faltaban algunas cosas básica. Terminó comprando más cosas de las que habia imaginado inicialmentr, pero no le importó. Esa sensación de estar construyendo un proyecto de futuro con JungKook le hacía muy feliz. Lo único que le amargaba un poco era la forma en que algunas personas le miraban pero, ¿y qué? Él sabía que motivos le habían llevado hasta esa vida. Él y JungKook sabían la verdad de lo que había pasado con Ailee. El resto no importaba. Pero, en realidad, no era tan fácil ignorar sus cuchicheos. A pesar de todo, una sensación extraña se posaba en su vientre. A un momento se sentía eufórico y al siguiente quería que la tierra se lo tragara para no soportar lo que estaba ocasionando su reciente y no muy buena reputación. Lisa se estaba encargando de eso, pero aún no había conseguido encontrar la manera de anunciar algo publicamente sin que la opinión pública de YoonGi empeorara. Ailee era la culpable. Ambas estaban luchando como fieras para salir vencedoras de la situación, moviendo contactos y cobrando algunos favores. Después de comer en un bonito restaurante y darse unos lujos para sí mismo, la sensación en su tripa fue a peor, así que decidió volver a casa. Quizá algo de la comida le había sentado mal o, simplemente, el nudo que tenía en su estómago por la presión mediática, había terminado haciendo que le sentara mal. Sólo iría a casa a descansar un rato y ver una película relajadamente.
Al terminar la película, que le había distraído un poco, la sensación sólo se había hecho peor y ahora tenía calor. ¿Acaso era su celo que se había adelantado de nuevo? De pronto tenía frío también. Y su estado de ánimo era una montaña rusa de emociones. Cogió el calendario, aunque ya lo había calculado más de mil veces. Se suponía que no tenía que llegar hasta dentro de tres días. ¿Qué le estaba pasando a su cuerpo? Jadeó acalorado y un poco angustiado. Aún eran las cinco y media, JungKook no estaba ni cerca de salir de la reunión y no podía llamarle al móvil porque no podía interrumpir. Caminó hasta la habitación y abrió el último cajón de la cómoda. Allí había un maletín rojo y una caja de cartón. Abrió la caja y cogió el consolador que había dentro. Quizá eso le aliviaba un poco. Quizá no era su celo realmente y sólo estaba un poco desesperado ansiando lo de esa noche. Sabía que no era eso, pero tenía que pensar positivamente en las opciones que tenía. Abrió también el maletín rojo. Quizá allí había algo que le pudiera aliviar mejor. Encontró un S.E.A. y apartó la mano como si quemara. No los soportaba. Ni siquiera quería oír habla de esos supositorios. Era un trauma para él desde que se había presentado. ¿Por qué JungKook tendría algo así? Miró la fecha. Los S.E.A. caducaban cada pocos meses. Estaba caducado. No lo había comprado para él. Debía ser algo básico en el maletín de un alfa del CIMETEL. JungKook ahora pasaba sus celos con YoonGi, por supuesto, así que no miraba demasiado el maletín. Sólo para usar algún plug y para divertirse un rato juntos con algún juego de los suyos. Como fuera, cogió un plug de un tamaño mayor que el que había usado por la mañana, algo similar al tamaño de JungKook al anudarle. Se quitó la ropa y se recostó. Ya estaba algo erecto y había empezado a lubricar. No podía ser, sus celos siempre eran por la noche. Intentó relajarse. Cerró los ojos. Acarició su cuerpo. Estaba ardiendo. Pellizcó sus pezones un poco y su cuerpo siguió reaccionando al instante. Se pusieron duros enseguida y enviaban estímulantes calambres a sus lugares más íntimos. Masajeó su miembro, primero suavemente, pero no tardó en hacerlo con más ímpetu. Quería más, de algún modo sabría que nada de lo que él haría sería suficiente, pero podría aguantar a que JungKook terminara la reunión. Con algo de suerte... Metió sus dedos cuando ya no aguantó más. Dos de ellos entraron con facilidad y la cama empezó a mancharse con su lubricación. Con los dedos llenos de su esencia acarició el consolador y rapidamente frotó su extremo contra su entrada. No quería eso, quería a JungKook. Gimoteó.
- Alfa. - Lo metió profundamente desde la primera vez y su espalda se arqueó por la sensación tan grata. Antes de que pudiera darse cuenta estaba boca abajo, en cuatro, con la cabeza apoyada en la almoada en un angulo incómodo, porque era la posición en la que podía mover su mano con más rápidez. Estaba desesperado y su ritmo era frenético. - JungKook. - Lloriqueó. Se estaba sintiendo bien, pero no era suficiente. Era una sensación frustrante que no le gustaba nada. También, como podía masturbaba su miembro. - ¡Ay! - De tan rápido que iba se estaba haciendo algo de daño, pero necesitaba aún más. Eyaculó con varios espasmos. Le dolía la muñeca y el cuello por el ángulo extraño. Pero no era suficiente. Su cuerpo seguía reclamando aparearse. Lo necesitaba. Iba a volverse loco si no sentía el semen de JungKook dentro de él. Quería llorar. Su alfa no estaba con él en su celo. Volvió a meter el consolador dentro de él y, aunque seguí lubricando y sentía placer, también estaba incómodo, sus paredes estaban sensible y él estaba siendo muy brusco. Nada era suficiente. Lo sacó feustrado y malhumorado. Tenía tan calor que sentía que iba a arder en cualquier momento. Estaba sudando y no tenía una sensación agradable en el cuerpo. Se sentia febril. Nunca había aguantado tanto tiempo el celo de esa forma, solo. Recordó una vez que su cita de OmagApp llegó tarde. Sólo fueron 15 minutos, pero se sintió horrible. Ahora estaba sintiendo eso multiplicado de forma exponencial por cada minuto que pasaba. Quería deshacerse de esa sensación. Cogió el plug que antea había seleccionado con prisas y lo presionó contra su entrada. Era bastante grande y no entraba bien incluso si estaba lubricado y abierto. Además, él no tenía la técnica ni etaba teniendo el cuidado que tenía JungKook. Para colmo, sus manos temblaban. Todo su cuerpo temblaba. Pero si conseguía introducirlo quizá su cuerpo sentía algo similar al nudo de su alfa y le permitía aguantar un poco y llenarle de esa ssensación de calma que proporciona el nudo, aunque fuera por unos instantes. Así que lo presionó aún más, ni siquiera sabía muy bien que talla de plug había escogido. Sólo sabía que era uno grande. Usó su mano libre para abrir bien sus nalgas y trás forzarse u poco más entró finalmente, y dolió. Sus paredes se espandían demasiado, pero podia aguantar. Todo su cuerpo sentia algún malestar, ya fuera por la postura, el calor, el cansancio o el propio celo, todo su cuerpo se quejaba. El plug hizo un ligero efecto y, aunque aún se sentía dolorido, le permitió respirar un poco. Agarró la almohada de JungKook,la abrazó con fuerza y hundió el rostro en ella aspirando su fuerte esencia a café recién hecho. Allí, hecho un gurruño, dolorido, cansado, caliente y desesperado por aparearse, aguantó cuanto pudo. Cuando YoonGi creía que debían ya ser las ocho de la noche, por lo menos, miró su reloj. No podía ser cierto. Eras las seis y media. Sólo había pasado una hora. No aguantaba más. Sabía que no podía llamar a JungKook porque estaba en una reunión muy importante pero no podía aguantar más tiempo. A trompicones salió de la cama. El plug incrustrado en su entrada le hizo daño al moverse. Queria llorar y, cuando tuvo el teléfono en sus manos, las lágrimas aparecieron. Intentó escribir un mensaje escrito, pero las manos le temblaba, así que envió un mensaje de voz con la esperanza de que JungKook fuera discreto sl escucharlo. Intentó no gritar.
- JungKook... mi...mi celo. Estoy en celo. No... puedo más. No me siento nada bien. - Dijo llorando. - Por favor. Ayúdame, alfa.
Con el móvil contra su pecho, terminó hecho un ovillo en el suelo llorando y rezando porque JungKook acudiera a su súplica.
A los pocos minutos, el móvil vibró dos veces seguidas. En la pantalla se podía leer:
"Voy enseguida."
"Aguanta un poco, mi omega."
YoonGi suspiró de alivio y se arrastró hasta la cama. Había algo extraño en el mensaje, pero YoonGi estaba demasiado alterado como para percatarse.
Sobre las seis y media el asistente de su padre entró en la sala de reuniones interrumpiéndoles.
- Disculpen. - Dijo con una inclinación de 90 grados. JungKook se tensó. ¿Le habría pasado algo a YoonGi? - Sólo será un instante. Continúen, por favir. - El asistente se encaminó hacia la cabeza de la mesa y JungKook se tensó aún más al verle acercarse, pero el hombre no le miraba a él. Fue un alivio verle pasar de largo y dirigirse hacia su padre. Entonces el alfa volvió a centrarse en la reunión mientras el asistente le decía algo al oído a su padre. Él le respondió algo también al oido y luego se marchó dejando a JungKook respirar tranquilo.
La reunión se alargó hasta las ocho y media. Recogió su móvil de vuelta con un poco de ansiedad. No tenía ningún mensaje. Intentaron convencerle, incluso su padre, de que fuera con los demás a beber, pero se negó y se disculpó diciendo que tenía a su omega un poco convaleciente en casa. Mentira. No quería salir. Quería ir con YoonGi. Le envió un mensaje.
"Ya salí"
"Estaré allí en unos minutos"
"Espero que estés preparado para lo que te espera, porque llego estresado y necesito mimos"
Puso un par de emoticonos y lanzó el móvil al asiento del copiloto para conducir. Al principio se extrañó al no oír el pitido de la llegada de un mensaje en respuesta, YoonGi solía contestar al móvil bastante rapido a esas horas, sobre todo cuando le esperaba. Quizá el asistente de su padre lo había silenciado. A mitad de camino llegaron los mensajes, de hecho, llegaron un montón, pero JungKook estaba conduciendo y era responsable cuando conducía. No debía mirar el móvil. Aparcó el coche en el garaje y recogió sus cosas. Revisó su móvil en el ascensor. Ninguno de los mensajes que había recibido eran de YoonGi, así que los ignoró. Le resultó extraño.
- Ya llegué. - Dijo al entrar. Un intenso aroma le golpeó como si fuera una bofetada. Era un olor dulce que conocía muy bien. YoonGi… La casa parecía desierta. Todas las luces apagadas. YoonGi solía estar en el salón o en la cocina a esa hora. - ¿YoonGi? - Le llamó. Con ese aroma allí tenía que estar aún en casa, aunque según entraba más en la casa pensaba que el fuerte aroma ya se estaba disipando. Aun así, tenía que encontrarle deprisa porque tanto olor no era normal. Inspeccionó la casa. Todo apagado, en silencio y vacío. Hasta que llegó a la habitación. Estaba hecha un desastre. Las sábanas por el suelo. El cajón de abajo, donde estaba su maletín rojo y el consolador de YoonGi estaban a medio abrir. De hecho, uno de los plugs estaba tirado en el suelo. Y no uno cualquiera, el de talla 10, el más grande. - ¿YoonGi? - Siguió buscándole. - Yoon... - Vio que la luz del baño estaba encendida. - YoonGi, ¿estás ahí? - Preguntó. Al ver que no respondía llamó a la puerta. - ¿Ocurre algo? ¿Va todo bien? - Intentó abrir, pero estaba cerrada por dentro. - ¡YoonGi! - Aporreó la puerta preocupado. - ¿Estas ahí? ¡Abre! - Escuchó un pequeño gimoteo. - ¿Cariño? - Habló más bajito para poder oír.
- Vete. - Respondió YoonGi desde dentro en un susurro agónico.
- YoonGi, cariño. ¿Qué ocurre? Déjame entrar. - Pidió.
- ¡Lárgate! - Gritó el omega desgarrando su garganta y dejando helado al alfa.
H
ola!!!! Aquí el capítulo de hoy. Espero que os haya gustado!!!!! Ya estamos otra vez con los problemas. ¿Qué habrá pasado exactamente? Lo descubriremos en el próximo capítulo. 😊😊😊 Se que soy cruel por dejarlo aquí, pero sé que me amais igual 💜💜💜🤣🤣🤣
Un besazo!!! 😘😘😘
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