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Dos: ¡Respiro! O quizás, sorpresa.

8 de junio.

Como primer punto, habían pasado dos meses desde que volví a ver a Lauch. Me encantó cenar y ver una película con mi mejor amiga. Lo que no me gustó tanto fue conocer al tal Óscar, menos mal ya terminaron y no la volverá a molestar. ¿Verdad? Debo ser honesto de que ya ha pasado el tiempo y aún me quedo pensando sobre la situación.

A pesar de todo eso, lo más importante en esa fecha no era el día o lo que sentía o lo que había pasado. Lo más importante era algo muy especial que no podía olvidar. Era el cumpleaños de mi mejor amiga: Laura Martín.

Laura cumplía veintiuno y aproveché que ambos estábamos de vacaciones para hacer la mejor fiesta que ella pudiera tener. Era una sorpresa y ella no tenía idea que estaría allí, según ella, yo permanecía en Francia. Además, tampoco se imaginaba que yo tenía un increíble coche nuevo, a pesar de que siempre habíamos soñado con ello.

Cuando estábamos en el campamento siempre nos poníamos a imaginar y a cuestionarnos sobre muchas cosas. Uno de esos días Laura me preguntó qué tipo de carro me gustaría tener y pues, ahora esta totalmente plasmado: azul (el color favorito de Lauch por cierto), bajo, eficiente, rápido, cómodo y genial.

Me sentía feliz yendo por las calles con licencia, recorriendo diferentes lugares y viendo los paisajes, monumentos y ciudades de mi bello hogar, España. Iba a un salón cercano a la casa de Lauch para preparar todo y darle su sorpresa. Por cierto, mi mejor amigo me acompañaba. Él era muy bueno para adornar y elegir una buena temática. Sabía qué música escoger, cómo crear actividades entretenidas y un buen ambiente. En fin, planificar buenas fiestas era lo suyo. 

Había conocido a Alex en la universidad, éramos compañeros de cuarto. Tiempo antes de entrar al cuarto, nos pusimos a investigar de dónde venía el otro estudiante para romper el hielo y entablar una conversación en el idioma del otro y hacerlo sentir cómodo. Pasaron ciertos momentos y me preguntaba cómo es que él tampoco me había dicho nada. Cuando estábamos desempacando, nos dimos cuenta que ambos veníamos de España, yo de Barcelona y el de Bilbao, pero finalmente, de España. Estaba claro que sería más fácil socializar, la cultura era similar.

A partir de allí, estuvimos hablando por mucho tiempo en el cuarto. En fin, pudimos encontrar mucho temas en común y nos parecía muy gracioso que ambos haríamos lo mismo por nuestro compañero. Al final de cuentas ambos teníamos la misma meta: graduarnos en Francia con honores y llevar a cabo una exitosa carrera.

Finalmente, nos convertimos en mejores amigos y nos ayudamos desde el principio a cumplir lo que queríamos. Desde que era un pequeño chaval deseaba tener un mejor amigo como él. Él era muy bueno en cuanto a actividad física y ayudó a que lograra mantenerme activo, lo que ni siquiera Lauch había logrado. Por otro lado, era muy bueno en la mayoría de asignaturas, al igual que yo. Si en algún momento encontrábamos alguna dificultad, nos ayudábamos y lográbamos resolver cualquier tipo de problema y sobresalir en el campus. La universidad y el campamento eran dos lugares que no imaginaba posibles para encontrar a amigos y ¡wow! Fue al contrario.

Además, mi seguridad aumentó. Por decirlo así, Alex, me compartió de la suya. Era increíble que con cosas que no tenía idea qué hacer, él sí, y que con lo que él tenía dudas, yo lo ayudaba. 

Yo le ayudaba en el orden del cuarto y la organización del estudio para que no se le sobrecargara. También debía prestar atención y mantenerse centrado, y él me ayudaba con mi seguridad, hablar sin nervios, ser directo y en las relaciones con los compañeros de clase y con algunas chicas. Apenas lograba hablar y conocer a alguien, pero con Laura y Alex, se me hizo un poco más fácil. Incluso pude tener algunas amistades cercanas, pero tenía que ser yo, que hacían que fueran muy, muy cortas.

Teníamos una semana de vacaciones así que Alex no dudó en acompañarme. Él dijo que era porque Lauch era especial para mí, pero era claro que él tenía dos razones. Como primera razón, él quería ver a su familia y la segunda era que quería visitar Bilbao y los lugares turísticos de España. ¿Cómo no extrañar nuestro increíble país? ¿Cómo no extrañar Mondays? ¿Los artistas? ¿Los eventos? Todo era de extrañarse, sin embargo, Francia no tenía nada que envidiarle.

—¿Especial? ¿No será algo más que especial? Vamos tío, hablas de Laura Martín a cada rato. Ya me sé la historia de memoria desde hace dos años. No hay nada que no sepa de ella gracias a ti.

—Alex, tú sabes, como soy yo —fue lo único que supe responder.

—A ver tío, como tu digas, esa ya es cosa tuya. Como tu mejor amigo te aconsejo arriesgarte. Ahora, si es para ayudarte, para festejar a alguien, estar en una fiesta guay y además, ir a ver después de dos años a mi familia, despejarse de la universidad y visitar mi país. ¡Claro que voy!

—¡Vale! ¡Pues ya ves! Entonces, ¡nos vamos a España! ¿Ya hablaste con tu hermano?

—Peter, sabes que no. Mi hermano no me habla desde hace varios años y ya sabes por qué, sin embargo, con el resto de la familia, quiero que sea una sorpresa, no tienen ni idea que llegaré —fue su rápida reacción, aunque la verdad que él decía era la verdad. ¿Verdad?

—¡Pues, vale! De mi parte, le avisé a mi hermana y la verdad es que no se esperaban que llegara pero están contentos.  Alex, tenemos una semana, vamos a disfrutarla. Tendrás que mostrarme Bilbao y ahora sí que comprobaremos si Mondays sigue siendo el mejor en el país. ¿Cómo es que no hay Mondays en Francia? ¿Cómo?

—Creo que puedo hacer eso, tú lo sabes. ¡Nos vamos a España, tío! Quiero que conozcas el parque cercano a mi casa, vas a gozártela. Y claro que Mondays es genial, tendremos que exigir una franquicia en Francia jajaja.

—Ok, tenemos una semana para dividirnos. El lunes iremos a fiesta de Lauch y al hotel, el martes, miércoles y jueves hacia Barcelona y viernes, sábado y domingo hacia Bilbao.

—Claro, cerramos con broche de oro en Bilbao. JAJAJAJA —eso sí me hizo reír jaja.

—JAJAJA, muy gracioso. Pero al menos iniciaremos bien en Barcelona jaja.

El verdadero punto es que yo estaba muy emocionado de visitar España, ver a mis padres y hermana, pero sinceramente, lo que más me emocionaba era sorprender a Lauch y festejarle su cumpleaños 21. Alex y Laura tenían un gusto particular por la música country y además a Laura, le gustaba el pop-rock, igual que a mí jaja. Alex ya tenía toda la fiesta planeada, y yo con un contacto, pude reservar un salón bastante amplio e invitar a todos los amigos y familiares de Laura. Maravillosa tecnología que nos permite ser más eficientes.

No pude dormir el día anterior. Alex y yo habíamos llegado al aeropuerto y la verdad es que fue increíble saber que estábamos a unas horas de volver a España y respirar otros aires, al menos, durante una semana. Fue increíble estar en el avión, la verdad no había subido a muchos aviones, pero lo cierto era que en los anteriores, iba con mi hermana Molly, 4 años menor que yo molestándome y diciéndome cosas. España me llevaba a mi infancia y a todos mis recuerdos.

—¿Estás vivo? ¿Estás viendo esto? ¡España! Llevamos dos años en Francia y al fin podemos pisar tierras de españoles. 

—Muy cierto, Alex, ya vámonos a arreglar las cosas para Laura. No lo olvides, sin demasiado lío, tienes París para todo lo demás.

—Puedo vivir con eso. Ahora, vamos al salón.

Estuvimos arreglando las cosas para crear la fiesta perfecta para mi mejor amiga y no tienen idea de cómo me pagó. Me pasé 3 horas haciendo los preparativos y las decoraciones, tenía un sueño que ni puedo explicar y finalmente, todo estaba listo. 

Estaba a punto de llegar en mi auto nuevo a la casa de Lauch emocionado, con Alex a la par, cuando de pronto vi algo que no me esperaba en lo más mínimo y Alex tampoco entendía nada. Debo decir que me puse muy nervioso y casi pegó un fuerte grito de inquietud.

—¿Acaso es quien creo que es? Alto, un poco delgado, pelo castaño, camisas negras siempre. ¿Músculos marcados? Solo esa característica falta en este chico —mencionó mi amigo.

¿En serio? ¿No habían terminado hace dos años? ¿No lo botó definitivamente? ¿Acaso no oyó cuando la maltrató?  Sí, aunque creí que era una pesadilla, me quedé dudoso y Alex seguía con la curiosidad al nivel máximo, no lo entendía por lo más mínimo y yo no tenía la menor idea de las respuestas. ¿Por qué? ¿Quién le lavó el cerebro? Yo estaba en París y ella seguía sin contarme nada importante. ¿Cómo sobrevivió a la distancia?

Creí estar en una pesadilla dudosa, pero no. Estaba pasando en realidad. ¡Óscar estaba besando a Laura!

¡Hola, familia! ¿Cómo están? Oficialmente acá tienen el capítulo editado. ¡Espero les guste! ¡Déjenme sus comentarios!

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