007
— ¡¿Follaste con Lalisa?! — Rosé no pudo mantener la boca cerrada en cuando Jennie le contó ese pequeño secreto que venía guardando desde hace tres días.
— ¡Shhh! Maldición Park, si quisiera que todo el mundo supiera que follé con ella, yo misma lo hubiera gritado — Jennie regañó, con cierta molestia.
— Ay, perdón — llevó una de sus manos a su boca con falsa inocencia — Pero realmente no me lo esperaba, me tomaste desprevenida. La maravillosa, responsable y siempre correcta; Kim Jennie, desobedeció a su hermano por fin, ¡y lo hiciste con la advertencia más grande que te dio! — canturreó Rosé fingiendo emoción —, te cogiste a su mejor amiga, la caliente rompe corazones de Lalisa Manoban.
Jennie rodó los ojos abrumada, no había sido buena idea contarle eso a su amiga. Realmente quería compartirlo con ella, porque ya no podía soportar tener ese pequeño secreto que le sacaba canas verdes.
— Escucha, Roseanne. Sólo quiero que me des tus crudas verdades, ¿si? — le pidió con cierta desesperación.
— Ah, ya entiendo — sonrió algo juguetona al escuchar las palabras de Jennie —, te has ilusionado porque follaste con ella, y ahora quieres que te desilusione para que no te comiences a crear historias falsas de amor en tu cabecita.
Jennie asintió rápidamente.
— Bien, te daré sólo una razón para que no te hagas falsas ilusiones. Y esa razón es Kim Taehyung, tu hermano — le sonrió divertida —, Recuerda, si te acercas más de la cuenta a Lalisa Manoban y llegas a ilusionarte aún más con ella, Taehyung se encargará de partirla en dos, y probablemente nunca en tu vida vuelvas a tener la confianza de tu hermano.
— Quería una desilusión, no una desmotivación de vida
Su mejor amiga rió mientras se recargaba a su lado. Pasó uno de sus brazos por sus hombros para abrazarla.
— Sinceramente dudo que Taehyung se enoje contigo, pero si eres listq, sabrás que no debes seguir haciendo eso a sus espaldas. Deberías decirle — le dijo, mientras daba suaves palmadas en su hombro.
— ¿Eso que evitará?
— Evitará que Taehyung se entere por otras personas y no directamente de su hermana, al cual le tiene mucho amor y confianza, maldición Jennie. Taehyung tiene que entender que ya no eres una niña, y tú tienes que dejárselo en claro — le dio un leve empujón.
— Bien, bien. Supongo que hablaré con él, pero... — sus manos comenzaron a sudar en cuanto recordó lo que había pasado con Lisa —, creo que primero tengo que hablar con Taehyung hyung.
Rosé asintió y la jaló a su lado para comenzar a caminar en dirección a sus clases.
Durante gran parte de su vida, Jennie siempre fue la sombra de Taehyung, antes de que su madre muriera la mayor de ambas ya sabía su papel en la familia. Lamentablemente ellos nunca conocieron a su padre, jamás tuvieron una figura paterna que los guiará y les enseñará muchas cosas sobre su cuerpo o sus cambios de humor.
Su madre murió antes de que Taehyung cumpliera los 12 años, un adolescente en pleno crecimiento, con cosas nuevas que descubrir sobre sí mismo y cosas que cuidar de su hermanita.
Le hubiera gustado recibir apoyo de sus abuelos, pero los padres de su mamá jamás supieron de la existencia de ellos. Es más, ellos ni siquiera se habían enterado de la muerte de su hija, simplemente la vida no estaba de su lado en ese momento.
Taehyung tuvo que ver por Jennie, tuvo que cuidarla, educarla y hacerse responsable de ambos a tan temprana edad.
Sólo fue gracias al seguro de vida de su madre que pudieron tener el dinero suficiente para sobrevivir hasta que Taehyung tuvo los 13 años para comenzar a trabajar en un local de equipamiento.
No ganaba demasiado ya que era un niño, pero ganaba lo suficiente como para llevar comida dos veces al día.
Desde que era un niño, Jennie siempre estuvo siendo resguardada por Taehyung. Todos podían pensar de su hermano mayor lo que quisieran, pero sólo ella sabía lo difícil que fue para Taehyung cargar con una gran responsabilidad a tan temprana edad.
Tal vez era su mayor miedo, decepcionar a la persona que puso todo de sí mismo para cuidarla.
Sus últimas dos clases se cancelaron, así que tuvo tiempo de sobra para ir a buscar a su hyung. Probablemente estaría ocupado, pero quería dar un vistazo para ver si lo encontraba.
Jennie soltó un fuerte suspiro, recargándose contra la pared de uno de los pasillos. Supuso que Lisa debería estar en clases, así que caminó hasta la cancha de prácticas para esperar a que sus clases terminaran.
Cuando entró en aquel lugar, se dio cuenta de que había algunos alumnos jugando entre ellos.
Jennie se sentó sobre una de las gradas y sacó sus cosas para empezar a revisar si tenía tareas pendientes o ya había hecho todo.
Justo cuando estaba por revisar su libro de francés, escuchó como uno de esos chicos que estaban jugando lq llamaba. Alzó su mirada hasta toparse con aquel mayor.
— Tu eres la hermana de Taehyung, ¿verdad?— preguntó, sentándose sobre una de las gradas más abajo de ella.
— Uhh... si, ¿por qué la pregunta?
— Bueno, es que siempre te vemos con él. Aunque al inicio pensábamos que tenían otra clase de relación pero, los rumores sobre Lalisa Manoban y tú corrieron demasiado rápido — le dijo el mayor.
Jennie se encogió en su lugar un poco incómoda por lo último que había escuchado.
— Ehh... ¿q-qué rumores? no entiendo — preguntó algo ansiosa.
Aquel chico, el cual desconocía, se levantó de su lugar y se posicionó a su lado, poniendo a Jennie más nerviosa por el repentino acercamiento de su mayor.
— Oh, ¿en serio? que raro, porque todos dicen cosas como que ella y tu ya han follado — respondió.
Jennie se alejó levemente de aquel chico, demasiado nerviosa y algo abrumada por lo que acababa de escuchar. Porque evidentemente eso no era verdad, es decir, sí, ya habían follado pero no en la universidad.
— N-no... — su voz salió un poco entrecortada, estaba notablemente intimidada por aquel chico.
Sin embargo, como todos en aquel lugar conocían a Taehyung y su bola de amigos, ya que eran tipos demasiado atractivos y habían destrozado unos cuantos corazones, también sabían de la existencia de Kim Jennie, por el simple hecho de ser demasiado atractiva y preciosa ante los ojos de todos.
Y probablemente aquel tipo había sacado de contexto las cosas sólo para molestar un poco.
Era el tipo de hombre universitario que se creía en la autoridad de hacer sentir mal a sus menores por el simple hecho de ser superior a ellos. Y bueno, Jennie era presa fácil para él.
— ¿Por qué no me dices que tuvo que hacer Lalisa Manoban para tener una oportunidad contigo? Porque sinceramente me interesa — colocó una de sus manos sobre una de las piernas de la menor y ésta se alejó enseguida por reflejo.
— Ella n-no... no hizo nada... n-no sé quien le dijo eso, p-pero no es verdad — intentó guardar sus cosas para querer irse de ahí.
— ¡Oye, espera! — tomó de su brazo para impedir que se fuera, jalando de ella y haciendo que se tropezara en su intento de bajar de las gradas, cayendo y lastimándose por el brusco jalón de aquel chico.
— Yo sólo qui-
Un fuerte golpe fue a parar en el rostro de aquel chico, el cual fue propinado por el balón de basquetbol. Jennie algo desconcertada por el repentino ataque, desvío su mirada hasta encontrarse con su hermano.
Taehyung caminó rápidamente hasta el otro chico, intentando atacarlo. Pero se dio cuenta de su pie había salido lastimado ya que al momento de volver a caer sobre las gradas, había caído descuidadamente y se lesionó.
— Tae hyung, n-no... — su mano a duras penas rozó el brazo de su mayor, cuando de pronto sintió unos brazos tomarlo por detrás, ayudándola a levantarse con cuidado.
— Cariño, ¿estás bien? — la ronca voz de la mayor se escuchó a sus espaldas, pero está salió tan dulce y preocupada que le hizo sentir un poco tímida.
— La-Lalisa Unnie, dígale a Taehyung que n-no... — antes de que terminará de hablar, el sonido de un fuerte golpe se escuchó por toda la cancha, pues ahora tenían a un Taehyung demasiado enojado dándole golpes en la cara al otro tipo.
— ¡Taehyung! ¡si llega uno de los profesores te irá peor a ti que a él! — Lisa le llamó la atención, mientras aún mantenía a Jennie atrapada entre sus brazos para no dejarla luchar a ella sola con su mismo peso.
—:¡Agh! ¡cierra la boca! — gruñó enojado el mayor —, mierda, mierda — escupió en la cara de aquel chico —;tú vendrás conmigo.
Jaló del brazo de aquel chico para levantarlo, ya que por los fuertes golpes que obtuvo por parte del mayor, aún seguía algo débil.
— Lalisa lleva a Jen a la enfermería y revisa que todo esté bien, yo llevaré a este idiota con el rector de la facultad — le dijo, jalando al chico de manera nada amigable.
La pelinegra asintió y sin mucho esfuerzo, cargó a Jennie por completo en sus brazos de forma nupcial, para poder llevarla a la enfermería.
— Unnue, no es necesario... y-yo puedo... — se calló de golpe, al sentir los bonitos labios de la mayor dejar un beso en su frente.
— No, sí es necesario — le dijo, siguiendo su camino mientras la menor se aferraba con fuerza a su cuerpo y trataba de ocultar su rostro de la miradas de los demás alumnos que ya habían salido de clases.
Su mochila en esos momentos era buena opción para meter la cabeza y nunca salir de ahí.
— Tranquila, mi amor, sólo ignora las miradas, ya casi llegamos — los dulces susurros que daba la mayor la hicieron sentir más avergonzada, pero extrañamente un poco aliviada.
Le hablaba de una manera tan cariñosa, como si fuera especial. El problema es que Jennie aún no tenía ni idea de lo especial que era para Lalisa Manoban.
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