♤♡Narra marco◇♧

Tom era así por mi. ¿Qué había hecho yo que tom fue "cautivado" por mi? ¿Habré dicho algo que se pudo mal pensar?
Miré la habitación y me dejé caer sobre la cama, tom me siguió.

~¿Te parece buena la cama? ¿Deberíamos estrenarla?~preguntó tom mientras me miraba.

~La estrenaré durmiendo así que sería bueno que vayas a la tuya y así.~dije nervioso empujando a tom hasta la puerta.

♤♡Narra tom◇♧

Y me cerró la puerta en la cara.
Reí ante su actitud nerviosa, después de 300 años su cara aún podía igualar un tomate o el color rojo de su sudadera.
Tranquilo por saber que él ya estaba en su habitación, que estaba asegurada con magia (para que no se vaya sin que me entere) y estaba prácticamente a lado de la mía.
Entré a mi habitación, quitandome la pesada ropa y caminé en bóxer hasta llegar a la pared donde al otro lado debía encontrarse marco.
Apoyé mi frente contra el muro y suspiré.
Después de tanto tiempo, por fin estaba aquí.
¿Qué habrá sido de él en los 300 años? ¿Fue para él un largo tiempo así como para mi?
Recordé la primera vez que lo miré.
Parecía tan indefenso y débil pero la actitud que fue mostrando después dio a entender que ni era débil ni tan indefenso como pensé que sería.
Su modo de actuar fue algo que picó mi interés, cuando no estaba empecé a pensar y pensar en él. ¿Era normal? No tenía idea pero empecé a desear que por alguna razón apareciera.
Cuando descubrí accidentalmente que él y la rubia no eran de aquí, pensé que lo que debía hacer era acercarme más a él.
La noticia de que mis padres no deseaban pelear me provocó algo cercano a dolor y miedo. ¿Ahora cómo me reuniría con él? ¿Si se enteraba que mis padres no aceptaron pelear, se alejaría?
Aunque me prohibieron entrar a la pelea, no seria ir contra sus deseos si sólo me acercaba a él.
Sólo  a él.
El corto tiempo que pase con él mientras la batalla se desarrollaba fue abrumador, sabía que se acababa el tiempo pero no podía decidir qué hacer. Y así finalmente, por pensar y pensar, el tiempo se acabó.
Cuando lo volví a ver, pensé que el tiempo ya no sería un problema pero me equivoqué.
Deseaba con tantas fuerzas encadenarlo para que no se fuera que en mi desesperación la torpeza me ganó y este se fue.
Tan pronto como se fue, me puse a investigar todo lo que pude y sin embargo la investigación fue nula por un tiempo.
Después descubrí gracias a la reina, que él y ella aparecerían 300 años después, que sólo debía esperar.
Pensé que sería ilógico que un humano viviera 300 años pero la reina me explicó lo más que pudo.
Tuve tiempo para pensar, tratar de inspeccionar mis sentimientos y finalmente planear qué es lo que iba a hacer cuando por fin nos reencontremos.
Ahora que por fin sucede, los nervios y la emoción me abarcan.
Mi error anterior fue dejarlo ir.
No lo haré esta vez.
Si no se enamora de mi en el año, no importaba lo que dije, en el siguiente año después lo intentaría.
Él no se irá hasta que se enamore de mi.

Continuará